Todos vieron lo que sucedió, Yoongi había protegido al omega del rayo, el omega se negaba a abrir los ojos, pero al escuchar la voz de su alfa abrió los ojos, pero se encontró con el dios Hades el cual lo tenía abrazado.

—¿Hades? —lo vio confundido. —¿Dónde está Yoongi?

—Lo tienes enfrente de ti, omega. —escucho al dios Zeus decir.

Jimin miró al dios frente a él y se alejó de este, eso era mentira, miró al dios Zeus el cual solo lo miraba con una sonrisa de burla.

—Tu amado alfa todo este tiempo ha sido el dios Hades. —le dijo. —jugando a ser mortal para tener al omega maldito.

—Jimin eso no es verdad. —se quiso acercar, pero el omega retrocedió.

—Él solo jugaba contigo. —lo vio.

—Jimin jamás lo haría y lo sabes. —hablo Yoongi.

—Solo eres un pasatiempo porque le negué casarse con Perséfone. —le dijo. —solo piensa estabas con el dios Hades, este se iba y aparecía un mortal alfa. —lo vio. —te ha manipulado, ya que sabe que eres tan tonto.

Los ojos del omega se llenaron de lágrimas al escuchar lo que le decían, busco la mirada del dios y vio cómo esté la desviaba la mirada, el omega volvió su vista al dios Zeus el cual seguía hablando.

—Él quería divertirse con un omega y qué mejor con el patético omega que buscó refugio en su templo. —lo señaló. —te a de haber dicho millones de mentiras.

Yoongi se acercó y tomó de las mejillas al omega mientras lloraba, el omega también lo hacía el hombre que amaba no existía y todo este tiempo estuvo con el dios Hades, él no pudo creer que se había entregado a un dios.

—Admito que si te mentí Jimin. —le dijo. —y sé que debí ser honesto, pero temía que estarías conmigo por obligación al ser un dios.

—Si hubiera sabido que eras un dios no estaría contigo. —hablo Jimin.

—Yo te amo Jimin. —le dijo.

—Pero yo a ti no. —se alejó. —yo amo a un hombre que ni siquiera es real.

—Soy yo Jimin. —se señaló a sí mismo. —soy tu alfa.

—No, no lo eres. —lo vio. —eres igual que tus hermanos, mentiroso, cruel y traicionero.

—Yo te amo Jimin, renuncié a ser un dios por ti. —le dijo.

Jimin no dijo nada porque estaba cansado de ser visto como un juego por todos, odiaba su maldición y odiaba a los dioses.

—Maldigo el día en que puse un pie en tu templo. —hablo Jimin. —maldigo el día en que te puse ofrenda, en el que fuiste mi amigo. —lo vio. —¡Te maldigo dios Hades!

Cada palabra dicha con odio por el omega eran dagas que se clavaban en el corazón del dios, Jimin comenzó a alejarse del lugar, pero fue detenido por el dios Hades, la ira de éste lo había consumido y no pensaba bien.

—Te maldigo Park Jimin. —Hablo el dios Hades. —en cada vida que tengas morirás a manos del alfa con el que decidas estar y morirás a esta misma edad hoy y siempre.