Capítulo 8YES

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En la cabeza de Lexa Woods, en esos instantes había umpa lumpas bailando mientras canturreaban ¡sí, sí, sí! Evolucionando a fuertes Daniel Bryans alzando los brazos mientras gritaban ¡YES, YES, YES! Y en ese trazo en el que una pequeña parte de Alexa Woods, no quería que fuera así, como algo pactado y tan frío, en esos momentos de duda, la sonrisa de Clarke Griffin se fue borrando, la decepción apareció, seguido de molestia, para que mentir. La primera, la que fue siempre de seductora fue esa italiana y la segundo, porque absurda y no tan absurdamente, se le pasó por la cabeza... déjenme añadir que unas horitas tarde... que podía ser ella de la que había hablado en ese restaurante, ya pueden imaginarse como se sintió la ojiazul, en plan adolescente después de declararse creyendo que obtendría un sí y en vez de eso... al menos si tuviera el no, pero es que simplemente se quedó mirándola embobada como si tuviera un par de mini infartos cerebrales. Dependiendo del momento el silencio puede ser un punto positivo, solo que ese no era el momento adecuado para el silencio, ya que se mal interpretaba. Clarke se alejó con mala cara:

– No hace falta que me digas nada, con tu silencio ya me lo has dicho todo.

Sin esperar a que Lexa se defendiera, se giró y salió de aquel lugar, de aquel horrible lugar, se sentía como una idiota e incluso le picaban los ojos por contener las ganas de llorar, obvio que a nadie le gustaba el rechazo, lo que no esperaba es que le afectara a esa magnitud. No estaba enamorada o al menos es lo que se decía, para Clarke el amor a primera vista no existe, para ella lo importante es estrechar lazos y consolidar una relación, estaba claro que con Lexa no existía relación consolidada, ni si quiera llegaba a la amistad, quizás iba hacer lo que pocas veces, por no decir casi ninguna, era mantener una relación esporádica. Caminaba por la calle a paso ligero abrazada a sí misma, comenzaba a refrescar:

– Clarke, espera.

Le dijo Lexa a unos pasos detrás de ella:

– Regresa a ese pub, lleva a cabo tu plan inicial– le dijo sin mirarla– no pierdas el tiempo, ya me has dejado clarito que conmigo no...

– Clarke yo no he dejado en claro nada– consiguió alcanzar a la ojiazul y la agarró de la muñeca, la rubia se giró aunque se negaba a mirarla– No me ha dado tiempo a contestarte

Uy, ahora sí que la miró, pero no de buena manera, no señor, estaba muy enfadada, Lexa tiende a mover las aletas de la nariz e incluso tiene un pequeño tic en el ojo derecho cuando se enoja, Clarke Griffin tiene una arruga muy pronunciada justo en la frente:

– Tuviste un buen rato Lexa, era fácil decirme que no ¿Tanta pena te daba rechazarme?

Lexa se pasó la mano por el pelo:

– Ese es el maldito problema Clarke– caminó de un lado al otro antes de seguir, hablar a la rubia mientras seguía batallando internamente era desesperante– Una parte de mí quiere hacerlo – La arruguita de la frente fue suavizándose a la vez que curvaba los labios, había esperanza, digo había, lo siguiente que escuchó la desconcertó– Por otra parte no.

– ¿Por qué no?

Clarke era lenta para unas cosas y demasiado rápida sacando conclusiones erróneas en otras ocasiones, como en esa, se le pasó por la mente "es por la nariz rota" "Soy demasiado pija para ella" "prefiere a la camarera" lo triste es que siempre eran pensamientos con bajo autoestima:

