48: Pensando en ti, pensando en mi, en un nosotros...

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¡GANAMOS! ¡GANAMOS! Capítulo de celebración❤️
No se olviden de votar y comentar 🥰








































25 de junio, 2022

No tenía palabras para explicar lo del día de ayer. Risas, gritos, bailes, juegos, fogatas, nadar desnudos en el mar a mitad de la noche y quedarme dormida viendo las estrellas y escuchando el corazón de Pablo.

Sin duda alguna, recordaría ese día de por vida.

Y la noche del 25 de junio, probablemente fue el último día en el que estuve rodeada de todos mis compañeros de clase.

Escuchaba los gritos de emoción de Carla al pasar por un túnel que nos llevaba a la zona vip del antro. Mi amiga iba delante de mí con su pareja, era Bruno.

Yo ya los shippeaba.

Prefería mil veces a que Bruno se enamorara de Carla, a que este pilladisimo de Ester, ella no lo merecía.

A mi lado estaba Raúl, era mi pareja. 

Confieso que me gustaría haber traído a Pablo. Sí, era verdad que él no me prestó atención cuando trate de invitarlo directamente y que las circunstancias no me lo permitieron, pero, el día de ayer, fue tan perfecto que acabó con todos esos días separados.

Aun así, no le dije que viniera conmigo. Ya había invitado a Raúl y sería muy grosero de mi parte cancelarle a último momento.

—Sin móviles —avisó un segurata.

—¿Sin móviles? —Le pregunté a Carla. 

—Son las reglas de la fiesta, los móviles nos harán perder la diversión —respondió Carla entregando su teléfono sin oponerse, algo raro porque su móvil y ella venían pegados. 

Miré a Bruno y a Raúl, los dos entregaron sus móviles. Solo faltaba yo y un poco dudosa, lo entregué. Se me hacía raro, todo pasó al olvido cuando fui jalada por Carla, quien iba muy animada con su nuevo cambio de look.

La música sonaba muy alto, las luces de colores se reflejaban en medio de la pista de baile. Había mucha gente, caras conocidas, pero a la vez desconocidas que me sonreían.

—Val, esta será la última fiesta del insti... —habló y se detuvo justo cuando sus pies frenaron, miré el porqué lo hacía y una mueca de asco apareció en mi cara al ver a Ester con su tonto y bonito vestido—¿Les parece si por esta noche hacen una tregua y nos divertimos?

Carla nos miró con una pizca de esperanza.

—Por favor —Pidió Pau—, por nosotras —habló a la vez junto a Carla.

Miré a mis dos amigas y luego a Ester. Ella estaba cruzada de brazos, no daría el primer paso.

—Estoy dispuesta a una tregua —Carla dio un brinco y aplaudió—, pero solo por esta noche.

Estiré mi brazo para sellar la tregua en un apretón de manos.

—Ester.

—Vale, pero solo por esta noche.

Su apretón de manos fue tan fugaz, que dejé de sentirlo en menos de un segundo.

—¡Y ahora que inicie la fiesta!

El lugar estaba hasta el culo de gente, había más personas de lo previsto, pero eso no fue impedimento para dejar de disfrutar.

Bailaba y cantaba junto a Carla, Pau y Ester. Por un segundo creí que las cuatro éramos las mismas chicas de 16 años que hacían fiestas en sus casas y se convertían en el alma de la fiesta, amaneciéndose entre bailes y dolores de pies.

Me divertí.

La garganta me quemaba al tomarme otro chupito. Y digo "otro" porque había perdido la cuenta.

Admito que estaba un poco borracha.

—Tío, quiero ir al baño.

Deje caer mi peso en el cuerpo de Raúl.

—Llévame, anda.

—Estás ebria.

—Un poco. No es nada. Lo juro —Bebí otro chupito y me reí escandalosa—Me llevas —hice un morrito y estiré mis brazos hacia Raúl.

—Anda, te llevo.

Pasó uno de sus brazos por sus hombros y me llevó hacia los baños.

—¿Quieres entrar conmigo? —pregunté vacilante.

