[9] ¿Celos?

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Maratón 3/?


Y para los que se preguntan si YeonJun pudo comerse todo lo del capítulo anterior, la respuesta es sí.

SooBin había quedado completamente impresionado por todo lo que había comido el peligris, no había dejado ni una migaja en la bandeja.

Y el alfa castaño no dudó en comentar lo impresionado que estaba por aquello.

—Cuando estoy hambriento, puedo con eso y más.

Eso fue lo que le dijo el peligris mientras terminaba su gaseosa, y SooBin, no pudo no buscarle el doble sentido a esas palabras, avergonzándose hasta más no poder.

Hoy era sábado, estaba en su día libre, arrojado en su cama solo en ropa interior mirando con enojo su teléfono frente a él, por ahí, se podía escuchar en alta voz a Choi EunHae.

Explícame como mierdas ya se han besado y no sabes su rango.

Tiene un neutralizador, no es mi culpa —contestó con los dientes apretados, no le gustaba que le hablaran en ese tono severo y mucho menos que lo reprendieran.

Tienes que apresurar las cosas, ¿entiendes eso?

Es obvio que lo entiendo, hyung. Pero yo no puedo hacer nada para apresurarlo, ya conseguí estar en algo con él, eso ya es un gran avance. No puedo llegar un día y presionarlo para que me diga, ese secreto no se lo puede decir al primero que se le cruce —dijo con rapidez, sonando molesto con cada palabra.

Ya va un mes, Choi SooBin y solo has conseguido besarlo, sabes que lo necesito para antes del final de este mes.

Ya dije que no puedo apresurar más las cosas, hyung. Se escapa de mis manos.

—Tienes que presionar.

—¡Si lo presiono, se va a alejar! ¿¡No cree!? —gritó alterado— No hay otra cosa que pueda hacer.

Si hay otra cosa.

—¿Qué?

Emborráchalo y sácale el secreto con unas cuantas copas.

¿Cree que no lo hice? Tomó cuatro vasos grandes de cerveza y seguía siendo el mismo de antes, no creo que el alcohol le afecte.

Entonces emborráchalo y acuéstate con él —SooBin colgó la llamada no queriendo escuchar más a su hyung.

Lo estaba presionando, le estaba dando ideas alocadas, precipitadas.

¿Podrá hacerlo?

¿Debería hacerlo?

YeonJun estaba avergonzado, escondiendo su cara colorada tras el cojín, evitando a ChaerYeong a toda costa.

La omega daba vueltas por el lugar, chillando y cantando: "YeonJun y SooBin estaban en un árbol..."

La cosa es que, nuestro omega olor a vainilla le había contado a la linda omega todo lo sucedido con SooBin el día anterior junto a los pocos besos que se han dado.

ChaerYeong no tardó en emocionarse y empezar a hacer ruidos para avergonzar al omega.

Ahora estaban forcejeando con el cojín, YeonJun queriendo esconderse y ChaerYeong queriendo hacer más preguntas. El omega se distrajo una milésima de segundo y ya tenía a la chica sobre él, mirándole con emoción y curiosidad.

—¿Se besaron con lengua? —preguntó haciendo que un pequeño sonrojo apareciera en los pómulos del omega.

Deberíamos intentar. Opinó su lobo.

—No, solo fuimos SooBin y yo —contestó.

ChaerYeong miró confundida al omega.

No había entendido.

Dejando de lado aquello, se concentró en seguir haciendo preguntas.

—Yeon-ye... ¿Te gusta SooBin? —hizo la misma pregunta de la última vez.

¿La diferencia?

YeonJun ya tenía una respuesta concreta, se lo había cuestionado por mucho tiempo, incluido su lobo, entre los dos habían entrado en un debate en el que, luego de días y horas pensándolo, llegaron a una conclusión.

