10.

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Jennie la miró expectante, a espera de una respuesta.

ㅡYo... ㅡtragó el nudo en su garganta ㅡPor supuesto, si no te molesta, pero no tengo ropa acá y déjame avisarle a mi madre.

ㅡEstá bien. Mientras, iré a buscarte ropa para dormir, creo que tengo algunos conjuntos una o dos tallas más grandes para ti. ㅡse dirigió a su cuarto no sin antes ㅡPero no creas que iremos a dormir ya, tienes que enseñarme el maravilloso mundo de Sailor Moon. ㅡsonrió juguetona.

Lisa asintió embelesada.

...

La verdad es que Jennie no "creía" que tenía ropa de dormir para Lisa. Era un hecho. Pese a que no llevaban mucho tiempo de conocerse, una parte de ella siempre quiso hacer una "pijamada" con la pelinegra. Puede sonar algo inmaduro para una CEO de 30 años, pero al diablo.

Entonces, días antes se había preparado, había ido a comprar ropa que según ella era el estilo de su donsaeng, también preparó un cepillo de dientes y demás cosas. ¿Obsesivo? ¿Intenso? Tal vez, pero Lalisa Manoban la hacía sentir como una adolescente. Claro, tampoco pensaba decírselo.

Así que, vigilando que la menor estuviera todavía en el salón de estar, tomó una tijera de entre sus cosas y quitó todo rastro de etiquetas.
Ya había lavado la ropa para que no tuviera ese olor a "nuevo", pero olvidó quitar las pruebas más evidentes.

Una vez terminado su trabajo, tiró la evidencia al bote de basura y salió de su habitación.

Sus pasos ligeros y elegantes no fueron captados por el oído de Manoban, quien estaba de espaldas a ella hablando por teléfono.

ㅡRosé, le dije a mi madre que me quedaría contigo. ¿Me puedes cubrir?

Kim se cruzó de brazos.

ㅡSí, por supuesto que te recompensaré. ㅡchilló ㅡEstá bien, Rosie. Nos vemos mañana. ㅡcolgó. Se dio la vuelta y pegó un brinco. No sé había percatado del pequeño cuerpo tras ella. ㅡJennie....

ㅡAsí que le mientes a tu madre, ¿no es así? ㅡarqueó su ceja.

ㅡY-yo... no tenía opción. ㅡse defendió ㅡ¿Qué querías que le dijera? "Madre, haré una pijamada con una mujer de 30 años que no conoces. Incluso ambas no nos conocemos del todo la una a la otra, pero no importa". ¿Eso?

El rostro de la CEO adquirió un tono rojizo debido a la vergüenza ㅡTienes razón. Fue bastante tonto de mi parte haberte pedido semejante cosa. Tampoco quise inmiscuir en tus asuntos, Lice. Entiendo si quieres irte. ㅡdio media vuelta pero un brazo en su espalda le impidió seguir caminando.

ㅡNo te preocupes. Tiendo a exagerar mucho, lo lamento. ㅡhizo que la otra se volteara ㅡDe todas formas, tenemos que ver Sailor Moon, ¿verdad?

ㅡAsí es. ㅡsonrió.

...

ㅡA ver, déjame ver si entendí algo de este primer capítulo... ㅡKim tenía el ceño fruncido en confusión ㅡsu gata habla, le dio un pin o lo que sea con poder lunar, ella es guardiana... tarda al menos media hora en transformarse, ¿y aun así el villano no hace por dónde atacarla? Además, un idiota con traje estúpido lanza rosas solo porque sí? Vaya.

Lisa soltó una carcajada.

Ambas, ahora cambiadas con sus respectivas "pijamas", se fueron para la habitación de la mayor a ver el programa, todo sea por "comodidad".
Habían visto el primer episodio del anime, el cual dejó a la pelinegra un poco desconcertada.

ㅡSugiero que no le des tantas vueltas. Verás que con el paso de los capítulos entenderás más.

ㅡEso espero. ㅡtomó una fritura.

ㅡEl siguiente episodio es bastante bueno, aunque en realidad todos lo son a mi parecer. ㅡtorció su boca.

ㅡVale. Veamos más.

...

ㅡCreo que deberíamos dormir. ㅡsugirió Manoban.

ㅡ¿cuántos capítulos llevamos? ㅡbostezó.

ㅡ10

ㅡOh por Dios. ¿Qué hora es? ㅡbuscó su celular entre el lío de sábanas.

ㅡLas 12 a.m

Kim abrió sus ojos de par en par.

ㅡLamento haberte distraído? ㅡdijo con un leve tono de interrogación al final.

