Tom decidió retrasar el desayuno tanto como fuera posible, yendo a tomar un baño y reflexionando toda su existencia antes de salir de su dormitorio. Cuando finalmente decidió que no podría tardar mucho más, salió de la habitación y camino por los familiares pasillos que ya no estaban hechos polvo como el día anterior.

Rápidamente encontró el camino al comedor y para su sorpresa, apenas había una mesa medio llena de estudiantes. No estaba seguro de qué hacer a continuación. Debía acercarse a los demás o tomar asiento en un rincón y fingir que no existía. Se decidió por la segunda opción y tomó asiento en una esquina donde miró la comida que apareció frente a él. Honestamente no tenía hambre y el estómago se le revolvió, aún así, se sirvió algunos waffles en su plato y vertió un poco de jugo en una copa. Primero bebió la copa y se tomó un largo tiempo en ello. Finalmente tomó sus cubiertos y comenzó a comer.

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Marjorie había despertado muy temprano ese día aunque apenas había dormido por la noche y antes de que se diera cuenta, ya había amanecido.

La sala común estaba prácticamente vacía y no era para menos. La mayoría de los supervivientes habían decidido irse a casa con sus familias luego de tan larga y horrible noche. Algunos se habían quedado a ayudar con la reconstrucción del castillo pero en realidad era bastante rápido con la ayuda de la magia y no eran necesarias tantas varitas.

La chica se fue junto a Hermione hasta el comedor, donde no había más que un par de chicos de Hufflepuff que reconocieron como los prefectos de su casa. El par estaba bastante enfrascada en una animada conversación y no se atrevieron a interrumpir.

Amabas tomaron asiento y comenzaron con su desayuno. Marjorie en realidad no se había dado cuenta de lo hambrienta que estaba hasta que devoró su segundo plato de comida y su tercer copa de jugo.

Y no pasó mucho tiempo antes de que Ron y Harry se unieran a ellas. Harry tomando asiento junto a su novia y dándole un rápido beso en los labios como forma de saludo. Ron no pudo evitar poner los ojos en blanco y hacer una mueca de disgusto. Sin embargo, no dijo nada y se concentró específicamente en su comida. Comenzaba a acostumbrarse a esas desagradables muestras de afecto.

Poco a poco, más personas comenzaron a llegar pero no eran muchas. Ni siquiera se llenó una mesa completa. Y probablemente ellos tampoco estarían mucho tiempo más, aún había que ayudar con algunas cuantas reparaciones pero además de eso, ya no tenían nada más que hacer en el colegio más que esperar a saber qué pasaría después.

Ya estaban casi finalizando con el desayuno cuando todos los presentes se quedaron en silencio de pronto. Marjorie frunció el ceño bastante confundida y en un momento comenzaron los murmuros. Miró hacia la entrada donde Tom se encontraba en una evidente batalla interna por saber qué hacer a continuación.

—Espero que no se siente cerca de nosotros —murmuró Ron con cierta molestia mientras vertía más miel a sus waffles.

Marjorie puso los ojos en blanco.

—Pero él no es Voldemort. Es una víctima más de él —habló en un susurro fuerte.

Ron se encogió de hombros y murmuró un "es igual" mientras se llenaba la boca de comida como si no hubiera devorado ya dos platos. La pelirroja miró a Hermione quien parecía estar extrañamente de acuerdo con Ron pues no dijo nada y luego miró a su novio quien parecía evitar su mirada activamente.

Suspiró irritada y con molestia cuando se puso de pie tomando su plato. Ignoró los llamados de sus amigos y caminó con una sonrisa mientras se dirigía al recién llegado.

—¿Te molesta si me siento contigo? —le pregunto con amabilidad.

Tom levantó la mirada y pareció aliviado por descubrir que se trataba de ella pero enseguida miró detrás de la chica, encontrándose con miradas curiosas.

—No creo que a tus amigos les agrade la idea.

La chica se encogió de hombros y tomó asiento a su lado.

—Afortunadamente puedo hacer lo que yo quiera —se acomodó y miró los platillos frente a ella— ¿me pasas la mantequilla?

Tom no podía dejar de mirarla y casi no había escuchado su voz pero se apresuró a tomar la mantequilla para entregársela. Ella le dirigió una brillante sonrisa y Tom sintió por primera vez en toda su vida una extraña calidez que jamás pensó que alguna vez podría sentir.

Ambos desayunaron en silencio, algo que Tom agradeció pues no tenía ganas de hablar pero disfrutaba mucho de la compañía de la chica. Sin embargo, sentía unas intensas dagas en su nuca. Al voltear a mirar por toda el comedor, se encontró con unos intensos ojos adornados por unas gafas. El chico se aclaró la garganta y se inclinó un poco hacia Marjorie.

—Creo que a tu novio no le gusta ni un poco que estes aquí conmigo.

Marjorie miró en dirección a Harry, quien efectivamente tenía una mirada bastante pesada. Harry le hizo una seña con la cabeza para que regresara pero ella decidió ignorarlo.

—No le prestes atención —le dijo— eso hago yo.

Tom se acomodó en su asiento y colocó una mano sobre la de Marjorie que estaba en la mesa. Ni siquiera lo había pensado hasta que ya lo había hecho pero a ella no pareció importarle.

—Oye, realmente agradezco que intentes ser amigable conmigo pero no quiero ser la razón por la que tengas algún desacuerdo con tu pareja.

Ella lo miró fijamente y luego volvió a ver a Harry que seguía sin apartar la mirada. Suspiró un poco.

—Sólo sigue en negación. En realidad, Harry es muy buena persona pero... —se detuvo y bajó la mirada— quien te controló durante todo este tiempo hizo sufrir mucho a Harry y nuestros amigos. Eres el rostro de la persona que más odia.

Tom la miró atentamente y simplemente asintió en comprensión. Realmente lo entendía pero seguía sin saber lo que ese tal Voldemort había hecho.

—Yo... quisiera saber lo que hice... lo que hizo quien me controlaba —se atrevió a preguntar.

Marjorie lo miró en silencio durante algunos segundos hasta que al final asintió y comenzó desde el principio o al menos desde el momento más antiguo que podía recordar de Voldemort en ese momento. Tom la escuchó atentamente sin interrumpirla ni siquiera cuando le surgía una duda pues prefirió esperar hasta el final de la explicación.

El comedor se fue vaciando y Marjorie seguía contándole todo lo que recordaba. Incluso Harry, Ron y Hermione se habían marchado en algún momento hasta que sólo ellos dos quedaron.

Al final Tom comprendió por qué precia que todo el mundo lo odiaban o lo miraban con absoluto terror. Claro que otros cuantos ni siquiera lo reconocerían con ese rostro pues según la descripción de Marjorie, no había similitudes con Voldemort.

—Llegué a la conclusión de que tú pudiste volver porque fuiste el primer horrocrux y tal vez más que eso —concluyó Marjorie.

—¿Qué quieres decir?

La chica suspiró.

—En realidad no estoy segura pero no me hagas mucho caso.

Tom no dijo nada más. Aún seguía reflexionando las palabras de la chica y la larga historia que le acababa de contar. Necesitaba dormir un rato o la cabeza le explotaría en cualquier momento.