—Si, si me gusta —afirmó sin algún temblor en su voz, el sonrojo en sus pómulos apareció de nuevo y su aroma se hizo más dulce, ChaerYeong sonrió al captar el dulzor del aroma ajeno y escuchar la respuesta, fuerte y clara.

—¡Aigo!~ Mi pequeño Yeon-ye está enamorado —bromeó abrazando al omega para mecerlos de lado a lado.

YeonJun rió dejándose hacer por la omega, sintiendo su corazón agitado y aquel cosquilleo en su panza.

—¿Crees que le guste yo también, ChaerYeong? —preguntó tomando los aretes de la omega en sus manos.

Se sentía como un niño pequeño, no tanto por estar jugando con los aretes de la chica, si no por como había sonado su pregunta. Se había escuchado inseguro, tímido e ilusionado.

¿Cuándo fue la última vez que YeonJun habló así?

Nunca, esta era la primera vez.

Era su primera vez experimentando todo aquel remolino de sentimientos y sensaciones. Siempre había estado con su atención centrada en su trabajo, su actuación, en la empresa y ahora, aparte de seguir centrado en lo anterior, por sus pensamientos constantemente pasaba SooBin, con una sonrisa, con sus cejas alzadas, con pequeños detalles en su expresión al no entender o entender alguna orden o trabajo.

Era su primera vez experimentando algo que ya podía llamar, amor.

Incluso sería su primera vez experimentando el dolor, pero aún no lo sabía.

—Él fue el primero en empezar con su coqueteo, él fue el primero que te besó —enumeró ChaerYeong con sus dedos— Él te ha llevado a comer, ¡es obvio que le gustas YeonJun!

El omega esbozó una sonrisa y dejó a la omega avergonzarlo cuanto quisiera.

A los minutos su teléfono sonó. Los dos omegas se acomodaron en su lugar quedándose unos segundos en silencio, intentando adivinar de donde venía el sonido.

En la cocina. Pensó YeonJun levantándose para ir a dicho lugar en donde, efectivamente, estaba el aparato electrónico.

HueningKai

—¿Hola? —atendió volviendo a su lugar anterior, ChaerYeong se recostó en sus piernas pidiendo silenciosamente que acariciara su cabello. YeonJun sonrió y lo hizo con su mano libre.

Buenas tardes, joven Choi —saludó el amigable alfa del otro lado— Lamento mucho interrumpir su día de descanso, solamente quería informarle que ya estoy en Busan.

—¿Enserio? Eso es una excelente noticia —sonrió recordando el significado que tendría el que ese alfa estuviera en Busan— ¿Le importaría encontrarse conmigo en algún lugar? Quiero aclarar algunas cosas.

¡Claro! No hay ningún problema, ¿podemos vernos en el Mo's Te?

—Suena bien, nos vemos a las tres —y colgó, encontrándose con una ChaerYeong dormida.

Sonrió por la ternura de la imagen.

Sin duda ser parte de un Staff es cansado, la omega le comentaba todo lo que tenían que hacer tras batidores, correr, maquillar, peinar, vestir, sin ningún descanso o aunque sea contando con, mínimo, una hora de descanso Eso sonaba extenuante, según YeonJun, pero como a la omega le gustaba no debía preocuparse mucho.

Luego de quitar a la omega de su regazo subió las escaleras para empezar con su largo proceso antes de salir, un baño, neutralizador, peinar su cabello, neutralizador, coloca su ropa y más neutralizador.

Mientras hacía todo eso, un mensaje entró a su teléfono.

Dejó la lata que estaba apunto de rociarse de lado y tomó su teléfono.

Número desconocido.

¿Podría invitarte un café?

Yo.

¿Quién es?

Número desconocido.

El amor de tu vida.

Yo.

Lo dudo.

Número desconocido.

Soy el alfa más guapo que podrás conocer

Pero mis amigos me dicen SooBin :D

Yo.

Eres un tonto

Número desconocido

-Cambiar nombre-

SooBin-ssi

SooBin-ssi

Pero no dejo de ser guapo

Dime, ¿quieres un café?

