xlix. Upon Thy Return

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chapter xlix.
( titan's curse )
❝ upon thy return ❞

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No necesito tu simpatía. No necesito que la gente me diga que lamenta que Luke haya muerto. Tampoco necesito que digan que lamentan que esté vivo. En cuanto me enteré por Annabeth, quise enfadarme con Percy por no habérmelo dicho, pero faltaba mucho para eso. No me importaba que no me lo contara, lo que sí es que Luke sobreviviera a esa caída. Sobrevivió. ¿Cómo diablos lo hizo? Era lo que me preocupaba. No me importa tu simpatía. No me importa que Percy no me lo diga. No me importa nada más que eso, porque era lo que debía estar en la mente de todos. No 'siento mucho que tengas que lidiar con que siga vivo.' No, madura. Pregúntame, '¿qué podría significar?' y te prestaré atención.

Porque eso era lo único que tenía en mente en el viaje de vuelta al campamento. Él murió. Lo vi morir. Vi su cuerpo romperse. ¿Cómo sobrevivió?

Nos dirigimos a la Casa Grande y fuimos recibidos por Quirón y Hannah con chocolate caliente y sándwiches de queso tostados. Hannah estaba enfadada, pero no dijo nada. Sabía que iba a recibir una charla, el: ¡no te cueles en una búsqueda! pero ella también era una semidiosa y entendía que si crees que debes ir, vas. Grover se fue con los sátiros para hablar de su hallazgo de Pan y de su "Bendición de lo Salvaje". Annabeth, Percy y yo seguimos nos sentamos en la mesa de billar. Otros campistas ya estaban allí: Silena, Lee, los hermanos Stoll e incluso Clarisse, de vuelta de su "misión secreta de exploración."

—Tengo noticias —masculló inquieta—. Malas noticias.

—Ya os contaré —dijo Quirón con forzada jovialidad—. Lo importante es que habéis vencido. ¡Y que habéis salvado a Annabeth!

Annabeth sonrió.

—Luke está vivo —dijo Percy—. Annabeth tenía razón.

Me explicó lo que su padre le había contado sobre el Princesa Andrómeda y fruncí. Esto sólo era la guinda del pastel. Efectivamente, Luke había vuelto, y yo estaba asustada y preocupada por cómo.

—Bueno —me removí en mi asiento torpemente—. Si la batalla final ha de producirse cuando Percy cumpla dieciséis, al menos nos queda tiempo para resolver algunas cosas, supongo...

Percy me miró a los ojos. No parecía tan feliz, porque sabía a qué me refería con lo de resolver algunas cosas. Aparté la mirada, incapaz de mantener su intensa expresión por más tiempo.

Quirón tenía un aspecto muy grave desde donde estaba sentado junto al fuego en su silla de ruedas. La propia Hannah se pasó una mano por el pelo.

—Dos años pueden parecer mucho tiempo —dijo Quirón—. Pero no es más que un abrir y cerrar de ojos. Aún tengo la esperanza de que tú no seas la criatura de la profecía, Percy. Pero si lo eres, la segunda guerra de los titanes está a punto de comenzar. El primer golpe de Cronos será contra el campamento.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Percy—. ¿Por qué ha de importarle el campamento?

—Porque los héroes son las herramientas de los dioses —murmuró Hannah—. Destruye las herramientas y los dioses quedarán muy tocados.

Quirón asintió.

—Las fuerzas de Luke acudirán aquí. Mortales, semidioses, monstruos... Tenemos que estar preparados. Las noticias que ha traído Clarisse tal vez nos den alguna pista sobre cómo piensan atacarnos, pero...

Llamaron a la puerta y Nico di Angelo entró a toda prisa. Tenía las mejillas rojas por el frío y una mirada luminosa. Sentí que se me apretaba el pecho. Sonreía y miraba a su alrededor con ansiedad.

—¡Eh! ¿Y mi hermana?

