Pasado #8

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Dreadwing caminó hacia la compuerta abierta de la nave y subió a la cabina por esta.

     —¿Qué tan mal puede estar de la cabeza como para decir tonterías como esas en una situación como esta? —dijo Dreadwing casi en un grito por los disparos de afuera y el mal momento de las palabras de Skyla.

     —¿Qué le puedo decir, caballero Dreadwing? —Skyla exhaló un poco agotada—. Esta es mi personalidad.

     —¿Dices de extraña y desequilibrada? —Los gritos histéricos de él continuaban mientras la sentaba de copiloto.

     —Sí, sí. —Skyla asintió repetidas veces la cabeza con los ópticos cerrados y una sonrisa tierna—. Esa misma, sí. —Y la sonrisa desapareció cuando lo vio sentarse de piloto—. ¿Qué hace?

     —Nos vamos de aquí —dijo Dreadwing tomando el timón.

     Ella se levantó rápidamente, lo jaló del brazo al asiento del copiloto y de los hombros lo sentó a la fuerza. —¡¿Pero usted que hace?! —gritó Dreadwing ya al borde de la desesperación con la presión que había afuera y ella perdiendo el tiempo—. No lo lograremos con su herida abierta. ¡Se desmayará en el camino!

     —Teniente, por favor no se preocupe por mí —dijo Skyla agitada. Puede que Dreadwing tenga razón, pero ella se las arreglaría para no desmayarse, no desde que le causa pavor. Y después de todo, esta era su nave—. Yo me encargo de llegar a la Némesis. Usted encárguese de la compañía que tendremos.

     —Entonces si nos va a sacar de aquí, ¡saquenos rápido!

     La nave se alzó en el aire y se impulsó hacia el brillante cielo amarillo. Ella revisó la cámara trasera para comprobar que la otra nave también estuviera en vuelo. —Esa es la nave que trataba de evitar.

     Sentado de copiloto y ya con el cuerpo frío, Dreadwing pudo tomarse el tiempo de poder sentir el dolor y agonizar lo que no pudo en la batalla de hace poco. —Wheeljack —dijo a duras penas.

     —Pues el señor Wheeljack no nos persigue.

     —Es porque —Dreadwing se tomó otro tiempo para tomar enfriar su metal y suavizar el abdomen para minimizar el dolor—, ya tienen la reliquia.

     —No, eso no podemos permitirlo. O es de nosotros o de nadie. —Skyla miró de reojo a Dreadwing—. Le recomiendo que se ponga los cinturones.

     —¿Qué cinturones si no tie- —Y Dreadwing tuvo que verse interrumpido por su propio grito de inercia al Skyla jalar el timón hacia un lado, dándole una vuelta agresiva a la nave. Estaban siguiéndole la cola a la nave de Wheeljack. Skyla apretaba las manijas para soltar los disparos y Wheeljack los evadía cual abeja en la lluvia.

     Ya cansada de las buenas maniobras evasivas de Wheeljack, decidió cambiar de táctica. Cambió los rifles de la nave a lanzamisiles térmicos. Disparó uno en cada lado de la nave y Wheeljack los notó, así que también soltó dos suyas para que chocaran entre ellas. El impacto que hubo en el espacio de la Jackhammer y la Ever causó impulsos que los alejó entre ellos, y Wheeljack aprovechó el humo e instante de desorientación de la explosión para dar una vuelta en el aire y quedar a espaldas de la Ever. —Es bueno. Mis felicitaciones al chef —dijo Skyla admirándolo desde su pantalla con una sonrisa.

     —Bravo, capitana —dijo Dreadwing con un gran gesto de incredulidad, luego su tono de voz se volvió casi a un regaño—. ¿Ahora cómo va a hacer para librarse de esa lata voladora?

     —Cállese, teniente Dreadwing —contesto Skyla—. Cállese que estoy pensando.

     Dreadwing parpadeó, la miró y luego parpadeó varias veces mirándola ante la orden. Ya sea para bien —o para mal—, ella no dejaba de impresionarlo, aunque tampoco es como si pudiera quitarla del puesto de piloto en su nave y tomar el control, así que solo se mantuvo ahí sentado guardándose su pequeño enfado por la falta de respeto.

     Skyla no comandó la nave más grande de Cybertron por nada, ella también sabía cómo evadir los disparos de Wheeljack, hasta que en uno de esos movimientos un rayo de sol pasó por los ópticos de ambos Decepticons y se le ocurrió una idea. —Señor Dreadwing, ¿piensa lo mismo que yo?

     —¿Que usted es impertinente e imprudente? —insinuó Dreadwing por su orgullo lastimado.

     Ella ignoró los insultos y continuó. —El sol está en su caída perfecta. Iré hacia él.

     Y Dreadwing analizó la situación. —He inconscientemente te seguirá.

     —¡Exacto! —dijo ansiosa, luego Skyla le extendió el brazo hacia él—. Deme una de sus granadas.

     —No, son mías. Esta es su nave, estos son mis explosivos. —Con que estamos en estas, pensó Skyla, y se dio cuenta que Dreadwing puede ser un orgulloso resentido cuando se trata de su honor. Él se levantó pesadamente del asiento del copiloto y se puso debajo de la ventanilla del techo—. De Wheeljack me encargó yo.

     —Por supuesto, mi teniente.

     Y Skyla jaló el timón hacia ella para elevar la punta de la nave. Condujo a ciegas hacia el sol mientras que Dreadwing asomaba medio cuerpo por la parte superior de la Ever.

     Por parte de Wheeljack, efectivamente los siguió por inercia hacia el sol. Solo llegó a quejarse del dolor en los ópticos al ver la fulgurante luz antes de sentir su nave dar vueltas por la explosión y escuchar unos pitidos por la pantalla. Él intentó jalar el timón para intentar estable la nave, y al igual que Dreadwing, Wheeljack tenía su propio gritón de copiloto.

     —Hacemos buen equipo, ¿no lo cree? —dijo Skyla ansiosa. Ella lo miró en el copiloto, Dreadwing se tomó las molestias de escupir algo de energon. Sus heridas volvieron a estar calientes gracias al esfuerzo para lanzar las granadas en media empinación—. Ya llamé a Soundwave para que nos abra un portal cerca de la Némesis y en seguida lo dejo con Knockout.

     Dreadwing la miró con dificultad, ¿cómo puede pensar en llevarlo a él primero con el doctor cuando ella es la que derramaba energon por la cabeza?

     Entonces ella sintió la mirada, lo miró a los ópticos y le regaló su simpática sonrisa.

     ¿Cuál es el problema?, ¿por qué ella me mira así? ¿será que miro raro?

     Dreadwing miró hacia abajo y luego lo apartó hacia la ventana. Era un milagro que ella no se haya desmayado todavía, pensó él.

     Los Autobots se habían llevado el recipiente que resguardaba la reliquia, y lo que no vieron los dos servidores de Megatron fue la oportunidad para poder recuperar el recipiente. Tras la Jackhammer caer y golpearse la cola contra una montaña otoñal, el recipiente se salió de la nave, estrellándose cual meteoro en un bosque bañado por el naranja de un cálido atardecer, donde llaman a un novato Autobot para que se encargue de eso.

     O puede que Skyla lo haya visto a través de los sensores de su nave, pero no le importó al tener en cuenta que Dreadwing estaba herido y que había que llevarlo cuanto antes con Knockout. Porque su filosofía era que una vida es más importante que una misión; sin importar que sea regañada o humillada por lord Megatron.

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Pequeño maratón de 3 capítulos porque se los debo.

1/3

Las quiero un Cybertron.

xoxo, NoMoreStress.

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