Capítulo 19

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Anastasia POV

El día que regresé a Estados Unidos para organizar el evento de la inauguración de la empresa, nunca imaginé que Cristian me propusiera matrimonio, no hemos fijado aun la fecha, sin embargo, la propuesta está hecha.

Días después la inauguración fue de maravilla, los medios que asistieron no dejaban de preguntar por mi relación con Cristian y para guando estaría fijada la boda, claro está la prensa no obtuvo la fecha.

Voy de camino a mi oficina en el último piso al llegar me encuentro con mi asistente personal, que me espera.

-Señorita Miles su hermana la está esperando en su oficina- Me informa mi asistente.

- ¿Qué has dicho? - Pregunté incrédula.

-Que su hermana la espera- Insiste mi asistente, en eso recuerdo a la ex de Cristian y eso envara. Es hora de ponerla en su lugar, esta mujer no entiende que es un ¡NO!

-Llama a seguridad- Le ordené.

-Pero...- Esta idiota que no entiende.

- ¡AHORA! Yo no tengo hermanas-

Entro en mi oficina sin imaginarme a quien me encontraría, para mi sorpresa es la tal Susana. La miro de pies a cabeza, no es fea, no, al contrario, parece modelo la muy hija de puta.

- ¿Qué quieres? - Le suelto sin pensar.

-A Cristian- La veo de nuevo de los pies a la cabeza.

-Ja, ja. Que graciosa. Mira esto ¿Te dice algo? – Le muestro mi anillo de compromiso.

Mira mis manos y queda paralizada con sus ojos fijos en mi mano.

-Si, nos hemos comprometido. Date tu lugar, Cristian no te quiere. Sigue tu vida y déjanos en paz-

Hace intento de tirarme al suelo, no obstante, mi seguridad aparece en el momento justo y la aprisionan.

-Señorita Miles, ¿Se encuentra bien? – Tom me habla, mirándome a la cara.

-Llévese a esta mujer y asegúrense de que no vuelva a entrar o de lo contrario tendrán que pedirle trabajo a ella. Estoy molesta se supone que todos saben que clase de persona es esta mujer y también que no tengo hermanos. ¿Cómo la han dejado pasar?

-Me las pagarás Anastasia, nadie nos detendrá –

Lamentablemente no hay cámaras en esta oficina, ya que esa palabra de Susana sería una confesión de que ella ha estado involucrada en el atentado en mi contra.

Me dirijo a mi escritorio tomando asiento, un leve mareo se hace presente, me recuesto en el espaldar de la silla y tomo aire, desde aquí oigo sus gritos, hasta que desaparecen. Mi móvil suena y sin mirar lo respondo.

-Dime que no es cierto- La vos de Cristian resuena al otro lado de la línea.

-Si, si lo es- Afirmo es tonto hacer lo opuesto es evidente que ya le han informado.

-Voy en camino- Siempre tan impulsivo.

-No es...- Me quedo con las palabras en la boca porque ha colgado.

Apoyo mis codos en el escritorio, me tapo el rosto con las manos y empiezo a llorar, esta mujer no nos dejará en paz. Ella es una de las personas que me quieren hacer daño puedo imaginármelo.

Minutos después escucho que la puerta se cierra. Unos brazos me rodean, reconozco ese calor, ese perfume.

- ¿Por qué Cristian? - No los entiendo porque desean hacerme daño.

- ¿Por qué, que? -

- ¿Por qué me quieren hacer daño? Yo ni sé quiénes son-

-No lo sé amor-

Me levanto y en un momento le estoy desabrochando el pantalón a Cristian, bajo su bóxer y lo hago sentar se en mi silla, me subo la enagua para luego bajar las bragas y quietármelas.

