✪ : T R E S

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—No veo qué problema hay. Te convertirás en el hombre más cotizado de Nueva York. Hay tres millones y medio de mujeres.

Steve dejó escapar un suspiro, caminando sólo al lado de Bucky. La Expo Stark era grandiosa y extraordinaria, y Steve se sentía fuera de lugar mientras caminaba por la Expo junto a Bucky. Quería estar en cualquier parte menos aquí.

—Me conformaría con una —replicó Steve, con la mente vagando hacia la joven que tenía su corazón desde el primer día. Desde sus mechones castaño oscuro, suaves como la seda, hasta brillantes sus ojos verdes, que le recordaban a la hierba en un luminoso día de primavera. Todo en Charlotte Watson era perfecto para él, y era la única mujer que valía la pena a sus ojos.

Bucky ni siquiera tuvo que mirar hacia abajo a la expresión de enamorado en la cara de Steve para saber exactamente lo que estaba pensando.

—Ya me he encargado de eso.

Steve enarcó una ceja cuando doblaron una esquina. Una hermosa morena descansaba cerca de una estatua en la Exposición Stark, obviamente la cita de Bucky. Pero allí a su lado estaba Charlotte, con el vestido azul más hermoso del mundo, que resaltaba el azul oculto en lo más profundo de sus ojos verdes. Era la cosa más hermosa sobre la faz de la tierra, y nadie podía convencer a Steve de lo contrario.

Steve no pudo evitar quedarse mirando mientras Bucky lo arrastraba hacia las dos chicas. Él sabía que Bucky lo había preparado todo para que estuviera con Lottie esta noche, no sólo por su gran crush en la mujer, sino porque sabía que Lottie era probablemente la única mujer en Nueva York que realmente estaría aquí esta noche con él.

Pero iba a fingir, sólo por esta noche, que Lottie era suya.

—Al menos ella sólo sabe lo bueno de ti —se burló Bucky mientras se acercaban a las chicas. La chica que estaba junto a Lottie chilló, haciendo que la joven hiciera una mueca de dolor. Bucky tomó a la chica en sus brazos mientras Steve se dirigía hacia Lottie.

Charlotte sonrió, mirando a Steve mientras caminaba hacia ella. Siempre se arreglaba bien, pensó que estaba tan guapo como siempre con su traje desordenado. Se paró frente a ella y Charlotte alargó la mano para moverle el único pelo rubio fuera de lugar que tenía en su frente.

—Te has arreglado muy bien, Stevie —susurró con una sonrisa. Lottie no podía apartar sus ojos del hombre que tenía delante. No era como cualquier otro hombre en Nueva York, era diferente. Y a Lottie le gustaba lo diferente.

—Y tú estás preciosa, muñeca.

—¡Tortolitos! ¡Vámonos!

Lottie y Steve pusieron los ojos en blanco ante el comentario de Bucky. Steve le tendió el brazo a su mejor amiga, y ella rápidamente pasó su brazo por el de él y siguieron a su mejor amigo y a su cita de la noche a través de la Expo Stark.

Bucky miraba hacia atrás cada pocos minutos para ver cómo estaban sus mejores amigos. Sonreía cada vez que se daba cuenta de que de verdad estaban en su pequeño mundo detrás de él y su cita. Estaban compartiendo una bolsa de cacahuetes, riendo mientras señalaban todas las diferentes tecnologías expuestas alrededor de la Expo, creadas por el propio Howard Stark.

Bucky esperaba de todo corazón que esta noche les diera a ambos el empujón necesario para estar juntos y cortejarse de una vez.

—¡Oh, mira! ¡Ya va a empezar!

Steve y Charlotte salieron de su propio pequeño mundo, de pie junto a Bucky y su cita, mientras veían aparecer a Howard Stark en el escenario. Aplaudieron al genio, a la espera de ver lo que tenía que ofrecer al mundo.

