Snow mafia

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Nombre de usuario: Andradef0rever

Número de palabras del one-shot: 5000 

Número general de palabras: 5218 

Tema: Navidad.

Fandom: Naruto.

Pareja: Sasusaku.

—— ——

Siempre consideró que las mejores noches eran las de invierno. 

No es que ella se considere amante del frío, pero simplemente no podía soportar el calor. Ya que entre andar exceso de ropa y no andar nada, prefiere el exceso. Por eso, esperaba con muchas ansias el mes de Diciembre. Eso y por la gran festividad que se celebraba en ese mes. 

Desde que era pequeña, navidad siempre le pareció el mejor día festivo de todos. Regalos, comida deliciosa, salidas familiares y nieve cayendo lentamente hasta cubrir por completo todo. Sus padres siempre la habían consentido y se la pasaba jugando con sus primos todo el día hasta que llegaban las 12. Una vida tan perfecta y nada complicada.

Pero claro. La señorita Sakura Haruno quería dejar de ser una niña y tener novio.

Oh niña tonta. No sabes lo que te esperaba. 

Toda la felicidad de esa festividad, ya no la volvería a pasar nunca. Sus padres estaban muertos—para ella—, sus primos ahora dudaban de su existencia—o eso creía—y su novio, o más bien su esposo, era alguien muy peculiar y... ¿pesimista? No le gustaba lo dulce, por ende, no galletas ni bastones de caramelo. Aborrecía las decoraciones, en especial las luces navideñas, por ende, no ambiente. Y odiaba convivir con gente, por lo que su hogar se encontraba adentrado en el bosque, así que no podía observar la decoración de las otras personas. 

A veces, a Sakura le daban ganas de ignorarlo y hacer todo lo que ella quiera. Poner las luces de navidad al conjunto de un gran árbol en el patio. Uno tan grande y colorido que llamaría la atención de todos a su alrededor, ¡e incluso de la prensa! Pero luego, la pelirrosa recordaba la "profesión" de su esposo.

Claro, si es que ser un capo de la mafia italiana era una profesión.

Sasuke Uchiha no solo era un gran empresario reconocido, sino que es el mayor vendedor y transportador de droga de todo Europa. Además de ser la cabeza de la mafia Italiana. Aunque eso solo era lo que más sobresalía de su perfil. La realidad es, que realizaba tantas acciones indefinidas y delictivas, que ya era buscado en 30 países diferentes. 

Vaya hombre con el que se fue a casar.

¿Pero quién podía juzgarla?

El corazón no se puede mandar. La primera vez que lo vio, todo su cuerpo reaccionó de inmediato y cayó rendida a sus pies. Era tan solo una joven de 18 años, mientras que él tenía 22. Y no es que Sakura quisiera presumir pero, sabía que, Sasuke había caído ante ella de la misma forma. Y justo después de verlo, tan solo unos días después, resultó ser que sus padres la habían comprometido con él.

Oh, dulce sorpresa.

Al parecer, su padre tenía deudas pendientes con Sasuke y, para poder pagarlas, debía casarse con él. Kizashi Haruno siempre había sido un adicto a la droga, por lo que tener problemas con ese tipo de gente era normal, así que no le tomó mucha importancia a la amenaza que le mandó acerca de pagar. Pero no fue hasta que se topó con Sasuke que se arrepintió de todo. Había destruido su auto y asesinado a su gato como advertencia. 

Sakura negaría si dijera que no estaba enojada con él en ese entonces, pues era un simple animalito. Pero joder, a ese hombre podía perdonarle cualquier cosa. Su padre tuvo suerte ya que, a comentario del propio Sasuke, se había salvado solo por su hija. Sasuke se enamoró de ella y, al enterarse de que era hija de alguien que le debía mucho, ¿Qué mejor que pedirle como pago a su hija de 18 años?

Para el mundo entero, fue una boda reconocida por el hecho de que Sasuke era el único heredero de las empresas Uchiha. ¡El casamiento solo era otro paso para los herederos! El mundo se revolucionó por la noticia. Y el corazón de ella casi se salía ante tan inexplicable sentimiento de gozo y satisfacción. 

Aunque el sentimiento no le duró mucho.

