Pasado #18

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La luz del sol se filtró por las oscuras ventanas de su cuarto en la Némesis, haciendo que abriera los ópticos. Normalmente al tener una pesadilla, los bots suelen despertar de un brinco por el susto. Sin embargo Skyla despertó melancólica, ya que sí fue una pesadilla pero también fue un hecho. Su hermana se había sacrificado y ya no había marcha atrás. Skyla soltó un leve suspiro.

     Ever . . .

     Ojalá hubiese sido solo un sueño. El dolor que sintió fue sofocante, como si un agujero negro consumiera su pecho y mil agujas acuchillaran su spark. Skyla volvió a cerrar los ópticos y miró al techo.

     Primus, por favor ayúdame. Pido tu guía y tu perdón para poder darle a mi hermana un buen descanso. Permítame completar misión y así poder, aunque sea una vez, ver a mi hermana en paz.

     Ella no olvidaba porqué estaba en la Némesis. Era únicamente para completar su venganza y regresarle la espada al cuerpo de su hermana. En cambio, podría olvidarse del dolor momentáneo con su rutinaria pulida matutina, su energon caliente y el hombro de apoyo de su caballero, solo que cuando ella gira a la izquierda de la cama y estiró su brazo, no sintió a su caballero de brillante armadura que la salvaría en esta ocasión.

     Se levantó lentamente y llamó. —¿Teniente Dreadwing?

     No hubo respuesta. De seguro lord Megatron lo mandó a llamar, pensó ella. Se levantó de la cama y comenzó su rutina de limpieza matutina. Para toda ocasión siente que debe limpiarse. No lo recuerda pero es por su casta anterior como recogedora de basura que la hace sentir que siempre está sucia.

     Al terminar, tomó su espada y salió de la habitación. Caminó por los pasillos buscándolo de lado a lado con la mirada. Le preguntaba a cada Vehicon y a cada Insecticons por el paradero de Dreadwing. Sin éxito alguno, se dirigió al puente principal para comprobar si Megatron lo había mandado a llamar.

     En efecto se encontraba ahí. Tras abrirse la puerta del puente, Skyla reconoció su característico metal azulado. Estaba parado detrás de Megatron, esperando las órdenes de su amo como siempre. Ella no lo sabe, pero ahora lo único que el teniente quería era distraerse y así olvidar esa pesadilla.

     Entonces cuando Skyla iba a acercarse a dirigirle la palabra, Megatron volteó a verla.

     —Ah, Skyla, llegas justo a tiempo —habló el líder Decepticon. La spark de Dreadwing se encendió a mil por los nervios al escuchar aquel nombre del ángel que no pudo proteger en su sueño. Aún así, por mucho que lo quisiera, no iba a voltearse a verla—. Estarás a cargo hasta que Dreadwing y yo regresemos. Iremos a la luna.

     —Por supuesto, lord Megatron —asintió Skyla.

     Luego Megatron se dirigió hacia su segundo al mando sobre su hombro. —Dreadwing, ve y prepara tus cosas. Partiremos dentro de 15 minutos.

     —Iré con usted hasta el fin del espacio para servir su voluntad, lord Megatron —contestó Dreadwing.

     Hizo una pequeña inclinación con su cabeza y dio pasos por el puente hasta la salida, pasando frente a Skyla sin siquiera voltear a verla con su semblante de orgullo en alto. ¿Acaso me ignoró?, pensó ella.

     Miles de preguntas formuladas en desorden giraban en su procesador. Ella quería perseguirlo, ir detrás de él y preguntarle qué diablos le estaba ocurriendo que la ignoraba tan frío que la hacía dudar de su propia existencia, pero Megatron la retuvo recordando que sí existía.

     —Skyla, le informarás todo a Soundwave lo que ocurra en mi ausencia. Si es grave, me llamarás directamente a mí.

     —Entendido, lord Megatron —contestó de manera rápida.

     Skyla corrió con la punta de la espada hacia abajo y salió rápidamente del puente para alcanzar a Dreadwing. Corrió como princesa por los pasillos en busca de su caballero. De vez en cuando estiraba el cuello, buscando de lado a lado el gran caparazón azul del teniente, y sus manos permanecían a la altura de su pecho como protección por si en algún momento chocaba con él desprevenidamente, pero inesperadamente terminó chocando con su querido amigo Knock Out.

     —¡AH! —gritaron los dos mientras caían sobre sus traseros.

     En un pasillo cercano, Dreadwing escuchó esos gritos.

     —¡Oye! ¡Cuidado por donde- —quejó Knock Out hasta que abrió los ópticos, dándose cuenta que no era cualquier Vehicon e Insecticon, sino su bondadosa amiga—. ¡Oh, capitana!

     —¡Buen doctor! —llamó Skyla enérgica mientras se levantaba de un tiro y recogía su espada, luego le tendió la mano a Knock Out para ayudarlo a levantarse. Este la tomó y ella jaló con fuerza. Como cuando ella levantó a Dreadwing con el suceso del Sable Estrella, infló sus mejillas y volvió a soltar un fuerte suspiro por la fuerza utilizada. Su contextura era bastante pequeña, débil y delicada, lo que la hace mala en combate cuerpo a cuerpo—. Me disculpo por este accidente —Luego buscó con el cuello estirado sobre el hombro del doctor—. ¿Ha visto al teniente?

     —¿Por qué tan desesperada? ¿No será que lo buscas para un poco de diversión . . . ? —insinuó Knock Out con un gesto pícaro.

     Skyla tardó un rato en adivinar lo que trataba de decir. Cuando lo logró descifrar, abrió los ópticos sorprendida y alzó el tono de voz.

     —¡¿Interfaz?! ¡¿Qué dice?! No no no no —negó moviendo las manos rápidamente con nerviosismo—. E-El teniente y y-yo no hemos tenido todavía . . .

     —¡¿Todavía?! En serio que usted es tan pura como un ángel, capitana. Breakdown y yo nunca perdíamos el tiempo.

     —¡No! ¡No diga esas cosas aquí en público!

     Skyla se tapó el rostro con ambas manos avergonzada. Knock Out apoyó una mano en su hombro mientras echaba la cabeza para atrás envuelto en risas.

     —Capitana, usted es toda una inocente.

     Luego le tomó el mentón divertido para verle el tierno rubor, como si fuera todo un experto en la picardía de la interfaz. Skyla se destapó la cara y alzó la mirada nerviosa. Al hacer eso, mostró una inesperada pero alegre sonrisa cuando vio sobre el hombro rojo de Knock Out. Por parte del doctor, cuando miró sobre su hombro a ver lo que la capitana le sonreía, sus risas se vieron incómodamente interrumpidas. Dreadwing estaba ahí parado, se había acercado cuando escuchó los gritos.

     —¡Teniente! —gritó Skyla mientras alzaba en alto su mano como si lo estuviera saludando.

     A pesar de los celos que salían del ceño fruncido de Dreadwing, Knock Out no se alejó nerviosamente como lo hizo una vez con los masajes de Skyla. No la soltó e incluso le mostró un gesto hostil al teniente. Sabía que había pasado algo raro entre ellos dos por cómo Skyla no estaba enganchada al brazo del teniente como siempre, y a decir por el comportamiento ingenuo de la capitana, ella parece no tener ni una idea de qué pudo haber pasado. Parecía ser otro de los juegos del teniente y le comenzaba a molestar el hecho de que tuviera a su bondadosa amiga confundida con sus impulsos bipolares. Ahora solo quería molestarlo por mero gusto, a ver si de daba cuenta de lo que perdería si seguía con esos juegos. Y aparentaba tener éxito por cómo Dreadwing tenía los puños apretados y parecía emitir un ligero aura negro a su alrededor por los celos.

     Aunque por mucho que Dreadwing lo quisiera, no tenía ningún derecho de reclamarle algo a Skyla cuando él mismo es el que se ha estado alejándose sin explicación alguna, así que se volteó sin decir nada y dobló por el pasillo de donde había venido.

