— Bien, Jin, ahora vas a disparar hacia esas botellas. — dijo su padre colocándose en cuclillas hasta su altura.

El pequeño cachorro de león se colocó en la postura correcta, quitó el seguro del arma y apuntó hacia donde le habían indicado. Apretó el gatillo y se escuchó como uno de los cristales se quebraba. Un tiro perfecto.

SeokJin sonrió orgulloso al escuchar como su padre lo felicitaba por ser un buen cachorro.

Era raro que el señor Kim estuviera enseñándole a su hijo menor sobre armas, pero él lo veía como una buena convivencia entre padre e hijo. Claro, cuando estás en la mafia debes enseñarles a tus hijos a cuidarse desde pequeños.

Además, aún no sabía muy bien a qué estatus social pertenecería su hijo menor. Al ser un cambiaforma de león, pensó que podría ser un alfa, sin embargo, no le importa cuál sea, lo único que quiere es que su hijo sea feliz.

Sí, bien dicen que cuando eres hijo de un mafioso sufres porque este es muy cruel. En este caso, él no era así. Sus hijos podían decidir libremente qué hacer con su vida y él los apoyaría. Sabe muy bien de qué trata el liderar un clan, y las cosas horribles que se ven en el transcurso, por lo que no le gustaría que sus pequeños pasarán por el mismo camino que él transitó gracias a su padre.

— Amores, les traje unas bebidas. — el omega llegó con una bandeja en sus manos y cuatro bebidas en esta. — HoSeok, ven y ayúdame.

El alfa menor fue corriendo hasta su padre omega para tomar un vaso de jugo de naranja y dárselo a su hermanito menor. — Toma, Jinnie. — el cachorro aceptó la bebida, sonriendo.

SeokJin no sabía porque a veces decían que los millonarios no eran felices, él era muy feliz con sus padres, los amaba mucho. Le gustaban estos días cuando su padre le ayudaba a entrenar, porque después de hacerlo, podría salir con su hermano al bosque a divertirse un rato, claro, teniendo las debidas precauciones.

En ese momento todo iba bien, todo estaba bien y las cosas debían de seguir así, ¿verdad?

( . . . )

— TaeHyung. — el menor, quién había sido mandado a llamar por Kim, entró a su oficina con un semblante entre molesto y preocupado. — Tienes la información de las embarcaciones de droga. — el cambiaforma de leopardo asintió, entregándole las carpetas a Seok. Éste leyó de ellas, notando un pequeño error. — ¿Por qué una de ellas no fue completada?

— La embarcación que se dirigía hacia los alrededores de Seúl fue descubierta y detenida, toda la mercancía fue tomada por la policía. — describió el alfa moreno, leyendo algunos informes en su tableta. 

El enojo de Jin se hizo presente en la habitación, pues por el olor de su feromonas era notorio que estaba molesto.

— ¿Tenemos suficiente PX5 para exportarles? — revisó nuevamente los documentos, analizando una solución.

— Por ahora no. 

— Fabriquen más, no podemos fallarles a nuestros clientes. — suspiró dejando los papeles sobre su escritorio. — Sabes lo que pasa cuando lo hacemos, por ahora es mejor evitar alguna guerra estúpida.

— Está bien. — anotó lo dicho por el alfa en la tableta y volvió su vista hacia él. — ¿Necesitas algo más o puedo retirarme?

— Eso sería todo, ve a descansar. — el pelinegro asintió para salir de la habitación. SeokJin lo pensó por un momento y decició volver a llamarlo. — Ehh, TaeHyung.

— Dime, Jin.

— ¿Te gustaría ir al casino? — dubitativo, preguntó, pues no quería molestar más a su primo, pero tampoco quería ir solo.

Una leve sonrisa apareció por el rostro de Kim menor. Maldito Jin, sabe que su punto débil también son las apuestas.

— Me parecería perfecto.

— ¡Bien! Prepárate, saldremos en tres horas.

( . . . )

El par de alfas se encontraban en la entrada del Trouble's Casino, dejando el auto al valet parking de ese lugar. Obviamente como el alfa poderoso que es, SeokJin fue recibido como un príncipe, claro, todos los empleados sabiendo que él es el exportador de la mejor droga del país. Y Seok amaba muchísimo sentirse así de poderoso, no entendía porque su padre siempre trató de alejarlo de ese mundo, a él simplemente le encantaba.

Dejando ese tema de lado, el alfa mayor se dirigió hacia las mesas de blackjack para poder comenzar su estafa en el lugar. Tomó asiento, mientras el beta que tenía por croupier reparte las cartas, dejando dos frente a él.

El moreno, quién observaba desde lejos al lindo alfa, pudo notar como este tenía una buena habilidad para contar cartas, pues desde que lo vio sentarse ahí,en su aura notó cómo iba más confiado de lo normal. Realmente no le diría nada, al tratarse de su proveedor, sin embargo, está vez falló. ¿Cómo tenía valor para pisar ese casino después de haber fallado con la entrega de la mercancía? Ja, ingenuo.

Tomó el radio que se encontraba a un lado de su oficina, llamó a los guardias del lugar y les ordenó citar a Kim a su oficina, pues tenía temas pendientes que hablar con él. 

¿Es por el retraso en la entrega del producto? Tal vez sea por eso, o porque el alfa parece interesarle a su lobo. Nunca lo sabremos, pero la mejor forma de descubrirlo es hablar con él.

— Señor, tenemos a Kim, lo llevaremos a la sala. 

Y ahora será el momento justo para hacerlo.

— Voy para allá.

⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘

hapy bithday to me hahaha.
ᯤ̸ © damadekim.

1O % 1O % 22.

⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘⫘