No pertenecíamos a un bando. Nunca nos había gustado arrebatar vidas ajenas. Solo luchábamos por defendernos, dejándolos indefensos e inmóviles.

     Hasta que la guerra la apartó de mi lado.

     —Ve, iré detrás de ti —ordenó ella mientras me empujaba dentro de la cápsula de hibernación de esa nave desplegable.

     —¡No!, ¡no permitiré piratas en mi nave! —Intenté poner resistencia, pero ella siempre había sido más fuerte que yo. Una de las tantas cosas que me admiraba de mi hermana.

     Con un último empujón, activó el lanzamiento de la nave. Me encerró junto a su espada y su cinta metálica, para luego activar mi hibernación desde afuera.

     Y con el cerrar de mi cápsula, me di cuenta que la había perdido.

     A través del claro vidrio, vi todo en cámara lenta. Vi cómo un disparo concentrado desde su espalda le perforó el pecho dejando un hueco corrugado que emanaba un ligero humo caliente, extinguiendo su spark al instante. Vi cómo su cuerpo se desplomó, mientras que detrás de ella se acercaba corriendo un bot amarillo al cual llegué a identificar su emblema.

     —¡NOOO! ¡EVER!

     Grité hasta desgarrar mi caja de voz y golpeé el vidrio con todas mis fuerzas, pero no logré nada más que captar la atención del bot amarillo y que el eco de los golpes retumbaran dentro de la cápsula. En el instante que sus colores se apagaron, la espada y la cinta a mi lado refulgaron en un suave brillo azul. El bot amarillo me miró con ópticos temblorosos y me negaba con la cabeza, para luego trotar disparando a aquel seeker que no pude identificar ni el color, por el naranja del fuego bombardeante contrastando contra su armadura; ni el emblema por la distancia.

     Ella se unió a la AllSpark sin mí y ni siquiera tuve tiempo de despedirme. Mis lágrimas no fueron vistas y mis llantos no fueron oídos, pues mis ópticos empañados y mis lamentos fueron forzosamente dormidos por el vapor de la hibernación.

     Pero eso ya no importaba. Lo que importaba era ese Autobot.

     Era él, era ese Bumblebee a quien tendría que buscar hasta el fin de los tiempos.

.   .   .

     Starscream abrió la cápsula de hibernación, liberando a la seeker de coloridas piernas y armadura blanca. Ella abrió sus amarillos ópticos y salió de esa cápsula con un paso al frente. Estiró los brazos hacia el cielo hasta hacerlos temblar de la energía acumulada durante tantos años dormida. Es una dichosa suerte que la nave de la femme estuviera a tan solo unos metros de distancia de la cápsula de Skyquake (que despertó no hace mucho) o sino permanecería dormida otros eones. —Gracias por interrumpir mi recarga de belleza —dijo ella con su pronunciado acento.

     Starscream ignoró la burla y observó su pecho en busca de alguna insignia que determinara de que bando era, pero no encontró ninguno. La única pista que tuvo era la marca redonda en su escote, que venía acompañado de dos alas, uno en cada lado. —No tienes bando, y veo que formaste parte de la Guardia Élite en Cybertron. ¿Cuál es tu designación?

     —Skyla de Polihex, señor.

     —La recuerdo . . . —dijo Starscream agitando el índice—. Usted fue capitana de la nave que cuidaba las Bases Lunares Uno y Dos en Cybertron.

     —Exactamente, la nave Carcer —respondió ella.

     —Sí, esa débil baratija.

     Skyla velozmente tomó el mango de su espada dentro de la cápsula y la punta se desplegó de esta justo antes de tocar el cuello de Starscream. —No se atreva a hablar así ni de mi nave, ni de mi tripulación.

     —Entonces es cierto lo que dicen . . . Los capitanes le tienen un aprecio a sus barcos, y aun así no te has hundido con ella.

     —Lo . . . intenté . . . —dijo ella bajando la espada y suavizando sus facciones al recordar el momento antes de quedar encerrada en la cápsula.

     Starscream se sacudió el polvo de los hombros, simulando quitarse todo rastro del toque de ella. —Deberías tener claro a quién estas amenazando, capitana. Como tu reanimador, acatarás órdenes de tu lord Starscream —dijo reverenciándose a sí mismo.

     —No —negó Skyla apoyándose con las dos manos en su espada como bastón—. Solo le serviré a un lord y ese es Megatron.

     Eso era lo que no le gustaba de formar parte de un bando. Tenía que seguir órdenes y su rebeldía, spark libre y sed de venganza se lo impedían, a menos que le ayude con sus intereses. Es solo por eso que seguiría a Megatron, porque con él cree tener la seguridad de poder tomar venganza contra el Autobot Bumblebee.

     —¡¿Tú también?!  —gritó histérico Starscream—. Tú y Skyquake son lo mismo —dijo frotándose la frente con una mano—. Ahora, reúnete con él y Soundwave. Tengo cosas más importantes que hacer —dijo echándola con la mano, para luego saltar hacia atrás tomando su forma alterna y resonar hacia el espacio.

     Skyla no tenía ninguna queja de la situación, tampoco entendía por qué el minicon Laserbeak volaba detrás de Starscream, pero que Skyquake esté en la misma esfera de tierra era una casualidad de las grandes. ¿Los gemelos están aquí?, pensó la femme. Tenía que comprobarlo, tenía que saludarlos. Tomó su forma alterna y voló hacia la dirección de donde venía Laserbeak, ahí deben estar Soundwave y Skyquake, pero llegó tarde. En el aire presenció el choque de Skyquake contra el suelo. No llegó a ver quiénes fueron sus atacantes porque inmediatamente se impulsó hacia la zona de impacto.

     Skyla se transformó antes de caer a un lado de Skyquake, se acercó y gentilmente le tomó la cabeza. Otra muerte que no pudo evitar, ¿acaso este la perseguía? Ella no entendía el porqué, con lo poco que le gusta arrebatar vidas.

     Skyquake la observó, soltando un pesado jadeo, para luego lentamente dejar caer su cabeza de lado mientras que el brillo de sus ópticos se desvanecía, uniéndose a la AllSpark y finalmente encontrando paz en esta guerra. Skyla dejó suavemente su cabeza en el suelo. Apiló rocas encima de él en honor a una tumba y apoyó su mano en la roca más alta, intentando transmitirle sus respetos.

     Skyla sentía una mirada sobre sus hombros. Apartó la mano y alzó la vista a la cima del acantilado, entonces notó a Soundwave observándola. Skyla voló hacia él.

     —Señor Soundwave, un gusto volver a verlo. ¿Dónde estamos?

     En su visor le mostró una imagen satelital fucsia de la Tierra.

     —¿Y lord Megatron? —dijo buscándolo con la mirada—. Tengo que hablar con él. Quiero unirme a sus filas.

     Soundwave le señaló lo alto del cielo.

     —Ya veo . . . Entonces con su permiso, continuaré con mi misión personal en la ausencia de lord Megatron.

     Así que Skyla voló a revisar el estado de su nave. Si Megatron no estaba, no había motivo por la cual quedarse. Un poco de energon y la nave estaría en marcha para seguir con su búsqueda. Para su suerte, nadie había hurtado su reserva de energon de emergencia.

     Encendió los motores y despegó hacia el espacio hasta nuevo aviso.

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Gracias por darme una oportunidad al llegar hasta acá (pese a que la mayoría se detiene en el prólogo)

Las quiero un Cybertron.

xoxo, NoMoreStress