𝑜𝑖. ( 𝐭. ) 𝐭𝐡𝐞 𝐛𝐥𝐚𝐜𝐤 𝐦𝐨𝐨𝐧

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Ꜥ STARGAZING !! ( 🃏 ) オーラ ◆
雄英高 . . .𝗕𝗢𝗞𝗨 𝗡𝗢 𝗛𝗘𝗥𝗢 𝗙𝗔𝗡𝗙𝗜𝗖 !

( 🀄️ ) ⎯⎯ El único propósito para el cual el poder puede ser ejercido sobre cualquier miembro de una comunidad civilizada, contra su voluntad, es para prevenir daño a otros | Escrito por John Stuart Mill #1859.

      THE MOON                 THE SUN                   THE STAR

¿Qué tenía de especial, si no eran los secretos que era capaz de ocultar en las profundidades de su oscuridad? ¿Acaso se trataba del nuevo nombre que poseía, aquel mezclado que se hallaba conformado por dos proclamaciones japonesas y un apellido americano? ¿Era Griffith Makyou Nebura o se tallaba al revés? No, sabía bien que no importaba la fuerza de su poder, sus habilidades mentales o bien capacidades físicas que tuviera y sus características buenas tanto como malas. Todo giraba entorno a las mentiras, a su vida secreta y su verdadero ser... El que fue borrado de la existencia con su viejo nombre, su viejo apellido, su vieja familia y su viejo hogar. Direcciones, números, rostros; todo lo importante para conformar el entorno de un ser humano —lo que no fue mencionado— fue eliminado de la faz de la tierra para lograr su cometido: huir.

¿Qué era el ser humano sin el miedo y sin los errores? ¿Muy tonto por pensar desde su orgullo y valentía, o un psicópata por ser capaz de tornarse malévolo con el fin de no temer al sentimiento? No se podía convertir en algo con lo que ya se nacía. Tal vez se podía mejorar o empeorar, pero sabía que la historia, para los mitómanos como ella, jamás terminaba bien. La justicia llegaba, el karma aparecía y pronto la luz y la verdad se unían para brillar en la oscuridad con el fin de destacar como nunca antes se había hecho.

—¿Te cortaste el cabello? —le preguntó Shoto.

Miró a la joven de cabellos platas rizados balancearse en el columpio mientras comía un helado. Ojos del mismo color de su melena, pero brillantes cual nebulas resplandecientes en el cielo. En su mirar se reflejaba el universo entero junto a sus galaxias, sus estrellas, sus rayos de sol y, sobretodo, la sensación de hallar la luz de la luna entre toda la oscuridad. Así podía persuadirla Todoroki Shoto desde el día en que la conoció. Memorizó cada de talle de ella. Sus cabellos con un aspecto sedoso y definido, la piel pálida bien cuidada como una muñeca, la gema en forma de rombo color plata en el centro de su frente, músculos bien trabajados, nariz con una pequeña joroba arriba fina; y sin olvidar el par de ojos más grandes, redondos y perfectos jamás vistos.

La personalidad de la joven deslumbraba al igual que el iris de sus ojos plateados, los que reflejaban por completo la belleza del cielo y su astronomía entera en solo una mirada. Físicamente, a Shoto le agradaba hacer contacto visual con Nebura en todas sus conversaciones; pero adoraba sin saber cada vez que se caracterizaba a ella misma entre momentos por sus ademanes, las muecas y los gestos para hablar, para relatar y para expresar. Le gustaba la esencia en general de la joven, sin embargo, ambos desconocían por completo lo que era sentirse plenamente cómodo con otro. Hallaron la paz en la estancia del otro, más jamás pudieron entender el sentimiento que era ni el motivo por el cual estaba en sus pechos cada vez que se veían.

Era una plena amistad donde solo se brindaban lo que el mundo jamás les había dado: paz.

Esa tranquilidad la encontraba en momentos como esos en los que Nebura se columpiaba debajo de la luz de la luna como si fuera una niña aún. Cada que ella le sonreía con la verdad, la calma y la lealtad. Lucía angelical, tal y como el Quirk de la chica siempre le indicó a Shoto que la fémina era. Tal vez si la veía a simplemente solo era su amiga, sin embargo, una vez que cerraba los ojos, solo podía sentirla como si fuera parte de sí mismo.