—No vuelvas a tomar —lo dijo en un tono de regaño y a la vez divirtiéndose de mi situación.

—No estoy ebria —Me reí entrando al baño, mire mi reflejo en el rostro y tenía esa cara de haber estado divirtiéndome las 24 horas del día.

Limpié el sudor con una toalla de papel y acomodé mi flequillo. Entré a uno de los cubículos e hice pis.

Una sonrisa atrevida se me formó al recordar las cochinadas que Pablo y yo hicimos en el baño. "Deberíamos llamarle" pensé.

Como una tonta estuve buscando mi móvil. Hasta que me di por vencida y en ese instante recordé que el móvil se había quedado con el segurata.

—Imbécil.

Salí del baño y me topé con Raúl, sentado en el piso con la espalda apoyada a la pared paralela en la que me encontraba, fui hacia él y deslicé mi espalda hasta sentarme a su lado.

—¿En qué piensas, chulo?

Raúl apoyó su cabeza en mi hombro.

—Me he divertido mucho Val. Gracias por invitarme.

Cerré los ojos.

—Es lo mínimo que podía hacer, si eres tan lindo conmigo.

—¿Sabes?

—¿Qué?

—Pensé que me cancelarías.

—¿Por qué lo haría?

—Es que ayer te veías feliz con Gavi, el futbolista y pensé que irías con él.

—No es el ambiente de Gavi. Además él tiene fútbol.

O fue lo que me dijo.

—Pero...

—Shhh —Puse mi dedo sobre sus labios. Raúl me miró sorprendido por mi atrevimiento y lento fui quitando mi dedo.

No estaba en mis cinco sentidos y me había quedado petrificada mirando los bellos ojos verdes de Raúl, tratando de ver el marrón y el brillo especial que eran los ojos de Pablo. Estaba tan ebria que esos verdes ojos se convirtieron en los marrones que me volvían loca.

Cerré los ojos y me fui acercando, mis labios se fruncieron como los de un pato a la espera de un beso de Pablo. Pablo. Mi Pablo.

Sentí un roce que se incrementó, abrí mi boca para encender más y más el beso, pero él fue quien se separó.

Auch.

—Perdóname, no debí...

—Quiero que me beses —Hice un mohín, aún seguía con los ojos cerrados.

—Escúchame, Valeria. Eres una chica muy maja y cualquier tío estaría loco por ti, y admito que desde que te conocí me gustaste, pero a medida que pasábamos tiempo juntos me di cuenta de que me gustabas más como una amiga. Además de que tú estás perdidamente enamorada de...

—Estoy enamorada de ti...

—No lo estás.

—Lo estoy. Pablo, estoy muy enamorada de ti, pienso en ti a cada minuto, te qui...

—¿Pablo?

—Pablo...

—Abre los ojos, tonta —Sentí un pequeño golpecito en mi frente.

—Auch.

Lento abrí los ojos.

—Lo ves, no soy Pablo. Tonta.

No era Pablo.

Me reí como una estúpida.

—Necesitas café.

—¡Mejor otro chupito! —grité, alzando mis brazos.

—Anda, mejor vamos a buscar a Carla —Raúl me levantó y me llevó consigo.

El fuerte sonido de la música, despertó mis ganas de mover todo mi cuerpo. No sé cómo lo hice, pero, me perdí entre la multitud y baile como si la vida dependiera de ello.

Agotada y con una inmensa sed fui hacia la barra. Me senté en uno de los taburetes y le pedí al camarero otro trago.

Esperé ansiosa y de pronto, la electricidad se fue. Todo estaba a oscuras, pero, la música seguía sonando.

—¿A qué no adivinas quién soy?

Ese acento.

Mordí mi labio.

Giré el taburete y con mis manos, aparte las suyas que tapaban mis ojos.

Pestañeé y apareció una imagen borrosa que se fue enfocando. Sonreí con una boba y pregunté:

—¿Estoy alucinando?

—No —Sus comisuras se agrandaron al sonreír.