Tarde o temprano, terminó descubriendo lo que de verdad hacía Sasuke. No puede negar que le tuvo miedo por unos... ¿6 meses? Pero los tratos que Sasuke tenía con ella la hacían olvidar de a poco. No supo cuando había pasado un año casada con él.  Ni supo cuando llegó el segundo, tercer y cuarto año. En esos cuatro años no supo nada de sus padres y, según su marido, desaparecieron de Milán. Le pidió que los buscara para saber si estaban bien, pero solo descubrió que su madre estaba vendiendo su cuerpo en el barrio rojo de Ámsterdam, y su padre estaba con otra familia en Francia.

Vaya. Su familia siempre estuvo jodida y ni siquiera se dio cuenta.

No se molestó en buscarlos por explicaciones, pero si se sintió devastada con todo eso. Ahí, Sasuke siendo siempre tan oportunista, la consoló para conquistarla. Se aprovechó de su momento de debilidad, le dijo cosas bonitas y, cuando menos se lo esperó, la hizo jurar que estaría a su lado toda la vida. ¡Y ella ni cuenta!

Vaya hombre más oportunista y manipulador. ¡Como lo amaba!

Y así fue toda su historia. El típico cliché en el que las chicas leen en las novelas románticas con final trágico. Sakura había leído millones de esas, por lo que el rumbo de su vida siempre se le hizo familiar. Incluso el cliché de que el hombre odiaba todo se hizo realidad.

Sasuke odiaba la navidad por ser tan innecesaria.

Eso y porque, según Mikoto Uchiha—la madre de Sasuke—, el Uchiha de pequeño siempre esperó a Santa Claus en la chimenea, pero su padre siempre lo regañaba por creer en cosas estúpidas. Con el tiempo, comenzó a odiar la navidad, ya que solo recibía regaños de su padre; cuando debería recibir regalos.

¡Una sola letra te cambia la vida y la perspectiva de todo!

A pesar de que Sasuke aborrecía la navidad, Sakura estaba decidida a tener una navidad ese año. Ya había adquirido la suficiente confianza con todo el personal de la mansión, al igual que con los miembros de la mafia. También, traía más loco a su marido que cuando se conocieron, y eso era un gran punto a favor.

Estirándose un poco y levantándose de la cama, Sakura se colocó sus pantuflas y se fue directo hacia la puerta; ignorando el hecho de que se había quedado pensando todo el rato en la cama.

—¡Jūgo!— Exclamó la pelirrosa mientras salía al pasillo de su cuarto. Y de inmediato divisó a un pelinaranja acercarse.

—Sì, mia signora?— Hizo una pequeña reverencia mientras hablaba en italiano.

—Mio marito?— Acortó la pregunta lo más que pudo. A pesar de llevar 4 años casada con un italiano y viviendo en Italia, no era de expresarse mucho en el lenguaje nativo de su esposo.

—Lui è nella stanza, mia signora. Ma è in-...

—Grazie.— No lo dejó terminar cuando ya se había ido.

Se dirigió rápidamente hacia la gran sala de mármol; en donde su esposo estaba en reunión con, aparentemente, alguien importante. Oh, así que eso quería decirle Jūgo.

—¿Sakura? ¿Qué haces aquí?— Observó como iba vestida y frunció su ceño.— Close your eyes. Now.— Le ordenó en inglés a quien tenía en frente, el cual la miraba sonrojado por su vestimenta.

—Y-Yes! I'm sorry...

—¿Qué haces aquí, y todavía en pijama? Por lo menos te hubieras puesto algo más... largo.— Sakura amaba lo celoso que Sasuke era. Y el que saliera con un short a medio muslo y una camisa desmangada y descotada, hacía florecer ese sentir en él.— ¿Necesitas algo?

—Pues ahora que lo mencionas... sí, necesito algo, y con mucha urgencia.— Lo abrazó por el cuello con un tono sugerente.

—¿No te bastó con lo de ayer? mia cara moglie?— La tomó por la cintura mientras sonreía levemente.— Solo dime que quieres que haga y con gusto lo haré.

—Yo quiero... yo quiero...— Se acercó a su oído de forma lenta y provocadora.— Celebrar navidad.

Ante esas palabras, el semblante del Uchiha cambió repentinamente. Ahora, un bello ceño fruncido adornaba su cara.