—¿Lo notaste? —preguntó Nebura con una sonrisa divertida. Shoto asintió sin más, dándole la razón a sus palabras—. Pensé que no lo harías.

—Lo hice —le dijo con sequedad—. Creí que te gustaba más usarlo largo.

—¿Por qué?

—«¿Por qué?» —repitió Shoto confundido.

—¿Por qué creíste que me gustaba más usarlo largo?

En realidad, Shoto no tenía una respuesta. Sí, pero por una extraña razón, simplemente no quería decirla. Le parecía un poco grosero decirle que porque a él siempre le gustó el cabello largo de la chica; más bien, la manera en que se le veía. Shoto no pensaba eso, en realidad, pues cuando ella le hizo tal pregunta, solo se quedó en blanco sin darse cuenta, preguntándose lo mismo una y otra vez: ¿por qué creyó que a Nebura le gustaba usar en cabello? Muy en el fondo sabía que algo le provocaba ver el modo en que la melena rizada y esponjada de su compañera bailaba en el viento. Pero tal vez, y constantemente, se repetía que no era nada. No podía identificar qué era y por qué lo sentía, por lo tanto, no pudo responder.

—No lo sé —le dijo con sequedad.

—Mhm. —Nebura sonrió con gracia al desviar su rostro hacia la dirección contraria de Shoto para que este no viera su expresión—. Si te gusta que mi cabello sea largo, puedes decirlo.

—Tu cabello está bien como tú quieras.

—Okey —respondió ella con cierto tono de desinterés, pero aún mostrando su carisma.

El silencio abordó el lugar. De noche, ambos, charlando tras una salida amistosa bajo la luz de la luna. Un parque en el que se encontraban solo ellos dos en presencia del otro. De eso se trataba siempre, del cosquilleo en sus pechos por ser la venda sobre sus heridas. Shoto era buen amigo y Nebura era buena amiga. Claro que les gustaba estar acompañados del contrario, el mundo lo notaba a plena vista. Con tristeza para Endeavor, una de las pocas motivaciones para que su hijo quisiera hacer lo que él ordenaba, era aquella jovencita a la que tanto detestaba por su escasa educación.

Que ella no respondiera le hizo creer que fue grosero. Había aprendido de Nebura que a veces trataba a las personas de forma fría e insolente, por ello, cada vez que le respondía sin pensar y la fémina gustaba silencio, él creía de manera instantánea que algo estaba haciendo mal. Que se tratara de sus actitudes grotescas contra alguien más era algo que a Todoroki Shoto no le importaba, pero era Griffith Makyou Nebura, y por ello, no se quedó callado e intentó remediarlo inconscientemente.

—Tu cabello largo se ve mejor —le dijo Shoto.

Sabía lo torpe que Shoto podía ser en los ámbitos sociales y por eso, sabiendo de modo interno que el chico remediaba lo que arruinaba de una manera inconsciente, solo sonrió y se giró a él para asentir unas pocas veces con calma. Nebura había captado todo, ya que sabía leerlo como nadie más. Él era un libro con poesías experimentales y distorsionadas dentro de sí, y ella conocía al autor de tal libro. Había leído tantas veces ese libro, que ya sabía cómo se manejaban sus versos, sus rimas, sus estrofas y, sobretodo, conocía el ritmo de tal arte que solo él manejaba.

Para ella, él solo era un poema que quienes ya habían visto con horror quién era su autor, eran capaces de descifrar sus versos llenos de figuras retóricas. A los ojos de Nebura, Shoto solo era un cuadro abstracto que, para conocer la magnitud de su pintura, debían de hallar primero el motivo por el cual fue trazado.

Pero ella no era diferente.

—Uh, se hace tarde. —Nebura brincó y bajó del columpio en un instante, mirando a su teléfono de forma atenta. Un hueco se le formó en el pecho al divisar sus mensajes—. Me tengo que ir.

—Vamos.