Mi corazón bombeó muy fuerte y pase mis brazos por su cuello, mi rostro se escondió en la abertura de su camiseta. Aspiré y su perfume me volvió loca, olía a su perfume diario mezclado con otro de bebé.

—¿En verdad eres tú?

—Lo soy, Val.

Tomó asiento a mi lado.

—¿En verdad? No quiero besarte y enrollarme contigo pensando que eres Pablo.

—¿Qué?

—Nada.

Besé su mandíbula y fui bajando por su cuello.

—Hueles a Pablo.

—Soy Pablo. Tu Pablo.

Me separé de él y lo miré. Era él, su rostro, su olor. Pero, estaba consciente que el alcohol se adueñaba de mis acciones y de mi mente. Ya me había imaginado que otro tío, era Pablo y no era él. Es por eso que para estar 100% dije.

—Dime algo que solo sepa mi Pablo.

—Tienes un hoyuelo en tu espalda baja —Señaló con una sonrisa pícara. 

Sonreí tonta.

—Y tú tienes dos —Pase mis brazos por su cuello y jugué con la punta de su nariz, nuestros labios estaban a milímetros de tocarse y antes del roce, giré mi rostro para dejar un montón de besos por toda su mandíbula hasta llegar a su oreja. Mordí mi labio, pegué mi pierna derecha a la suya y agarré su mano para dejarla y presionarla en el interior de mi muslo. Sonreí coqueta y mordiendo el lóbulo de su oreja, susurré:

—Quiero que me folles.

Escuché que trago saliva y sus hombros se tensaron, mis labios bajaron por su cuello y apreté más su mano sobre mi muslo.

—Vamos al baño, por favor —supliqué, sintiendo un calor que incrementaba más al apretar mis muslos y tenerlo cerca.

—Estás ebria —dijo en una voz ronca.

—¿Y?

Besar su piel era mi adicción.

—Estás borracha, no me voy a aprovechar de ti.

—No lo harás. Yo te lo estoy pidiendo —susurré sobre su cuello—. Follame, Pablo. Por favor.

—Val —Jadeó cuando mi lengua acarició su piel.

Aparté mi boca de su cuello y pegué mi frente a la suya. Le miré fijamente a los ojos, él me sostuvo la mirada y esos ojos brillaban de lujuria.

Aparté su mano de mi muslo y sin soltarle la mirada metí mis manos por debajo de mi vestido y empecé a deslizar mi ropa interior por mis piernas.

Sonreí pícara y al tener mi tanga entre mis dedos, se la enseñé a Pablo. Sus marrones ojos se abrieron más y rápidamente me quitó la prenda.

—¡Valeria! —Escondió mi tanga en el bolsillo de sus vaqueros.

Sonreí atrevida.

Su rostro estaba pegado al mío, pero nuestros labios no se rozaban. Era tan tentador estar así de cerca.

El alcohol estaba hablando por mí.

Sujeté la mano de Pablo y la metí por debajo de mi vestido, sus dedos acariciaron mis muslos y yo le iba dando el permiso para que tocara mi mojada feminidad.

—Me sacaría el sujetador, pero no lo llevo encima —Guíe su otra mano para que aplastara mi pecho izquierdo por la encima de la tela del vestido—. Follame, te lo suplico.

Pablo me dio esa mirada que siempre me daba cuando nos enrollábamos. Pensé que había conseguido lo que quería y que iríamos al baño a echarnos un polvo, pero me dejó con las ganas y la necesidad de sentirlo. Sus manos dejaron mis zonas sensibles y sus labios dejaron un tierno beso en la punta de mi nariz.

No quería un tierno beso, quería un beso que me deje sin aliento.

—Amor, te prometo que mañana cuando estés en tus cinco sentidos y me vuelvas a pedir que te follé, lo haré con gusto.

Hice un mohín y mi mano empujó su hombro.

—Eres aburrido.

—Te respeto.

Rodé los ojos y me bajé del taburete.

—Su tú no quieres follarme, de seguro habrá otro que si quiere —farfullé con las intenciones de que me siguiera.
Y claro que lo hizo.

