1.13

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[🥀]

(No seas un lector fantasma y deja tu voto)

Unos días habían pasado desde que las chicas Swan habían ido a la casa Cullen. Beth sentía que los días estaban pasando bastante rápido desde que conoció a Emmett, pero decidió no pensar mucho en ello.

También se había encargado de pasar tiempo con su padre. Sabía que desde que ambas llegaron no habían pasado tiempo con su padre, por lo que un sábado Beth propuso la idea y los tres Swan fueron de pesca.

Luego de vieron una película y había notado que su padre estaba más animado desde ese día.

Ahora la menor estaba en su habitación buscando que ponerse, acababa de darse una ducha por lo que estaba con la cabeza metida dentro de su clóset buscando alguna ropa casual.

Cuando encontró que ponerse se giró, pero al hacerlo dio un salto en su lugar cuando vio a Emmett mirándola fijamente.

— Mierda. — susurró mirándolo fulminante.

— Esa boca. — murmuró él grandullón con diversión y acercándose a ella.

Ella iba reclamarle, pero el Cullen estampó su boca contra la de ella evitando que dijera cualquier cosa. Ella envolvió su mano libre en el cuello del vampiro y profundizó el beso.

— Es mejor que paremos ahora, luego no podré detenerme. — habló Emmett contra sus labios.

Beth rodó los ojos, pero le hizo caso. Ella sabía que cuando ella y Emmett de besaban era difícil poder parar. De unos días para acá no podían mantener la mano alejada del otro.

— Está bien. — se alejo unos cuantos pasos de él. Alzó la ceja cuando vio que Emmett tenía una gorra entre sus manos, ni siquiera la había visto, hasta ahora.

— Es para ti. — dijo con una gran sonrisa. — Iremos a jugar béisbol. — añadio al verla alzar una ceja.

Ella se quedó unos minutos en silencio solo viéndolo fijamente. Podía ver qué el vampiro estaba más emocionado de lo normal.

— Bella también va. — avisó al verla dudar.

— Bien, pero date la vuelta para poder vestirme. — murmuró, Emmett sonrío burlón, pero al ver que ella lo miraba con seriedad hizo lo que ella le pidió.

Cuando el lo hizo, Beth comenzó a vestirse, pero vio que Emmett la estaba viendo por el espejo.

— Eres un pervertido. — dicho esto se puso en una esquina de la habitación escuchando el bufido del chico, lo que la hizo sonreír con diversión.

Se dio cuenta que la ropa que había escogido era perfecta para el día de hoy.

— ¿Porqué hoy? — cuestionó luego de terminar. Emmett se giró y la miró de arriba abajo.

— Por la tormenta. — respondió acercándose a ella nuevamente.

El chico la tomo de la cintura y la pegó a su cuerpo, ella puso una de sus manos en su pecho. El vampiro colocó el pelo de la joven detrás de su espalda y puso la gorra sobre su cabeza.

— Hermosa. — murmuró dándole un beso casto. Beth sonrío con ternura, Emmett siempre le hacía aquellos halagos sin importar si acababa de despertarse.

— Sabes que tienes que presentarte con mi padre, ¿verdad? — cuestionó con una ceja alzada.

Beth sonrío con diversión cuando vio como el chico borraba su sonrisa para ponerse nervioso.

— No te rías. — murmuró con un pequeño puchero. Beth no se contuvo y le dio un pequeño beso.

— ¿Cómo un chico tan grande y que aparte es vampiro le puede tener miedo a un humano? — preguntó con incredulidad.

Emmett soltó un bufido al notar la burla en las palabras de su chica.

— ¿Te imaginas que me haga un orificio con su escopeta? — la menor no pudo evitar soltar una carcajada ante la pregunta del vampiro.

Emmett la miraba con un brillo en sus ojos al verla reír. Amaba escuchar su risa. Beth limpio una lágrima que tenía en sus ojos debido a la risa. El chico la miró con fingida seriedad.

— Jamás haría eso. — tranquilizó con una sonrisa.

— Eso no es lo que escucho mientras tu hermana le dice que Edward vendrá por ella. — murmuró, Beth lo miró sin borrar su sonrisa.

— Bien, es hora de que entres por la puerta como una persona normal. — se alejó de él.

— Soy todo menos normal. — dijo caminando hacia la ventana, Beth rodó los ojos mientras lo veía saltar por esta.

Una sonrisa llena de felicidad surco sus labios. Cualquiera que le viera sonriendo así creería que estaba loca, pero es que Emmett la hacía sonreír hasta con solo pensarlo. Soltando un suspiro profundo ella decidió salir de la habitación.

Cuando bajó vió que su padre tenía una escopeta en sus manos. Podía notar el nerviosismo de su hermana.

Ambos dirigieron su mirada hacia Beth cuando está terminó de bajar las escaleras. Bella soltó un suspiro de alivio al verla. Aunque Charlie la miraba con las cejas alzadas al verla con una gorra.

— ¿Que hace con esa gorra? — cuestionó. Beth de acercó a él y beso su mejilla con dulzura.

— Iré a juzgar béisbol. — respondió. — Vendrá alguien que quiero presentarte. — avisó. Ambas hermanas evitaron reír al ver como su padre abría los ojos exageradamente.

— Bien, que vengan. — susurro mientras hacia un ruido con su escopeta.

Bella miró a Beth asustada, pero está estaba riendo con diversión, lo que la hizo bufar. Justo en ese momento el timbre de la casa sonó.

— Yo voy. — dijo la castaña apresuradamente.

Beth y Charlie se pusieron de pie y siguieron a Bella, quién abrió la puerta dejando ver a los chicos Cullen. Beth miró a Edward con diversión, pero este la ignoró mientras miraba a Charlie.

Más atrás de él estaba Emmett, este tenía una postura sería.

— Soy Edward Cullen, un gusto conocerlo. — se presentó el cobrizo extendiendo su mano hacía el mayor.

Charlie le estrechó la mano con bastante seriedad.

— Charlie Swan. — murmuró luego de alejar su mano del chico.

El momento fue incómodo, Bella salió y se acercó a Edward.

— La cuidaré muy bien señor. — habló Edward antes de comenzar a caminar hacía su carro junto con la castaña.

Fue el turnó de Emmett, quién se acercó a Charlie. Esté miró fijamente al chico y luego a su hija, preguntándose si su hija no le temía aquel chico tan grande.

— Emmett Cullen, un placer conocerlo. — Emmett se presentó con una gran sonrisa.

Allí Charlie entendió porque, el chico se veía intimidante, pero en verdad no lo era.

— Un gusto, muchacho. — dijo mientras estrechaba la mano del chico.

— Su hija ya debió decirle, pero la llevaré a jugar béisbol conmigo y mi familia. — informó tratando de ignorar como lo miraba Beth.

— Sí, solo cuídala. — respondió con seriedad.

— Le aseguró que lo haré. — Beth vió como su padre quería sonreír, pero se contenía.

— Bien, no regresen muy tarde. — miró a su hija.

— Te prometo que llegaremos temprano. — Beth besó la mejilla de su padre y salió de la casa.

Charlie soltó un suspiro profundo mientras veía a sus dos hijas subir a los autos de los jóvenes.

Sentía que sus hijas estaban creciendo demasiado rápido. Aquello le asustaba más de lo que quería admitir.

[°°°]

— Te juro que su hubiese sido humano tu padre habría rompido mi mano. — Emmett dijo como un niño pequeño.

Le había contado a Beth que él le había apretado la mano con mucha fuerza.

— Por lo menos no te hizo un orificio. — la joven dijo, para luego reír al ver cómo él fruncía el ceño.

Ambos vieron a los demás reunidos en el campo que se daría el juego. Emmett parqueo su vehículo y se bajó para abrirle la puerta a su compañera.

— Gracias caballero. — susurró con diversión.

— Soy todo menos un caballero. — murmuró con una sonrisa ladina.

Ella rodó los ojos, mientras veía como Bella y Edward se acercaban a los demás, ellos hicieron lo mismo.

— Que bueno que llegaron. — Esme dijo apenas las vio llegar.

Beth le sonrió a Rosalie que se acercó a ella y la abrazo suavemente. Ella le devolvió el abrazo con el mismo cariño.

Luego hizo lo mismo con Esme, era increíble la calidez que sentía con ellos a pesar su frialdad. Alex también le dio un pequeño abrazo. En éste tiempo la joven se había vuelto más cerca a él y la rubia.

Beth no le había dicho que sentía que la conocía desde hace mucho tiempo, quizás solo eran imaginaciones de ella.

— ¿Quién de ustedes quiere ser arbitro? — Esme cuestionó mirando a las dos humanas.

— Que lo sea Bells, yo solo miraré. — respondió la menor.

Luego de eso todos se pusieron en posiciones, mientras Beth solo miraba todo con una sonrisa. Emmett sonrío al verla mirar todo como si fuera una niña pequeña.

— ¡Es hora! — gritó Alice con una sonrisa emocionada en su rostro.

Justo en ese momento se escuchó un trueno haciendo que Beth salte en su lugar, pero luego se tranquilizó, vio como la rubia se preparaba para batear y Alice para lanzar la pelota.

La Swan menor abrió la boca sorprendida cuando vió como Alice lanzaba la pelota a una velocidad inhumana. Casi no pudo ver la pelota debido a la velocidad y fuerza con la que fue lanzada, más aún cuando Rosalie la bateó e hizo un fuerte ruido, casi como el de un relámpago.

La pelota se perdió entre los árboles, mientras la rubia comenzaba a correr.

— Esto es impresionante. — murmuró la menor aún asombrada.

— Espera a qué yo batee. — Emmett dijo con una sonrisa. Beth alzó una ceja en su dirección.

— Ahora entiendo por qué necesitan la tormenta. — comentó Bella sorprendida, mientras veía a Edward correr a una velocidad inhumana a buscar la pelota. — Eso es un home run.

— No lo creo, Edward es muy rápido, aunque Alex es igual de rápido. — murmuró Esme.

La rubia estaba a punto de pasar todas las bases, pero Edward ya había lanzado la pelota cayendo directamente en las manos de Esme.

— Estas fuera. — habló Bella mirando a la rubia.

Rosalie la miró con enojo. Beth se preguntó porque a la rubia le desagradaba tanto su hermana.

— Vamos mi vida es solo béisbol. — dijo Alex con una sonrisa.

Todos vieron como la rubia casi chocaba el hombre con la castaña cuando paso cerca de ella. Carlisle se acercó tratando de tranquilizarla, aunque tenía una pequeña sonrisa en su rostro.

Era el turno de Emmett, Beth vió como este le guiñaba un ojo. Ella sonrió y le lanzó un besó desde donde estaba, el chico fingió atraparlo y llevarlo hasta su pecho. Aquello le saco sonrisas llenas de ternura a la familia.

El grandullón bateó fuertemente la pelota, haciendo un ruido más fuerte está vez. Beth aplaudió apoyando a su chico m

El juego siguió tranquilo y emocionante, eso fue hasta que Alice grito fuertemente haciendo que todos se detengan.

— ¡Paren! — gritó Alice con una mirada  asustada.

Los Cullen miraron hacía el bosque, sintiendo el aroma a otros vampiros, Emmett rápidamente se acercó a Beth.

Ambas hermanas estaban confundida ante aquello.

— Tenemos que irnos.

— ¿Que sucede? — inquirió mirando a Emmett asustada.

— Tenemos que irnos. — dijo Edward con voz sería.

— Es muy tarde. — dijo Carlisle con seriedad, para luego ponerse frente a toda su familia.

Rosalie y Alexander se acercaron a Beth.

— ¿Puedes decirme que demonios está pasando? — preguntó con enojó. Emmett solo tomo su cara entre sus manos y la miro con seriedad.

Elizabeth nunca lo había visto tan serio, al ver su mirada ella supo que nada bueno venía a continuación.

— Tranquila. Todo estará bien. — susurró acomodando la gorra sobre su cabeza para luego besar su mejilla.

— Suéltate el cabello. — le pidió Edward a Bella.

La castaña obedeció de inmediato.

— Es inútil la huelo desde el otro lado del campo. — dijo con seriedad, para girarse hacía Beth, quitando su gorra y haciéndole un moño, luego le colocó la gorra rápidamente. — Todo estará bien. — murmuró Rosalie al ver su mirada preocupada.

Beth miró a su hermana, quién ya la estaba mirando con preocupación. La menor le dio una sonrisa que pretendía ser tranquilizadora.

— No te muevas, ¿si? — Emmett pidió, Beth asintió mientras veía como Emmett de ponía frente a ella y la cubría con su gran cuerpo.

Rosalie y Alexander hicieron lo mismo. El último le dio una pequeña sonrisa a la menor, para luego volver su mirada al interior del bosque, del mismo donde salieron tres personas unidas segundos después.

Beth veía por el espacio que quedaba entre la rubia y alex, las personas eran extraña, estaban descalzo. Pudo ver qué los ojos de cada uno estaban teñidos de un rojo intenso, no hacía falta decir que eran vampiros que consumían sangre humana.

Trató de no asustarse, sabía que a los vampiros de su clase le gustaba asustar a sus presas, solo deseaba que todo esto terminará rápido.

Capítulo de 2080 palabras por la tardanza.

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