—Ah, no. Traje mi bicicleta, no te preocupes —le aseguró con una sonrisa, despidiéndose con una agitada de manos—. ¡Nos vemos!

—¿Qué tan enfermo te sientes? —le preguntó.

—¿Del uno al diez... o general? —murmuró Seiza, un joven de ojos azules brillantes y cabello blanco rizado. Estaba en cama, tirado cual enfermo, cubierto con una sábana desde los pies hasta el cuello. Su frente goteaba sudor, tenía un paño de agua fría en ella y sus labios estaban pálidos como si estuviese muerto. Solo le quedaba en realidad dejarse ir en ese instante para realmente estarlo—. Me cansé, Nebura. —El chico le sonrió adolorido a su hermana.

—Sus medicamentos se acabaron hace dos días —le dijo Hoshizora con cansancio. Se recargó en el marco de la puerta y se cruzó de brazos. No había mucho por describir de aquel muchacho, era solo la versión masculina de su hermana con un diferente carácter y persona en general—. Intenté pedirle prestado a Katsuhiko, pero tenía que pagar la renta, entonces...

—Veré si los de La Comisión me pueden adelantar un mes quizá —dijo Nebura. Se levantó de la orilla de la cama y se giró para ver a su hermano—. Voy a a hablar con ellos y...

—¿Podemos salir a hablar un momento, Nebura? —preguntó Hoshizora.

No dudó en hacerlo, pero primero se acercó a Seiza y le dio un beso en la frente. Era en escaso amor maternal que ellos habían experimentado el que Nebura intentaba darle a sus hermanos, pues aunque bien ella había sufrido peores cosas que la indiferencia familiar de su gente sanguínea hacia su persona y sus hermanos menores, deseaba darles lo mejor. Era la mayor y deseaba portarse como tal.

—¿Qué pasa? —susurró al cerrar la puerta, quedando detrás de ella.

—Necesitas darle algo más grande a La Comisión —le dijo Hoshizora, lanzándole un balde frío de agua. Ella negó con la cabeza, rehusándose a escuchar—. Nebura.

—No... Tú no sabes lo que... —Estaba alejándose, pero él la tomó por los hombros y la hizo quedarse allí, viéndola solo denegar su petición.

—Todo está en tus manos. Tú decidiste cargar con esto.

¿Cómo podría describir su vida, sino miserable? Antes de convertirse en la lamebotas que fue desde ese día en adelante debido a una obligación que le dejaron desde niña, tuvo una vida. Dentro de lo que cabía; tal vez podría decir que el término le quedaba gigante a la gran diferencia que en realidad hubo en su día a día, donde con un frecuente horror se marcaba la grave distancia entre la vida y su vida, la que se complementaba de un terror al que sucumbía día a día, de las atrocidades, crímenes y, por encima de todo lo demás, de criminales. Porque el instinto de no ser buena corría en sus venas, al igual que la forma profanadora de hacer lo que su intuición le dictara sobre lo que era correcto y bueno solo para ella.

Eso era pasado. Para esta entonces, no sólo pertenecía a una organización, mafia o un grupo armado que atacaba, sino a los héroes. Peor todavía su situación, ya que se había vuelto parte de la oscuridad; era una TERRORISTA por haber estado rodeada de tanto DELITO a su corta edad de quince años. Había nacido de la VIL PROFANACIÓN que se podía formar de la alianza: la traición. La deslealtad no provenía de los que más señalados eran, sino de perjurados que estaban a un lado.

Se intentó olvidar de eso hasta que, distrayéndose de las rudas palabras de su hermano, miró a la caja vieja que usaban como televisor, divisando de forma instantánea en su mente memorias de agujas. Encontró en lo más vago de sus recuerdos el estúpido archivo que contenía su nombre... su viejo ser que envolvía todo lo que era ese día; o bien lo que ya no estaba en su vida para hacerla menos suya. Su pasado siguiéndola era el mayor temor que poseía, por ello, una vez que la comisura de sus dedos rozó contra sus labios al recordar, cerró los ojos al negarle con la cabeza a su hermano.