Solo di dos pasos y él ya me estaba cortando el camino.

—¡¿Qué?! ¡Ni se te ocurra Valeria Martina!

—Quítate.

Me agarró de la cintura y me pegó a su cuerpo —Te vas con otro y juro que me voy a hostias con ese imbécil —susurró en mi oído.

¿Por qué me calentaba que me dijera eso?

—Me pones, Pablo.

—Quiero follarte, Val, pero...

—Estoy ebria, lo sé —rodé los ojos—. Y si... —La punta de mi nariz rozó la suya—... nos comemos a besos.

—Esos besos nos llevarán a otras cosas.

—Aja... —Entreabrí mis labios y miré los suyos. Nuestra respiración se mezclaba y el corazón me bombeaba demasiado fuerte por lo tan cerca que estábamos.

Miré su boca, él miraba la mía, movió su rostro hacia el mío y yo ladeé mi cabeza. Sus labios impactaron en mi mejilla.

Le dejé con las ganas. 

—¿Al menos bailas conmigo?

—Contigo hago de todo —Besó más mi mejilla.

Unió su mano con la mía y me guio por todo el tumulto para bailar con él.

Estuvimos así los minutos suficientes para perder la noción del tiempo. No me importaban las personas a mi alrededor, la mayoría por no decir todos, iban hasta el alma de alcohol, incluyéndome. Además, el hecho de que los móviles estaban prohibidos, nos daba más libertad para ser solo nosotros.

Las manos de Pablo sostenían mi cintura, de vez en cuando bajaba a mis caderas y volvía a subir. Movía mi cuerpo al ritmo de la música y mi cabello se agitaba al moverme.

Mis oídos escucharon y mi mente procesó la canción que empezó a sonar.

A sky full of stars de Coldplay.

Grité y giré sobre mis talones, para estar cara a cara con Pablo. Empecé a saltar y bailar junto a Pablo, ambos cantando a todo pulmón.

El DJ fue mezclando la música, y un remix entre Coldplay y Quevedo se escuchó.

Pablo me agarró de la cintura y yo pasé mis brazos por su cuello. Ambos cantando a centímetros de besarnos.

"Quédate
Que las noches sin ti duelen
Tengo en la mente las pose'
Y todos los gemido'
Que ya no quiero nada
Que no sea contigo
Quédate
Que las noches sin ti due-e-e-e-len
Tengo en la mente las pose'
Y todo lo que hicimo'
Que ya no quiero nada
Que no sea contigo"

Miramos hacia arriba, el confeti empezó a caer. Pablo me dio una vuelta, dejándonos llevar por el ahora.

Bajé la mirada y me detuve a mirar a Pablo. Mi Pablo.

El brillo en sus ojos mostraban la dulzura en su alma, no necesitaba añadir azúcar al café de su mirada. Sonreí al verlo e hice lo que quise hacer en toda la noche.

Besarlo.

Entre todo la gente, con el confeti cayendo a nuestros rostros, lo besé y supe que quería volver a intentarlo.

Que mandaría todos los problemas a la mierda. Supe que si no lo intentaba, él y yo nos convertiríamos en un tal vez.

Y ese tal vez en un nunca.





































💌💌💌
















27 de junio, 2022

Lo único que recuerdo del sábado fue habérmela pasado de puta madre. Al día siguiente vino la realidad y la resaca. No sé cómo fue que termine en casa de Pedri, la cabeza me dolía y prácticamente me la pase junto al retrete. Porque sí, vomité mi alma.

Pasé una vergüenza terrible porque Pablo no me dejo ni un minuto a solas, por más que lo echaba, él se quedó sujetándome el pelo y sobando mi espalda mientras vomitaba toda la mierda que traía encima.

Me avergoncé y enojé un poco cuando Pablo me tomó una foto, cuando yo estaba con plena cabeza metida en el retrete.

Él solo se excusó con "para contárselo a nuestros futuros hijos".

No podía enojarme en serio si me decía eso.

El resto del día nos la pasamos en una habitación, yo moribunda y él sobándome la pancita.

