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🏹🦊

No era algo que debieran tomar a la ligera, era un plan bastante complejo y debían tener mucho cuidado con sus acciones. Todo el universo dependía del éxito de aquella misión.

Primero debían confirmar la localización de cada gema. Una vez que estaba claro el momento al que debían viajar, debían planear cómo llevar la situación.

—Umiko— le llamó Tony

La nombrada le prestó atención, en realidad todos lo hicieron y resultó un poco intimidante tener la mirada de todos en la sala sobre ella.

—¿Si?— preguntó, tratando de ignorar las demás miradas.

—Fue sorpresa para todos que Robin Hood apareciera contigo, ya no tenemos más trajes así que te quedarás aquí.

—No hay problema— contestó.

De cierta manera se sentía aliviada, y claro, como todo ser humano sentía terror por lo desconocido. No le importaba esperar junto a la plataforma a que todos regresaran. Además, para ella no serían más de diez segundos de espera.

—Aunque sí necesitaremos de tu ayuda— Tony se acercó un poco más a la chica— nuestro querido doctor Banner— miró mal al nombrado— uso fuerza de más y rompió el botón que activa la máquina a distancia, por lo que tendrá que activarse de manera manual desde el panel de control.

—¿Eso quiere decir que yo debo activar la máquina? —frunció el ceño. Quería estar cien por ciento segura de que sus palabras eran claras.

—Exactamente así— le sonrió— mañana Banner y yo te enseñaremos a usar el panel de controles para que no haya ningún problema. No hay mucha ciencia, sólo debes presionar un sólo botón y jalar una palanca.

—De acuerdo.

Aunque todas esas personas eran completamente desconocidas para la chica, se sentía increíblemente cómoda. No es que confiara ciegamente en ellos como le ocurría con Clint, sino que sabía que ellos eran buenas personas y no harían nada por dañarla.

Los presentes en la sala se dispersaron, aún había varios detalles por afinar y era suficiente por ese día. Ya era bastante tarde y era momento de descansar, aunque era obvio que más de uno hacía tiempo que dejaron de dormir. Los comprendía, a ella le ocurría lo mismo pese a que no sabía las historias de todos los demás,

Umiko permaneció en la sala hasta que todos se marcharon. Se sentía bastante afligida.

Si el plan resultaba, quería decir que debía regresar a su vida normal, su vida anterior y no estaba segura de querer hacerlo. No es que no deseara que su familia regresara, era que se separaría de Clint para siempre.

Él regresaría con sus hijos a rehacer su vida y ella regresaría a Japón, donde tarde o temprano sería obligada a contraer matrimonio.

Ya no pelearía y viajaría por el mundo para enfrentarse a múltiples villanos, eso era lo que más le atormentaba. También le molestaba un poco que no le cuidaría la espalda a Barton ni pelearían hombro con hombro. Gracias a Clint había cambiado su forma de ver el mundo y era algo que le agradecía infinitamente (aunque nunca se lo diría abiertamente). Se sentía realmente culpable por desear la vida que tenía ahora.

—¿Esta todo bien?— una voz la sacó de la profundidad de sus pensamientos.

Hizo una especie de sonrisa que más bien pareció una mueca pero su contrario no dijo nada al respecto.

—Sí, es sólo que aún no me acostumbro a todo este asunto de los superhéroes— hizo un movimiento con las manos de manera exagerada.

Era obvio su nerviosismo.

—Yo tampoco, ¿sabes?

Scott dio unos pasos hacia la chica y se sentó en una orilla de la mesita de centro para que su rostro quedara a la altura de la chica.

—Lang, ¿cierto?— Umiko quería asegurarse de haber recordado su nombre.

El hombre asintió bastante complacido.

—Sólo Scott— Umiko le sonrió y se acomodó en su lugar dejando un cuaderno lleno de anotaciones que Baner le había dado esa mañana.

—Pero tu eres como ellos, yo sólo soy una chica que sabe artes marciales y habla japonés.

Scott no pudo evitar soltar una larga risa.

—No hay nada de espectacular conmigo— dejo salir un suspiro— en realidad, sólo es ciencia. Cualquiera podría estar en mi lugar. Y lo digo en serio, cualquiera podría usar mi traje y hacer lo mismo que yo hago.

—Pero no es así. No creo que exista otro Scott Lang que pueda ser tan buen Ant-man como tu.

Scott se sintió verdaderamente halagado. Le agradaba esa chica.

—Sólo soy un hombre con un traje. En cambio, por lo que he escuchado, toda tu vida has entrenado hasta ser lo que ahora eres. Eres tan buena como todos en este edificio, nunca dudes de ello.

Los ánimos de Umiko habían subido significativamente. Escuchar a Scott le había hecho bastante bien. Le agradaba ese hombre, era amable y cálido. Algo que no había sentido de una persona en mucho tiempo. Siguieron su conversación, eran similares en varios aspectos y fue lo que más los hizo conectar.

Por otro lado, Clint había salido de su habitación en busca de algo de comer. Ya estaba listo para dormir, pero el hambre no le permitió conciliar el sueño.

Estaba por llegar a la cocina cuando escuchó unas risas. La curiosidad le ganó y decidió desviarse un poco de su camino. Lo que vio a continuación no le agradó del todo. Él nunca había visto a Umiko reír de esa manera. Tan sinceramente y de una menea tan vulnerable.

La chica estaba junto a Lang, ambos reían y hablaban muy animadamente de algo que él desconocía. Pero ambos parecían ser amigos de toda la vida que se reunían luego de mucho tiempo.

Una oleada de furia lo invadió, pero ¿por qué? Umiko era su compañera. Él mismo se lo había dejado muy claro a su cerebro desde que la conoció.

Entonces, ¿por qué la molestia?, ¿por qué el enojo? Era completamente su culpa, munca quiso preguntarle su color preferido o qué canción le gustaba. No se permitió relacionarse de ninguna manera que no fuera meramente profesional con ella.

No tenía derecho a sentirse molesto.

Pero el simple hecho de verla con Lang... le ponía nervioso. Lo que hizo estallar por completo sus inexplicables celos, fue cuando vio a Umiko llevarse un mechón de cabello detrás de su oreja.

Todas las chicas hacen eso cuando están con el chico que les gusta, ¿no? Al menos eso es lo que le decía la experiencia... y Natasha.

Incluso el hambre se había esfumado. Había visto suficiente y era momento de marcharse. Para su mala suerte Scott lo vio.

—Clint— le llamó.

Sus ojos dieron con los de Umiko, la chica le sonrió y Clint no lo resistió.

—Lo siento, llevo prisa.

Sin más, dio la vuelta de regreso a su habitación. Scott y Umiko se miraron sin comprender.

—Creo que debería ir a cerciorarme de que esté bien— habló Umiko.

Estaba preocupada por su compañero.

—Sí, creo que es buena idea— dijo Scott, desconcertado por la actitud del arquero.

Umiko se puso de pie y le dedicó una última sonrisa a Scott. Así, fue en busca de su compañero.

nova wayne ┊ 2024 edition

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