Yo.

Nos vemos a las cuatro, en el Mo's Te, ¿está bien?

SooBin-ssi

Iré a ponerme bonito entonces ;)

YeonJun rió por el último mensaje y se dispuso a arreglarse.
Ponte bonito.

Pff, siempre estoy bonito, lobo tonto.

Colocó cada una de sus prendas y miró la hora, iba a tiempo. Dejó un pequeño beso en la frente de su amiga que seguía dormida en el sillón y salió de ahí, directo al Mo's Te en donde se encontraría primero con el influercer y luego con SooBin.

Alto, sonriente, cabello castaño largo y un delicioso aroma a bosque, ese era HueningKai, el alfa amigable que le había recibido con un té frío y una sonrisa.

Estaban en una de las mesas, en el segundo piso del local, YeonJun bebió de su té y miró al alfa.

—No quiero que nada de esto apunte a mi padre —dijo entrando en el asunto por el que se habían reunido. Sintió una gran impresión de como la expresión del alfa cambió a una más profesional.

El alfa asintió a todo lo que dijo el omega frente a él, tomando la palabra para empezar a hablar de todo lo que tenía planeado, como empezar, etcétera.

Y ustedes se estarán preguntando por qué YeonJun fue a un lugar público para hablar de eso.

Pues, aparte de que el lugar siempre se hallaba vacío y los pocos que iban no se quedaban a tomar el té como ellos, no se hablaría de aquello en específico, solo hablarían de como se llevaría la campaña a cabo, así que si alguien pasaba y de casualidad, o de curioso más bien, escuchaba su conversación pensarían que hablaban sobre una campaña para autos, perfumes, ¡cualquier cosa! Menos la revelación del verdadero rango de Choi YeonJun.

A lo lejos, SooBin miraba la escena con los brazos cruzados, el ceño fruncido y uno de sus pies moviéndose insistentemente por el pavimento.

Había decidido salir mucho antes de la hora de llegada para estirar sus piernas y tomar algo de aire fresco, queriendo despejar su mente de toda la presión de EunHae.

Pero va y encuentra a su jefe hablando con un alfa castaño mientras toman té.

¿Celos?. Preguntó su lobo con aires de burla.

No, no estoy celoso. Quiso golpear su frente por contestar aquella pregunta, su lobo podía sentir lo mismo que él era obvio que solo se estaba burlando.

Estaba enojado, no celoso.

¡Le estaban robando al peligris!

Uh~ Algo posesivo, amigo mío.

Quise decir que será más difícil lograrlo.

No lo hagas.

Ignoró al lobo en su cabeza y siguió viendo la escena, los dos estaban riendo por algo que había dicho el alfa castaño, gruñó en cuanto el peligris señaló algo encima de la nariz del castaño.

Y a unos metros de él Kai, terminó de beber su té mientras estaba algo avergonzado por el halago que hizo YeonJun a sus pequeñas pecas.

—Hyung —llamó con la suficiente confianza y permiso de hacerlo— Hay un chico de cabello negro mirándonos, luce molesto —dijo haciendo señas con los ojos para que el omega frente a él supiera a donde voltear.

YeonJun volteó y encontró la mirada de Choi SooBin. Le sonrió, saludándole con una mano, el alfa le devolvió su saludo sin quitar su ceño fruncido.

¿Está celoso?

No creo.

—¿Es su novio? —preguntó Kai.

—¿¡Qué!? ¡No! —dijo exagerando su respuesta. El alfa rió y se levantó de su lugar seguido del peligris.

—¿Pronto lo serán? —alzó sus cejas luciendo curioso por la relación de ese par.

—No... No lo sé —alzó sus hombros haciendo reír al alfa.

Siguieron caminando hasta salir del local en cuanto lo hicieron se encontraron a Choi SooBin esperándolos.

—Nos vemos luego, hyung —se despidió Hyuka con una sonrisa, YeonJun asintió y le devolvió la sonrisa al alfa.

—¿Quién era ese? —preguntó SooBin.

Puede que muchos crean que YeonJun le va a explicar las cosas, o va a lucir encantado por los evidentes celos del alfa, pero hizo lo que menos están pensando.

Se rió en su cara.

Como si le hubiesen contado el mejor chiste que había.

—¿Por qué me celas si no somos nada? —preguntó riéndose más suave que antes. SooBin se quedó en silencio pensando en que repuesta dar.

No. Lo. Hagas.

—¿Si nos volvemos algo te puedo celar? —le preguntó con una ceja alzada, YeonJun alzó sus hombros.

—Supongo.

—Entonces seamos algo —pidió sin quitar su mirada de las orbes brillantes del peligris, este abrió su boca sin saber que decir— Choi YeonJun, ¿puedo cortejarte?

¡Sí que sí!. Ese fue el lobo de YeonJun.

No que no. Y ese el de SooBin.

¿YeonJun estaba oyendo bien? ¿Su secretario le estaba pidiendo cortejarlo?

—¿Estás seguro de lo que estás diciendo? —preguntó mirando con duda al alfa, que asintió quitando su expresión neutra para poner una hermosa sonrisa.

—Puede que pienses que lo hago por los celos que tuve hace momentos, pero no es así —negó volviendo a entrar al local junto al peligris, se aseguró de que no hubiese personas cerca y lo besó castamente— Lo estuve pensando desde hace un tiempo y quiero cortejarte, YeonJun, ¿me dejarías?

Torpe, torpe. Le dijo su lobo, SooBin lo ignoró. Estás haciéndolo mal, estás...

Ya callate. Le contestó molesto.

Por otro lado el corazón del omega estaba latiendo con fiereza, sus ojos no dejaban de estar conectados con los del alfa.

Estaba nervioso, estaba sudando mientras tenía una mueca indecisa en su cara.

¿Debería decir que si?

Un cortejo significaba ir enserio con el alfa, un cortejo significaba ir más allá de besos y coqueteos, prácticamente se convertirán en una pareja, se conocerían más y más para poder saber si daban el paso a la siguiente línea en ser algo oficial.

¿Puede confiar en él? ¿SooBin guardará su secreto?

Miró sus ojos.

Dicen que los ojos son la ventana hacia el alma, YeonJun en sus ojos veía emoción, sinceridad, en los ojos del castaño se veía lo ansioso que estaba por una respuesta suya.

SooBin en ningún momento le presionó o le pidió alguna pista para saber de que rango era, parecía no importarle en lo absoluto su rango, por eso, decidió confiar.

—Si puedes —las palabras se deslizaron por su boca en un murmullo, murmullo que el alfa pudo escuchar gracias a la cercanía y al silencio del lugar.

YeonJun sintió un cosquilleo en su estómago cuando el alfa sonrió en grande, lanzándose a sus labios minutos después. Una de las manos del castaño estaba en su mejilla, dejando pequeñas caricias que erizaban su piel, mientras que con la otra lo sostenía de la cintura.

—Gracias por confiar en mi —susurró el castaño sobre sus labios. YeonJun sonrió acunando las mejillas del alfa en sus manos.

Eran suaves, tal como había pensado.

—Espero no haberme equivocado —le dijo aún con su sonrisa. Los dos, luego de un par de besos castos salieron del local riendo como si acaban de hacer una travesura, tal cual como unos niños.

Caminaron por las calles conversando de cualquier cosa, sin ser consciente, o queriendo ignorar aquello, SooBin quería sujetar la mano del peligris, entrelazar sus dedos.

No puedes seguir. Dijo su lobo.

No me hagas molestar. Le contestó.

¿Qué vas a hacer? No me puedes hacer nada, ¿pero sabes que puedes hacer? Dejar este teatro.

SooBin lo ignoró.


















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