➷ Extra 2 ➷

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Yoongi ama estar dentro de su despacho, ama el momento de tranquilidad y concentración que solo ahí dentro puede obtener; pero hay algo que ama más y que contradice en su totalidad a lo anteriormente mencionado. Pues con su pareja ahí adentro no puede concentrarse en nada más que no sea él, no puede estar tranquilo al tenerlo tan cerca y no poder recorrer su cuerpo con sus manos, porque cuando su esposo está ahí con él en lo que menos puede pensar es en trabajo.

Y Jimin sabe perfectamente lo que provoca. Puede sentir la penetrante mirada del vampiro y aún así finge no darse cuenta de ello, mientras en sus manos sostiene un libro al cual ni siquiera pone atención; pero hace de cuenta y caso que lo leé para molestar más a su esposo.

Pequeño, coqueto y sensual, conservando una inocencia engañosa. Jimin sabe exactamente como enloquecerlo y Yoongi sabe lo que trama el pelirrojo.

La atracción era infinita, Jimin lamía sus labios lentamente, sabiendo lo que esto provocaría en su esposo quien aunque intente hacerse el fuerte terminaba cediendo a sus encantos y coqueteos, y ¿como no hacerlo? Cuando aquellas feromonas de omega maduro y emparejado le llegan como una infinita adicción a la cual no puede resistirse.

Verlo ahí con un vestido color melón, bastante despejado del cuello y que deja ver a la perfección aquellas clavículas que tanto le atraen, su cabello rojizo revuelto y sus labios rosas brillantes por el mismo brillo de la saliva cada vez que los muerde o lame.

Yoongi sabía muy bien que todo era un juego, uno que siempre terminaba con su hermoso y sexi esposo empotrado sobre su escritorio, gimiendo y pidiendo por más.

─ Jimin ─ un escalofrío recorrió la espina dorsal del nombrado al escuchar su voz más ronca que de costumbre.

─ Si, amor ─ despegó sus ojos del libro solo para mirar a su vampiro de forma inocente, queriendo ocultar las enormes ganas que sentía por lanzarse encima de él.

─ Deja eso cariño y ven aquí ─ soltó palmando su regazo.

Jimin mordió su labio al mismo tiempo que su omega ronroneaba encantado, su corazón se le volcó en el pecho al ver aquella mirada oscurecida, pero carente de algún sentimiento negativo, más bien inundada de deseo y lujuria. Yoongi era un vampiro con mucha dualidad, cuando quería era amoroso, cariñoso, una completa masita.

Sin embargo había momentos en los que  adoptaba una personalidad completamente opuesta, volviéndose rudo y salvaje, obviamente sexualmente hablando, ya que jamás lastimaría a su amada pareja, tal vez una vez lo dejó sin poderse sentar bien durante una semana, pero nada grave.

Completamente obediente Jimin se levantó de su asiento y caminó de forma lenta hasta su esposo. Este lo recibió cuando se sentó en su regazo poniendo ambas manos en su pequeña cintura, sonriendo al ver que prácticamente podía cubrirlo al tener como pareja a un omega esbelto y pequeño.

Ninguno de los dos quiso esperar más, los labios se unieron iniciando un beso caliente y acelerado, como si no se hubieran visto en años y es que desde la noche anterior que no tenían relaciones y sus cuerpos ya lo exigían. El sexo era algo que ambos disfrutaban, amaban complacerse en todos los sentidos posibles, explorando sus cuerpos y descubriendo sus zonas más sensibles.

Jimin había descubierto hace varios años que al vampiro lo vuelve loco los besos húmedos en el cuello; por eso no dudó en descender hasta esa zona extremadamente pálida y suave, para lamer y chupar a su antojo, la respuesta que obtuvo fue un ligero apretón en sus caderas y un bajo y casi inaudible gruñido.

Lamió la suave piel, succionando y dejando marcas rojas con tonos púrpura. Mas de alguna vez se fijó en cómo las criadas veían a su esposo y su instinto posesivo nació a partir de ahí, por eso siempre que puede se encarga de marcarlo, para que todas y cada una de esas vampiras sepan que él es su omega y Yoongi es suyo.

El mayor cerró los ojos y comenzó a suspirar mientras sentía su polla crecer furiosamente dentro de sus molestos pantalanes, sus manos bajaron lentamente por el sensual cuerpo hasta posarlas en las suaves pompas, eran del tamaño perfecto ya que cabían exactamente en sus manos y podía amasarlas y apretarlas sin problema.

─ Estas muy intenso bebé y eso que no estás en celo ─ menciona riendo levemente sin abrir sus ojos y gozando de cómo el pelirrojo pasea su hábil lengua por todo su cuello y mordiendo en ocasiones el lóbulo de su oreja.

─ Mi entrada pide por tí, estoy completamente húmedo ─ y no se equivocaba porqué el lubricante ya se desliza por sus glúteos.

─ Mmm… hagamos algo entonces ─ dice y en un rápido movimiento se levanta aún con el cuerpo del omega sobre él. Jimin solo se sostiene de los hombros mientras siente al pálido darse la vuelta, luego es colocado sobre el escritorio. Se vio obligado a separarse, pero valió la pena ya que el hacerlo pudo apreciar el cuello lleno de chupetes de su vampiro, marcas que él mismo hizo, marcas que demostraban su acalorado encuentro.

─ Abre tus piernas amor ─ lo hace, porque su voz salió como una orden, una que él obedecerá siempre.

Pero no sin antes hacer de las suyas, con una sonrisa pícara en sus labios gruesos mueve su pierna derecha, llevando su pie hasta tocar la entrepierna completamente despierta del vampiro, sintiéndola dura y la tela del pantalón húmeda por lo que asegura es presemen. Realiza movimientos circulares notando como las venas de su esposo se hinchan y su respiración se vuelve desordenada, el otro pie se une al primero y ambos acarician la polla necesitada por ser liberada, arrebatándole gemidos roncos y bajo al más pálido.

─ Suficiente ─Yoongi toma ambas piernas y las separa.

El zipper del pantalón se bajá y Jimin se muestra impaciente por ver aquel pedazo de carne que lo hará muy feliz.

Yoongi no se anda con muchos juegos, con su mano libera la polla erguida y húmeda, la punta ya tiene gotas de presemen y las venas a su alrededor se muestran con libertad.

─ ¿Quieres esto? ─ la mueve un poco, Jimin la sigue con la mirada, los ojos le brillan en deseo y lujuria.

─ La quiero ─ confirma.

─ Es toda tuya.

Jimin se inclina quedando sentado para así poderla tomar con su mano pequeña, al sentir su grosor no puede evitar sonreír y Yoongi no puede creer que a pesar de la situación en la que están aquella sonrisa siga pareciendo pura e inocente.

El omega abre la boca en grande, lo suficiente para poder tomarla toda.

Yoongi gruño al sentir su polla ser abrazada por la cavidad bucal del menor, su mano toma los mechones rojos y tira de ellos. Jimin comienza a meter y sacar el pene de su esposo succionando el glande y saboreando el líquido preseminal que este tiene en la punta. La mete hasta el fondo y cuando siente que ya no puede la saca totalmente húmeda solo para masturbarla con  su mano subiendo y bajando por toda la longitud, luego lo vuelve a hacer, metiendola toda y jugando con las bolas de vez en cuando.

Yoongi lo toma más fuerte de los cabellos y comienza a follar la boca de su esposo, este mira hacia arriba mientras lo hace, conectando con la mirada del mayor, notando como suda y se retuerce a causa del placer que su lengua le está dando.

No tarda en correrse, lo hace con un alto gemido e inclinándose un poco, sosteniéndose del escritorio con su mano libre. Jimin por su parte lo traga todo, sin desperdiciar ni una gota del semen.

Se aleja con la respiración alterada, un hilo de saliva lo separa del pene aún despierto de su esposo.

