─────04: Desconfiar

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng







· · ────────────────────── · ·






C A P I T U L O C U A T R O

Sentía que habían pasado horas o días, pero realmente habían pasado minutos y todo pareció ir muy rápido.Vi las manos de Abraham y otro sujeto sobre los escombros que tenían atrapado mi pie, como otra mujer—que no conocía—me tomaba del brazo y me ayudaba a caminar y ya no escuchaba gruñidos, solo podía oír el eco de los disiparon y un pitido en mis oídos. Tampoco podía oír a Rosita, solo podía ver el movimiento de su boca y como me sacudía.

—Olive, ¿Estás bien?—pregunto Rosita ganándose frente a mi y obligándome a verla a los ojos.

Agite la cabeza de arriba a abajo con lentitud, el pitido se hacía cada vez más lejano y el bullicio de todas las personas que habían llegó a mi.

La mujer que me sostenía me dejó sobre la camioneta y me echo una mirada, sus ojos desconfiados me escudriñaron unos segundos y después se marcho a hacer otra cosa que valga la pena. Tome mi tobillo y lo moví un par de veces, tenía algunas magulladuras y estaba algo hinchado, pero no era nada grave y mientras descansara un poco, estaría bien.

Mis ojos buscaron a Glenn, estaba junto a una mujer de mi edad o un poco menos, era alta, de cabello castaño y cuerpo esbelto, sus brazos estaban posados sobre los hombros de él y se miraban fijamente, ella lloraba y tenía la sonrisa más melancólica que haya visto, pero parecía aliviada, Glenn igual lo estaba. Jamás había visto a dos personas mirarse como lo hacían esos dos. Decidí apartar la mirada, no quería parecer una acosadora y tampoco quería espiar un momento tan íntimo.

Tara se ganó a mi lado poco después, la vi sobar su tobillo y sisear de dolor, ella estaba mucho peor. Me dio un ligero golpe en el costado y soltó un suspiro.

—¿Todo bien?—pregunto mientras miraba a lo demás.

—Todo bien.

No estaba bien.

Hace unos cuantos minutos íbamos a morir, los tres. Porque ellos se habían empeñado a no abandonarme y nunca olvidaría el miedo que sentí, no quería morir y no estaba preparada por mas que dijera que sí, porque más que lo quisiera.

Glenn y Tara eran ese tipo de persona, eran de los que no te abandonan y jamás lo olvidaría.





Solté un suspiro y observé el fuego, Bob —aquel hombre que no conocía— lanzó otra carga de leña y algunas chispas saltaron a mi pantalón, él no se dio cuenta y yo dejé que el calor penetrara mi ropa y así poder sentir aquel ardor, me dolía, pero eso significaba que seguía aquí, que seguía viva.

—¿Lo que dice de Washington es cierto?—pregunto la otra mujer, su nombre era Sasha y estaba sentada junto a Bob.

—Sí, es cierto—respondió Ford, mire a Eugene y vi como se encogía en su lugar y trataba de evitar la mirada de todos.

Sasha miró directamente a Eugene y entrecerró los ojos, desconfiada.

—¿Es cierto?—volvió a preguntar y esta vez directamente a él. Eugene se removió incómodo y asintió—Entonces, ¿que es? ¿Qué provocó todo esto?

—Si lo es—murmuró él—, pero es información clasificada que no puedo revelar a cualquiera.

Sasha asintió no muy convencida y decidí desconectarme de la conversación. Me importaba bien poco si se unirían a la travesía de Ford y me importa menos si creían las patrañas de Eugene o no, la única razón por la que seguía con ellos era por conveniencia y porque sentía que en Washington sí podría haber algo, no una cura, pero si un nuevo comienzo.

Me estiré en el suelo y acomode mi cabeza en mi vieja mochila, cubrí mis ojos con mi antebrazo y solté un suspiro, necesitaba descansar un poco y recuperarme.

—Iremos a Terminus y luego a Washington—oí decir a Abraham. Todos parecían de acuerdo.

—Esperemos que el lugar siga en pie—murmure.