—No.— La apartó levemente de él y volteó a ver hacia su invitado. Sabía la conversación que se avecinaba.— Go away. We'll continue tomorrow. Come again at 7 a.m. Don't be late.

—But Sir! I'm here from 6 a.m. and we need to complete the-...

—Did I ask you something? Get out of here.

—Mr Uchiha...

—I don't care. Get out.

—Can I open my eyes?

—No. Get out.

—Ok...

Entonces el hombre se retiró de la sala como pudo. Se golpeó con casi todo, pero logró salir sin romper algo. Sasuke se levantó del sillón y se fue hacia la cocina. Sakura lo siguió con la clara intención de convencerlo.

—Vamos Sasuke. Ya he pasado cuatro años sin celebrar navidad. ¡Me merezco por lo menos una sola navidad así!

—Ya sabes mi pensamiento acerca de eso y sabes perfectamente en lo que trabajo.

—Sí, ya sé que no hay que llamar la atención y que Santa Claus nunca te llevó regalos, ¡pero no debes de amargarte toda la vida! El pasado es el ayer, y lo que tu padre pensaba no debe ser tu mismo pensamiento. Por favor, será solo una celebración efímera, y será solo con el personal de la mansión.

—Pensé que te gustaba pasar ese día solo conmigo.

—Me gusta, y mucho, pero no estaría mal pasarla con los de la mansión, e incluso con tu madre. Hace varios meses que no la vemos.

Ambos se adentraron a la cocina sin tener que hacer nada en el lugar. Sasuke fue solo por ser el lugar más cercano, y Sakura lo siguió. El azabache se puso a hurgar en la nevera para no prestar atención en las suplicas de su mujer. Porque sabía a la perfección lo fácil que se podía rendir ante ella.

—Cariño... por favor. ¡Tengamos una snow mafia!

—¿Snow mafia?

—¡Sí! Ya sabes, nieve relacionado con navidad, y la mafia... además de que suena parecida a code mafia y pues...

—¿Estás modificando nuestro honorable code mafia?— Frunció su ceño mientras la volteaba a ver.

—¡No! no lo estoy modificando en sí, solo estoy tomando prestada la forma de escritura.

—¿La forma de escritura? No te estoy entendiendo nada.

—Yo me entiendo, y eso es suficiente.— Se cruzó de brazos mientras cerraba sus ojos.— ¡Pero no cambiemos el tema!

—Sakura, si te digo que no es no.

—Por favor, Sasuke-kun. Juro que te voy a recompensar luego, cariño. Y será una recompensa larga.— Le guiñó un ojo con tono provocador.

—No estoy tan desesperado por tener sexo, hmp.— Se cruzó de brazos mientras desviaba su cabeza con desinterés.

—Bueno, entonces cambiemos la palabra... Juro que te voy a castigar luego, cariño. Y será un castigo largo.— Sus facciones se había puesto rígidas ante esa "amenaza". 

Apretó sus dedos al captar lo que dijo su esposa. No podía ceder ante la petición del "snow mafia", pero... esa amenaza lo tenía con la soga al cuello.

¿Tenerlo como loco o volverse loco por no tenerlo?

Era un gran dilema. Se quedó parado por lo menos cinco minutos; pensando en lo que su esposa dijo. El exceso es malo, al igual que la escases. Pero demonios, ¡para él era peor la escases! No le estaba dejando ninguna opción. Su esposa podía ser más manipuladora que él mismo.

Y eso le fascinaba.

—Está bien... pero que no sea nada tan llamativo. Generalmente, en los días festivos es cuando más ataques recibo de mis enemigos.

—¿En serio?— Dijo sorprendida y un poco aterrada.

—Sí. Ellos creen que bajo la guardia debido a que paso todo el tiempo contigo.

Y tenían razón. Sasuke bajaba la guardia cuando estaba con su esposa, aunque no del todo. Pero sus enemigos eran tan tontos que, en esos días festivos, su único pensamiento era que él estaba bajando la guardia mientras se llenaba de amor con su esposa. 

El que bajaba la guardia era él, no sus cientos de soldados armados y vigilantes.