Se hizo un silencio mortal. Percy y yo intercambiamos miradas. Nadie se lo había dicho; habían esperado a que se lo dijéramos en persona. Percy entonces frunció los labios y se levantó torpemente de su silla.

—Nico. Vamos a dar una vuelta, ¿vale? Tenemos que hablar.

Nico frunció, pero le siguió fuera. Suspiré, apoyando la cabeza en las manos. No era fácil perder a alguien, no puedo imaginar lo que sería para Nico perder a su única hermana.

° ° °

Al salir de la reunión, pasé por la enfermería. Dentro, vi a Cain. Tenía un vendaje alrededor de su brazo, acostado en una cama y Will con las piernas cruzadas a su lado en un taburete. Decidí entrar.

En cuanto lo hice, Will levantó la vista. Sonrió y corrió hacia mí. Me sentí mucho mejor después de abrazarlo.

—¡Has vuelto! —dijo—. ¡Volviste a salvar el Olimpo!

—Sí —mi garganta estaba ronca—. Fue lo que hicimos.

Frunció el ceño.

—Me he enterado del tema de Bianca... ¿está Nico bien?

Suspiré.

—Nico no estará bien durante mucho tiempo, Will.

Él asintió, comprendiendo. Me encontré con los ojos de Cain desde la cama, tenía un ceño fruncido.

—¿Qué pasó con el chico misterioso, huh?

Will juntó las cejas.

—Fue tan estúpido como para desafiar a Connor Stoll en el muro de lava. El idiota se quemó por una broma del otro.

No pude contenerme. Me reí. Cain se puso rosa.

Le sonreí y me subí al extremo de la cama.

—¿Cómo fueron las cosas sin mí?

Cain logró una pequeña sonrisa.

—Estuvo... bien.

—¿Hiciste amigos?

Se movió torpemente.

—A-Algunos.

—¡Yo! —añadió Will—. ¡Y Nico! ¡Y es amigo de Charles Beckendorf!

Arqueé una ceja.

—¿Tú y Beckendorf?

Cain parecía avergonzado.

—No se asusta mucho.

—La gente sólo se asusta de lo que no conoce —le dije—. En cuanto saben lo que es, ya no da tanto miedo.

—Tú también eres mi amiga —dijo Cain, mucho más valiente esta vez. Luego retrocedió—. A-al menos... si quieres serlo, no tienes si no...

El rostro se me iluminó.

—¡Claro que quiero ser tu amiga, bobo!

Me dedicó una sonrisa de agradecimiento. Will parecía muy feliz. Un pensamiento cruzó de repente su mente.

—¡Oh, Estigio! ¡Olvidé limpiar los escudos en el ático! Son como diez y tengo que ir a tiro con arco!

—Y-Yo puedo ayudar, si gustas —se ofreció Cain.

Will entrecerró los ojos.

—No. Tienes órdenes de quedarte aquí.

Cain me lanzó una mirada exasperada. Me reí. Era divertido ver a un chico de trece años (casi catorce) ser mandado por uno de once.

—Te ayudaré, Will, está bien —me levanté—. Alégrate, Cain, esos escudos no han visto la luz en dos mil años, y el Oráculo es la cosa más espeluznante de la historia.

—Sí —frunció los labios—. Me acuerdo de esa bruja. Sabes que... Soy feliz aquí sentado.

Me reí de nuevo.

—Volveremos, no te preocupes.

Me saludó con un dedo y entonces Will y yo subimos al ático con los suministros de limpieza (convenientemente almacenados en la enfermería) para limpiar estos escudos.

Dejé que Will subiera primero, lanzando polvo a mi cara. Tosí. Siempre echo de menos el Campamento cada vez que voy a las misiones, pero el ático de la Casa Grande es ciertamente un lugar que no extraño.

Al subir, lo primero que vi fue el Oráculo. Me trajo el recuerdo de su llegada al arroyo durante el juego de capturar la bandera. Cuando Zoë y Bianca aún estaban vivas... Dioses, parece que fue hace mucho tiempo.