A la mañana siguiente fui la última en despertar, pero me sentía mucho mejor, con más energía y el dolor de mi tobillo había pasado. Me levante del suelo y sacudí mi ropa, a pesar de eso, las manchas de sangre seca y suciedad permanecieron ahí. Tome mi vieja mochila y me la colgué al hombro, todos parecían listos para partir.

—¿Cómo está tu tobillo?—pregunto Glenn, acercándose junto a su esposa, Maggie.

—Ya no me duele—dije encogiéndome de hombros. Mire a Maggie— Tu esposo es un maldito loco.

Ella miro a Glenn y sonrió.

—Lo es.

Camine hacia él y puse una de mis manos sobre su hombro, no fui capaz de mirarlo a la cara.

—Eres un imbécil—dije y palmeé su hombro—, pero gracias por no dejarme.

Camine hacia la salida del túnel, la luz del día golpeo mis ojos y tuve que pestañear unas cuantas veces para acostumbrarme a la intensidad. Respire hondo, necesitaba aire limpio y no uno que oliera a putrefacción, humedad y suciedad.

Los demás no tardaron en salir, habíamos llegado a un acuerdo tácito sobre ir a Terminus, según Maggie y su pequeño grupo, podíamos encontrar a su familia y quizás recolectar municiones y comida.

Valía la pena intentarlo, si es que ese lugar seguía en pie.










(...)








El camino hacia Terminus fue silencioso, Glenn y Maggie hablaban sobre los días que estuvieron separados y sobre los miembros de su antiguo grupo, Tara y Rosita de vez en cuando se le unían junto a Sasha y Bob, yo los escuchaba y de vez en cuando me unía a la conversación.

—¿Tenían un grupo muy numeroso?—pregunto Rosita.

—Eramos varios—murmuro Sasha con amargura. Las expresiones de los demás se tornaron tristes—, teníamos un lugar seguro y hacíamos que las cosas funcionaran.

—Acostumbrate—murmure—, las cosas buenas nunca duran mucho.

Y volvimos al silencio.

Ford se adelantó y nos señaló el camino, a unos metros se divisaba una gran estructura y en las ventanas tenían escrito letra por letra TERMINUS, habíamos llegado.

Una vez cerca comencé a mirar a nuestro alrededor con el ceño fruncido, no había nadie vigilando y nadie que nos recibiera, la valla que protegía el lugar estaba abierta y aquello me dió desconfíanza.

—¿Solo a mi me parece raro que no haya nadie?—pregunte.

—Solo entremos y estén alerta—ordeno Abraham.

Di otro vistazo rápido a mi alrededor y mi cuerpo se estremeció, no me agradaba para nada esa idea.

—Yo me quedaré—dije, Abraham se volteo y me miró con el ceño fruncido—dare una vuelta por los alrededores, hay algo que no me cuadra. Es solo por si acaso.

—No sé si sea conveniente que nos separemos—murmuro Glenn dándome un vistazo— no sabemos con qué nos encontraremos.

—Y es por eso mismo que daré unas cuantas vueltas por el lugar, si noto algo sospechoso no dudaré en ir por ustedes.

No todos parecían de acuerdo con mi decisión, pero me mantuve firme. Definitivamente había algo raro en este lugar y seguía viva por seguir mis instintos, no dudaría de eso en estos momentos.

—Ten esto—dijo Bob mientras me pasaba el rifle que llevaba colgado al hombro— por si acaso.

Asentí en señal de agradecimiento y me lo colgué al hombro, los demás ingresaron al lugar alertas y yo ingresé al bosque sin alejarme mucho.









Terminus era un lugar grande y rodeado de bosques, lo que no facilitaba mucho poder vigilar. Me mantuve lo más cerca posible y utilice el rifle para poder mirar más de cerca.

Llevaba más de media hora observando el movimiento alrededor del lugar, cuando sentí al frío y duro en mi nuca.

—¿Vez algo que te guste?


















—NOTA AUTORA: Cuarto capitulo ya PUBLICADOOOO, quería pedir disculpas por lo desaparecido que he estado.
Pero buenoooo, trataré de estar subiendo capitulos mas seguidos y agradezco el apoyo que le dan a este Fic, los quiero muchooooooo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro