✴︎ᴅᴏʟᴏʀ

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ᴜᴛᴀ ɴᴏ ᴘʀɪɴᴄᴇ-ꜱᴀᴍᴀ | ~ ♥📀🌟

Con una sonrisa en su rostro camino por los pasillos mientras tarareaba una canción por lo bajo, en verdad le alegraba que Ren haya decidido no rendirse en su carrera musical. Se detuvo unos minutos al toparse con Tokiya que solo la miro para después pasarle por al lado y continuar con su camino, ella no le tomó mucha importancia y también continuo con su camino hacia su habitación para descansar del agotador día que tuvo.

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Los rayos del sol alumbraban todo haciéndolo sentir más vivo, los árboles con sus verdes hojas y el pasto verde era aplastado por el tierno gatito negro que se encontraba en el suelo jugando con los dientes de león que movía la rubia con una sonrisa.

▬ Fígaro, Fígaro. ▬ Sí, la creatividad para las canciones era infinita, pero para el nombre de un gato era escasa.

Se reía de vez en cuando por sus movimientos al intentar alcanzar la flor, un mensaje llego a su celular así que tuvo que dejar al gatito jugar con la flor mientras ella atendía su celular, frunció el ceño y lo apago para no recibir más mensajes, suspiro y un extraño ruido la alerto mirando a su alrededor.

<< ¡Aahh! ▬ Grito cuando un fuerte ruido se escuchó a sus espaldas y al voltear vio a Syo colgando en una rama a punto de caer al suelo. ▬ ¡Syo, ¿qué haces ahí?! ▬ Al parecer su grito lo asusto haciéndolo soltarse y caer, sin esperar mucho se acercó a él corriendo. ▬ ¿Estás bien? ▬ Se agachó a su altura.

▬ Ay, eso si me dolió... ▬ Se quejó por lo bajo.

▬ ¿Te encuentras bien, Syo? ▬ El mencionado abrió sus ojos azules chocando con los fucsias de Noa. ▬ ¿Te lastimaste?

▬ ¡No le digas a nadie! ▬ Grito de repente, sentándose y agarrándola de los hombros, acercándola a él. ▬ ¡Que me viste haciendo el ridículo, ¿está claro?! ▬ La sacudió levemente para después levantarse y alejarse.

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Ahora se encontraba en su salón de clases sentada en su respectivo asiento, movía su lápiz de un lado a otro pensativa, la actitud de Syo era bastante confusa, a veces pensaba que le caía mal y eso hacía doler su corazón. Suspiro queriendo dejar de pensar en eso, y gracias a Ittoki consiguió desviar sus pensamientos hacia otra persona.

▬ ¡El maestro Hyuga hizo una película! ¡Miren! ▬ Tomo, Haruka y Noa se voltearon a mirarlo mientras el chico volteaba la revista para enseñarles, la rubia se tuvo que levantar al su  puesto estar lejos de el de él.

▬ Protagoniza Ryuya Hyuga. ▬ Leyó Tomo.

▬ ¿Actuó en 'el príncipe de la pelea'? ▬ Murmuro Haruka al ver el gran título de la película.

Los cuatro vieron en la revista una escena en la que escalaban un risco, pero su compañero se resbaló y él se lanzó a rescatarlo logrando agarrarse de una saliente mientras sonreía y soltaba leves risas, Ittoki y Tomo tenían una expresión de no interesarles, mientras que Noa y Haruka soltaban brillos de la emoción.

▬ Pues claro, se ve muy varonil el profesor ahí. ▬ Comento Tomo.

▬ Pero... no creo que tenga el perfil de príncipe encantador. ▬ Agrego Ittoki.

▬ ¿Eso importa? A mí me gustan más que sean intrépidos. ▬ Apoyo sus brazos en la mesa y sobre sus palmas su cabeza mientras fantaseaba sobre su profesor salvándola, varios corazones salían de ella.

Ittoki sintió una puñalada al corazón. ▬ ¡¿Qué?!

▬ ¡Oh! ¡Novatos pueden audicionar! ▬ Exclamo Tomo sacando de su burbuja a Noa.

▬ Y actuar al lado del maestro Hyuga. ▬ Murmuro Ittoki.

▬ ¡¿En serio?! ¡Déjame ver! ▬ Agarro la revista de la mesa y la pego a su rostro leyendo emocionada.

▬ Miren nada más. ▬ Hablo Natsuki apareciendo atrás de Noa leyendo el artículo asustándolos. 

▬ ¡No aparezcas así, Shino! ▬ Lo regaño moviendo sus brazos.

▬ Lo siento, pero debo decirle a Syo de inmediato.

▬ ¿Syo...? ▬ Pregunto por lo bajo.

▬ ¿Quién es Sy-? ¡Ah! ¿El rubio bajito? ▬ Haruka respondió a su propia pregunta.

▬ Es que... Syo es un gran fanático del maestro Hyuga.

Noa se sorprendió un poco por eso, ella no era en realidad una gran fanática de él, sin embargo, su gran atractivo a la hora de actuar la hacía de forma inconsciente caer embobada ante él como cualquier adolescente. Entonces, el recuerdo de Syo en un árbol mientras sus compañeros hablaban la hizo pensar en que quizás si adicionaría, pero la imagen de él alejándose con un semblante furiosos hacia ella volvió haciendo doler su pecho.

Tal vez era el hecho de haberlo llamado por su nombre, o incluso el haberse metido en sus asuntos, no lo sabía y eso la angustiaba más.