3⚜ Porque el caos estaba brotando

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𝙴𝚛𝚊 𝚖𝚎𝚓𝚘𝚛 𝚜𝚎𝚛 𝚒𝚗𝚌𝚘𝚗𝚜𝚒𝚎𝚗𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚕𝚊𝚜 𝚌𝚘𝚜𝚊𝚜, 𝚊𝚕 𝚖𝚎𝚗𝚘𝚜 𝚊𝚜𝚒 𝚎𝚜𝚝𝚊𝚜 𝚗𝚘 𝚙𝚘𝚍𝚒𝚊𝚗 𝚑𝚎𝚛𝚒𝚛

-Te lo digo enserio... Jaebum Hyung me dijo que podía visitarlo en su estudio el fin de semana-

-Claro ¿No se supone que los fines de semana tiene más trabajo?-

-Van a ir a hacerle unos arreglos al lugar y tuvo que pasar sus citas para el lunes-

Seungmin asintió a lo que el mayor decía.

-Eso es bueno, podrás hacerle la entrevista de la que has estado hablando ¿No?-

-Sí, y que bien porque la profesora nos acortó el plazo de entrega por lo que tengo que...-

Hyunjin dejó de escuchar la voz de Changbin o lo que este decía, siendo honesto no había prestado atención desde un inicio a la conversación, las palabras entraban por un oído y se le escapaban por el otro sin que pusiera resistencia.

-¡Carajo!- Hyunjin pegó un pequeño brinquito en su asiento al escuchar la fuerte voz del mayor de los presentes -Está lloviendo mucho de nuevo-

Hyunjin y Seungmin se le quedaron viendo al paisaje del otro lado del enorme ventanal, desde ese segundo piso el cielo se lograba apreciar mejor, estaba de un gris intenso. Todo lo que se podía ver de Seúl desde esa posición eran edificios cubiertos por un cielo lleno de nubes que arrojaban cantidades exorbitantes de agua.

-Ya van dos semanas que día con día llueve, ¿No se supone que la temporada de lluvia pasó hace meses?- comentó el menor.

-Deja eso, según los reportes del clima no hay lluvias pronosticadas para Seúl estos días-

-Claro, dile eso a la cortina de agua que cae a mares allá afuera- Seungmin alzó una ceja -¿De cuándo acá checas el clima Binnie Hyung?-

El mayor sonrió ante la expresión entre acusatoria y bromista de su menor. Esos ojitos de cachorro realmente podían con su corazón.

-No es eso. Yunho entrena básquetbol todos los días y desde que llueve se la pasa en el departamento enroscado en el mueble con un pote de yogurt de arándano lamentándose no poder salir a entrenar-

-Oh, tu nuevo roomie ¿No?-

-Sí, desde que se mudó pasaba todas las tardes en el parque a unas cuadras del edificio entrenando con unos conocidos suyos, desde que no sale luce desanimado-

Changbin bebió de su Mocachino, frunció el ceño al notar que ya estaba frio siendo que iban menos de diez minutos desde que se lo entregaron. No solo llovía de forma torrencial fuera de la cafetería, hacía un frío como si fuera pleno invierno.

Dejó la taza sobre el platito de cerámica y volvió a fruncir el ceño.

-Hey Jinnie... Aquí el planeta Dark Bin ¿Todo bien?-

El de cabello largos reaccionó segundos después.

-Umh. Sí-

-¿Seguro? Estas muy distraído, no has dicho nada desde que llegue-

-Es cierto ¿Te sientes mal?- preguntó Seungmin.

Había notado que el ánimo de su compañero de trabajo no era el mismo desde hace unas semanas, incluso estaba decayendo día con día. Intentó preguntarle un par de veces, pero Hyunjin decía lo mismo siempre, tal vez con Changbin presente lograba sacarle algo.

-No... Solo pensaba en... Unos reportes que debo entregar en la universidad- el de cabello largo sonrió a sus dos amigos, el semblante cansado no pasó desapercibido por el mayor.

-Comprendo, la gente siempre se queja de la escuela superior, pero la universidad es igual o más complicada- hizo el ademán de volver a tomar su taza.

-¡Chicos!- Yeosang, uno de los chicos que trabaja en la cafetería llegó hasta donde ellos con el pecho subiendo y bajando frenéticamente, un par de cabellos de su flequillo se movían desordenados -Sé que es su tiempo libre, pero San tuvo un inconveniente, Miyeon no llega y se me están acumulando los pedidos- el chico de cabellos rubios jugó con sus dedillos, lucía nervioso y apenado por interrumpirlos -¿Podrían..?-

-Está bien. Yo iré a atender- dijo viendo a Yeosang y luego a Seungmin.

-¿Seguro?- consultó Seungmin.

-Sí, hoy llegué tarde así que no he atendido a muchos clientes- se puso en pie -Vuelvo en un rato. Changbin Hyung te traeré otro Moca cuando suba, y unas galletas para ti Minnie-

El ultimo asintió, sonrió feliz sabiendo que estaría un par de minutos a solas con Changbin.

******

-Buenos días Lory Green Coffee ¿Qué desea ordenar?-

-Un americano-

Abrió sus ojos y levantó el rostro al identificar la voz.

-Minho Hyung- el mayor le sonrió mostrando esa perfecta dentadura que poseía- ¿Qué haces por aquí?-

-Terminé mis clases antes y quise pasar por un café-

Hyunjin asintió mientras tecleaba el pedido.

-¿Te quedas? Los chicos están en una de las mesas del segundo piso... Jeongin avisó que llegaría en media hora... Creo que Yugyeom Hyung también vendrá-

-Me gustaría, pero no puedo. No he ido a ver a Jisung en toda la semana por mis exámenes y hoy es día libre-

-Comprendo... Entonces deja preparo tu americano para que no demores más-

Minho le volvió a entregar una sonrisa esta vez con labios cerrados antes de que se voltease hacia la máquina a preparar el café.

Diez minutos después Hyunjin le entregó una pequeña bolsa ecológica de color café que tenía el logo de la cafetería al centro, junto al eslogan.

-Aquí tienes-

Minho tomó la bolsa con cuidado abriéndola un poco, vio una pequeña caja de galletas de frutos secos junto a su pedido.

-Cortesía del lugar-

-¿No te vas a meter en problemas?-

-El jefe hace inventario cada fin de mes, no se va a enterar-

-Está bien. Luces cansado, puedo ver ojeras bajo tus ojos y eso no es algo muy propio de ti señor rostro bien cuidado-

Hyunjin sonrió flojo.

-Sí... Cosas de la casa-

-No sé qué puede ser tan atareado en tu hogar como para que tengas ese semblante, pero deberías descansar un poco Jinnie, eres muy joven para desgastarte tanto-

-Mira quién lo dice- ambos rieron -Estas igual que yo, solo que usas lentes y por eso no muchos lo notan-

-Touche. Bien, lo dejo pasar solo porque ya voy tarde a ver a Han-

-Eso mismo iba a decir, si te tardas un poco más perderás el transporte, con la lluvia tardan más en pasar-

-Ni que lo digas, parece que alguien está enojado allá arriba, hay calles que parecen ríos. En fin, nos vemos Jinnie-

El mayor hizo el ademán de caminar.

-¡Minho Hyung!-

-¿Si?-

-Dile a Han que le mando saludos-

El mayor sonrió melancólico, pero asintió con una sonrisa suave.

-Así será-

******

Hyunjin estaba fregando los platos.

Ya era más de media noche, apenas había terminado de cenar cuando sintió el peso y la opresión de algo rozando sus caderas, brincó emitiendo un gritillo de susto y soltando el plato que debido al impacto contra el metal se quebró.

-No fue mi intención alterarte- aquella grave voz lo puso aún más inquieto.

Los brazos que le rodeaban hicieron una opresión demasiado insistente y dolorosa, casi pudo sentir que sus costillas se apretaban contra sus pulmones de una manera -para- nada normal.

-Pue... ¿Puedes soltarme?- comentó bajito.

-¿Te lastimaste?-

Hyunjin negó.

-Bien-

Aquellos brazos dejaron su cintura de una forma lenta y tortuosa, solo cuando aquel peso detrás de su espalda se alejó fue que los pulmones de Hyunjin se llenaron de oxígeno y su corazón se relajó.

Iban ya dos semanas desde que se atrevió a gritar en medio de la noche y en la penumbra de su habitación, pidiendo a aquello que le estuviese tocando que parase. E iban los mismos catorce días en que no dejaba de lamentarse de haberlo hecho, no solo comprobó que alguien si le tocaba por las noches, sino que quien lo hacía ahora era más real de lo que debería, y no lo dejaba tranquilo.

Él joven -o lo que fuese- se hacía llamar Felix, era una combinación entre asiático con otra raza que aún no identificaba porque no quiso preguntar.

También era un par de centímetros más bajo que él, de estructura delgada y elegante al igual que los trajes oscuros que portaba. Con un cabello grisáceo tirando a plateado que llegaba un poco más abajo de su nuca y unas facciones faciales muy estéticas, las pecas sobre sus mejillas eran de las características más sobresalientes de su rostro.

A simple vista podría pasar como un joven igual que él.

Claro, uno que podía aparecer y desaparecer a su voluntad, con pisadas que casi no hacían ruido al caminar y una escencia propia muy penetrante.

Asimismo, estaba el hecho de que su agarre era fuerte, tanto como para dejarle marcas en la piel de su cadera, y su aura, no podía verse pero se sentía demasiado imponente y dominante.

Lo que a Hyunjin más le encrespaba eran sus ojos, esos profundos ojos que en días eran azules cristalino y en otros de un verde profundo, ambos colores parecían absolverle la vida y tensar cada fibra de su cuerpo. No importaba que tan sublimes o agradables fueran las facciones, o el que su estructura no fuera tan brumosa esos ojos podían intimidarlo sin mucho esfuerzo.

Hyunjin observó a Felix recargar la espalda baja sobre la barra que separaba a la cocina de la sala, cruzó sus brazos frente a su pecho sin estropear las líneas perfectas de su traje y permaneció en aquella pose, sin perder la elegancia propia que desprendía.

Con las manos temblándole y la piel encrespada se apresuró a coger los vidrios rotos que estaban en el lavabo, los tiró en el bote de basura y continuó lavando trastes por al menos media hora más.

En realidad, podría haber terminado veinte minutos antes, pero eso significaba que ya no tendría excusa para no ir a su habitación a dormir.
Ir a su habitación significaban dos cosas: No podría dormir realmente, y los brazos del contrario no dejarían su cuerpo.

Por eso estaba demorando más de lo usual, cada minuto trataba de ver de reojo si Félix permanecía así o si se había ido y en efecto, el contrario no se había movido, de hecho, su mirada estaba clavada en su espalda. Podía sentir los ojos fijos en su presencia.

-¿Ya terminaste?-

Hyunjin volvió a saltar en su lugar, afortunadamente solo tenía la esponja en una de sus manos, misma que apretó hasta sacar todo el jabón posible.

-... Yo-

-Creo que ya- interrumpió Felix poniendose en puntillas, asomándose por su cuello, aquella respiración en su oreja le estrujó el estómago -Bien, es momento de ir a dormir ¿O tienes algo más por hacer?

El tono cuestionador y autoritario lo puso aún más nervioso.

Felix no había hecho nada contra él, al menos no algo que le causara daño o lo pusiera en peligro. Solo le abrazaba todas las noches como si quiera sacarle el aire, respiraba sobre su nuca de una forma alarmante, le acariciaba los cabellos con la punta de su nariz y metía sus manos debajo de su pijama en un toque que parecía quemar su piel como el mismo fuego.

