Capítulo cinco: Vídeos y maldiciones

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—¿Y eso te dijo el muy idiota? —preguntó Jinsoul con un deje de molestia. Heejin asiente levemente y la alfa contraria inquiere un bufido al aire—. Heejin, ¿sabes que odio a tu padre?

La pelinegra allana los labios, dando un leve signo de afirmación con la cabeza.

—Lo sé... —le responde con un murmuro—, pero no le hago caso, siempre lo ignoro. Asi todos los días de mi vida quiera arruinarse por su presencia, existe un ser pequeñito que no lo permite —levanta la mirada señalando a la omega pelirroja que yacía en unos metros alejadas de Jinsoul y ella.

Chuu por otro lado sostenía una sonrisa entusiasmada en el rostro a la par en que sus manitos tomando el teléfono de su novia con saldo, la cual le permitía ver vídeos en internet. Heejin observaba que en momentos se reía mostrando hasta las encías rosadas, y en otras cambiaba el semblante a uno molesto formando arruguitas en su nariz, ajena a la conversación de ambas chicas.

—Ayer casi me jode la mañana pero salí con Chuu y un "buenos días Heekki, te quiero", lo arregló —le comenta sonriendo—, y es demasiado claro que jamás le haré caso, Chuu es un pingüinito tan chiquito que no merece lo que me pide, yo no busco eso de ella.

—Lo sé, Heejin —responde suavizando el ceño—, tú la amas demasiado como para convertirte en una alfista de mierda que solo busca intimidar a una omega y tenerla a su merced sin importar sus sentimientos. Tú quieres mucho a Jiwoo, no le tomes atención a tu padre solo busca convencerte porque eres su única hija alfa.

—No, eso sería igual a lastimar a Chuu —niega con la cabeza un poco pasmada—, y tan solo pensarlo me da escalofríos, aun Chuu es menor de edad, aun debe estudiar aunque no quiere porque es un pingüinito flojo —Jinsoul asiente a todo lo que la alfa le cuenta.—. Yo quiero que mi omega sea ella misma, no privarle de nada. Quiero que estudie y escoja lo que le gusta, no a forzarla a vivir conmigo y tener crías para pisotear su vida a mi antojo —suspira delicaída—. Necesito que ella sonría siempre, su sonrisa es muy linda por eso hago hasta lo imposible para sacarle una y no planeo para nada borrársela.

—Me alegra eso, demasiado en realidad. Para ti no hay mundo donde la sonrisa de Chuu no esté.

—No es un mundo completo cuando Jiwoo no está sonriendo —remite y Jinsoul ríe posando una mano en el hombro contrario, dando apoyo.

—Solo espera este año Heejin... Mira, mi hermana y yo compartimos departamento, pero este año ella le ha salido una propuesta de trabajo en Busan, en Noviembre se estaría yendo, asi que te podrías quedar en su lugar.

—Uh, yo... Soul no es necesario-

—No, claro que sí —le irrumpe mostrando serenidad en su rostro—. No hay problema por el dinero, comprendo que aun estés inaugurando los dieciocho, permitirte ser mayor de edad no es del todo fácil asi como conseguir un empleo, podrías tomarlo como un favor de regreso si quieres.

Heejin levanta la mirada, distorsionando su cara a una confundida.

—¿Favor de regreso? —le cuestiona arqueando una ceja.

—Eh... y-ya sabes... —esboza nerviosa enredando más a la pelinegra. Jinsoul pasa saliva—, por lo de la hermana menor de Jiwoo.

—¿Hyunjin?

—Ajá.

—Ella aún te odia, Soul —le comenta expulsando una risotada—, mataste a su conejito.

—Oh mierda, ya te dije que pensé que se trataba de una rata —murmura abochornada aun oyente a la risa suave de su amiga. Sus mejillas se intensifican de calor al recordar la escena—. Y no lo maté, él se escapó —alegó un poco pensativa.

—¿Estas diciendo que el conejo se escapó al mundo de los tiesos?

—A veces ni sé porque te ofrezco mi ayuda, me estresas con tus malos chistes —reprocha cruzándose de brazos, un poco enojada. De repente la pelinegra para de reír y la mayor suspira con desdén, preocupada—. Heejin.

—¿Uhm?

—¿Cómo está tu mamá? —le pregunta curiosa ocasionando que la otra sienta sus hombros tensarse—... Sabes que no debes contestarme si no quieres.

—Se va a casar con otra alfa —remite seca.

Luego de formarse un hondo silencio entre ambas, la mayor asiente, discreta.

—¿Es Taehyo? —le cuestiona y la alfa niega con la cabeza. Jinsoul toma una fuerte boca nada de aire—. ¿Es Yeo-

—¡Heekki! —el chillido delgado de una pequeña omega hizo presencia entre ellas. Las alfas se miraron entre sí para luego girar los cuellos y observar a una Jiwoo frunciendo el ceño de manera tierna mientras se acercaba hacia su estancia. Cuando la pelirroja se halla delante de Heejin, junta los labios rosaditos y totalmente enojada, vuelve a chillar—. ¡¿Cómo me vas a tener mi número guardado solo como: Jichuu!?

Jinsoul no entendía nada, así que desde su lugar, presencia la reciente escena un poco desorientada.

—¿Qué? —le pregunta y la omega prácticamente le pega la pantalla de su celular en la cara, con un mohín—. ¿Y qué tiene de malo?

—No me quieres —los ojitos de Chuu se humedecen, e infla las mejillas rojitas, como una rabieta a la par que negaba por ambos lados—. Heekki, yo te tengo con corazoncitos...

La omega saca su propio celular mostrándole a su novia el contacto y el nombre con que la tiene registrada.

Heekki 💕

Heejin mira enternecida la pantalla sintiéndose conmovida a pesar de que era novedoso para la ruda alfa que le guste su nombre acompañado de un corazón, había estado tan acostumbrada a que cualquier persona la tenga como "Jeon" que no sabe como reaccionar.

Otal vez sí.

Olvidándose de la presencia de Jinsoul, la pelinegra se acerca a la algo llorosa omega y acaricia su mejilla con un desliz de dedos. Chuu era delicada, como las alas de una mariposa, y Heejin jamás la rompería, pregonaría eso en todos lados del mundo, hasta jurarle amor eterno en Francia. Y, no era por hacerse llamar una persona romántica, pero si decidida con alguien que quiere. Heejin quiere a Chuu, y Chuu quiere a Heejin, no alcanzaría detalle alguno que rompa el espejo donde reflejan su amor.

Soba su nariz con la de la omega, obligándola a verla. El aroma que iniciaba a invadir el lugar era uno cálido, emanado por la alfa, feromonas de protección, cosa que termino relajando al cuerpo de Jiwoo, que seguía con un puchero en sus belfos.

—¿Qué pasó bebé? —le pregunta acunando el rostro de la menor en su pecho, sabía que aquel casi inaudible llanto no era por solo un agendado de número, la alfa conocía tan bien a su omega, que se enorgullecía de ello.

—Q-quería tu a-atención... —susurra acomodándose en el abrazo sobreprotector de la alfa, dejando escapar una lágrima en su regordete pómulo—. V-ví un f-feo vídeo...

—Oh dios —habla pasmada—. Perdóname Jichuu, no sabía que podías entrar a recomendaciones, lo siento, realmente lo siento pequeña.

La abraza más contra su pecho, y Chuu se restriega en el, entregada a quedarse ahí.

—No hay problema Heekki... —le murmura con suavidad, cerrando los ojos—, p-pero-

—Jinsoul, ¿te molestaría si me voy con Jichuu? —pregunta y la mayor solo hace un signo de negación.

—Tu omega esta asustada, es obvio que puedes —le remite dando una reverencia a ambas chicas, sin antes de darle una mirada rapida Chuu quien aún con la cabeza enterrada en el pecho de la alfa, gruñe bajo—. Oh, esta bien me retiro.

—¡Chú, chú! —alza la voz la pelirroja separándose de su novia para asegurarse de que sus presencia se haya esfumado, y efectivamente, ya no había rastro de la alfa de cabello rubios. El ácido olor que se amontonaba hace segundos por el susto disipó recobrando ese aroma a pastel de fresas gracias al resguardo de Jeon—. Ojalá le de gripe por hacer llorar a mi hermana por matar a su conejito.

Jiwoo no era muy buena maldiciendo a las personas. La pelinegra solo esbozo una sonrisa acariciando sus cabellos a la par en que la otra se restregaba impregnando con el su olor con la otra, siendo una pareja muy demostrativa de afecto en ese instante.

E imaginar que aquella pequeña omega había podido domar a una cruel alfa que, según dicen, tenía indicios de ser un sanguinario sicario encubierto.

Vaya que los giros son inesperados, y llegan con razones al paladar.

—¿Heekki? —le dice la menor de la nada, removiéndose en su lugar.

—¿Si, Jichuu?

—Quiero que me pongas un corazón en mi contacto —pide con un puchero adornando su fino rostro y Heejin no hace nada más que suspirar sacando su teléfono y accediendo acatar lo que Jiwoo le dice. Entra a la aplicación y agrega el pequeño detalle que se la ha escapado en este tiempo.

Jichuu 💕

Chuu sonríe satisfecha, y la pelinegra se pone a pensar una vez más de cuan bonita era su novia.

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