—Damas y caballeros, ¿y si les dijera que dentro de muy pocos años, su automóvil ni siquiera tendrá que tocar el suelo? —Howard Stark hizo un gesto a sus ayudantes, que quitaron las ruedas del coche que estaba en el escenario ante ellos— Sí, gracias, Mandy. Con la tecnología de reversión gravítica Stark, eso será realidad.

Charlotte soltó un pequeño grito ahogado mientras Steve la observaba, maravillado por la sonrisa de su cara. El coche que tenían delante empezó a elevarse del suelo y los espectadores observaron con asombro lo que estaban contemplando. Las máquinas empezaron a chisporrotear ligeramente, hasta que el coche cayó de nuevo al suelo.

—He dicho dentro de unos años, ¿no?

Lottie dirigió la mirada hacia Steve, pero se dio cuenta de que su atención estaba puesta en un edificio no muy lejos de ellos. Se giró, viendo que se trataba de un centro de reclutamiento, y empezó a apartarle.

—¿Lottie? ¿Qué estás haciendo?

—Vamos, Stevie.

Steve siguió a Lottie mientras ella le guiaba hasta el centro de reclutamiento. Se abrieron paso entre la multitud que deambulaba por el centro. Lottie soltó el brazo de Steve cuando este se acercó a una placa de presión en el suelo. La pisó, esperando ver su reflejo en el espejo con el uniforme de soldado que tenía ante él. Sin embargo, se quedó corto y volvió hacia Lottie con un suspiro.

—Vamos. ¿Qué entendéis vosotros por una cita doble? —Lottie y Steve se volvieron para ver a Bucky detrás de ellos. Ambos se sonrojaron un poco al oír lo de "cita doble", pero se deshicieron del sonrojo en sus mejillas— Voy a llevar a mi chica a bailar.

—Id yendo, ahora voy yo —le dijo Steve, con la mirada puesta en el centro de reclutamiento. Bucky suspiró, mirando a Lottie.

—¿Qué hay de ti, Lottie? Estoy seguro de que puedo encontrarte un buen chico para que baile contigo.

—Sólo me gustaría bailar con la pareja adecuada —le dijo Lottie con una pequeña sonrisa, mirando de reojo a Steve, aunque él no estaba mirando. Bucky suspiró de nuevo, mirando hacia abajo a Steve.

—¿Vas a intentarlo otra vez?

—Es una lotería. Voy a probar suerte —replicó Steve, mirando a Buck mientras Lottie los observaba.

—¿Quién serás? ¿Steve de Ohio? Te pillarán. O peor aún, te admitirán.

—El ejército sería afortunado de tenerlo, Bucky. No lo menosprecies —intervino Lottie, pero ambos la ignoraron mientras la pelea se recrudecía ligeramente.

—Mira, sé que no me crees capaz. Pero te he─

—Esto no es un callejón, Steve. ¡Es la guerra!

—Ya lo sé. No necesito que me cuentes que─

—¿Por qué tienes tantas ganas de luchar? Hay más trabajos importantes.

—¿Cuál? ¿Quieres que recoja chatarra con un carrito rojo?

—¡Sí!

—Bucky, basta —intervino Lottie de nuevo, interponiéndose entre sus dos mejores amigos por un momento. Se calmaron ligeramente cuando ella miró entre ellos. Durante todo ese tiempo, no se dieron cuenta del doctor que observaba su encuentro desde lejos—. No lo menosprecies. A mí tampoco me entusiasma la idea, pero esta es la vida de Steve. No se trata de fuerza física, sino de corazón

—El corazón hará que le maten —replicó Bucky, y Steve se burló.

—¡Bucky, vamos! Hay hombres que están dando su vida. No tengo ningún derecho a hacer menos que ellos. Eso es lo que no entiendes. No se trata de mí.

Bucky sacudió la cabeza cuando su chica le llamó. Se volvió y le dedicó una sonrisa antes de volver a mirar a sus mejores amigos. Sabía que ninguno de los dos cedería, y finalmente se rindió.