-Ana, ¿Qué haces? -

-Olvidar amor. Dame eso por favor-

-Está bien. Soy todo tuyo, recuérdalo-

Me subo a la silla, poniendo mis rodillas a cada lado de Cristian. Tomo su grueso y hermoso miembro que ya está duro con mi mano izquierda, lo posiciono en mi entrada y voy bajando despacio hasta introducirlo en su totalidad en mí, me siento llena y completa con Cristian a mi lado. Necito esto para reafirmar que él siente lo mismo que yo, empiezo a moverme primero despacio.

- ¡OH, nena! - Jime en mi oído.

- Eres mío, ¿verdad? – Quise saber.

-Si, si sólo tuyo-

Me toma por la nuca y empieza a besarme, mi cuerpo cobra vida propia y empiezo a moverme sin control, lo necesito, quiero sacar toda la frustración que esa mujer saco de mí. Subo y bajo sin control, pero Cristian me toma de las caderas y me hace parar.

- ¿Por...Porque me detienes? -

-Nos podemos hacer daño, despacio-

Empieza a marcar el rito hasta que obtenemos lo que tanto deseaba, el problema es que todavía me siento insegura de sus sentimientos.

֍֍֍

Después del encontronazo con Susana, empecé a recibir mensajes amenazantes, claro está que Cristian no lo sabe, sino se volvería loco. Hemos pasado unas semanas muy muy movidas en todos los sentidos. La empresa ha ido bien en estas semanas, me he reunido con infinidades de empresarios interesados en hacer negocios con nosotros, otros han querido la presencia de mi madre porque no confían en alguien tan joven, sin embargo, se han jodido, mi madre les ha dejado claro que soy yo quien está al frente de las empresas. Que no se engañen por mi juventud.

Desde la cena de compromiso, Kate y Ethan me han visitado varias veces y algunas otras hemos salido a almorzar o a cenar, claro con un ejército de seguridad. Es bueno tenerlos a ambos son los únicos amigos que tengo; aunque Elliot Grey se reciente, él es mi cuñado y novio de mi única amiga.

Ahora decidimos de disfrutar de unos días para nosotros, vamos de camino a un resort de un amigo de Cristian, que es muy cómodo y seguro según dice Cristian, sus padres han ido a vacacionar al lugar en algunas oportunidades.

Llegamos al lugar y es divino es como Cristian lo describió, la habitación es un lugar muy cómodo, al llegar es Cristian quien toma la iniciativa de estrenar el lugar, en la sala de la Suite, en la cama tuvimos varias rondas de sexo rudo, hasta agotarnos.

-Vamos a asearnos para dormir un rato y luego a cenar- Me dice.

-Tengo sueño Cristian- Le digo bostezando.

-Lo sé. Pero mejor limpios- Concedo.

A regañadientes me levanto y voy a la ducha con él. Ahí reconozco que me quedan fuerzas, hacemos dos rondas de sexo en la ducha, para luego salir y esta vez sí estoy realmente cansada tanto así que Cristian me carga en sus brazos.

- Ana, despierta, tenemos que comer-

- ¡Tengo sueño! - Protesto

-Lo sé, pero si no cenas, no hay sexo nocturno, ni de ninguna clase-

-Está bien. Pero nos duchamos juntos- Hago un puchero

-No. Yo ya estoy listo, ve te espero- Me levanto a regañadientes.

Una hora después estamos en el restaurante cenando, la comida es deliciosa y el lugar muy íntimo, el celular de Cristian no deja de sonar y he visto más chicos de seguridad a parte de Taylor cuidándonos.

- ¿Por qué tanta seguridad, Cristian? -

-Porque tú y yo valemos nuestro peso en oro. Cualquiera intentaría secuestrarnos-

Su repuesta no me convence del todo, pero disimulo creerle. Para que este tranquilo, hemos venido a descansar unos días y eso haremos.

֍֍֍

La vida y el tiempo son injustos los días que vinimos a descansar pasan sin darnos cuenta ya mañanas es nuestra partida, hemos pasado unos días de ensueño. Quisiera que esto no se terminará, la realidad es que ambos tenemos responsabilidades y personas que dependen de ambos por lo que tenemos que regresar.

Mi madre me ha llamado muy seguido sus nervios están al límite, lo sé, su voz de preocupación me lo demuestra, le he insistido que todo va bien, sé que, desde el intento frustrado de secuestro, su preocupación ha aumentado. Y la entiendo si algo le pasara a ella no lo soportaría.

Con respecto a Cristian todos los días me reafirma el amor que siente por mí y yo le confirmo el mío por él, hemos hablado de fechas para la boda, pero todavía no llegamos a un acuerdo con el día. Mis amigos me han llamado incesantemente, de que los tengo abandonados, ellos saben que estoy de descanso con mi prometido.

El último día transcurre demasiado de prisa, ahora estamos preparando el equipaje para irnos. Estoy en un torbellino de emisiones, ya que tenemos que volver a nuestra realidad, mis nervios están de punta no sé por qué. Anoche tuve una pesadilla que no me dejo conciliar el sueño y ahora mi cuerpo me pasa la factura por no dormir bien.

Nos despedimos del personal del hotel quienes fueron muy serviciales y atentos, sobre todo el valet que nos asignaron. De camino mi cuerpo empieza a temblar mis nervios están como locos y de la nada empiezo a tener miedo. El móvil de Cristian suena.

-Diga-

- ¡Piérdelos! No dejen que se acerquen a nosotros- Ordena a alguien.

- ¿Qué pasa Cristian? - Pregunto con los nervios y el miedo al límite. Está pasando de nuevo.

-Son ellos otra vez- Empiezo a llorar, mamá tenía razón de estar preocupada.

Cristian marca un número de su lista de contactos.

-Ray, soy Cristian. ¡Escúchame! Estoy con Ana. Nos siguen. Vienen con todo, mi personal de seguridad está tratando de detenerlos, pero no sé por cuánto. Te mando nuestra ubicación para que nos rastrees- Escucho a Cristian hablar con alguien.

- ¿Quién era? -

-Alguien que nos ayudará. Ahora no te preocupes que yo te protegeré-

- ¿Y quién te protegerá a ti Cristian? -

-Tranquila, no te preocupes, estaré bien-

De repente se escuchan disparos uno logran dar en el auto, pero no entra.

-El auto es blindado- Me informa Cristian.

- ¡Taylor, piérdelos! -

Miro hacia tras y veo como uno a uno van sacando del camino a los autos escolta, pero de pronto siento como somos sacudidos, un camión nos ha dado de costado. Cristian vuelve a llamar.

- ¿Raymond donde esta tu gente? Son demasiados, han sacado de circulación a mis escoltas. Si, el auto es blindado. Ven pronto-

Vuelven a golpearnos una y otra vez hasta de repente otro camión aparece.

- ¡Más de prisa Taylor! - Ordena Cristian.

Pero de repente se oye un estruendo donde nuestro auto sale expulsado por los aires y caemos al suelo. Apenas soy consciente de lo que sucede alrededor, Cristian a mi lado con la cabeza ensangrentada e inconsciente, Taylor y Luke no sé cómo están.

Hombres con trajes negros y pasamontañas empiezan a dispararnos, pero las balas no entran.

-Abran la puerta a como dé lugar con las pinzas hidráulicas, la quiero muerta y Cristian es mío. Me las pagará por todo lo que me ha hecho- Dice la voz femenina. Me parece reconocerla, parece la de Susana.

Después de tanta insistencia logran abrir el auto y soy sacada el auto por la fuerza, la sangre en mi frente a caído en mis ojos no puedo ver con claridad.

-Ya no eres tan valiente Anastasia. Mírate, no sé qué te vio Cristian. Ya no serás un estorbo. ¡Mátenla! –

Voy a decir algo cuando escucho el estruendo, mi cuerpo cae al suelo, golpeándome la cabeza en el frio pavimento, a lo lejos escucho más disparos y un viento muy fuerte, pero el dolor y la inconciencia se apoderan de mí-

-Traigan a Grey- Ordena la mujer.

- ¡Cristian, Cristian! - Repito una y otra vez

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