🌹2.1🌹

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Jimin sentía que mirarlo era como un sueño, como la primera vez que lo vio en el auto junto a sus padres.

Pequeño, rubio y con ojos soñadores. Como si estuvieran hechos de agua, ligeros y tremendamente salados, por las lágrimas que se escurrían de sus cuencas cuando estaba triste.

Y que ahora eran capaces de opacar cualquier brillo presente dentro de su alma.

— Jimin, no quiero ser una molestia. Pero crees que podrías llamar a un taxi, mi teléfono está descargado y tengo que volver hoy mismo.

— Oh, si no te preocupes Hyung.

A pesar de la molestia dentro de su pecho, debido a la rápida y corta estadía de Yoongi. Se obligó a marcar el número de un conocido de sus padres para que viniese hasta su casa por el mayor.

— Llega en 20 minutos ¿Quieres comer algo?

— Si, gracias.

A decir verdad no había probado comida desde anoche, todo por llegar hasta aquí y para que; su padre lo odiaba, como pudo pensar que sería diferente ahora. Cuando en aquella época lo escuchó miles de veces decir que le parecía asqueroso y que si su hijo fuese igual era mejor morir.

Pero aquellas palabras tenían incluso más sentido, porque era lo que era y no había cómo cambiarlo. Yoongi lo aceptaba, algunas veces el mismo creyó que era un monstruo.

— Aquí tienes Hyung, mi madre lo hizo, espero que te guste.

— Yo, ¿No le molestará?

— ¿Porqué? Vamos solo come, es mucho. No me lo acabaría aún que quisiera.

Sonrío, cálido y dulce. Con ambas mejillas sonrojadas, olvidando por un momento todo lo sucedido durante la tarde. Y desdeo, deseo desde lo más profundo de su alma que el universo: le permitiera encontrarse con Yoongi una vez más.

Solo una y así: entonces como alguien más poderoso, lo protegería de todo y de todos.

— Jimin...

— Y-yo puedo, gracias.

Sujetó apenas el mango de los palillos, llevando aquel trozo de carne hacia su boca. Nervioso ante aquel gesto tan peculiar, sintió que, tal vez no era tan malo después de todo: o por lo menos no podía ser peor de lo que ya era.

Ambos estaban muy felices con el reencuentro, a pesar de nunca haber sido tan cercanos. De alguna manera, Jimin, pudo notar la inquietud dentro del pecho de su "amigo" como si algo le preocupara.

Y así como había dicho, 20 minutos después el auto ya se encontraba en frente. Con miles de lágrimas Jimin abrazo el cuerpo de Yoongi sin demostrar aún como se sentía. Pero algo era seguro, y es que no quería que se fuera.

No ahora, no nunca más para estar "solo"

— Nuevamente, muchas gracias Jimin. Jamás olvidaré lo que hiciste.

Alabo con una gran sonrisa, un hecho que utilizo para ocultarse. Sin embargo, dentro de si mismo había un torrido diluvio. Esclarecido, como si no quisiera que el sol saliese, tal vez por qué estaba asustado.

— Hyung...

— Si?

Tal vez esperó que le dijera algo, sus ojos tristes ¿Porqué? Yoongi no sabía mucho a decir verdad.

Luego de eso no recuerda lo siguiente, Jimin lo abrazo; le dijo que se cuidara y por último, termino por subirse en el auto para ir a la estación de tren.

Su mano sostenía un pedazo de hoja con el número del más joven, seguramente por qué lo había escrito con mucha velocidad antes de que se fuera. Y Yoongi por supuesto estaba muy agradecido; ahora por lo menos podría comunicarse con el en sus tiempo libres.

Solo que esa idea no logro apasiguar o detener el llanto dentro de sus ojos, las cuencas lunares con sientos de lágrimas aquella noche: toda despejada dejando ver el cielo en su punto más platónico. Pues sabrá Dios o el universo si alguna vez volverían a verse cara a cara.

— Nube —

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