ㅡ¿Qué? ¡no! ㅡnegó tranquilizándola ㅡRealmente disfruté el programa. De hecho, me gustaría ver más de ello. ㅡdijo quitando algunos bowls vacíos de la cama y poniéndolos sobre la mesita de noche. Se levantó para apagar la luz de la habitación, quedando esta solo iluminada por las lámparas nocturnas.

ㅡBueno, ya sabes dónde verlo. ㅡLisa se acomodó mejor en la cama.

Dormirían juntas. En la misma cama. Eso tenía a la pelinegra con nerviosismo.

Jennie le dijo que su departamento solo tenía dos habitaciones, una de ellas la usaba como oficina, por lo tanto, solo quedaba esta.

Se ofreció a dormir en el piso, pero la mujer mayor no la dejó y dijo que no tenía futón. También sugirió dormir en el sofá, tampoco la dejó.

"Eres mi invitada, no dormirás ahí.
Si alguna de las dos tiene que dormir en el sofá entonces seré yo."

Y bueno, al final dejaron las cosas arregladas de manera que dormirían juntas.

ㅡCreo que no me has entendido. ㅡse acomodó junto a Lisa imitando su posición de lado, quedando así ambas frente a frente. ㅡQuiero verlo, pero contigo. ㅡpese a que la habitación estaba iluminada apenas por la tenue luz de las lámparas, aún lograba ver los ojos monolids de su donsaeng.

Manoban era un desastre nervioso ㅡC-claro. Como gustes. ㅡcontestó mirando ese par de piscinas negras que penetraban su alma.

Pasaron algunos minutos en silencio, hasta que una habló.

Jennie se acercó más ㅡLice, puedo pedirte algo. ㅡsusurró.

ㅡPor supuesto. ㅡesperó paciente la solicitud de la CEO.

ㅡDijiste que ibas a darme atención ¿puedes darme esa atención en forma de beso? ㅡsu voz tenía un ligero tono de súplica. ㅡNo tienes que hacerlo si no quieres.

Manoban seguía sin entender el tipo de relación que tenían y las implicaciones de ello en la forma de actuar en la mayor, pero estaba sorprendida. Jennie podía pasar de ser una mujer intimidante a una "niña" tímida. De audaz a vacilante. De su actitud de CEO a un desastre nervioso.

Sin embargo, eso la tenía encantada. Así que sin decir palabra se acercó hasta que sus rostros quedaron juntos, con su mano derecha tomó el mentón de la mayor y depósito un beso suave.

Jennie correspondió de inmediato. Amando la forma de los labios de Lisa contra los suyos.
Tras unos segundos que parecieron una eternidad, se separaron.

La menor iba a hablar, pero se vio interrumpida por un beso esta vez más salvaje.

Kim había visto cómo los monolids adquirieron un color profundo, sus pupilas se dilataron, es lo que ella conoce como excitación. Entonces, decidió tomar el asunto en sus manos. Fue un beso salvaje, tomó el rostro de Lisa entre sus manos y acarició sus mejillas en el proceso.

Introdujo su lengua en la cavidad que ya le había otorgado el permiso y empezaron una guerra entre ambas, por ver quién tenía el control, claro, no esperaba que Manoban ajustara su posición, ahora quedando sobre ella, por lo que ella perdió la batalla.

Se separaron por falta de aire. Las dos chicas tenían el comienzo de unas mejillas sonrojadas y sus cabellos húmedos por el calor repentino de arremetió contra ellas.

ㅡYo...

ㅡNo digas nada. ㅡKim puso un dedo sobre sus labios. ㅡSigue besándome.

Y así lo hizo.

Se volvieron a fundir en un beso lento, seductor y caliente. La mano izquierda de Lisa bajó hasta la delgada cintura de la otra chica, acariciando con suavidad.

Una castaña muy emocionada mordió el labio inferior de la contraria sacándole un gemido bajo. Su excitación voló con ese sonido angelical, posó ambas manos en el trasero de la pelinegra incitándola a hacer algo más.

Entonces, habiendo entendido, una mano se coló por debajo del camisón de la CEO, tocando con cuidado, como si el contacto quemara.
Abrió los ojos y miró el otro par, que la miraban con consentimiento en ellos.

Ahora, con más confianza, tocó el firme estómago de su mayor, subiendo y bajando.

Justo cuando iba a subir más para llegar a uno de sus pechos.

El sonido de una llamada las hizo separarse de inmediato.

Era el celular de Lisa.

ㅡSaldré para contestar. ㅡseñaló el aparato con una mirada avergonzada.

Jennie asintió.

Una vez que estuvo sola, se volteó y sofocó un grito contra su almohada.

Había quedado sexualmente frustrada.

¿Quién demonios llama a esta hora?

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