—Eso no lo sabía...— Se mostró nerviosa, pero Sasuke le tocó el hombro a modo de tranquilizarla.

—Tranquila. No dejaré que te pase algo. No te conté eso para no preocuparte o ponerte nerviosa.

—¿Ósea que siempre estás luchando contra tus enemigos en los días festivos?

—La mayoría de veces, sí. Pero no creo que ataquen esta navidad. No se ha registrado movimiento alguno de la mafia de Orochimaru, y no creo que me ataque sin un plan. Solo falta una semana para navidad. No nos atacaran.— Le sonrió levemente.

—Gracias a Dios.— Suspiró con alivio.— ¡Entonces me pondré manos a la obra!

El capo solo meneó levemente su cabeza mientras sonreía de lado. Se acercó a su pelirrosa y le dejó un suave beso en la frente. Esta se sonrojó ante el toque tan suave de su marido, pero luego sonrió y lo abrazó con efusividad. De verdad que estaba emocionada.

Solo esperaba que nadie le quitara esa emoción.

—La signora Mikoto è qui, mia signora.— Sakura asintió en forma de agradecimiento y luego se fue a recibir a su suegra.

El tiempo había pasado muy rápido. Era víspera de navidad y Sakura estaba ordenando todo el salón de su gran mansión; pues no por nada era diseñadora de interiores. Todavía seguía sin creer que tendría una fiesta de navidad. La había pasado de maravilla sin fiestas y sola con su esposo, pero hacer una fiesta al año no hace daño. 

—Sakura, me da mucho gusto verte.— La mujer le sonrió al verla entrar por las elegantes puertas de tono oscuro.

—El gusto es mío, señora Mikoto.

Para gran fortuna de Sakura, Mikoto hablaba español de forma perfecta. Era esperable, ya que ella era, nativamente, latinoamericana. Mikoto era guatemalteca, y estaba orgullosa de eso. Sakura supuso que se llevaron de maravilla y de inmediato por ser latinoamericanas. La manzana no cae lejos del árbol. La pelirrosa era proveniente de Chile. Además de que sus historias eran similares; ambas comprometidas con hombres para saldar deudas. 

—Oh por favor, cariño. Has sido mi nuera por cuatro años, ya deja de llamarme "señora".— Sakura desvió su mirada algo sonrojada. Nunca se le quitaría la maña de llamarla formalmente.

—Sí, discúlpame, Mikoto.

—Bien. Ahora, quiero que me cuentes como convenciste a mi hijo para hacer esto. No me siento orgullosa de decirlo pero... Fugaku le dejó una marca horrible con esta festividad.— Se entristeció al hablar de su fallecido marido. La culpa también la carcomía, pues ella dejó que su marido le hablara así a su hijo.

—Pues la verdad es que no sé que fue lo que lo hizo aceptar, pero no me quejo.— Sakura no le contaría la "amenaza" que le hizo.

—Bueno, tal vez si sea mejor no darle vueltas al asunto.

—¿Y cómo le fue en Japón?

—¡De maravilla! Japón es un país muy lindo y tiene cosas originales y de muy buena calidad. No por nada es el lugar en donde Sasuke siempre pide las cosas. Y hablando de mi hijo, ¿en donde... ? ¡Oh, mi niño!— Mikoto fue corriendo a abrazar a su primogénito, quien iba entrando a la sala.

—Madre, pensé que ya habíamos tenido esta conversación con anterioridad.— Se avergonzó levemente ante el "mi niño" que su madre le dijo, pero le correspondió el abrazo.

—Y yo pensé que ya habíamos hablado de esto antes. No me importa si tienes 10 o 70 años. Siempre serás mi pequeño niño.

Sasuke se rindió. No discutiría con su madre sobre algo como eso, y mucho menos en frente de Sakura. La azabache se separó de Sasuke y este mismo se fue a abrazar a su esposa. Le dio un beso en la frente y luego volteó a ver a su madre.

—Llegaste temprano. La fiesta inicia a las siete p.m. y son apenas las cuatro.

—Simplemente quise venir antes para verlos. ¿Hay algún problema con que tu madre quiera verte a ti y a tu esposa?— Se cruzó de brazos con "enojo".

—No... es solo que...

—Siempre me haces la misma pregunta cada que vengo. ¿Te molesta mi presencia? 