Poco a poco los recuerdos venían.

La vergüenza incrementó al saber que estuve como perra en celo detrás de Pablo.

No volveré a tomar en mi vida.

También recordé la canción que bailé con él y el besote que nos dimos. Esa escena me hizo pensar en todo.

Y con todo me refiero a Benjamín y su estúpida amenaza.

¿Qué me impedía estar con Pablo?

¿Benjamín? Él se había convertido en un vagabundo, que su única preocupación era encontrar la manera de comprar más alcohol. Según él se iba a trabajar, pero, estaba segura de que había perdido su empleo y que se perdía en el bar y en los lugares de apuestas. Él no era una amenaza, al menos si yo no me lo buscaba.

Si no me metía entre su camino, él ni se molestaría en mirarme. Le dejaría una botella de ron y feliz de la vida.

Aun así, si había algo que me impedía estar con Pablo. Eran mis tontas inseguridades. Sabía que debía cambiar y lo estaba intentando, pero, eso se tomaba su tiempo.

El sanar, era cuestión de tiempo.

Tenía tiempo.

Un año.

O tal vez meses.

Estaba rota.

Pero, será verdad eso que dicen...
¿El amor lo cura todo?

Acababa de salir de mi terapia con la doctora Jaz. Era amable y conversábamos sobre cómo me he sentido en estas semanas, Málaga, la presión de la selectividad, la graduación y la mente. Era verdad, que me costaba tanto expresarme ante ella y de lo que iba de terapias, le hablaba lo más poco que podía.

Pero creo yo que eso me iba ayudando. Era el primer paso, de muchos.

Necesitaba tiempo para volver a florecer.

Al llegar a casa, me senté en mi escritorio. Agarré el diario que me regaló Pablo y empecé a anotar ideas vagas, era lo venía haciendo desde que me lo regaló.

Escribir palabras sin razón alguna.

De una u otra manera me había ayudado.

Agarré mi teléfono y puse algo de música, se escuchó la melodía de dancing queen de ABBA e inmediatamente la cambié.

Aún no me atrevía a escuchar ABBA. No sin mamá.

Empezó a sonar a sky full of stars y recordé a la noche del sábado o madrugada del domingo. Sin pensarlo, ya me encontraba sacando una hoja y escribiendo.

De: Valeria. Tu Valeria.
Para: Pablo. Mi Pablo.

Hola follaamigo <333

He estado pensando y mucho. Pensando en ti, en mí, en un nosotros, en un tal vez :)

Y... ehm

¿Recuerdas que te dije que tenía la agenda muy ajustada? Pues déjame decirte que mañana por la tarde lo tengo libre, ya no tengo clases y mi turno en la cafetería termina a las 4 pm.

No sé si quieres hacer algo, lo que sea. Ir al cine, ir por hamburguesas o sushi, salir a correr, jugar al FIFA o si tienes fútbol me pongo de recoge pelotas o soy tu animadora personal. No lo sé, pero solo quiero hacer algo y si es contigo, pues es muchísimo mejor.

Espero tu respuesta.

Un beso (en la boca)

Te escribe Val. Tu Val











Leí la carta un millón de veces y salí de mi casa para entregársela.

Al llegar toque la puerta y los grandes ojos verdes de Carla me inspeccionaron.

—¿Qué haces aquí? —preguntó tratando de acomodar su salvaje cabello.

A lo lejos se escuchaba la bulla de una mudanza. 

Mi amiga aún estaba en pijama y llevaba unas pantuflas de unicornio.

—¿Aún sigues con resaca?

—Tía, me durará una semana —dijo dramática.

—¿Quieres que te haga un licuado?

—¿Qué lleva?

—Es la receta secreta de mamá, no te la puedo decir.

—Es asquerosa.

—Es mejor que no la mires y te tapes la nariz para tomártela.

—Ya no quiero —Hizo un mohín y me dejó pasar a su acogedor hogar—¿Quieres café?

—Doble, por favor.

Fuimos a su cocina y mientras Carla sacaba toda clase de chuches, yo me senté en el taburete y empecé a hablar.

—¿Me harías un favor?

—Lo que sea. Menos tener una cita doble contigo, Gavi y uno de sus amiguitos.

—No es eso...

—¿Qué? —Le enseñé la carta y ella sonrió emocionada—¡Es hora de volver a mi papel de lechuza mensajera!





















💌💌💌

















Ya eran algo de las 8 de la noche cuando Carla vino a mi casa y me dejó la carta de Pablo.

Emocionada la abrí y empecé a leerla.

De: Pablo. Tu Pablo
Para: Val. Mi Val.

Hola follaamiga ;)

Me alegra que hagas un huequito en tu agenda por mí :)
Y sí, claro que me encantaría hacer algo contigo. Lo que sea, tú me lo dices y yo voy.

Pd: me encantó la fiesta del domingo :)
Pd2: deberíamos salir a bailar más a menudo.
Pd3: tengo tus bragas raptadas y no pienso devolvértelas u.u

Besos

Pd4: ¿Llevo condones?

Te escribe Pablo. Tu Pablo

Sonreí por sus palabras y saqué mi teléfono para dejarle un mensaje.











Me:

Mañana, a las 4: 10 de la tarde, en la cafetería de siempre, en la mesa de siempre.
Y sí, traes condones ;)
Besos :3












💌💌💌













28 de junio, 2022

Miré ansiosa el reloj.

Faltaba un minuto para las 4.

Moví mi pie impaciente y empecé a quitarme el mandil. Las agujas del reloj marcaron las 4 de la tarde.

Dejé todo en orden y fui corriendo hacia el baño. Era uno pequeño que solo lo utilizaba el personal.

Agarré mi mochila y me arreglé lo más rápido que pude. Rice mis pestañas, le di color a mis mejillas y un poco de gloss en mis labios. Me miré al espejo y acomodé mi flequillo, mis manos fueron al inicio de mi coleta y me deshice de ella, mis castaños cabellos cayeron por mis hombros. Me peiné y sonreí al verme.

Mire la hora en la pantalla de mi móvil.

4:10 pm

Apresurada guardé mis cosas y salí del baño, no sin antes rociar perfume en mi cuello y muñecas.

Al salir del baño y pasar por detrás del mostrador, estiré mi cuello y miré por todo el lugar. Mis ojos se quedaron quietos en la mesa de siempre y más al ver a Pablo ahí. Él aún no me veía y yo toda emocionada, corrí hacia la mesa y a poca distancia, mantuve la cordura.

—Hola —Fui la primera en hablar, él me visualizo y noté su cara de preocupado, la cual se suavizó al verme.

Pablo se puso de pie y me saludó dejando dos besos en mis mejillas. Noté lo nervioso que estaba, su mirada viajaba en todas las direcciones, antes de darme una dulce sonrisa. En esos segundos, dude sin sentarme en la silla de enfrente o a su lado. Pablo me dio la respuesta al dar dos golpecitos del mueble a su lado.

Tomé asiento.

—¿Has esperado mucho?

—Acabo de llegar, Val —contestó, visualicé como su mano se acercaba a mi rostro, pensé que me acariciaría la mejilla y me robaría un beso, pero solo lo pensé y lo imaginé. Lo que hizo, fue tirar suave de uno de mis mechones, sonrió por mi mueca y acomodó mi castaño mechón detrás de mi oreja.

Los corazones empezaron a dibujarse en el aire.

Lo miraba como si fuera el único chico del mundo, era el único chico de mi mundo.

El sonido de la campana me hizo salir de la ensoñación.

Nerviosa miré la carta y amable dije:

—¿Qué quieres pedir? Yo te invito.

—No, yo te invito.

—Pablo —pronuncié su nombre lento—, no me des la contraria. Déjame invitarte.

—Pero...

—No —Miré la carta y le di una ojeada, el trabajar todas las tardes había hecho que me lo aprendiera de memoria—. Te recomendaría un frapuccino, porque son muy ricos, pero la verdad es que salen ricos cuando yo los hago.

—Un día de estos deberías invitármelo.

—Sí pasas por mí, te lo invitó.

—Es un trato.

—Trato —Sonreí y apreté mi mano con la suya—¿Qué pedirás?

—¿Me recomiendas algo?

Me hice la pensativa y al abrir mi boca, la volví a cerrar al ver a una chica parada al frente de nosotros.

Se le veía nerviosa y con una sonrisa de oreja a oreja.

—Hola... eh Gavi ¿Me la firmas?

Miré a Pablo y entendí el porqué su cara de asustado. El porqué se había colocado la capucha de su hoddie y el porqué se había puesto hacia la pared.

Escondiéndose.

Pablo le firmó la camiseta a la chica y luego más personas se le acercaron, unas amables y otras que no respetaban su privacidad al ponerle el móvil en la cara.

No negaré al decir que no me incomodó y me sentí más incómoda, cuando un tío de más o menos mi edad, me agarró del brazo y me dijo:

—Te puedes poner al otro lado, quiero una foto con Gavi —dijo grosero.

—Cla- claro...

Me iba a poner de pie e irme al otro lado de la mesa, pero Pablo me sujeto de la mano y dándole una mirada asesina al chico, le dijo:

—No le hables así.

Le empujé con mi pie. Lo último que quería es que hablaran de él en redes, diciendo que le daba un mal trato a sus fanáticos.

El internet era una mierda.

—Lo siento, tía.

—No te preocupes —Me puse de pie para que se pudieran tomar la foto. Pablo no me soltaba de la mano—. Solo será un momento.

Me puse al otro lado de la mesa, para que Pablo se pudiera tomar la foto. Sé suponía que nada más sería un momento, pero más personas se acercaban a pedir fotos, Pablo con cara de culo a todos los imprudentes y con una linda sonrisa a las personas que le trataban bien.

La punzada de celos llegó y se incrementó al ver como chicas se le acercaban con la excusa de tomarse fotos, pero lo único que hacían era ponerle el gran escote en la cara, le sonreían, le coqueteaban, le besaban la mejilla y le entregaban papelitos delante de mis narices.

Por poco y hasta le regalaban las bragas.

Y él todo un tonto.

Volví a sentirme como la Valeria de meses atrás, cuando aún éramos novios y él había saltado a la fama desde que jugó con el primer equipo. Me hacía sentir tan poca cosa y él nunca me dio ese lugar de su "novia".

Y eso que en ese tiempo sí era su novia, no su follaamiga que buscaba ser su novia de nuevo.

Miré la escena y todas las señales eran obvias. Yo sobraba.

Retrocedí y la silla hizo un fuerte sonido que llamó la atención de Pablo. Me quedé quieta y él notó mi incomodidad. Se puso de pie y disculpándose con sus fans, me agarró de la mano, tiró leve de mí y a pasos apresurados salimos de la cafetería.

La calle también estaba repleta de fanáticos, coreaban su nombre, una y otra vez.

GAVI
GAVI
GAVI

La sensación de ser grabada y las preguntas de "¿Están confirmando que son pareja?"

Pablo no me soltó de la mano y me tenía pegada a él como si fuera mi guardaespaldas personal. Él mismo detuvo un taxi, me abrió la puerta y me hizo un ademán para qué entrará. Lo hice, él me siguió y cerró la puerta.


Nos mantuvimos en silencio.

El taxi se puso en marcha. Miré mis rodillas que eran cubiertas por la tela de mi pantalón.

Mi mano aún estaba siendo sujetada por la suya. Sentí un apretón y regresé a mirarlo. Sus labios dibujaron un "lo siento".










































<333

Capítulo para celebrar la victoria!!!!!!!

AAAAAAA GANAMOS!!!!! 🥳🥳🥳

cuéntenme que les pareció el capítulo

Gritemos un WAR IS OVER!!!

No se olviden de comentar que les pareció y de votar ❤️

Nos leemos prontoo✌🏽😇

Ig: ancovi12
Tiktok: ancovi12

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 ©  a  n  c  o  v  i  1  2

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