– ¿Te piensas que soy tan simple como un hombre? Estás tan acostumbrada a que te bailen el agua que te olvidas que yo también soy mujer, quizás el que te abras de piernas tan fácilmente– eso no suena nada bien y obviamente no le sentó bien a Clarke, pero ¿es que la pobre italiana tiene que saber formular las oraciones inglesas a la perfección? Si lo dijera en italiano... Clarke perdería las bragas, las lectoras perderían las bragas, el narrador los calzoncillos y Raven, bueno Raven no lleva bragas directamente. Bueno que me voy por las ramas...– Quiero decir, tengo sentimientos Clarke, joder– se pasó la mano por la mejilla y siguió– quiero besarte, llevo queriendo besarte desde el pasado otoño, cuando entraste en el bar de Raven con tu comportamiento arrogante, tu peinado repipi y ese abrigo de tela gris, quiero besarte– Ahora era Clarke la que estaba entrando en shock, nunca nadie en su vida le habían dicho algo así, le hubiera molestado lo de "arrogante" y "repipi" pero es que le había puesto tanta pasión en sus palabras– desde que te hablé por primera vez y he querido aferrarme a tus manías tan neuróticas para tenerte el mínimo desprecio, lo peor de todo es que solo consiguieron que te deseé más, me encanta cuando miras las baldosas y caminas siempre por las del mismo color, que pises las rayas blancas del paso de cebra o pierdas media hora arreglando un puñetero lazo para no estar toda una noche obsesionada– "Vaya ¿Tantas manías tengo?" pensó Clarke, bueno, no hizo falta que Lexa hablara en italiano, ahora mismo acabo de ver las bragas de Clarke volando cerca de mi ventana – Me encantas, toda tú me encantas y desde esta mañana hasta ahora llevo queriendo besarte. Más si ya los he probado, besarte en el aeropuerto solo consiguió hacerme más adi...

Era la europea Lexa Woods, llegó a recitar un poema de media hora solo para conquistar a una mujer, sería capaz de estar toda la noche detallando las razones por las que quiere besar a Clarke o lo loca que le trae. Solo que se topó con el ser más impaciente y movida por un impulso, Clarke la calló, no empleó una bofetada, ni puso una mano en los labios de Lexa, la calló, pero de la mejor forma que se puede callar a una persona, con un beso. Se acercó, la abrazó y poniéndose algo de puntillas chocó sus labios. Lexa tardó unos segundos en reaccionar, pero cuando lo hizo, deslizó sus manos por la espalda de Clarke, la pegó a ella y respondió a sus labios casi con ansias. "Hambre" esa era la palabra, una necesidad que nunca había llegado a experimentar la rubia, ojalá pudiera describir que empezó siendo un beso casto a la luz de la luna, pero que mierdas ¿Es que un beso apasionado a luz de una farola era menos romántico? Sencillamente, en cuanto dio permiso a esa italiana a entrar en su boca entreabriendo los labios, sintió que todo su interior ardía, se aceleraba, hacía que los latidos de su corazón latieran con fuerza hasta chocar con su tórax y su sangre fluyera con tanta rapidez que solo podía experimentar adrenalina, mientras que físicamente se derretía y se convertía en líquido, solo había una cosa que las obligaba a parar durante unos segundos y era una de las cosas primordiales para la supervivencia, respirar, Clarke aun con los ojos cerrados se le escapó una fugaz sonrisa antes de preguntar, negándose a separarse del calor corporal que desprendía Lexa o es que estaba tan en shock que se veía incapaz de mover un solo musculo de su cuerpo:

– ¿Por qué no me has besado si tantas ganas tenías?

Le preguntó con un hilo de voz Clarke a la vez que pasaba la mano detrás de su nuca, su tacto se familiarizaba con los largos cabellos de Lexa. La ojiverde, tampoco dejaba de mirar sus labios y los acarició con suavidad con el dedo gordo, estaban hinchados y enrojecidos:

– Te dije que a partir de ahora solo esperaría a que me besaras tú– curvó una de las comisuras de sus labios, maldita sonrisa, hacía que le temblaran hasta las canillas de Clarke– pensaba que no ibas a besarme nunca.

Clarke sonrió y se dispuso a besarla otra vez, de verdad que Lexa se moría por besarla, pero le había dado demasiado tiempo para que algo de sangre le llegara al cerebro y procesar algo de información:

– Clarke– Se separó unos centímetros y acarició con cuidado su rostro – ¿A dónde pretendes llegar? Sé que puedo parecer fuerte pero...

– Lexa– ahora si le silenció poniendo una mano en sus labios– Estás pensando– le dijo justo lo que llevaba escuchando desde esa mañana– habíamos acordado que hoy íbamos a dejarnos llevar y que no pensaríamos, yo también he descubierto que quiero besarte.

No se diga más, toda la fuerza de voluntad se esfumó desde el momento en que Clarke tocó sus labios, saciando sus fuertes anhelos. Con cuidado aferró su rostro de esa rubia neurótica y en esta ocasión fue Lexa quien besó a Clarke, con la diferencia de que ahora Clarke estaba al tanto de que iba a ser besada y no la pillaría de sorpresa, el beso fue correspondido y así estuvieron... bueno, lo cierto es que no llevaron la cuenta de todo el tiempo que estaban debajo de esa farola, escuchándose a lo lejos el bullicio del pub.

Regresaron al hotel en taxi y se puede decir que en todo el tiempo que llevaban en el hotel, Clarke no se fijó en los lazos, el problema, es que Lexa si se fijó en ellos y se dio cuenta de que uno estaba más torcido que el otro, frunció el ceño respondiendo al abrazó de Clarke mientras esperaban a que el ascensor se abriera y justo antes de que las puertas se abrieran:

– Espera.

Dijo cuan loca maniaca de los lacitos perfectos y como si hubieran cambiado los roles, Clarke observó boquiabierta como la ojiverde se molestó en colocar el lazo. En cuanto acabó Lexa volvió a arrugar el entre cejo "¿Por qué hice eso?" pensó, mientras que el pensamiento que pasaba por la cabeza de Clarke fue diferente "¿Por qué se me ha pasado eso?" Aunque en el momento que Lexa le agarro de la mano y aprovechó el tramo de subir al piso para besarla nuevamente "¡Ah! Por esto no me he dado cuenta!" y cuando la luz del neón del pasillo nada más salir le reflejó en los ojos, esas pequeñas duditas que había tenido de regreso, se le habían pasado. Aunque hacía tiempo que no estaba con nadie y estaba nerviosa, más si la morena era incapaz de esperar a que se abriera la habitación del hotel cuando ya estaba abrazándola o besándola y justo cuando estaba la puerta abierta e iban a pasar:

– CLARKE GRIFFIN.

Se escuchó la voz chillona de Harper haciendo sobresaltar a las dos chicas, al parecer había estado con las parabólicas puestas esperando a que su hermana apareciera:

– Dispiace– se quejó Lexa con una mueca– Non siami sordi, puedes hablar más bajo.

– Dispiace– imitó Harper mientras ponía la mano en señal de Stop– estoy hablando con mi hermana, no contigo pervertida.

– Pues sé más respetuosa con tu hermana...

Dijo más molesta e interponiéndose entre ambas hermanas:

– Lexa– Dijo pasando su mano en el hombro de la ojiverde– ve entrando ahora vuelvo.

Qué más remedio, tuvo que observar como su momento de felicidad se iba a la habitación de al lado, con Harper Griffin. Entró en la habitación vacía ¿ahora qué hacía? ¿La esperaba en la cama? ¿Desnuda o vestida? Y ¿si a la vuelta Clarke decidía no hacer nada? Mejor la esperaba vestida, se sentó en la cama y encendió la televisión, ¿a esas horas que emitían? Programas de cocina y canales de venta que promocionaban artilugios extraños. Lo que no se esperaba era que la espera se alargara más de una hora, temiendo que les saliera la vena psicótica Griffin y se hubieran matado, apagó la televisión y fue hasta la puerta de la habitación de al lado y llamó. Que suerte que abrió Clarke, que por cierto estaba llena de purpurina:

– Vine por si necesitabas refuerzos.

Clarke puso cara apenada:

– Mi madre y mi hermana no están muy contentas– Lexa puso los ojos en blanco, eso a ella ¿qué le importaba si la familia de Clarke estaban enfadados? Solo le importaba lo que pudiera pensar esa rubia que tenía enfrente– estamos terminando de hacer unos regalitos para los invitados, pero va a llevar un par de horas más– dejó caer los hombros– será mejor que no me esperes despierta.

Lexa suspiró abatida, ¿Cómo podía tener tan mala suerte en la vida?:

– ¿Y dónde duermo? ¿En el sillón o en la cama?

Clarke sonrió se acercó y le dio un beso, un besazo de diez Misisipi y con mucha lengua, tanto así que le llenó de purpurina también, separándose se mordió el labio inferior antes de responder:

– Te doy a elegir.

Dijo entrando a la habitación y quedando asomada con la puerta entornada, Lexa se apoyó en la pared y quiso hacer unas últimas preguntas:

– ¿Lo hago con pijama o desnuda?

En esta ocasión fue Clarke la que dibujó una sonrisa traviesa y respondió con voz baja:

– Desnuda.

– CLARKE.

Se escuchó la voz chillona de Harper a su espalda. Clarke puso los ojos en blanco y ambas tuvieron que separarse. Lexa tenía que conformarse, al menos ya no tenía que dormir en el sillón. Se dejó caer en la cama y sonrió, no habría sexo, pero al menos hubo besos, muchos besos y los mejores. Los planes estaban cambiando, Clarke en un principio iba a ser el plan para recuperar sus tierras, ahora no podría volver nunca, la duda era ¿Clarke estaría dispuesta a estar con una italiana arruinada y sin apenas dinero?

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