─ Suficiente ─ menciona el mayor ya recuperado ─. Acomodate boca abajo, pero no te quiero sentado, bajate del escritorio y recuéstate como te mencione anteriormente.

Porque claramente todo iba comenzando y ambos lo sabían.

Obediente el omega se baja y se da la vuelta, quedando tal y como Yoongi se lo había pedido; pero antes de colocarse sobre el escritorio las manos de su vampiro lo sorprendieron al tomar las cuerdas de su vestido y comenzar a quitarlas una por una, pasando sus manos por delante para deshacer las que tenía también en la zona del pecho.

El vestido cayó dejando a la vista la suave y delicada piel la cual Yoongi beso tomándose su tiempo, su espalda fue invadida por sus labios, subiendo lentamente hasta llegar a su nuca y sus manos viajando por todo el abdomen plano ascendiendo sin prisa hasta llegar a sus pezones rosas y erectos, los cuales acariciaba con los dedos y tentaba con malicia, pellizcando y tirando de ellos.

─ Ahgm~ ahí no… ─ porque así como Jimin conocía que la zona sensible de Yoongi era el cuello, este sabía que para hacer suspirar a su esposo debía atacar sus pezones.

─ ¿Por qué no? ─ susurro roncamente cerca de su oído, jugueteando con las pequeñas protuberancias, notando como el cuerpo de su esposo comenzaba a temblar y a tensarse anunciando un inevitable orgasmo.

─Y-yoon.. Ahh~ ─ su mano fue a su entrepierna, está aún dentro de sus pequeñas bragas.

─ Correte, hazlo ─ la voz ronca del mayor no ayudaba mucho ─, hazlo mientras gritas mi nombre.

Y como si fuera una orden en omega se corrió intensamente gritando el nombre del pálido quien disfrutó cada segundo. El cuerpo de Jimin se desparramó sobre el escritorio quedando en la posición que anteriormente su esposo había mencionado, pero con su rostro de costado, pues solo una de sus mejillas tocaba la fría madera.

─ Eres un buen chico y ahora tendrás tu recompensa ─ mencionó el mayor moviendo sus piernas quedando a la altura del trasero de su amado. Llevó ambas manos a las bragas y las deslizó por sus muslos dejando su trasero libre de tela.

La vista fue hermosa, el rosado esfínter se contraía ansioso, soltando lubricante el cual se deslizaba por las piernas.

Jimin pudo sentir como sus piernas fueron abiertas por las grandes y fuertes manos de su caliente pareja y a los segundos el gemido alto y agudo que soltó al sentir su lengua aventurarse por toda su abertura, lamiendo el lubricante que ahí había. Los gemidos se volvieron más y más altos hasta inundar por completo el despacho.

─ Oh~ s-si.. Así, Ahh, ahgm ─ podía sentir como aquel nervio lo follaba y la sensación era jodidamente deliciosa al punto de hacer que sus ojos se vuelvan blancos y su boca no pueda mantenerse cerrada.

Yoongi no lo resistió y mordió cerca de su entrada, succionando su sangre, conbinada con el lubricante natural de su pareja. Lamió y selló la herida cuando supo que era suficiente y cuando simplemente ya no pudo soportarlo.

Se puso de pie una vez más y tomó su erección, masturbandola y preparándose para la parte que venía.

Jimin suspiro y cerró los ojos, esperándolo mientras inconscientemente separaba sus piernas, facilitando todo para su esposo.

─ Voy a entrar cariño ─ avisa segundos antes. Jimin asiente con la cabeza en una respuesta silenciosa pero afirmativa.

Es ahí cuando el mayor se alinea en el rosado anillo y toma la cintura de su omega para sostenerse. Jimin arruga el entrecejo al sentir la lenta intromisión, porque Yoongi lo hace suavemente, sin prisa y disfrutando de la sensación de asfixió que abraza su pene cada vez que está dentro del pelirrojo. A Jimin le gusta, le gusta sentirse lleno y su expresión lo demuestra.

─ M-muévete ─ pide con necesidad, siendo complacido inmediatamente, pues Yoongi comienza  a embestirlo lentamente, siendo cuidadoso de no lastimarlo pero asegurándose que reciba el mismo placer que él siente al hacerle el amor.

─ Ah~ ─ un hilo de baba se escurre por la comisura de sus labios al igual que las lágrimas de absoluto placer.

─ Sí, Sí, Si… ─ gime más alto cuando las embestidas toman fuerza. Yoongi toma sus caderas y comienza a golpear su punto dulce, haciendo que el cuerpo bajo de él se mueva por la brusquedad de sus movimientos, y aunque sólo tiene la perfecta vista de su espalda sabe que la expresión de Jimin es de placer puro.

Y no se equivocaba, Yoongi golpea su próstata deliciosamente haciéndolo llegar al cielo cada vez que la punta de su pene choca con esta, logrando que trave sus ojos y gima desvergonzado.

─ Siempre t-tan estrecho cariño ─ Yoongi lo continúa penetrando, violentando su interior y haciéndolo delirar mientras él siente que su orgasmo llegará pronto, pues el placer es demasiado.

Se inclina a besar el cuello de Jimin y morder un poco, succionando su sangre al mismo tiempo que lo penetra sin control, Jimin no sabe a que ponerle más atención, si al pene o a los colmillos de su esposo.

─ Ahhh, Yoongi me corro ─ aviso, podía sentir el orgasmo muy cerca.

El vampiro aceleró sus movimientos, embestidas desordenadas, profundas y violentas que hacían que el escritorio se moviera por los bruscos movimientos.

Una, dos y tres embestidas más bastaron para que ambos llegaran a su segundo orgasmo, Jimin lloriqueo mientras su cuerpo sufría varios espasmos y sobre él Yoongi tenía un arrasador orgasmo y se vaciaba en el cálido interior del omega, dejando caer su cuerpo sobre la espalda del más pequeño, quedando unidos pues ninguno de los dos quedó con la suficiente fuerza para separarse del otro.

Así estuvieron por un rato, Yoongi se encargó de repartir besos y caricias sobre la roja cabellera de su omega y mordía suavemente su hombro, sin llegar a perforarlo y beber su sangre.

Después de que Jimin cerrará los ojos a causa del cansancio ya no supo más nada, pero cuando despertó ya no estaba sobre el escritorio, sino recostado sobre el sofá en el que anteriormente había estado; pero esta vez una manta cubría su cuerpo desnudo. Desorientado se sentó, notando su vestido y bragas en el suelo así como manchas blancas en el piso. El sonrojo vino junto a sus recuerdos, ahora que el momento de calor había pasado se preguntaba dónde estaba su marido.

También fue imposible ignorar el ardor en su trasero, Yoongi se había encargado de recordarle lo intenso que podía llegar a ser, aunque es consciente que el único responsable es él al tentarlo de esa manera.

La puerta se abre dejando ver a un sonriente vampiro, este a diferencia de él lucía de lo más tranquilo y campante, todo lo contrario a Jimin quien tenía sus cabellos revueltos y la completa desnudez.

─ Volví cariño, los niños te buscaban; pero no quise despertarte así que fui a ver que querían en tu lugar.

─ ¿Ellos están bien? ─ comento mientras bostezaba y restregaba su ojito, una imagen bastante tierna.

─ Sí, tranquilo.

Jimin estiró sus bracitos llamando a su esposo ─ ahora quiero mimos ─ comentó ronroneando. Yoongi sonrió, amaba esa bipolaridad y cómo negarse cuando era completamente débil a los pedidos de su esposo, cumpliendo todos y cada uno de ellos.

Porque claro que sí, un poco de mimos y caricias no vienen mal después de una ronda de sexo duro y salvaje.








Fin.



Les debía el lemon, espero les haya gustado 🥺

Este es el final definitivo de esta historia, demore mucho para traerles los extras; pero solo hasta ahora me sentía lista para darle su merecido final.

Gracias por su apoyo, los amo mucho. ❤

06/01/22.










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