—¡No! mamá...

Mikoto entrecerró sus ojos y luego se dio media vuelta; saliendo de la sala.

—Sasuke-kun...

—Sí...— Y sin esperar más, Sasuke salió detrás de su madre.

A Sakura se le hizo más que extraña esa conversación. Nunca habían tenido ese tipo de discusión y le había molestado la manera de hablar de su marido. ¿Tal vez había pasado algo entre ellos? Esperaba que no, y si fuera así, por lo menos ahora ya no estaban enojados. Observó como, a los cinco minutos, Mikoto y Sasuke regresaban; la primera más feliz que cuando se fue.

Luego de ese momento, todo transcurrió normal. La hora de la fiesta llegó. Todo estaba bien organizado y decorado por Sakura. La sala de la mansión estaba repleta de todo el personal. Cocineros, sirvientes, choferes, guardaespaldas e incluso los soldados, solo que estos últimos iban por turnos para no dejar desprotegido el territorio. Habían varias mesas esparcidas por toda la sala; cada una con un mantel blanco hueso y centros de mesa navideños. Todos estaban vestidos de forma elegante pero sencilla. Todos se miraban espectaculares.

Y Sakura no era la excepción.

Su vestido rojizo, del mismo tono del mejor vino, la hacía relucir y destacar entre los demás. Sus medias negras y tacones rojos contrastaban a la perfección. Su largo cabello rosáceo caía como cascada hasta abajo de su cintura y sus guantes negros eran de la más fina tela que se puede pensar. A los ojos de cualquiera estaba hermosa.

A los ojos de Sasuke, estaba perfecta.

Ya todos estaban sentados en sus sillas. Ella, al conjunto de su suegra y esposo, estaba en una mesa en frente de todos las demás. Su suegra iba con un vestido azulado de seda, mientras que su marido iba con un saco negro, camisa rojo carmín, cinturón de cuero rojo, pantalones negros y zapatos del mismo tono. Se miraba altamente guapo.

—Uh... 

Sakura sabía que debía dar algunas palabras de "bienvenida", pero el expresarse en italiano se le hacía muy difícil. Lograba leerlo y entendía medianamente bien cuando le hablaban, pero el hablarlo ella era un dolor de cabeza. Estaba buscando las palabras que diría, cuando escuchó a Jugo.

—Mia signora, voi potresti parla spagnolo, non ci disturba.

—¿De verdad?

—Sì.— Dijeron todos en coro.

—¡Muchas gracias!— Se aclaró un poco la garganta.— Sé que este tipo de cosas nunca se han celebrado por aquí, pero espero que esta pequeña fiesta sea de su agrado. Los conozco a todos. Me trataron de maravilla y cada uno de ustedes me ayudó mucho cuando apenas estaba adentrándome al mundo de mi marido. Les agradezco mucho por eso. Pero más que nada, quiero agradecerle a mi buena amiga Ino, quien siempre estuvo a mi lado pasase lo que pasase. Esta noche no son personal mío ni de mi marido, son solo mis amigos. Disfrútenlo.

Los aplausos no se hicieron esperar. Todos le exclamaban "grazie!", "noi la amiamo, mia signora!", pero Ino Yamanaka pondría en práctica el español que su señora le había enseñado.

La amamos, mi señora. ¡La amamos mucho!— Exclamó con gran felicidad.

El corazón de Sakura se calentó al escuchar todo lo que le decían. Su sonría no podía ser más enorme. Se sentó con esa bonita sensación y luego comenzó la cena. Sakura, debido a que el personal no estaba de servicio por ese día, había servido en cada mesa toda la comida que preparó con ayuda de su suegra. Pollo horneado con arroz, pan, puré de papa y ensalada. Algo simple pero muy delicioso.

La cena había pasado con tranquilidad. Todos hablaban entre sí, mientras que Sakura platicaba con su suegra. Hubo un momento en el que volteó a ver a Sasuke, y se preocupó al verlo tan alerta y con el celular en mano. ¿Acaso pasaría algo? Decidió olvidarse de esa pregunta y centrarse en la conversación con su suegra. No debía preocuparse. 

Pasadas de las ocho, todo el ambiente cobró vida ante las personas bailando diversas canciones. Sakura le dijo a Sasuke que fueran a bailar, pero este se negó. Su mirada seguía siendo la de un águila; observando todo el lugar en busca de alguna amenaza. La volvió a preocupar, pero no le dio tiempo a preguntar el por qué de su mirada, cuando Mikoto ya la llevaba al centro de la sala para bailar.

Cerca de las nueve Ino le comenzó un platica acerca de su nuevo novio.

Y llegadas las nueve, Sakura finalmente se pudo acercar a su marido.

—Sasuke-kun, ¿ocurre algo malo? Te noto muy alerta desde hace unas horas y veo que estás mucho en tu celular. ¿Está todo bien? 

—Sakura, la verdad es que...

De la nada, todas las luces se habían apagado. Los gritos aterrados de la gente no se hicieron esperar. El ruido de vidrio quebrándose simplemente los alteró más. Sasuke la tomó del brazo y comenzaron a correr. El sonido característico de los disparos retumbó por sus oídos. 

Los estaban atacando. 

¿Por eso Sasuke estaba tan alerta y en el celular? ¿Desde cuando los estaban atacando? Supuso que desde las ocho de la noche, ya que a esa hora dejaron de venir los soldados y se fueron todos los que estaban presentes. ¿Era su culpa? Era probable. Solo a ella se le ocurría hacer una fiesta de navidad, teniendo en cuenta que su marido es un capo y que su mayor enemigo andaba suelto. Se maldijo a sí misma por su tonta idea. 

No supo cuando salió de la sala, ni cuando salió de la mansión en sí. Al salir a la oscuridad de la noche, la luz lunar la obligó a apreciar la matanza que se estaba dando en el patio, sin que ella se diera cuenta. Los soldados de Orochimaru estaban disparando y apuñalando a todo el que vieran, y los soldados de Sasuke hacían exactamente lo mismo. Era una gran balacera, pero eso no le importó a su marido.

Corriendo justo por el centro, Sasuke se llevó a Sakura hasta las rejas de la mansión. Ahí, una camioneta negra esperaba junto con tres hombres armados. El azabache hizo que Sakura entrara de inmediato, y ella no quería hacerlo sin despedirse de él. Lo volteó a ver con ojos llorosos. 

Esos ojos siempre mataban el corazón de Sasuke cada que hacía su trabajo.

No se consideraba como un ser humano empático. Si extorsionaba o mataba, estaba bien para él. No tenía principios ni nada por el estilo y su corazón no se movía ni un poco al realizar esos actos. Pero Sakura le movía todo el suelo. El solo imaginar su bella cara llena de lagrimas le oprimía el corazón.

—No llores. Debes irte de aquí. Jūgo irá contigo así que no debes tener miedo.— Hasta su mención, Sakura no se había dado cuenta del pelinaranja detrás de Sasuke.— Te prometo que volveré. Cuídate.

Y sin más, le besó la frente y luego se fue hacia la mansión.

—Esto fue un desastre...— Se tomó sus rosados cabellos con tristeza mientras sus lagrimas comenzaban a aparecer. 

Su ropa estaba llena de polvo y de un poco de sangre. Claro que, no era de ella. De toda esa masacre, por lo menos una gota de sangre debió de haber tocado su vestido. Pero su hermoso vestido rojizo sucio no era el problema, sino la fiesta. Maldijo internamente a la mafia de Orochimaru. 

Hace unas dos horas que había llegado al escondite de la familia Uchiha. Mikoto, quien había llegado hace una hora, estaba con ella; consolándola por el gran fracaso junto con Ino, quien había llegado hace media hora junto con varios del personal. La pelirrosa se sentía culpable. Pensaba que había sido su culpa. Le dijo a su suegra y a Ino que necesitaba tomar aire, así que se dirigió al exterior de la mansión; colocándose una bufanda morada para contrarrestar un poco el frío.

Estaban en una mansión que la familia Uchiha tenía al sur de Italia. El lugar era más que seguro, ya que el territorio estaba repleto de aliados de los Uchiha, por lo que el salir se le estaba permitido. Elevó su mirada; observando la brillante luna que se cernía justo en el centro. Nunca había observado una luna tan hermosa como aquella. Era algo tan contradictorio con lo acontecido recientemente. 

Estaba preocupada por su esposo, a quien no lo había vuelto a ver tras decirle que se fuera con Jūgo. Sabía que este tipo de peleas siempre duraban horas, incluso un día entero, pero por la forma en la que todos se estaban matando, estaba segura que acabaría pronto; esperando que los ganadores sean la mafia Uchiha. Se sentó en el suelo y se quedó observando la luna por un tiempo indefinido. No fue hasta que sintió a alguien sentarse a su lado que reaccionó.

—La luna está hermosa hoy, ¿no?

No dudo en abrazarlo. No supo cuando llegó ni como habían acabado las cosas, pero su esposo estaba con ella. No traía su saco y tenía unos cortes y sangre seca en la cara, y algo era claro: sus guantes rojos eran un factor beneficioso para lo que acababa de suceder. 

—¿Me extrañaste?

—¡Más de lo que podría pensar!— Hundió su cara en su pecho; importándole poco que su camisa tuviera sangre seca de sus rivales.

—Pues ya estoy aquí...

Sakura no quería preguntar como concluyó todo— en cuestión de muertos y daños materiales—, pero si quiso saber el como sucedió lo del ataque. Lo observó fijamente y él entendió.

—Deidara y Sasori nos traicionaron.

—¿¡Qué!?

—Sí. Estaban diciéndole todo lo que hacíamos a Orochimaru. Esperaba el momento perfecto para atacar, por eso no había ningún movimiento suyo. 

—Ya veo... ¿y ellos... ?

—No te preocupes por ellos. Recibirán lo que merece.

La muerte.— Pensó Sakura.

El silencio reinó por unos segundos, pero Sakura recordó algo que tenía con ella. Lo sacó de su extenso bolsillo y se lo colocó a Sasuke en la cabeza. El azabache no había podido reaccionar a tiempo.

—¿Qué son?— Intentó tomarlas, pero Sakura no lo dejó.

—Orejitas de reno. Las encontré en un cajón de la mansión.

Sasuke la miró con el ceño fruncido, pero mejor aprovechaba el momento. Y cuando menos se esperaba, Sakura tenía una cajita roja con un lazo negro en frente.

—¿Qué es esto?— Preguntó con curiosidad.

—Ábrelo y lo sobras. 

Ni siquiera tuvo que decirle dos veces para que Sakura lo abriera. Desató el lazo y retiró la tapadera con cuidado. Sus ojos se abrieron con impresión al ver un reloj de bolsillo plateado. En el centro de la tapadera estaba grabado el símbolo del clan Uchiha.

—¿Cuándo lo compraste?

—Mi madre lo trajo de Japón. Esa "pelea" que tuvimos fue solo para que me entregara el reloj y que no sospecharas. 

—Claro, eso explica todo. Pues lo hicieron muy bien, no sospeché nada.— Observó el reloj fijamente con una sonrisa, pero su semblante cambió al escuchar un sonido extraño provenir del objeto.— ¿Qué le pasa?

—Ábrelo.

La pelirrosa no dudó y abrió el reloj. Cuando este se abrió, una linda canción instrumental navideña se reprodujo. En la parte de la tapadera, la palabra "Snow mafia" estaba grabada en letra de carta al conjunto de un corazón. Sus ojos se pusieron brillosos y mordió ligeramente su labio inferior.

—P-Pero pensé que te habías enojado conmigo por lo de snow mafia.— Su voz tembló por la felicidad.

—Nunca me molestaría contigo por algo así, y más aun sabiendo que lo dijiste por un simple error. Intuyo que quisiste decir "the christmas of the mafia".

—¿"Snow mafia" no es la forma abreviada de eso?— Preguntó con una sonrisa mientras cerraba el reloj.

—No cuando "snow" es nieve en vez de navidad. 

—Oh...

—Veo que te hace falta aprender mejor el inglés. 

—Sí. Pero tengo suerte de tener al mejor maestro y esposo de todos.— Recostó su cabeza en su hombro con delicadeza.— ¡Ah! ¡Mira el cielo!— Se levantó de un solo del suelo; impactada por lo que vio.

Sakura no sabía si había sido un espejismo o algo por el estilo, pero vio algo volando por el cielo estrellado. Sasuke se levantó y observó el cielo; quedándose por completo helado al ver lo mismo que su mujer. 

—Hijo de puta.— Su ceño se frunció de inmediato y dirigió su mano al mango de su arma. 

La tomó sin pensarlo.

—¿Eh? ¡Espera, Sasuke-kun!— Exclamó horrorizada al prever las intenciones de su esposo.

Rápidamente, se colgó del brazo que sostenía la pistola; obligándolo a apuntar al suelo.

—Ese maldito imbécil nunca me llevó un jodido regalo. Nunca. He esperado este maldito momento toda mi vida. Lo tengo en la mira, así que déjame matar a ese idiota.

De verdad está resentido con lo de Santa Claus...— Pensó mientras seguía colgada de su brazo.— Tranquilízate, Sasuke-kun. Si lo matas, muchos niños sin regalos-...

—A mi no me interesan los niños. Que se jodan como yo me jodí.— De verdad estaba enojado.

—Pero... ¿y cuándo nosotros tengamos hijos? ¿Querrás arruinarles la navidad?

Ese comentario hizo que su cólera disminuyera. Pensó por unos minutos, soltó un suspiro y luego bajó la mano con el arma. Sakura suspiró de alivio ante eso. Miró hacia el cielo, y observó que la sombra seguía rondando cerca. Notó la ira que renacía en su esposo, así que lo abrazó por su brazo y se recostó en su hombro. La suave respiración de ella lo tranquilizó mucho. Ambos se quedaron observando el cielo por unos minutos más, hasta que el reloj de Sakura comenzó a tintinear. 

Sakura lo observó desde la palma de su mano, confundida por el ruido que hacía. 

—Feliz navidad.— Fueron las palabras que escuchó decir a su esposo. 

La pelirrosa lo observó confundida. Sasuke, por otro lado, abrió el reloj; dándole la respuesta a Sakura del por qué de esas palabras. El reloj marcaba exactamente las 12 de la madrugada. Ni un minuto más y ni un minuto menos. Ella sonrió ante eso. Había sido un día muy largo. Tuvo diversión y la pasó de maravilla al igual que tuvo desesperación y la pasó de lo peor. Pero todo terminó bien—en lo que cabe—. Sakura se despegó un poco del brazo de Sasuke y lo tomó del rostro con ambas manos; guardando primero el reloj en su bolsillo.

—Feliz navidad, Sasuke-kun.

Y seguidamente, ambos unieron sus labios en un profundo beso que demostraba todo el amor que se tenían. El amor que se tenían y se tendrían para toda la vida.

Fin

Idiomas utilizados: Español, inglés e italiano.

Traducciones: 

Italiano

Sì=

Sì, mia signora?= ¿Sí, mi señora?

Mio marito?= ¿Mi marido?

Lui è nella stanza, mia signora. Ma è in-... = Él está en la sala, mi señora. Pero está en una-...

Grazie= Gracias

Mia cara moglie?= ¿Mi querida esposa?

La signora Mikoto è qui, mia signora= La señora Mikoto está aquí, mi señora.

Mia signora, voi potresti parla spagnolo, non ci disturba.= Mi señora, usted puede hablar en español, no nos molesta.

Noi la amiamo, mia signora!= ¡Nosotros la amamos, mi señora!

Inglés

Close your eyes. Now.= Cierra tus ojos. Ahora.

Y-Yes! I'm sorry...= ¡Sí! Lo siento...

Go away. We'll continue tomorrow. Come again at 7 a.m. Don't be late.= Vete. Vamos a continuar mañana. Vuelve a las siete de la mañana. No llegues tarde.

But Sir! I'm here from 6 a.m. and we need to complete the-...= ¡Pero señor! Estoy aquí desde las seis de la mañana y necesitamos completar el-...

Did I ask you something? Get out of here.= ¿Te pregunté algo? Vete de aquí.

Mr Uchiha...= Señor Uchiha...

I don't care. Get out.= No me interesa. Vete.

Can I open my eyes?= ¿Puedo abrir mis ojos?

No. Get out.= No. Vete.

The christmas of the mafia.= La navidad de la mafia.

Espero que les haya gustado y que lo hayan disfrutado~💖

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