— Hoy compraré más comida para ambos, algo de carne, algo de arroz y verduras — dije viendo a Jungkook en la mesa tomando algo de leche mientras miraba una revista que había traído para él

Después de ese sueño no pude dormir, estuve pensando en muchas cosas. Sé que para muchos tenerlo aquí puede estar mal, pero yo lo amo, y él a mí. No puedo dejar que se vaya de mi lado, no puedo dejar que nadie lo toque, si no soy yo nadie puede.

— ¿Qué lees? — preguntó Jungkook acercándose a mí de pronto

— Unos folletos... — dije sonriendo — pronto nos iremos y estoy averiguando todo, pasajes, hospedaje, absolutamente todo para que sea perfecto —

No quería, pero creo que es necesario para que se olviden de Jungkook. No podía confiarme, sé que ya me han puesto en la mira, lo sé, la señorita de esa vez me lo confirmó, gracias a Dios murió, eso espero. Por eso debemos de irnos de aquí, además para hacerle saber a Jungkook de que a mi lado estará bien.

— ¿A dónde iremos?, ¿Por cuánto tiempo? — preguntó sonriendo suavemente

— A un lugar muy hermoso, una maravilla, nos iremos por unas semanas, pronto nos tenemos que ir, es necesario — dije mirando a la puerta — solo será por un tiempo, como unos tres meses. Te vas a divertir mucho, ya verás —

— Entiendo — dijo simplemente, ya no tenía ninguna sonrisa en su rostro

— ¿No te gusta la idea de ir a un lugar lindo conmigo? — pregunté emocionado

— ¿Dónde estamos? — respondió con otra pregunta

— Eso no importa — dije sin borrar mi sonrisa, en realidad eso no importaba

— ¿En dónde estamos? — insistió

— No importa — dije sintiéndome fastidiado su actitud, no me gustaba que la gente me exija algo, no me gustaba que me reten, lo odio mucho, me hace sentir tan débil

— ¿Dónde est...? —

— ¿Eso importa? — pregunté viendo como me miró fijamente por un instante y luego miró al piso, seguro pensando que responder — no, no importa en lo más mínimo, no importa en donde estamos, no tienes por qué saberlo — dije viendo como se mordió el labio

— Dime en donde estamos — dijo con la voz suave

— Jungkook... —

— Por favor, no voy a escapar. Solo tengo curiosidad, solo es eso... — dijo intentando sonreír, pero podía notar como estaba aguantando el llanto

— Estamos muy lejos de tu casa, muy lejos Jungkook, tanto que este podría ser otro continente. No hay vecinos ni nadie cerca a más de ocho horas, y a pie a unas cuarenta horas, nadie pasa por aquí... ni un alma — dije desinteresado — por más lamentos o gritos que alguien dé, nadie vendrá a socorrer a alguien en problemas o herido — dije viendo su rostro — pero eso no será necesario, mientras estemos juntos todo será perfecto, nadie estará en peligro o herido. Yo nunca te haría daño, te amo, no tienes por qué  temer. Descuida, yo te cuido —

— Quiero ir a dormir — dijo sin mirarme

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— Tengo que esperar, ¿O no?, esto es difícil, no sé que hacer. Por primera vez no sé que hacer... — dije cerrando mis ojos — ¿Debería de esperar? — me pregunté dudoso

No sabía que hacer exactamente. Estaba cien por ciento seguro de que Taehyung tenía a Jungkook secuestrado, estaba más claro que el agua. Pero no estaba cien por ciento seguro de qué hacer con eso. No sabía si decirle a la policía todo esto, aunque eso es lo que uno hace no estaba seguro si era lo correcto. La mamá de Taehyung se veía desesperada y me prometió ayudar, pero no lo sé, no sé si confiar en ella, tal vez tape a su hijo y le avise de esto para que escape, puede ser. Además también tengo miedo de que Taehyung reaccione mal y mate a Jungkook si yo hago algo, o le haga algún daño si se entera de esto, no quería eso, para nada. Estaba en un gran debate, no sabía qué hacer, y lo peor es que ya no tenía a nadie para que me ayude a tomar decisiones.

— Tres semanas... solo tres — dije viendo el paisaje mientras estaba en el taxi, todo era algo gris, debe de ser por el invierno — espera un poco más Jungkook, pronto iremos todos a salvarte, solo resiste, voy a intentar... no, voy a sacarte de esa pesadilla —

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— Jin, come algo, hay sopa. Por favor, come... —

— Por favor, trae a mi hijo, trae a mi hijo conmigo... —

— Las autoridades están haciendo todo lo posible para eso, cariño. Ellos hacen todo, te lo aseguro — dije acariciando su cabello

Jin estaba muy mal, se había descuidado mucho, no comía y tampoco se levantaba de la cama, no quería hacer nada por más que intentara. Jin no paraba de ver fotos de nuestro hijo y llorar en silencio mientras veía las fotos. Yo también estaba mal, pero tenía la esperanza de que pronto tendríamos a nuestro hijo acá, era lo único que hacía que me levante por las mañanas, porque por más torturoso que sea debo de ser fuerte, por mi hijo. Solo espero verlo pronto, espero que sea muy pronto, no quiero imaginar lo mal que lo debe de estar pasando mi niño en estos momentos, eso me duele, no quiero pensar en como debe de estar mi angelito, en lo asustado que debe de estar, me duele el solo no tenerlo cerca. 

— De-debemos tener fuerzas — dije sin poder evitar llorar ver su foto, no quería demostrarle mi dolor pero tampoco era de piedra

Mi niño, siempre con una sonrisa en su rostro, siempre recibiendo con un abrazo cálido a todo el mundo. Mi niño al que le gustan los días soleados, al que le gustan los dulces y globos de colores, mi pequeño rayo de sol.

— Nuestro hi-hijo va volver, ya lo verás — dije intentando sonreír, intentando creer que lo hará, que él volverá

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Me fui a la habitación, necesitaba dormir y olvidar todo. Estos días habían sido buenos, eso quería hacerme creer, pensé que si me portaba de manera dulce y amorosa me dejaría ir o habría alguna manera de escapar, pero no, no se descuida ni me confiesa el paradero del lugar, nada útil, esto me desespera.

— Nunca podré volver a casa... — dije viendo la pared, sintiendo como todo estaba silencioso — nunca me dejará ir, estaré en este lugar hasta mi muerte — de inmediato empecé a sentir mis lágrimas bajar — no-no quiero... —

— ¿Aló? — escuché la voz de Taehyung desde afuera, de inmediato intenté calmar mi llanto — ¿Ahora?, no puedo, tal vez otro día —

Me acerqué lentamente, escuchando como se quejaba con alguien detrás de la línea.

— No iré... bien, solo deja de insistir, me da dolor de cabeza. Iré cuando pueda. Adiós —

— Tal vez pueda escapar... — dije intentando mantener mi esperanza viva