—No hagas ninguna estupidez hasta que vuelva.

—No podría. Te llevas toda la estupidez —replicó Steve, ganando una risita de Lottie a su lado.

Bucky volvió, dándole un fuerte abrazo. Steve se lo devolvió, antes de separarse y permitir que Bucky tirara de Lottie para abrazarla.

—Mantente a salvo, Buck —le dijo Lottie, separándose de él con una sonrisa—. Esfuérzate. Vive audazmente.

Nadie pudo ver cómo al doctor, aún mirando desde las sombras, se le iluminaron los ojos ante la familiar frase que salió de la boca de Lottie.

—Lo haré.

Bucky desapareció de la vista de Steve y Lottie y se volvieron el uno hacia el otro. Lottie sonrió a Steve, agarrando su mano y apretándola por un momento.

—Ve a hacer lo que tengas que hacer, Stevie. Estaré justo aquí cuando vuelvas.

Steve sonrió, devolviéndole el apretón antes de ponerse en marcha hacia el puesto de alistamiento, listo para su quinto intento de alistarse en el ejército y luchar en la guerra que tenían ante ellos.

Charlotte observó cómo desaparecía con los papeles en la mano, con una pequeña sonrisa en la cara. Sintió una presencia a su lado y se volvió para mirar al hombre. Era el doctor de antes, pero ella no lo sabía.

—Es un muy decidido, ¿no es así? —preguntó el doctor, con un acento alemán resonando en los oídos de Lottie. Ella esbozó una sonrisa, volviendo la mirada hacia donde había desaparecido Steve.

—Sí, lo es. Siempre lo ha sido, nunca se rinde.

—¿Y usted, señorita Watson? ¿Alguna vez se rinde?

Lottie se volvió para contestar al hombre, antes de que la sonrisa se le cayera de la cara. Lo miró, preguntándose cómo demonios sabía su nombre. Él pareció percibir su confusión y le dedicó una pequeña sonrisa.

Vive audazmente. Es algo que Thomas decía muy a menudo.

A Lottie casi se le salen los ojos de las órbitas.

—¿Thomas? ¿Conoció a mi padre?

—Thomas fue un gran hombre —continuó el doctor. Le tendió la mano a Lottie—. Soy el doctor Abraham Erskine.

—Charlotte Watson, la mayoría de la gente me llama Lottie —respondió ella, estrechándole la mano.

—Lo sé, su padre hablaba de usted a menudo —Lottie ladeó la cabeza. Él sacó un dosier de su maletín, y se lo entregó—. Esperaba encontrarme con usted, Lottie. Hay muchas cosas que quiero hablar con usted si está dispuesta a dar un salto de fé y vivir audazmente.

—¿Por qué tengo la sensación de que sabe mucho sobre mí? —preguntó Lottie, con la inquietud asentándose en su estómago. Jugueteó nerviosamente con los bordes del dosier que tenía entre las manos.

—Lottie, hay tanto que explicar, pero no puedo hacerlo todo aquí abiertamente —continuó el doctor—. Conocí a su padre mejor que la mayoría, y quiero contárselo todo. Quiero ayudarla, Lottie, si me lo permite. Sé lo de su madre, sé lo de su vida, y quiero ofrecerle una pizarra limpia. Quiero que eche un vistazo a este dosier, léalo. Hay un número escrito en la última página. Si decide que quiere aprovechar esta oportunidad y vivir audazmente como su padre, le pido que me llame pronto.

Charlotte estaba atónita, por decir lo menos. Le habían proporcionado mucha información en tan poco tiempo y no sabía cómo darle sentido a todo aquello. Sin embargo, el doctor se alejó rápidamente mientras ella intentaba darle sentido a todo en su cabeza.

—¿A dónde va, doctor Erskine?

Se volvió hacia Lottie, enviándole una pequeña sonrisa.

—Voy a ir a aprobar a su amigo para el ejército, señorita Watson.

[ EDITADO ]

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