Se veía a sí misma, en la oscuridad de sus párpados caídos, sentada junto al recipiente de líquido que a diario debía de insertar en su pierna. Cortó la imagen y de repente estaba en aquella mesa rodeaba de buitres. Todo era bizarro y sin claridad. Imágenes borrosas que interceptaban a las otras para detener sus recuerdos, que con rapidez pasaban en su mirar y la hacían sentir agobiada mientras su hermano le hablaba con dureza. Se estaba asfixiando con su propio ser bajo sus propias decisiones.

«—No podemos mantenerlo en un lugar tan pequeño como este —le dijo su hermano desesperado, aún sosteniéndola por los hombros—. Él requiere de más atención y algo que está fuera de nuestros límites. Nebura, él... »

La COMISIÓN DE SEGURIDAD PUBLICA DE HÉROES no le había conseguido algo mejor aún con el dinero cayendo de sus bolsillos llenos, devorando de sus gigantes maletines y ahogando sus cuentas con cantidades grandes en los depósitos. No tenía nada en especial más que los ARCHIVOS que, con frecuencia, solía colocar dentro de la caja que usaban como televisor, el cual jamás encendía.

Dichosos papeles privados solo eran una copia de las millones que la Comisión se había encargado de crear con el fin de hacerle saber que fue VENDIDA como un trozo de carne, que ellos siempre estarían conscientes de que su sangre solo le podía corresponder a los SPECTROR y que por uno de ellos ella se había vuelto esclava... Con una sentencia mayor a diferencia de la cual tenía en cuanto nació.

Pero podía entenderlo. La Comisión de Seguridad Pública de Héroes era exactamente lo mismo que los Spectror, sin embargo, estos últimos priorizaban el bien mundial sobre cualquier otra cosa mientras la Comisión específicamente se centraba en el aspecto social en el cual los civiles los pudieran sentenciar. Eran cosas iguales, pero con medidas y propósitos totalmente diferentes; pues a la par que uno se enfocaba en ganar de forma ajena, el otro se proponía que la paz mundial se preservara, así como el poder y el bien de la vida. Ambos hacían de la oscuridad un lugar temible con el severo distintivo de que uno se prefería a sí mismo y el otro a la vida eterna de los establecimientos sociales.

Villanos, héroes y anti-héroes. Su familia era una mezcla de todas aquellas y podía decir que la Comisión de Seguridad Pública solo era otra cosa: la corrupción misma de la vida y el juego emocional en contra de la libertad. SPECTROR o no, su destino era ser esclavizada por su poder, ya fuese por un héroe, un villano o, descaradamente, su familia.

Siempre estuvo en el círculo vicioso de máximo poder, corporación social y la imagen perfeccionista e indomable de un SALVADOR, ¿con qué incredulidad en un momento pudo pensar en ser alguien con el derecho a la libertad? La sumisión que tenía al ser una SPECTROR dentro de la Comisión de Seguridad no era más que un pase directo a ser dominada por la paz que los demás debían recibir. EXPLOTACIÓN, ABUSO Y OPRESIÓN siempre serían su más grande compañía para todo el trayecto que le esperaba tras SER VENDIDA con el fin de servir a divina sociedad idealizada de los héroes y su gobierno.

«—Necesitas darles algo; que sea grande y rápido».

Ella era el sacrificio, no la salvación.

RYUSXAKI OHMYSVOX CONNITODEHELADO M00NWLK JIHYOMLVR

✩. . . stargazing by leighton | nota de autor
Deséenle suerte a Nebura para los próximos dos libros que se le van a caer encima como si ella hubiera parido a AFO.

•      META:
⎯⎯⎯Ꜥ꧖ 00

•      CURIOSIDADES . . .
𝟎𝟎 ) . . . S I N T A X
━━━━━━━━━━━━━━━━━━
𝟎𝟎 ) . . . S I N T A X.

🔮. . . BOOK — LEIGHTON.AM !!

❏  ( 001 ) ✮ dato núm.uno ✦ ━━ #2650 palabras en el capítulo de hoy.

❏ ( 002 ) ✮ dato núm.dos ✦ ━━ #Primera publicación . . . 22 enero 2018 | Última modificación . . . 1 de abril 2024.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro