PRÓLOGO

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Problemas.

Eso es lo que significa y siempre a significado el nombre de Anthea Tyrell, un montón de problemas incomprensibles para personas ajenas a su vida.

La pequeña niña solo lograba recordarse como una niña revoltosa, de salvaje cabello ondulado y ojos tan azules como el mar, y después solo puede recordar cuatro paredes rosadas con pinturas de nubes que la hacían querer arrancarse la cabeza. Todo era tan falso para ella. Tan ingrato.

Los señores de Altojardín después de muchos días de meditación y lamentos, habían llegado a la conclusión de que aquello sería lo más prudente hasta que encontraran un esposo para la pequeña Tyrell, quien había nacido dotada de una belleza enorme y cautivadora. Pero lamentablemente, había sido objeto de envidias y celos. Además de un sinfín de intentos de secuestro.

-¿Por qué debo estar aquí? -preguntó una curiosa niña de ojos penetrantes- ¿Hice algo malo, madre?

El corazón de la matriarca se marchitó al ver la tristeza de su hija más joven. Como le dolía lo que tendría que hacer a continuación.

Alerie sole le sonrió con calidez, una que no le llegó a los ojos y le besó la frente antes de meterla en la habitación. Trató de no olvidar el aroma de su cabello, el cual siempre olía a lavanda, tierra húmeda y césped recién cortado. Su hija siempre fue una hermosa rosa, por lo que tenía miedo de que las cuatro paredes que la acompañarían por muchos años, lograran secar sus pétalos.

-Estarás aquí por algún tiempo. Nada grave.

Nadie le dijo que aquel tiempo se convertiría en semanas aburridas sin tener nada que hacer, meses interminables que la hacían sentirse asfixiada, y un par de años que la harían ver que no se puede confiar ni en la misma familia por más amor que juraran tenerle.

«Deben pagar», le susurraba una voz siseante que permanecía activa en su cabeza.

Y mientras más crecía, la amargura y enojo fueron creciendo como una plaga que amenazaba con envenenar su escencia.

Fue así como nadie se daba cuenta del monstruo que estaban alimentando con cada día que seguía cautiva en su preciosísima torre.


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Atte.

Nix Snow.

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