-Oye- Felix le tomó por el hombro -Tienes que dejar de lucir como alguien al que le van a sacar las entrañas de un golpe, ¿No recuerdas lo que te dije aquella noche?-

No lo hacía, aquella noche estaba más concentrado en mantener su corazón dentro de su pecho y en no perder la conciencia que en procesar que las palabras que una silueta masculina -que no debería estar ahí- le decía.

-Ya vamos a dormir, se me cierran los ojos-

Tembló.

Para Hyunjin dormir las últimas dos semanas era sinónimo de invasión a la privacidad y estado de alerta, el concepto de espacio personal parecía no existir en el vocabulario de Felix.

No era posible dormir, no con la presencia de alguien que poseía una apariencia humana, pero que estaba seguro no lo era.

-Venga-

Hyunjin cerró el grifo cortando el flujo de agua, secó sus manos y se atrevió a preguntar.

-Y... Y ya sabes ¿Qué quieres?-

-¿Qué quiero? ¿De qué?-

-Para- Hyunjin frunció el ceño, que tonto iba a sonar -Para cruzar-

-¿Cruzar? ¡Ah!- el más bajo hizo una expresión de entender y luego empezó a sonreír con una pizca de burla en sus finas facciones -Sigues pensando que soy un espíritu-

Hyunjin asintió apenado y fingiendo que era así.

Felix no era humano, y Hyunjin no estaba seguro de querer averiguar lo que era, no después de que dos noches atrás esos ojos se habían tornado de un rojo intenso.

El contario tal vez no se dio cuenta, pero en medio de la noche y sin poder conciliar el sueño entreabrió los ojos encontrándose los orbes contarios fijos en el techo, carmín, un intimidante tono que parecía sacado de las llamas del infierno.

No contó de esto a nadie, ni a Seungmin con quien lo habló antes, no solo porque estaba seguro de que no iban a creerlo, sino porque ese joven podría verse indefenso, pero no estaba seguro de que fuese así. Que él estuviera en dos piezas e intacto no aseguraba que alguien cercano a él también lo estaría si hablaba del tema.

Tenía que manejar esto por su cuenta.

-Ya te dije que no lo soy, además, se supone que los espíritus no son tangibles y yo puedo tocarte-

Uno de los delgados dedos se a largó hasta acariciarle el mentón, Hyunjin se tensó.

El contrario sonrió.

-No voy a lastimarte... Pero si hay algo que quiero-

-¿Enserio?- sus ojitos brillaron esperanzadores -¿Me dejarás tranquilo si lo obtienes?

Felix sonrió cínico.

Tragó pesado ante la mirada seria y determinada que el contrario le estaba entregando, no importaba que fuese centímetros más bajo que él o que sus facciones fueran finas, tenía una mirada y un aura que era capaz de hacerlo sentir como la cosa más pequeña del mundo.

-Claro-

-¿Qué es? ¿Qué quieres?

Se volvió a acercar a él esta vez de una forma intimidante, como si estuviera acechándolo.

-A ti- colocó su brazos alrededor de sus caderas, reteniendolo.

-¿A mí?-

-Exacto-

Hyunjin trató de controlar los nervios en su cuerpo al tenerlo tan cerca, y quiso ser más razonable.

-Pero... Yo no puedo ir contigo, debes volver a... A donde sea que debas ir-

-Jinnie ¿No lo has entendido?-

Felix le tomó por el mentón y besó su mejilla de con determinación.

-No voy a irme de tu lado nunca-

*******

🍑¡Buenas noches Peonias!🍑

Lamento haber tardado más de la cuenta. La universidad 🤦🏻‍♀️

Aquí está el siguiente capítulo, espero haya sido de tu agrado.

Trataré de que nos leamos pronto.

⚜¡Gracias por leer!⚜

PD: Lamento si hay errores ortográficos.

Nos leemos pronto

¡Cuídense mucho!

Un fuerte abrazo y muchos besos virtuales

¡Gracias!

⚜Nastia ⚜

Marzo-21

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