     Skyla se dirigió hacia Knock Out en un gesto rápido y torpe. —Disculpe, buen doctor —interrumpió sin sonar nuevamente maleducada y corrió por el pasillo donde se metió Dreadwing para volverlo a llamar—. ¡Teniente Dreadwing! ¡Espere!

     Knock Out la vio pasar por su hombro e irse, más sin embargo no se quedó atrás. En silencio fue detrás de ella y se mantuvo escondido tras la pared de su pasillo para escuchar la conversación. Tenía el presentimiento de que algo no iba a salir bien.

     Skyla llegó agitada a la espalda de Dreadwing y apoyó una mano sobre su hombro. —Caballero, aquí está. Lo estuve buscando toda la maña-

     Pero se vio interrumpida cuando Dreadwing sacudió agresivamente su hombro para apartarle la mano. Ella apretó las cejas extrañada. —¿Pasa algo?

     —Yo . . . —contestó Dreadwing inseguro, sin dejar de mostrarle la espalda. No se atrevía a decírle la mentira a la cara—. Yo no puedo estar con usted.

     Skyla soltó pequeñas risas tontas al no creer lo que oía, así que volvió a cuestionar. —¿Qué dice?

     —El problema es este: tengo miedo, capitana. Tengo miedo de estar con usted y un día despertar y que no esté a mi lado. Tengo miedo de perderla como perdí a mi hermano y que lord Megatron no me deje hacer algo al respecto —Entonces hizo una pausa para bajar la cabeza y soltar un triste suspiro, sonando casi a un sollozo, al recordad la escena de ella muerta a sus pies—. Solo no quiero rescatarla de algo que no puedo salvarla. Solo eso . . .

     —Dreadwing . . . —Skyla pasó a su lado hasta quedar frente a él. Ablandó los ópticos y abrazó con ambas manos el rostro del teniente. Después, le acarició con el pulgar como si le estuviera limpiando las lágrimas invisibles de aquellas palabras.

     Dreadwing cerró los ópticos e inclinó ligeramente la cabeza, regocijándose con las caricias de ella. —Me conformo con verla viva a la distancia que muerta en la cercanía.

     —Mi dulce caballero, —La voz de ella era dulce y suave—, te aseguro que nada me pasará. Y de ser así, eso no es amor, Dreadwing. El amor es entregarse, no conformarse.

     Al escuchar eso, él tomó las manos en sus mejillas y las apartó.

     —Entonces no la amo, Skyla. Perdóneme.

     Y con eso dicho, Dreadwing pasó a su lado y se fue por otro pasillo. Ella, no, ambos sintieron ese dolor punzante consumir sus pechos al escuchar esas palabras. Inclusive, Knock Out escuchando se tapó la boca por el espanto.

     Skyla ni siquiera giró a verlo. Se miró las manos temblorosas por el shock y cayó sobre sus rodillas abrazándose los codos. La rabia y la tristeza explotaron en altos sollozos que se escucharon a kilómetros de pasillos, pese a que intentaba ocultarlos apretándose con fuerza sus codos. Cuando Knock Out los escuchó, salió del escondite de esa pared y se acercó a ella. La vio jorobada casi tocando el suelo con su rostro mientras lloraba como la pequeña y delicada femme que era. Se agachó a su nivel y la abrazó por los hombros. Unos segundos después, Skyla se aferró al pecho del doctor mientras seguía llorando.

     Knock Out no le dijo nada, solo la abrazó con fuerza mientras le acariciaba los brazos y recostaba su cabeza en la de ella.

     En cambio, Dreadwing escondido en su pasillo, apoyó una mano en la pared, con la otra lo golpeó, y escondió su rostro en rabia con el muro al escuchar el eco de sus llantos.

     Si no le gusta, si así es como puedo salvarla . . . Incluso si me llega a odiar luego, pensó.

     —Perdóneme, mi dulce ángel.

.

.

.

.

Las quiero un Cybertron

xoxo, NoMoreStress 

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