Aire decide tomar las riendas del asunto, aunque esté cansado y enfermo, no puede evitar preocuparse por Fuego, es hora de la verdad.

—Fuego te besó por una razón.

—¡¿Qué?! ¿Eso también te lo dijo? —Agua lo interrumpe—. Esta vez sí que lo mato, como puede...

—¡Agua! —grita Aire y tose.

—Aire, deberías...

—No terminé de hablar, tengo que terminar.

—Pero...

—Déjame hablar, Agua.

—Bueno. —Hace puchero.

—Yo no lo diré, eso sería invadir el espacio personal de Fuego, así que, ¿por qué crees que te besó?

Agua se sorprende.

—Porque...