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Justicia.

Hoseok pensaba que en lo que está palabra implicaba y con seriedad veía a los asustados padres de un pequeño Omega de 16 años al que habían secuestrado hace ya una semana y lo habían llevado a alguna parte de Corea e incluso quizas fuera del país.

Su equipo no tenía las suficientes pistas para saber del pobre chiquillo. Recordó entonces a su pequeño bebé que esperaba en casa: ¿Cómo tomaría él si la niñera que en ese momento le cuidaba, le decía que habían aparecido unos sujetos extraños en su pequeño departamento y se lo habían llevado?

Grr

Su Omega interior gruñó, antes muerto que dejar que alguien extraño le haga algo malo a su pequeño.

—Tranquilos señores Kwang, encontraré a su hijo —aseguró.

Su equipo de agentes idiotas no estaban trabajando como el quisiera, sabía que por ser Omega le veían de menos, pero lo importante ahora, era encontrar á ese pequeño y si ellos no le ayudaban, les daría una lección que nunca olvidarían, para que aprendan a respetarle de una puta vez como su superior.

No podía confiar en ellos, al menos no en todos así que llamó al único alfa de toda aquella tanda de alfas estúpidos que estaban a su mando: Kim Yugyeom. Un chico muy eficiente y respetuoso con el, excelente moral y convicción para con su trabajo, era lo mejor de lo mejor; este le contó de un famoso programador y hacker dentro de la policía e incluso se comunicó con todos sus contactos y finalmente lo consiguió: "El número de Min Yoongi alias Suga".

Tomo entre sus manos el teléfono de su oficina y llamó al número que el alfa había anotado en un pequeño papelito.

Escuchó sonar el teléfono dos veces nada más, antes de que se diera paso a un breve silencio de un segundo y luego pregunto.

—¿Agente Min?

Un segundo pasó nuevamente y una ronca voz respondió:

Sí...

—Un gusto, soy el teniente Jung Hoseok —se presentó rápidamente pues el tiempo corría para aquel chiquillo que debía estar pasando mucho miedo —. Iré al grano porque no tenemos mucho tiempo, tengo entendido que usted es especialista en informática, ¿Verdad?

Así es.

—Bien, tenemos un caso con código rojo y necesitamos su ayuda para rastrear a un cadena de pedófilos en la red.

Pasaron cinco segundos y podía ver como un rechazo venía hacia el, hasta que el contrario habló nuevamente.

Cuenten conmigo. Voy en camino teniente.

Un suspiro de alivio salió por boca de Hoseok y se sintió agradecido por segunda vez con un alfa que no era Yugyeom.

—Gracias Min.

Hoseok en un rápido comentario le dio la dirección de las oficinas de la Unidad de víctimas especiales y dos horas después, el alfa puntualmente hacía acto de presencia frente a él. Como Omega se sintió un poco intimidado por los aires de rudeza y grandeza del alfa, pero no dejaría que sus subordinados vieran su faceta sumisa y menos ahora que quería que trabajarán bien, así que decidido levantó el rostro y como todo un profesional, brindó una oficina al agente Min y este inmediatamente sacó de todas las cajas que llevaba sus implementós a utilizar.

Vio al alfa en cuestión de unos 20 minutos instalar el sólo sus computadoras y todo el montón de cables y cosas que necesitaba, y en cuestión de 15 minutos o menos, ya tenía la dirección de toda una cadena de pedófilos con los cuales tratar.

Con 4 patrullas de policía y el equipo  S.W.A.T, juntos se dirigieron a la dirección que había obtenido el agente Min con el uso de su gran talento para las máquinas y su inteligencia como hacker.

Atraparon cerca de 20 hombres, de los cuales todos eran famosos pederastas reunidos para emprender un fuerte negocio con el cual buscaban vender, comprar y transportar Omegas. No cualquier Omega, sino más bien, Omegas recién presentados o sin presentar.

Las balas no se hicieron esperar ni mucho menos las granadas,  porque al parecer el tema de los Omegas era algo que quedaba en segundo plano, cuando al revisar más allá de donde habían encontrado a los primeros, estaban aquellos peces gordos con la droga.

No fue fácil atrapar a todos aquellos sujetos, pero tampoco fue una tarea totalmente difícil.

Un olor a furia se hizo presente en un momento esencial cuando ya todos aquellos tenían esposas en sus manos, debían sacar información lo antes posible. Hoseok se paseaba alrededor de todos aquellos pederastas y narcotraficantes y se paró en seco al notar un olor extrañamente familiar.

—Tú —señaló al hombre —. Tendremos una larga charla.

Todos fueron a la cárcel de máxima seguridad, pero aquel hombre se dirigió a la unidad de víctimas especiales con Hoseok para ser interrogado. Todos estaban impactados, habían recibido la dirección donde se encontraban los Omegas y posteriormente los habían llevado con sus familias, entonces, ¿Por qué se había llevado a ese hombre con ellos?

Todos aquellos alfas se miraban entre sí,  mientras observaban al hombre jugar con los dedos de sus manos nerviosamente y mirar a Hoseok con aires de grandeza, todo a través de aquel cristal que separaba el salón de interrogatorio con el otro donde deben estar los oficiales viendo como se llevaba acabo aquello adentro.

—Así que sigues vivo, ¿Eh? —dijo el hombre con altaneria.

—He vivido asombrosamente bien —contestó mientras hacía el amago de espantar una mosca —. ¿Qué haces?

—Este ahora es mi maravilloso trabajo, me pagan mucho dinero por transportar drogas y pequeños Omegas dulces como la miel.

Hoseok sentía su sangre arder en llamas por sus venas, furia era poca palabra para describir lo que sentía hacia ese tipo y sus palabras.

—Te has rebajado al nivel de aquello que antes odiaste —murmuró entre dientes —. ¡Deja de ser un imbécil!

—¿Imbécil? ¿Quién? ¿Yo? —dijo el hombre mientras se señalaba a si mismo con aires de inocencia, que ambos sabían no tenía —. Me pagan mucho más que cuando trabajaba de lamebotas de tus estúpidos y muertos padres.

—¿Estúpidos? ¿Muertos? —Hoseok paso de estar triste por el recuerdo a sentir una furia contundente; haciendo puño su mano derecha, golpeó fuertemente al hombre frente a él haciéndole caer al frío piso y sangrar inmediatamente por la nariz —. ¡¿Cómo puedes expresarte así de tu hermana y tu cuñado?! ¡Eres despreciable!

—Llámame como tú quieras, niño —dijo con total desprecio —. Dejar a la familia de lado fue la mejor opción que pude haber tomado, ¿Sabías que tu padre conocía a la gran familia Choi?

—¿La gran familia... Choi? —preguntó sintiendo como la bilis subía por su garganta calentando todo a su paso.

La gran familia Choi, aquellos que no se tentaban el corazón a la hora de cobrar con creces lo que habían prestado a sus deudores, toda una familia dedicada a la mafia desde ya 50 años o más, ¿Cómo no conocerlos?

—Sí —confirmó el hombre.

—¿Tú —hizo una pequeña pausa y luego continuó sintiendo su garganta seca y escocer con dolor —... nos vendiste? ¿Vendiste a tu familia?

—No tuve opción —confesó —iban a matar a la mía si no lo hacía, pero esto es algo más grande que sólo la muerte de tus padres y de mi familia.

—¿Tú familia?

—Los imbéciles mataron a mi familia cuando les dije que usaría todo el dinero que tenía, lo cual era realmente poco, para salvar tan siquiera a los pequeños —dijo refiriéndose a Hoseok y a su hermano mayor —. No se tentaron el corazón ni un poco al ver que Hanna estaba embarazada de 9 meses a punto de dar a luz y matarla lentamente frente a mis ojos y a la par de ella abusando de mi querido Johan y dejándole vacío de emociones.

Hoseok entonces lo dejó salir, vomitó y mancho aquel pulcro piso brillante del salón de interrogatorio. Johan era su primo mayor, tenía sólo 12 años de edad en aquel entonces, recuerdos aterrizaron en su cabeza. Johan jugando videojuegos con su adorado hermano mayor. Johan sonriendo. Johan siendo hermoso y un gran primo mayor, ocultando las veces que el a su escasa edad, tomaba dulces y los comía a escondidas de sus amados padres. Era el mejor. Ahora entendía el porque no asistieron a su cumpleaños, aquel donde perdió todo lo que importaba y necesitaba de niño.

Una horda de alfas entraron entonces a la sala de interrogatorios, en ese momento Hoseok era un Omega débil que necesitaba protección. Tomando al prisionero, le llevaron a las rejas  de aquel edificio.

Nadie pregunto nada a Hoseok por más preguntas que tuvieran y la curiosidad se los carcomiera por dentro, este se encontraba mal y por su olor todos podían notar que estaba sintiendo una mezcla de sensaciones dentro de sí, por medio de aquel olor almizclado.

¿Por qué su tío había vendido a su familia?

¿Acaso su vida siempre iba a estar rodeada de desgracias?

—Teniente —se presentó ante él su subordinado más obediente.

—¿Qué pasa? —pregunto sintiendo aún el asco que su tío había provocado por medio de su confesión.

—El jefe quiere que vaya a su oficina —avisó el joven alfa con una sonrisa cálida y soltando de a poco sus feromonas para que el Omega se calmara.

—Gracias, Yugyeom —agradeció —. ¿Huelo mal?

—N-no —respondió con timidez.

Hoseok asintió y salió de su oficina a la de su jefe. Donde tocó con delicadeza la puerta de la oficina y con un asentimiento de parte del hombre, se animó a entrar.

—¿Qué deseaba?

—Es hora de que se reúna con el equipo, con el que trabajará de ahora en adelante —dijo el hombre serio viéndole fijamente  —. Vaya a casa a descansar, tómese 3 días.

—Está bien.

Hoseok asintió a su jefe y salió de la oficina de este, había recibido la dirección en la cual el equipo se reuniría dentro de 3 días.

Nervioso y sintiéndose muy mal de salud, emprendió su viaje hacia su casa. Al llegar a esta, inserto las llaves en el pomo de la puerta y se dispuso a entrar.

Unos tiernos piecesitos se escucharon, su pequeño hijito iba corriendo a la velocidad de la luz para encontrarle.

—¡Papito! —gritó la tierna voz aniñada —. ¿Cómo te fue en el tabajo?

Hoseok rió por lo lindo que era  su bebé.

—Papi atrapó a mucha gente mala, mi amor.

El niño comenzó a celebrar al escuchar a su papá decir aquello.

¡Su papi es un héroe!

Mi papi es mi héroe.

Hoseok al ver feliz a su pequeño Chanyeol, lo arropó entre sus brazos en un abrazo fuerte y cariñoso, y declaró lo que ya tenía en mente desde un principio.

—Papi hará justicia, mi pequeño Channie.

No importa sobre quien va a tener que pasar, pero encontrará a los asesinos de su querida familia y hará justicia, con ayuda de la ley o sin ella.



CAP by: Marlein_98

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