four

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

❹ ❪ Hate it when I have to leave ya ❫


⸻⸻ ༘ ∿ CUATRO┋🎨 📷 ↺



AHÍ SE ENCONTRABAN. ERA EL ÚLTIMO DÍA DE OLVIA ALLÍ. Sabían con certeza que aquello era un hecho pero aún así no querían admitirlo.

—¿Qué quieres hacer? —cuestionó Grant a su lado.

—No lo sé —suspiró—. ¿Playa? —propuso.

—Playa —aceptó él mientras asentía con su cabeza.

   Se pudieron en pie y cambiaron sus vestimentas para posteriormente tomar rumbo a la playa. Caminaron durante un bien tiempo descalzos por la arena, sintiendo la suavidad y tibiedad de esta. El silencio reinaba en su mayoría, más no era incómodo, pero si nostálgico. Era simplemente una sensación nueva y extraña.

—¿Qué haces? —inquirió confundido al ver que la rubia de deshacía del sombrero que llevaba para luego tomar su vestido desde la parte inferior y alzarlo sacándolo por su cabeza, quedando así en traje de baño.

—Me adentrare al mar —señaló e forma obvia—. ¿No vienes? —cuestionó con una sonrisita divertida.

   Grant inmediatamente se deshizo de su camiseta dejándola a un lado de las pertenencias de la rubia para seguirle el paso.

   Olivia no había dudado en lanzarse de un chapuzón al agua, para luego salir a flote con el cabello totalmente húmedo y pegado a su piel. Grant solo llevaba sus pies dentro del agua cuando se detuvo, comprobando algo.

—Esta malditamente helada —murmuró.

—Estoy esperándote —canturreó Olivia flotando de espaldas.

—Creo que mejor esperaré en la arena —señaló Grant, comenzando a retroceder.

—Oh no, de eso nada, Thomas —negó acercándose a él.

—No te... ¡Olivia! —gritó al sentir cómo ella se lanzaba sobre él, logrando que perdiera el equilibrio y ambos cayeran al agua.

   La rubia salió a flote, soltando una risa divertida, mientras que Grant salió a flote quitando el exceso de agua que caía por su rostro para luego observarle con el ceño fruncido.

—Esta me la pagarás —aseguró el ojiverde.

—¿A sí? No lo creo —negó lanzándose sobre él, sumergiéndolo en el agua.



—¿SABES? ES GRACIOSO —COMENTÓ CAPTANDO LA ATENCIÓN DE GRANT—. Siempre escuché a mis amigas hablar de las aventuras de verano que habían tenido en sus vacaciones.

   Grant escuchaba atentamente cada palabra que salía de los labios de la rubia.

—Siempre creí que era algo estúpido, incluso tal vez una mentira —rió levemente—. Pero mírame ahora, estoy aquí, de vacaciones en uno de los lugares más preciosos del mundo con un chico que conocí hace poco más de un mes —le apuntó.

Ambos rieron.

—Nada es imposible —señaló el castaño.

—De hecho, si caes desde un avión sin paracaídas es imposible sobrevivir —él frunció el ceño—. Tú dijiste que nada era imposible —repitió ella.

—No me refería a eso —negó.

—Si, lo sé —le sonrío mientras apoyaba su cabeza en el hombro de él—. Es un día precioso —comentó.

—Lo es —concordó.

   Se mantuvieron por minutos en silencio el cuál no era precisamente incómodo si no todo lo contrario. Era relajante, tal vez hasta silencio en el que se permitieron soñar, pensar en cómo podrían ser las cosas si el verano no estuviera acabando. En cómo serían las cosas si se hubieran conocido en un día común y corriente de sus vidas, tal vez en New York, tal vez en Virginia, porque si, Olivia también era de aquel lugar sin embargo hacía solo unos años se había prohibido pisar aquella ciudad que tanto le había quitado.

   Y a pesar de que aquel sueño parecía muy cómodo, ninguno de los dos se atrevería a intentar llevarlo a una vida diaria. Parecía imposible hacerlo funcionar cuando ambos eran de distintos lugares, y cuando aún no se conocían del todo. Así que prefirieron callar.

—Parece increíble lo rápido que se pasó el verano —murmuró Grant.

—Lo sé —musitó observándole—. Demasiado rápido.

     Rápido, igual que la forma en que los sentimientos se habían desarrollado.

—Probablemente nunca te vuelva a ver... —comenzó a decir ella—. Pero me gustaría que tuvieras algo.

   Mientras terminaba de pronunciar aquellas palabras, llevó sus manos hasta la parte trasera de su cuello, en donde desenganchó el collar que colgaba.

—No puedo recibirlo!—Grant negó automáticamente—. Dijiste que era lo más especial que tenías.

—Lo sé —le sonrió—. Por esa razón merece llevarla una persona especial —declaró pasándolo por el cuello del joven.

   El castaño no pudo evitar que una pequeña sonrisa se propagara por sus labios, mientras tocaba la delicada figura colgante en su cuello. Una luna. La preciosa luz solitaria de la noche.

   Y él no lo sabía pero tras aquel simple símbolo de plata había una historia, una historia que había marcado totalmente a Olivia. Y él tampoco lo sabía, pero él también había marcado en la vida de la rubia.

—Gracias —murmuró Grant.

—No hay de que —se encogió de hombros observándole con una sonrisa—. Eres una persona especial, y eso no se ve todos los días entre tanta ordinariez cotidiana.

La noche no tardó en caer, pronto la cena había terminado y ambos jóvenes se encontraban recorriendo los pasillos del hogareño hotel en el que Olivia se hospedaba. Lugar donde ambos habían estado viviendo en el último mes. Las pisadas eran suaves, las miradas fugaces, y el sentimiento de nostalgia era palpable.

La llave giró en la cerradura sacando el seguro y permitiéndole a ambos entrar a la habitación. Se descalzaron de sus zapatos y Olivia arrojó su cartera al sillón. Solo bastó un intercambio de miradas para que la distancia entre ambos se acortara.

Juntando sus labios y mezclando las respiraciones. Suaves roces de piel, era lo que predominaba. La noche aún era larga por lo que siendo esta la última que pasarían juntos planeaban disfrutarla al máximo.

Pronto el reloj marcaba las cinco de la madrugada, y Grant dormía plácidamente boca a bajo con los brazos cruzándose bajo su rostro y este levemente ladeado en dirección a la rubia. Olivia no pudo evitar pasar suavemente su mano por el cabello de él, mientras de paso dejaba un beso sobre su espalda, para así finalmente ponerse de pie.

Pasando una camiseta por su cuerpo se acercó a la mesa de la pequeña sala de estar, tomó una hoja y un lápiz para comenzar a escribir lo que sería su despedida.

Recordaba perfectamente como días atrás Grant le había insistido en ser él quien la acompañara al aeropuerto. Ella había aceptado, pero lamentablemente no se veía tan valiente como para despedirse de aquel icónico amor de verano. No cuando sentía tanto y añoraba tanto sabiendo que nada de lo que añoraba se cumpliría, por lo que no se veía a sí misma capaz de despedirse de él. Y mucho menos capaz de decirle todo lo que sentía, por lo que una carta parecía una forma mucho más sensata de despedirse.

   No tardó en doblar aquel papel, ni mucho más en ponerse de pie para silenciosamente tomar el cambio de ropa a mano y prepararse. Una vez lista tomó su maleta, y el cuadro que había prometido sería de ella y tras dejar un suave beso en el rostro del castaño emprendió rumbo fuera del lugar.

   Para cuando Grant despertó aquella mañana, se encontró a sí mismo sólo en la cama, y no solo eso, también en la habitación. Pero no tardó mucho en encontrar la carta en cuestión sobre la mesa. Tomó asiento en una silla y cuidadosamente desdobló el papel para leer el contenido.

   Hola, Thomas.

   ¿Probablemente te preguntaras que es esto? ¿Por qué ya no estoy en la habitación? ¿Acaso ya me he marchado sin decir adiós?

   Lo siento, pero si. No me he visto lo suficientemente fuerte para despedirme de ti, porque... hasta decirlo en una carta me es difícil... puede sonar estúpido, pero es difícil decir adiós a alguien que ha dejado una huella en ti, y tu Grant dejaste una de las más grandes. Y la razón de porque no pude decir adios frente a frente es porque; Te amo, Grant.

   Suena tonto porque solo nos conocimos por un corto tiempo, pero el tiempo es lo de menos cuando conoces a la persona que en última instancia te das cuenta es la correcta. Y si, me hubiera gustado ser aquella persona para ti, esa persona que te amaba y tú le amabas. Pero no pudimos, no ahora... Tal vez algún día en el futuro lo seamos, o tal vez encuentres a alguien genial y perfecta para ti que ocupe aquel lugar. Tal vez algún día nos reencontremos y aquella chispa siga ahí, o puede que cuando lo hagamos ya sea demasiado tarde. Pero si de algo estoy segura y puedo prometerte, es que no me importa el futuro, solo me importa el ahora y sé que te amo Thomas y sé que en un futuro podré decir que a pesar de aquel mes y medio que estuvimos juntos, te amé, te amé de una forma en la qué tal vez nunca amaré a nadie, porque tú fuiste un amor único, uno que no se vive dos veces en la vida. No fuiste solo un simple amor de verano, fuiste El amor de verano, mi mejor amor y honestamente no solo de verano. Siempre te recordaré como ello. Como el chico que logró que me enamorara de él en un mes, el chico al que amé intensamente sin ser consciente de ello hasta el último momento. Ese eres y serás tú, Thomas Grant Gustin.

   Espero con toda mi alma que el destino nos vuelva a juntar en una de sus tantas vueltas. No tengo la certeza de que lo hará, pero me quiero creer que si ocurrirá, así que esto es un hasta pronto.

               —Con amor, Olivia Marie Jones.

   Tras releer aquel escrito por lo menos dos veces más, volvió a doblar el papel, para dejarlo reposar nuevamente sobre la mesa.

—Tú si eras esa persona, Liv —murmuró hablando consigo mismo—. Y también te amo, y probablemente siempre existirá un poco de ese amor dentro de mí para ti, porque también fuiste única.

   Sabía que no había caso en intentar llegar al aeropuerto, sabía que no lo lograría. Solo le quedaba esperar qué tal como ella había dicho en aquella carta, si así lo quería el destino algún día volverían a encontrarse.

  










El tiempo que se disfruta es el verdadero tiempo vivido

—Jorge Bucay





BUENO
ya llegamos al final de esta
pequeña historia.

en fin, espero les haya gustado y gracias por el apoyo a quiene han estado aquí, ya sea comentando, apoyando u agregando la historia a sus listas de lectura <333

sin más procedo a decir adiós, les tkm🤍

mentira, es un hasta pronto,
¿porque tenemos segunda parte?

─𝙨𝙥𝙞𝙙𝙚𝙮𝙜𝙡𝙤𝙬



editado: 24/06/2022

▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃▃

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro