En la danza de nuestros labios, se dibuja el lenguaje silente del amor. Tu mirada se convierte en un viaje, navegando desde la boca a los ojos, con paradas fugaces en la nariz, revelando secretos que solo compartimos.

Una media sonrisa se asoma al acercar tu boca a la mía, y tus ojos se cierran en un sincero deleite cuando el contacto labial se establece. En ese instante, la aceleración de tu respiración se convierte en la partitura que acompaña nuestra conexión única.

Al separarnos, una sonrisa persiste en tus labios, tus ojos reflejan pupilas dilatadas por el gusto de lo compartido. Inexplicable, sí, pero tu admiración encuentra su hogar en mi ser, como un secreto susurrado por la complicidad del momento.

Tus ojos adoptan la forma de media luna, una constelación que solo se revela en estos encuentros. Y, al final, un suspiro de alivio escapa de tus labios, señalando que una vez más, en este fugaz instante, la magia de mi existencia te envuelve y nos sumerge en el éxtasis compartido.

JohnRB.