Capítulo 5

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First day at the laundromat
and hopefully the last...

-¡Bien, todos a trabajar! -gritó Abacus, su voz resonando en el aire-. ¡Vamos, chicos, seguidme! -dijo mientras agarraba una carretilla repleta de ropa sucia-. A ustedes les toca el jabón, junto al señor Wonka.

Nos guió a través de varias puertas, hasta que un denso humo nos envolvió al atravesar la última. Tosí varias veces, tratando de adaptarme al aire cargado que llenaba el ambiente.

-Wow... -me quedé boquiabierta ante la vista que se desplegaba ante mis ojos. Montañas interminables de sábanas se extendían hasta donde alcanzaba la vista, como un mar blanco e inmenso.

¿Cómo era posible que un lugar tan descuidado tuviera tal cantidad de sábanas sucias? Preferí no hacerme esa pregunta, ni imaginar la respuesta.

-Agarrad estos trapos sucios, y tenéis que restregarlos -canturreó Abacus, extendiéndonos un largo palo de madera para remover las sábanas en los tanques de lavado. Miré a Harry, buscando una señal de que entendiera lo que estaba pasando, pero él solo se encogió de hombros.

-¿De verdad tenemos que cantar? -pregunté, sintiéndome absurda ante la situación. Harry y Willy se limitaron a encogerse de hombros también, mientras continuaban echando más ropa en los tanques.

-Yo también me sorprendí al principio -dijo Wonka, regalándome una sonrisa tranquilizadora-, pero todo se vuelve más llevadero si te unes a la canción.

Mientras removíamos la ropa, todos comenzaron a cantar en coro:

-¡La-var, la-var! -entonaban al ritmo de su trabajo, mientras yo luchaba por no quedarme atrás.

Cada movimiento se volvía más difícil a medida que el trabajo avanzaba, especialmente cuando mi cuerpo no estaba acostumbrado a tanto esfuerzo físico. Willy, notando mi cansancio, me hizo una señal para intercambiar tareas, aliviándome de mi carga.

-Gracias -susurré entre el bullicio, agradecida por el gesto.

-Luego se van a secar, los tienes que colgar. ¡La-var! -continuaron cantando, colgando las sábanas en tendederos de madera para que se secaran lo más rápido posible-. Si cantas la canción, se pasa la tensión. ¡La-var!

-Aunque no tanto... -canturreó Larry, lanzando una broma que apenas se notó en medio del alboroto.

El tiempo parecía ralentizarse mientras trabajábamos. No entendía cómo todos soportaban estar encerrados allí, repitiendo la misma rutina día tras día.

Aprovechando un momento de silencio en la canción, intenté hablar:

-Por cierto... -dije, con cierta dificultad mientras intentaba no perder el ritmo-. ¿Cuándo comenzaremos con la escapada? -reí ligeramente, sintiendo lo surrealista que sonaba todo, como si fuera una escena sacada de una película.

-Aún no sé el día exacto, pero te contaré todo más tarde -contestó Wonka con un guiño.

La canción continuó mientras observaba cómo planchaban las telas secas, todos cantando al unísono:

-Y se planchan los dobleces de vestidos y chemises. ¡Plan-char! -Intenté unirme al canto, pero me resultaba difícil seguir el ritmo, ya que no conocía la canción.

Una vez que la ropa estuvo lista, tuvimos que cambiarnos rápidamente de ropa antes de que la señora Fregoso llegara para pasar lista. Busqué mi uniforme, pero no tenía idea de dónde podría estar, ni si mi varita seguía en la habitación. Esperaba con todas mis fuerzas que sí.

-Que se doblen como dictan o no nos dan de ce-nar -canturrearon nuevamente, el ambiente se tensaba con cada verso.

El sonido de un silbato resonó en la estancia, y todos se formaron en una fila, marchando hacia la entrada. Parecíamos un pelotón de soldados, pero con ropa de lavandería en lugar de uniformes.

Intenté seguirles el ritmo, pero me costaba mantenerme al paso. A mi lado, Harry y Willy también parecían tener dificultades.

-Fuimos tontos al firmar, hoy nos hacen trabajar...

-¡Laaavaaaar! -dramatizó Larry, imitando la voz de un cantante de ópera, arrancando algunas sonrisas cansadas.

-Y si no estáis de acuerdo... -la voz de la señora Fregoso cortó el aire, fría como el hielo.

-Lean la cláusula cinco -continuó Lejía, con un tono casi mecánico.

-Sección siete -añadió la señora Fregoso, sonriendo de manera inquietante-, parte "a".

-Párrafo veintidós -dijo Lejía, como un perro fiel repitiendo órdenes.

-Inciso diez -remató la señora, sin intención alguna de terminar la enumeración.

-Que dice... -la voz de todos se unió en un grito repentino que me sobresaltó-. ¡Lavar!

Uno a uno comenzaron a entrar en sus habitaciones, pero yo no sabía cuál era la mía. Nadie nos había dicho nada sobre dónde dormir.

-¿Dónde dormiremos ahora? -pregunté, sintiendo una creciente ansiedad.

-Puedes dormir conmigo -dijo Willy de repente. Alcé una ceja, sorprendida por su ofrecimiento, y él, dándose cuenta, se sonrojó intensamente-. Q-quiero decir, que pueden dormir conmigo -corrigió, ruborizándose hasta las orejas-. Mi cama está rota, pero podemos buscar una solución. Al menos no se quedarían aquí -añadió, evitando mirarme directamente.

Ese chico era un encanto.

-Por mí está bien -dijo Harry, mirando hacia mí en busca de aprobación. Asentí, y seguimos a Wonka hasta su habitación.

Al entrar, un delicioso olor a chocolate inundó mis sentidos. En un pequeño escritorio había una cantidad impresionante de chocolates y pequeños utensilios que parecían ser para prepararlos.

-Wow... -exclamé por segunda vez en el día, asombrada por el espectáculo.

-Sí, wow -repitió Harry, igualmente impresionado.

-¿Les gusta el chocolate? -preguntó Wonka, sus ojos brillando con entusiasmo.

-¿Qué si me gusta? ¡Me encanta! -respondí, y una enorme sonrisa se extendió por su rostro.

-Puedo prepararles alguno -ofreció-. ¿Cómo les gusta el chocolate? ¿Negro? ¿Blanco? ¿Con nuez? ¿Estrafalario? ¿Con coco loco que te vuelve loco? -Preguntó, lanzando una ráfaga de preguntas tan rápido que apenas pude seguirle el ritmo-. Da igual, creo que sé cuál sería el perfecto para ustedes.

El resto de la noche la pasamos compartiendo anécdotas con el excéntrico chocolatero, mientras disfrutábamos de los exquisitos bombones que había preparado. Fue un momento de dulzura en medio de una situación amarga, una tregua necesaria antes de enfrentar lo que vendría.


Acá les dejo el nuevo cap, no avisé, pero recomiendo que reproduzcan Scrub, Scrub mientras cantan ((:
Espero les haya gustado, no olviden comentar que les ha parecido.
Sin más que decir.
Se despide Julia Black

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