Epilogo

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Luego de tres meses Alexander volvió a la mansión encontrándose a Wirt dormido con una sonrisa sobre una cama hecha de flores de algodón en el jardín trasero, el omega se miraba hermoso parecía un ángel con ese hermoso camisón blanco, las enredaderas a su alrededor y como parecía que la cama flotaba, pero su ensoñación se corto abruptamente cuando el castaño se movió y un pequeño vientre pudo verse, al principio pensó que era suyo pero al acercarse mas pudo sentir el olor de otro alfa,  llena de ira se dispuso a saltar sobre el omega y ahorcarlo con sus propias manos pero unas ramas lo detuvieron y alejaron de el 

-Por que osas tocar a MI omega-

-Esa perra es mía y tu no tienes derecho sobre el- 

-Claro que lo tengo, soy su alfa-

-No eres nadie comparado con migo-

-En eso te equivocas, soy aquel al que llaman la bestia y a ti te enseñare por que, desearas jamás haber tocado, ni siquiera visto a Wirt- dijo mostrando una hilera de dientes afilados y enormes 

Wirt abrió sus ojos al sentir la brisa fresca, encontrándose con el hermoso cielo azul de la mañana y los rallos del sol golpeando en su cara 

-Mi hermoso ruiseñor lamento despertarte-

-No te preocupes, tengo hambre-

-En este momento te traeré comida o prefieres que la lleve a la biblioteca?-

-Me gustaría que me acompañes a comer-

-Con gusto mi amor- el ya no era una muñeca con sueños rotos ahora tenia sueños nuevos y se sentía feliz de compartirlos con el que ahora era su alfa 

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