Will me lanzó un trapo y nos pusimos a limpiar. Algunos escudos eran antiguos y me daba miedo tocarlos. Me pregunté cómo Will realmente disfrutaba haciendo esto. Yo era el tipo de mestiza que siempre tenía que estar moviéndose con las piernas y luchando, Will con sus manos. Él era un dibujante, un médico; esto era lo suyo.

Limpié dos escudos más cuando Will dejó escapar un agudo jadeo. Salté, entrando inmediatamente en modo de lucha sin evitarlo. Me volví hacia Will, dispuesta a protegerlo a toda costa, ¿contra qué? No estoy muy segura. ¿Qué podría ser tan peligroso en un ático? Pero vi que miraba fijamente al Oráculo. Ahí noté que la niebla verde que pertenecía al Oráculo había comenzado a circular alrededor de mis pies. Me volví hacia el cuerpo erguido. Las velas que la rodeaban se encendieron. Will se quedó boquiabierto. Creo que el Oráculo nunca se había despertado cuando había estado aquí arriba.

Mirándome fijamente, el Oráculo de Delfos habló: Acércate, buscadora, y pregunta.

Mi estómago se sacudió. Recordé lo que me dijo Hades sobre mi regreso.

Compartí una mirada con Will, antes de dar un paso adelante.

—Me dijeron que hay una profecía sobre mí.

La emisaria de la luz, dijo el Oráculo. Sí.

—Um... —confía en mí al decir que es incómodo—. ¿Qué es?

En mis oídos, silbando como el viento, llegó la voz del Oráculo:

La hija de Apolo camina por el sendero de la luz
y sigue al sol en su descenso hacia la noche;
Al igual que su circulación, ella regresa,
Pero no como una vez fue renombrada.
Mas ten cuidado con el traidor dentro del laberinto,
pues aún no ha terminado su camino
Cuidado, Emisaria de la Luz;
Porque el lado oscuro del sol es
tan peligroso como su gemelo.

La niebla se elevó de nuevo, silbando lentamente hacia su boca. En cuanto lo hizo, su mandíbula se cerró de golpe y las velas se apagaron.

Will y yo nos quedamos unos segundos mirando al Oráculo. ¿Qué quería decir? ¿Cuidado con el traidor dentro del laberinto? ¿Se refería a Luke? ¿Pero qué laberinto? Y luego eso de que el lado oscuro del sol es tan peligroso como su gemelo.

¿En qué me he metido?

Volvimos a bajar a la enfermería, ambos extremadamente silenciosos. Sabía que tenía que ir a decírselo a Quirón, pero él tenía otras cosas de las que preocuparse. Cosas de Percy. Y cosas de Clarisse, sea lo que sea. Se lo diré, pero tendré que esperar. Así que, fui a la siguiente mejor persona en este momento: Cain.

Los tres nos sentamos y discutimos esta profecía. Cain, que todavía era nuevo en todo esto, estaba muy despistado.

—¿Las profecías son siempre tan crípticas? —preguntó.

Will y yo asentimos.

—Normalmente una profecía significa una búsqueda —dije—. Pero... no suena como una. Suena como toda mi vida.

—Eso da miedo —admitió Will—. El lado oscuro del sol es tan peligroso como su gemelo. ¿Qué significa? ¿Vas a ir al lado oscuro? ¿Te unirás a Luke y a Jay?

—No —negué con fuerza con la cabeza—. Nunca. Pero... tal vez... —suspiré—. No sé. No es prudente tratar de predecir una profecía antes de que ocurra, porque intentas controlarla...

—... Y es peligroso —dijo Will—. Sí, lo sé. La frase que papá siempre acaba diciendo en el sueño de alguno: es imprudente conocer tu futuro. Es como su propia canción infantil.

Junté los dientes.

—Espera a que te de los haikus.

—Oh, dioses.

—¿Vas a contarle esto a Quirón? —preguntó Cain—. O como Percy o Annabeth? ¿O a Hannah?

Asentí.

—Bueno, sí. Pero... cada uno tiene asuntos que tratar. Annabeth acaba de volver de un secuestro. Percy tiene que preocuparse por Nico y Bianca y sé que no va a terminar bien para él. No sólo eso, sino que tengo la sensación de que ha aceptado ser el hijo de la profecía. No quiero preocupar a Hannah, y Quirón... bueno, siempre tiene demasiadas cosas en la cabeza.

Cain frunció al verme.

—Dices eso, sobre que Percy es el hijo de la profecía, como si no lo fuera.

Fruncí los labios. ¿Cómo puede Cain ver a través de la gente tan fácilmente?

—Es... es complicado. No puedo hablar de ello.

Suspiró. Cain se miró el brazo. Los ojos de Will se abrieron de par en par.

—Me acabo de dar cuenta de algo —dijo.

Arqueé una ceja.

—¿De qué?

Will me miró.

—Lo que decía la profecía. Al igual que su circulación, ella regresa, pero no como una vez fue renombrada... y eso de que el lado oscuro del sol es tan peligroso como el otro. El sol es la misma estrella. Ambos lados trabajan juntos en armonía. Uno es frío, el otro es caliente. Y si... y si está diciendo... O sea, podría equivocarme, pero... Creo que dice que hay una forma de recuperar tus poderes.

° ° °

Al final, decidí que al menos debía decírselo a Percy y a Annabeth. Así que fui a buscarlos. Dejé a Will con Cain haciéndole compañía mientras su brazo se curaba antes de la cena (o más bien custodiándolo para que no saliera de la enfermería). Los encontré charlando con Grover junto al pabellón del comedor. Estaban rodeando algo que no podía ver. Fruncí, pero me acerqué de todos modos.

—¡Eh, chicos! —me acerqué corriendo—. Tengo que hablar con vosotros...

Me interrumpí al ver la gran marca en el suelo del pabellón. Al ver las caras de mis amigos, supe que algo había pasado.

—¿Qué?

Percy frunció los labios.

—Intenté hablar con Nico sobre Bianca y... salió corriendo hacia el bosque.

Mis ojos se abrieron.

¿Qué?

—¡Hizo que el suelo se tragara los esqueletos como si nada! —dijo Percy. Chasqueó los dedos y supe que sabía sobre el parentesco de Nico.

Buscamos a Nico durante horas. No nos atrevimos a decírselo a nadie, rastreando los bosques y el borde exterior del campamento. Pensé que un niño de diez años con este tiempo no podía ir muy lejos, pero no tuvimos suerte. Nico no estaba en ninguna parte.

Estaba preocupada. Prometí que lo protegería. Tras lo de Bianca, no puedo arriesgarme a perderlo a él también. No puedo lidiar con eso. Con este clima, a su edad, podría morir.

Al final, nos encontramos junto al Puño de Zeus, cansados y agotados, y sin Nico.

—Tenemos que contárselo a Quirón —dijo Annabeth.

—No —armonizamos Percy y yo.

Annabeth y Grover fruncieron.

—Humm... —murmuró Grover, nervioso—. ¿Qué quiere decir ese no?

—Nadie tiene que saber que es hijo de Hades —dije—. Ni siquiera Quirón.

—Claire —dijo Annabeth—, ¿te haces una idea de lo grave que es esto? ¡También Hades rompió su juramento! ¡Es terrible!

—No lo creo —contestó Percy—. No creo que rompiera su juramento.

—¿Cómo que no?

—Él es su padre —dije—, pero Bianca y Nico llevaban fuera de circulación desde antes de la Segunda Guerra Mundial.

—¡El Casino Loto! —Grover le contó a Annabeth la conversación que habíamos mantenido con Bianca—. Ella y Nico estuvieron encerrados en ese sitio durante décadas. Pero habían nacido antes de que se hiciera el juramento.

—¿Y cómo escaparon? —objetó Annabeth.

—No lo sé —reconoció Percy—. Bianca dijo que fue a buscarlos un abogado y los llevó a Westover Hall. No sé quién podría ser ni por qué lo hizo. Tal vez forme parte del Gran Despertar. No creo que Nico sepa quién es. Pero no podemos contárselo a nadie, ni siquiera a Quirón. Si los olímpicos llegan a enterarse...

—Empezarían otra vez a pelearse entre ellos —se dio cuenta Annabeth—. Es lo último que nos hace falta ahora.

Grover parecía muy inquieto.

—Pero no se les pueden ocultar cosas a los dioses. No para siempre, al menos.

—No hace falta que sea para siempre —dijo Percy—. Sólo dos años. Hasta que cumpla los dieciséis.

Recordé lo que dijo mi padre. Sobre cómo la profecía no era sobre Percy tampoco.

—Pero... Percy... ¿no sabes lo que significa? Que la profecía podría no ser sobre ti. Podría ser sobre Nico. Tenemos que...

—No —él dijo—. La profecía me concierne a mí.

—¿Por qué estás tan seguro? —moví la cabeza—. ¿Es que pretendes hacerte responsable del mundo entero?

—No puedo permitir que Nico corra más peligros —dijo Percy—. Eso al menos se lo debo a su hermana. Les he fallado... a los dos. No permitiré que ese pobre chico sufra más.

Lo sabía mejor que nadie, y por eso asentí. En cualquier caso, estaba con Percy, al cien por cien.

—Ese pobre chico que te odia y que quiere verte muerto —le recordó Grover.

—Tal vez logremos encontrarlo —dijo Percy—. Podemos convencerlo de que no pasa nada y esconderlo en un lugar seguro.

Annabeth se estremeció.

—Si Luke lo encuentra...

—No lo encontrará —dijo Percy—. Yo me encargaré de que tenga otras cosas de que preocuparse. Concretamente, de mí.

Pensé en ello. Fue entonces cuando se me ocurrió una idea.

—Te odia, ¿verdad? —pregunté. Percy me miró con una expresión que se leía como: no necesito que me lo recuerden, pero asintió—. Bueno... tiene amigos aquí en el campamento. Gente a la que podría escuchar.

Annabeth frunció.

—¿En qué piensas, Claire?

Apreté los labios.

—Hannah cree que volveré a la escuela. Pero Cain y Will son buenos amigos de Nico. ¿Y si... y si los llevo conmigo y vamos a buscarlo? Tratar de encontrarlo y traerlo de vuelta y... —no sabía si debía decírselo, pero si Will tenía razón necesito saber si puedo recuperar mis poderes. Respiré profundamente—. Tengo que resolver algunas cosas por el camino.

—Iremos contigo —dijo Percy.

—No —negué con la cabeza—. Seis semidioses es mucho, especialmente con todo lo que está pasando ahora, y sin mencionar que Nico te odia. Creo que deberíamos ser sólo yo, Cain y Will. Tengo un presentimiento.

Tengo una profecía, es lo que quería decir, pero no fue así.

Percy frunció los labios.

—Bueno... ten cuidado.

Le dediqué una pequeña sonrisa.

—¿No lo tengo siempre?

Annabeth me dio un abrazo.

—Buena suerte —me dijo.

—Gracias —sonreí—. Lo traeremos a casa.

—Ojalá —añadió Percy.

Asentí con la cabeza.

—Ojalá.



END OF PART THREE



¡Wooooow! Otra parte más terminada. ¿Qué os ha parecido? Ya solo nos quedan dos partes más para concluir el libro y después... hay una sorpresita ;)

También, ¿os pasaríais por Glory and Gore? Es otro fanfic de PJO de la misma autora que este con un plot mío, y me emociona bastante <3

¡Nos vemos pronto!

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