Capítulo nueve

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Se convierte en casi una tortura realmente. Durante navidad y año nuevo, Jimin a penas tiene tiempo para hablar con Jungkook o aparecer por la cafetería. A penas tan siquiera lo ve.

Es como si todo se hubiera puesto en su contra de repente.

El trabajo lo tiene demasiado agotado y ocupado como para hacer nada, pero constantemente piensa en el rizado. Piensa en qué estaría haciendo en aquel momento, en si quizás está pensando en él, en si los besos que compartieron semanas atrás se reproducen en su cabeza una y otra vez....

En si cada pequeño momento del día, piensa en él de la misma forma que Jimin lo hace.

Y cuando finalmente consigue salir  del trabajo un poco más pronto de lo habitual, Jimin siente que puede gritar de alegría.

Sonríe mientras camina hacia la cafetería, sus manos en los bolsillos de su chaqueta y su corazón latiendo alegremente en su pecho porque finalmente iba a verlo, finalmente iba a disfrutar de su sonrisa y sus ojos café.

Realmente no había sido mucho tiempo, pero para Jimin se había sentido como una eternidad.

Y mentiría si dijera que no lo extrañaba.

Así que sonríe ampliamente cuando entra a la cafetería y sus ojos se clavan en el pelinegro, quien se encuentra atendiendo a un chico rubio.

El olor a café y el aire cálido del local le hace sentir tan reconfortado, y malditamente lo había extrañado.

Pero cualquier rastro de sonrisa desaparece en cuanto llega a la barra.

- ¿Y puedo tener tu número? -El desconocido frente a él dice, haciendo que Jimin frunza el ceño-

- ¿Quieres mi número? -Jungkook pregunta con una sonrisa divertida-

El rubio suelta una pequeña risa y asiente.

- Claro ¿Quién no lo querría? Probablemente seas el chico más bonito de Nueva York.

Las palabras salen como cuchillos clavándose en Jimin, son como gasolina en mitad de un incendio. El castaño tiene que apretar la mandíbula con molestia y retener las inmensas ganas de acercarse y decirle que se puede ir a la mierda, que el chico bonito era suyo.

Pero se contiene, porque realmente no lo era. Al menos no todavía.

Así que todo lo que hace es contener el aire y esperar a que Jungkook se niegue, a qué rechace amablemente a aquel idiota y poder finalmente acercarse y hablar, para decirle lo mucho que lo había extrañado en aquellas casi dos semanas.

- Claro, supongo que podría dártelo.

Jimin no puede evitar fruncir el ceño, y al principio está seguro de que ha debido de escuchar mal, de que es imposible que Jungkook haya aceptado.

Pero lo había hecho, porque se encontraba escribiendo los dígitos en un pequeño trozo de papel para seguidamente entregárselo con aquella sonrisa que Jimin tanto adoraba causar.

Jimin ni siquiera tenía el número de Jungkook y lo conocía desde hacía más de un mes.

- Gracias Jungkook, te hablaré.

- Estaré esperándolo -Jungkook sonríe, y las arruguitas que se forman al final de sus ojos, son como dos espinas clavándose en el corazón de Jimin.

Supone que así de sencillo era hacer lo que él no había tenido el valor de conseguir. Así de rápido alguien mejor que él puede aparecer para quitarle un lugar que ni tan siquiera le pertenecía.

Cuando el chico por fin se marcha, Jimin tarda unos cortos segundos en reaccionar, en hacer que sus piernas funcionen y se muevan.

- Jimin -Jungkook casi parece sorprendido al verlo-

- Hola -Murmura-

Jimin guarda sus manos en los bolsillos de su chaqueta, apretando los labios mientras piensa en que decir.

En cualquier cosa que alivie todas las emociones que está sintiendo, algo que haga que la tensión en su cuerpo desaparezca.

- Así que..-Comienza con una mueca- ¿Quién era el afortunado?

- Mingyu -Jungkook responde como si nada encogiéndose de hombros-

- Ya veo -Susurra- ¿Te gusta?

Jungkook sonríe, una sonrisa que casi parece divertida que hace que jimin frunza todavía más el ceño.

- Lo acabo de conocer, Jimin.

El castaño asiente, y por algún motivo la sonrisa en el rostro del pelinegro le molesta. Jimin definitivamente no le ve nada de divertido a la situación.

- Parecías muy interesado -Murmura-

- Ya te digo, no lo conozco todavía.

"Todavía" las palabras se graban a fuego en la mente de Jimin.

Asiente, porque sinceramente no hay nada más que decir, no sin acabar relatando lo realmente molesto y dolido que se encontraba por algo que no debería. Jungkook estaba en su derecho de salir con quién quisiera, pero eso no quitaba que jimin deseara que sólo quisiera salir con él.

- Quiero un té -termina diciendo, a lo que Jungkook aprieta los labios en una pequeña sonrisa mientras asiente-

- Enseguida.

El castaño se mueve para ir hasta el final de la barra, con la cabeza baja y su corazón un tanto herido. Pero es detenido rápidamente por la voz de Jungkook.

- Jimin -Lo llama, haciendo que este se de la vuelta para mirarlo- Te he echado de menos.

Lo dice con timidez, pareciendo casi avergonzado. Lo dice con tanta sinceridad, pareciendo totalmente honesto y Jimin sólo quiere aferrarse a esas palabras.

Porque quizás aún hay esperanza, quizás Jimini no estaba tan equivocado como pensaba.

- Y yo a ti -Dice mientras finge una sonrisa-

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Cuando Jin abre la puerta de su apartamento Jimin no puede evitar sonreír.

- Buenas noches, Jimin -Jin lo saluda con la mayor sonrisa.

Por alguna razón aquella noche de viernes que siempre celebraban juntos en casa de Jimin, esta vez se daba lugar en el apartamento de Jin.
Y Jimin realmente no puede quejarse, eso significa que no tiene que recoger su apartamento.

- Hola -Saluda alegremente mientras entra-

Namjoon y Yoongi se encuentran sentados sobre el sofá, con Netflix delante del televisor.

- Jimin, llegas justo a tiempo para ayudarnos a elegir la película.

- Espero que no sea Orgullo y Prejuicio otra vez. -El castaño dice, rodando los ojos mientras se deja caer sobre el sofá, a un lado de Namjoon-

- Te encanta esa película, cállate -Jin dice, moviéndose de la cocina a la sala, llevando vasos y un bol repleto de palomitas-

- Yo creo que deberíamos esperar que llegue Jungkook para elegir. -Las palabras hacen que Jimin retenga la respiración por unos instantes que parecen eternos-

- ¿Jungkook?

- Oh sí, me lo he encontrado hoy en el ascensor y parecía algo triste así que le he invitado a venir -Jin explica- Espero no te moleste.

- No, está bien.

Jimin realmente no sabía si lo estaba, no habían pasado dos días desde aquel encuentro que le había hecho sentir reemplazado. Sin embargo, las cosas entre ambos parecían ir bien de nuevo. Jungkook lo saluda por la mañana cuando se encuentran en el portal y en la cafetería el pelinegro parece mantener las mismas bromas de siempre.

Así que Jimin se agarra a la esperanza, porque no tiene nada que perder.

Pero la realidad lo golpea cuando Jungkook llega.

Al principio el menor le sonríe y se sienta junto a él, hablan en voz baja mientras la película que han terminado escogiendo se reproduce en el televisor, hacen bromas en voz baja y comparten sonrisas que hacen que el corazón de Jimin se acelere.

Entonces, el sonido del teléfono del pelinegro se hace presente.

Jungkook se sumerge en su teléfono, sonriendo mientras escribe. Jimin aprieta los labios mientras lo mira, esperando que apague el móvil y le preste atención de nuevo.

Pero no lo hace. Jungkook no deja de sonreír durante lo que parece una eternidad, tecleando en el teléfono sin cesar y deteniéndose para esperar una respuesta.

- ¿Con quién hablas? -Jimin pregunta, intentando sonar lo más tranquilo y menos molesto posible. Fingiendo una sonrisa divertida-

- Mingyu -Jungkook responde, sin apartar la mirada de la pantalla, haciendo que Jimin suelte un bufido y ruede los ojos con molestia-

- Ah, el chico de la cafetería -Susurra-

Hay silencio entre ambos por unos segundos, que sólo es llenado por los ruidos de la película y los comentarios de Jin, Nam y Yoongi.

- ¿Te gusta? -Finalmente Jimin pregunta, aguantando la respiración mientras espera la respuesta-

El pelinegro frunce el ceño y por fin aparta la mirada de la pantalla para mirarlo.

- ¿A qué viene la pregunta?

Jimin se muerde el labio, chasquea la lengua con molestia y aparta la mirada. ¿En serio Jungkook no lo entendía? ¿Jimin no había sido lo suficientemente obvio?

- Responde -Dijo más serio de lo que quería-

Jungkook parece algo sorprendido, aprieta los labios y de repente parece casi avergonzado. Parece como si quisiera hacerse pequeño y desaparecer, como si el tema de repente le incomodara.

- No -Susurra cabizbajo-

Jimin asiente, y quiere decir algo más, pero el teléfono de Jungkook suena de nuevo y el pelinegro parece totalmente sumergido en la conversación de nuevo.

Así que Jimin suspira y seguidamente dirige su atención a la película.

Intentando ignorar la presión que se ha formado en su pecho, el dolor que le hace querer volver a la soledad de su apartamento y no salir nunca más para no tener que ver a Jungkook ser feliz con alguien más.

Con alguien que no sea él.

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Es pasada la media noche, días después, cuando Jimin recibe una llamada de Jin mientras se encontraba terminando su taza de té y un boceto de un cliente.

- ¿Jin? -Pregunta colocando el teléfono en su oreja-

El sonido fuerte al otro lado de la línea hace que Jimin frunza el ceño levemente. Supone entonces que Jin debe estar en el local en el que trabaja.

- Jimin, hey -Jin dice sonando un tanto preocupado-

- ¿Qué ocurre?

Hay un silencio al otro lado de la línea, y lo único que Jimin puede escuchar es el sonido de la gente hablando sobre la música ruidosa.

- No quiero molestarte con esto, pero Jungkook está aquí y no parece estar muy bien...

- ¿Qué le pasa?

- Está con otro chico, uno rubio, y creo que está incómodo y algo borracho. -Jin explica, chasqueando la lengua con algo de molestia-  No deja de venir a por bebidas y creo que está intentando soportar a este imbécil.

Jimin tiene que detenerse unos segundos para analizar cada palabra que Jin está diciendo, para procesar lo que realmente está pasando.

Y cuando lo hace, cuando cada palabra de Jin retumba en su cabeza, Jimin siente la urgencia de sacar a Jungkook de allí. De llevar al pelinegro a un lugar seguro y alejarlo de aquel imbécil que le estaba haciendo pasar un mal momento.

Que le estaba haciendo beber para tener que soportar una cita con él.

- Estaré allí en quince minutos.

Juro que quería seguir escribiendo y subir otro capítulo, pero el sueño me gana :(
Quizás mañana suba otro (no prometo nada)

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