𝐞𝐥𝐞𝐯𝐞𝐧. gryffindor vs slytherin

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XI —— gryffindor vs slytherin

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LOS DÍAS DE PARTIDO DE QUIDDITCH solían ser los favoritos de Fianna, aunque no jugara. El colegio entero se embelesaba con un bullicio excitado, los alumnos se vestían con los colores de sus casas. El maquillaje de Fianna gira tanto en torno al colorete que creía que el rosa contaba como el rojo de Gryffindor, así que no necesita molestarse en pintarse la cara, pero se trenzó el pelo en dos trenzas y aseguró las puntas con cintas rojas. Su uniforme de quidditch —una camiseta burdeos de manga larga con costuras doradas y su número (89) en la espalda, una falda a juego y calcetines hasta la rodilla— está cubierto en su mayor parte por el jersey de Gryffindor, ya que le preocupa derramar gachas por la camiseta y llegar tarde al campo.

También había ayudado a Georgia con su cabello, espolvoreando brillantina roja en sus rizos antes de sujetarlos en un moño. Debido a esto, su pelo brilla en cuanto toma asiento frente a Fianna.

—Si perdemos, me iré del país —le dice.

Fianna frunce el ceño.

—Por favor, dime que ese no es tu discurso de motivación para el equipo.

—¡Por supuesto que no! Pero sigo preocupada... Mulciber es una bestia, sé que nuestro equipo es bueno, pero ¿y si ella logró ponerlos a todos en forma?

—Lo que tenga que pasar, pasará —dice Fianna, tratando de consolar a Georgia—. Lo has hecho lo mejor que has podido, y hemos practicado mucho desde que empezó el curso —tanto que te olvidaste de este partido, pésima persona—. Sin mencionar que el equipo de Slytherin perdió a sus mejores jugadores en verano, aparte de Reg. Podemos con esto, ¿de acuerdo? Lo que pase ahora depende del destino.

—Menuda verborrea de mierda.

Los ojos de Fianna se abren ante el sonido de la voz familiar. Salta de su asiento, los merodeadores están detrás de ella. Sirius la abraza antes de que su propio hermano pueda hacerlo, y Fianna les sonríe a todos.

—¿Cómo habéis...?

—Dumbledore hizo excepciones especiales para los ex alumnos —contesta James encogiéndose de hombros—. Algo sobre mantener relaciones con los compañeros... Creo que intenta recordarles a los Slytherin que somos seres humanos.

—Si alguno de ellos lo demuestra —Peter se burla.

Remus abraza a su hermana pequeña, justo cuando James y Peter caminan para sentarse junto a Georgia. James rodea a Georgia con un brazo, quien gruñe y lo empuja. Al lado de Fianna, Sirius se mete un hash brown entero en la boca.

—¿Qué tal todo? —pregunta Remus.

Mientras Fianna dice "Bien", Georgia dice, "Como la mierda."

Sirius resopla, pero Remus hace una pausa por un segundo y luego dice:

Sirius ríe entre dientes, pero Remus hace una pausa de un segundo y luego dice:

—Seguramente es una buena señal de una capitana de equipo, que el equipo se sienta bien.

Fianna le da a Remus una mirada asesina.

—¿Qué sabrías tú sobre deportes?

—Veo muchos deportes —responde él.

—Aún no sabes que es una quaffle, Lunático —James alza una ceja.

—Pienso que finge que no sabe ciertas cosas para que tengamos que enseñarle —dice Sirius—. Como cuando las chicas fingen que no saben jugar al billar para que el chico les enseñe.

—¿Qué fan de los deportes intenta mi hermano...?

—Mejor aún, ¿cómo está mi hermano Fifi? —dice Sirius, rápidamente (y sospechosamente) cambiando de tema—. ¿No juega hoy?

—Uh, sí... —Fianna se incomoda.

Sirius asiente lentamente.

—Interesante. Mira, cuando estaba en el equipo de quidditch, evité salir con alguien de...

—Mentiroso —dice Peter.

—Uh, ¿qué obtienen los soplones?

—La satisfacción de decir la verdad —Peter le muestra el dedo medio a Sirius.

Georgia parece molesta.

—Esto no ayuda en absoluto, ¿sabéis? Bajaré temprano. No tienes que venir todavía, Fee, si no quieres...

Fianna piensa en los cuatro chicos interrogándola sobre Regulus y se levanta.

—No, te acompaño.

Fianna y Georgia dejan a los merodeadores desayunando. Fianna se pregunta por qué Lily no ha venido, pero Georgia no tarda en mencionar que nunca le gustó el quidditch, y que Georgia cree que se trata más bien de que los chicos se creen guays por volver a su antiguo colegio.

—Son unos perdedores —masculla Georgia mientras caminan hacia el pasillo. Fianna comienza a reír, pero antes de que puedan salir, Salome se adelanta con una sonrisa que parece una mueca de desprecio.

—Hola, Fee —saluda—. Me encanta tu pelo.

Fianna se sonroja. Le tomó mucho tiempo arreglar las cintas y las trenzas y que quedasen bien con su flequillo, lo cual ella aprecia.

—Gracias —agradece Fianna—. No imaginé que fueras a venir.

—Odio el quidditch, pero me pareció una buena excusa para venir a hablar contigo —contesta Salome. Fianna puede sentir a Georgia a su lado, rígida, lo que a decir verdad, es comprensible. Parece un tanto sospechoso que una mortífaga diga que aprovechó gustosa la oportunidad de entrar en el castillo mejor custodiado del país... y Georgia ni siquiera sabe que Fianna le robó a Salome la semana pasada.

Fianna frunce el ceño.

—¿Fue tan malo el comentario de Reg sobre Bellatrix el fin de semana pasado?

Salome sonríe.

—Oh, no, me encantó. Crouch me escribió sobre tu Club de Duelo. Sólo quería decirte que si se me permite ser acompañante, me encantaría. Sin ofender a tu hermano, pero él solo hablará sobre los hechizos más dóciles.

—¿Y qué harías tú? —dice Georgia, entrecerrando los ojos.

—Nada ilegal, claro, pero si tu oponente comienza a pelear sucio, tienes que saber cómo hacer lo mismo, ¿verdad? Los Slytherins siempre son los mejores en duelos, todo es cuestión de tacto... Algo que tu hermano tal vez no sepa.

Fianna asiente y sonríe torpemente.

—... Genial. Aún tengo que hablar con Dumbledore, creo que Crouch se exaltó demasiado la semana pasada. Te avisaré si te permiten ayudar.

—Me parece genial —dice Salome—. Y buena suerte en el partido, aunque Mulciber es una mierda, así que hay muchas posibilidades de ganar.

Georgia resopla.

—Gracias.

Fianna y Georgia no tardan en encontrar una excusa para caminar hasta los campos de quidditch, mientras Fianna se preocupa por la situación del Club de Duelos. Tal vez tener a alguien con el proceso de pensamiento de Salome sería beneficioso, pero ¿y si se convierte en algo que los mortífagos mancillan con disimulo, enseñando a los alumnos las técnicas de duelos equivocadas, para que no puedan ganar una pelea contra un mortífago? Fianna frunce el ceño y decide que a la mañana siguiente tendrá que hablar con Dumbledore.

🦢

FIANNA VE A REGULUS antes de que lo haga Georgia (porque siempre lo ve primero) y le observa avanzar hacia ellas, hacia ella. Sabe que la gente los mira, entusiasmada por ver las tensiones de una pareja a punto de enfrentarse, ambos como Buscadores, así que le rodea los hombros con los brazos. Él le devuelve el abrazo, más fuerte de lo que ella esperaba. Qué extraño.

—¿Cómo te sientes? —le pregunta ella.

—La verdad es que no me importa —dice encogiéndose de hombros—. Tengo cosas más importantes que hacer. ¿Y tú?

—Creo que me preocupa más la apariencia que otra cosa. Tu hermano está aquí, por cierto.

—Lo he visto —él hace una mueca.

—Tal vez podrías...

—Ni de coña —interrumpe él.

—No me has dejado terminar...

—Como soy tan inteligente, no necesito escuchar la última frase para saber qué ibas a sugerir —dice Regulus—. Y no va a pasar jamás.

Fianna suspira.

—Como quieras.

Mulciber silba desde atrás, haciendo señas al equipo de Slytherin para que se acerque. Fianna vuelve a mirar a Regulus, quien ya parece harto del partido.

—Irás suave conmigo, ¿no? —dice Fianna, guiñándole un ojo.

—Nunca iría suave contigo —él le devuelve la sonrisa.

Fianna lo mira fijamente, atónita, mientras él se aleja.

—Espero por Merlín que no haya querido decir lo que yo creo —oye decir a Sirius detrás de ella. Fianna se da la vuelta, encontrándose con su hermano y el de Reg tan sorprendidos como ella—. ¡No me puedo creer la desfachatez de ese chico! ¡Hablar de su pene con su hermano mayor cerca! ¡Usurpar a mi querida cuñada! Voy a matarlo.

—No si lo hago yo primero —dice Remus, silenciosamente protector.

Pero la cabeza de Fianna todavía da vueltas por Regulus. ¿Qué clase de comentario fue ese? ¡No es parte de su plan! ¿De dónde salió? ¿Por qué siquiera pensó en...?

—Saca tu cabeza de las nubes, Fianna Lupin —dice Remus, chasqueando los dedos en su cara—. No quiero ningún bebé Lupin-Black.

—A menos que sean nuestros —Sirius le guiña un ojo.

Remus lo mira.

—Vete a la mierda.

—Eso ha sido malo —dice Fianna.

—Sí, Lunático —dice Sirius—. Consíguete una vida.

Fianna hace una mueca, deseando que la dejen en paz. Mira al equipo de Slytherin, la brecha entre Mulciber y Crouch es lo suficientemente grande como para poder ver a Regulus a través. Tiene el ceño fruncido con concentración y los brazos cruzados. Es agradable verlo, piensa, antes de alejar rápidamente ese pensamiento y volverse hacia Remus y Sirius.

—Deberíais buscar un asiento.

—Supongo que sí —dice Remus—. Buena suerte.

Fianna fuerza una sonrisa.

—¡Graaaaaacias!

Ve a su hermano y a Sirius alejarse hacia las gradas mientras se acerca a Georgia, quien está comenzando su charla de ánimo, una de la que Fianna accidentalmente se desconecta para mirar a Regulus hablando con Mulciber. Sus cejas se hunden mientras aparta los ojos. Abusona, piensa con amargura, recordando rápidamente el último comentario de Regulus para hacer que su mente se obsesione de nuevo. Nunca iría suave contigo. ¡Dios! ¿Por qué está pensando siquiera en ese tipo de cosas...?

Los equipos son llamados a montar en sus escobas y Fianna intenta dejar de pensar en Regulus. Los jugadores se colocan en posición, los capitanes se dan la mano y así, el partido comienza.

Fianna pasa los primeros cinco minutos sentada más arriba en las nubes que nadie, escaneando en busca de la snitch. Escucha los comentarios, la multitud aplaude cuando Georgia marca y Prewett anota el siguiente. Cuarenta minutos después, Gryffindor lleva la delantera por un punto. Si Fianna atrapa la snitch ahora, habrán ganado.

Desciende ligeramente con la esperanza de detectarla. Pero está lo suficientemente cerca de una bludger que va directa hacia ella. Se agacha, pero antes de que la pelota pueda golpearla, alguien más se lanza en picado y la aparta del camino con la mano.

Regulus levanta la mano hacia Mulciber, con cara de enfado. Fianna deduce que Mulciber trató de golpearla a propósito, cosa que Regulus debe haber notado, ya que dice: "¡Whoops, perdón!" Mulciber le grita amenazándole con echarle del equipo, pero él la ignora, y en su lugar le dice a Fianna: "Me están cabreando."

Fianna rueda los ojos.

—¡Deja de intentar hacerme ganar!

—¡Yo no...!

Vuelve a divisar la snitch flotando junto a las gradas de Hufflepuff. Antes de que Regulus pueda verla y tomar ventaja, vuela en su dirección. Pasa a toda velocidad junto a Georgia y Prewett, y junto a uno de los golpeadores de Slytherin, que intenta derribarla a codazos de su escoba. Pero Fianna es más rápida, esquiva rápidamente su brazo y continúa su persecución de la snitch.

Una bludger golpea el brazo de Fianna y casi la tira de la escoba. Hace una mueca, siente el brazo magullado y mira para encontrar a Mulciber sosteniendo su bate.

—¡Es solo un partido, Lupin! —Mulciber llama.

Fianna le muestra el dedo medio.

Pero, abajo, vuelve a ver la snitch. Aguarda un momento, con la esperanza de que Mulciber se distraiga con otro jugador. Cosa que hace, tratando de golpear una bludger directamente a la cabeza de Georgia, lo que le impide anotar. Fianna se lanza en picado hacia la snitch. A sus espaldas, cree que Regulus ha aparecido, fingiendo que lo intenta, pero ella lo ignora. Levanta una mano de su escoba, extendiéndola hacia adelante...

... Y otra bludger se precipita hacia ella. La esquiva por poco. En su lugar golpea a Regulus, que retrocede y deja la snitch para que Fianna la coja. Se pregunta si lo ha hecho a propósito, pero cuando otra bludger vuela hacia ella, Fianna se da cuenta de que no se debe tanto a que Regulus esté raro sino a que Mulciber está en pie de guerra.

Pero Fianna continúa su persecución, acercándose cada vez más a la snitch. Ésta intenta apartarse del camino, acercándose al suelo, pero Fianna la sigue zambulléndose con gracia en el aire, acercándose cada vez más, hasta que...

... La atrapa.

Fianna se detiene en su escoba y levanta la mano en el aire, mostrando que había atrapado la snitch. El árbitro hace sonar su silbato, finalizando el partido, y antes de que Fianna se dé cuenta, está en el suelo, siendo abrazada por sus compañeros de equipo y Gryffindors, y por su hermano y sus amigos.

—¡Lo has conseguido, Fee! —exclama Georgia, abrazándola fuertemente.

Fianna le devuelve la sonrisa. James rodea a las dos chicas con sus brazos y les dice lo orgulloso que está de ellas. Georgia rueda los ojos, pero Fianna está tan abrumada por el alivio que no le importa.

Le inquietaba tanto perder y que todos culparan a su "noviazgo" con Regulus y, sin embargo, ahora ese pensamiento le parece muy trivial. No obstante, su mente vuelve pronto a Regulus, preocupada por cómo le tratará su equipo; intenta mirar más allá de su casa para verle, pero por primera vez en mucho tiempo, no le resulta tan fácil localizarlo.

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