15

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Era una mañana común, una figura estaba debajo de las sabanas de la gran cama, se vía como esta respiraba en un ritmo lento, estaba descansando, entonces, entro una chica bajita con cabello rojo, y unas alas negras que tenia recogidas, abrió las cortinas, la figura que dormía se removió por el repentino brillo de la luna ese "día".

- Joven amo, el rey solicito su presencia en su estudio - Dijo la chica caminando al cuarto de baño que estaba al lado de la habitación.

El chico se levanto con pereza, paso sus manos por sus ojos para tratar de quitar todo rastro de sueño, escucho como la chica abría la llave de la bañera.

- ¿Es urgente? - Pregunto dejándose caer nuevamente entre las suaves sabanas.

- De eso no fui informada pero, ya sabe que paso la ultima vez que llego tarde a... - Fue interrumpida por el chico que se levanto de un golpe.

- Si adely, puedes retirarte -

Adely se inclino, salió cerrando la puerta con cuidado.

El joven se quedo solo en la habitación, medito un poco antes de entrar a la bañara, cada vez que su padre lo llamaba, debía vestir elegante, hablar, actuar, su padre estaba tratar de "formarlo", hacerlo madurar, decía que era inmaduro y infantil, a el no le importaba pero, últimamente se sentía mas irritado de lo normal con esa actitud de su padre.
Decidió dejar de dar tantas vueltas, volvió a la gran habitación donde un traje arreglado, perfumado y planchado lo esperaba para ponérselo, de solo verlo el ya podía sentir la incomodidad recorriendo su cuerpo.

Se vistió, arreglo su cabello, salió de su habitación, camino entre los espaciosos y lujosos pasillos para llegar a su destino, se escuchaban sus pasos resonando, este castillo siempre parecía vacío, un vago recuerdo apareció en su mente, cuando paso "esa" habitación, decidió ignorar ese sentimiento de nostalgia, a pesar de tener alas, su padre había restringido volar dentro de los muros del palacio, era irónico.

Unos pasos mas, hasta llegar, se detuvo frente a una inmensa puerta con dos guardias al lado, ambos guardias empujaron la puerta para el pudiera entrar, ahí estaba, el diablo, satanás , el rey demonio, tantos nombres, estaba sentado mirando la ventada, en una silla que parecía tan intimidante, sus ojos oscuros pasaron a mirar a su primogénito que estaba de pie mirándolo fijamente, el hombre adulto se levanto, camino hasta su escritorio.

- ¿Qué has estado haciendo últimamente, Ari? - Su voz gruesa, tranquila y imponente, haría retroceder a cualquiera.

- No mucho, solo por ahí - Respondió el mas joven, sentándose en uno de los sofás del salón - ¿Para que me llamaste a aquí? -

- Me llego un reporte, donde dicen que te han visto interactuando con humanos, para ser preciso, estas yendo a una escuela humana - Menciono dejando caer fotos de el junto a un humano, hablando y abrazando, jugando básquet y entre otras actividades - Sabes mis reglas -

- Solo es un rato, no estoy haciendo nada ma.. - Fue interrumpido por el mayor.

- Ari, sabes perfectamente que interactuar con los humanos, es demasiado riesgoso, imagina que pasaría si te descubren, matándose entre ellos para mandar a otros al infierno, mas sobrepoblación, castigos, cambiara el rumbo normal de las cosas, hasta peores cosas... - Dijo tocándose la cabeza con frustración. - ¿ No es suficiente con lo que le hiciste hace tiempo a ese pequeño ángel? -

El mas joven, apretó los puños al sacar este tema que para el era sensible.

- Creo que te dije claramente, que no quería hablar mas de esto - Menciono con un tono amargo.

- No me hables así, ya sabes por que paso, te lo mer... - De repente los papeles que estaban en la mesa salieron volando, interrumpiéndolo.

- ¿¡Me lo merecía?!, no, ¿¡Lo merecíamos?! - Ari se levanto, extendiendo sus alas, alzando la voz en señal de su molestia.

El adulto no se inmuto de su lugar, se recostó a su escritorio mirándolo, ya había pasado mucho tiempo de esa maldición, su hijo aun parecía afectarle, el quería volver a la relacion que había tenido antes con su hijo, en la que ambos se sentía unidos, antes de esa maldición, cuando su esposa aun vivía, de verdad, que triste.

- Algún día lo entenderás, lo hice por tu bien, hagas lo que hagas, deja a ese chico en paz, si sigues buscándolo, solo harás que llegue ese día mas rápido y seria mejor, no comiences una guerra que no ganaras - El mayor termino de hablar, vio como su hijo patio la mesa en señal de frustración, saliendo enojado, dando fuertes pisadas.

Minutos después, entro una figura femenina, camino en medio del desastre de hojas que Ari había hecho con anterioridad, acercándose al hombre.

- Bueno, parece que eso no salió bien, ¿eh? - Sonrió un poco, ante la mueca que hizo el hombre - Creo que deberías explicarle por que aceptaste ese castigo, tal vez podrías ayudarlo, apo... -

- No, no puedo dejar que las cosas se repitan, esto es lo mejor, Ari debe entender - Comento el hombre caminando hacia una estantería.

- Tu mas que nadie, sabes por que es tan terco, solo esta enamorado - La mujer puso su mano en el hombro del rey.

- Y eso es lo que me preocupa - Respondió preocupado, mirando una foto que había entre las paginas de un libro que parecía viejo.


Por otro lado, después de esa desagradable conversación, Ari camino enfurecido a su habitación, se desvistió, cambio de ropa, necesitaba despejarse, ignorando el regaño de hace poco, abrió un portal hacia el único lugar donde se sentía en paz, donde estaba la persona que hacia que todo valiera la pena.


Andrés se encontraba en su jardín, su familia había salido de compras y el se había quedado con la excusa de que tenia tareas, en realidad se quedo por que necesitaba hablar mas con su versión fantasmal.

- "Bien, practiquemos, tu afuera y yo adentro "- dijo el pequeño trasparente mientras se ponía delante de su versión real.

- ¿Seguro que debemos aprender esto? - Dijo Andrés temeroso.

Últimamente, habían estado intentando cambiado de cuerpo, ya lo habían hecho pero, por alguna razón la conexión de cambio se había vuelto difícil, esto se debía a que Andrés se sentía dudoso, había aceptado que este cuerpo ya tenia un dueño, un destino pero, no podía no sentirse temeroso a su futuro, mas sabiendo el plan de Sparta.

- "Necesito acostumbrarme a tu cuerpo también, si vamos a engañar a Taiyo, debemos hacer esto bien "- Explico el chico de ojos brillantes.

La primera parte del plan de Sparta, era engañar a Taiyo, haciéndole creer Andrés de verdad estaba avanzando en su aprendizaje de magia, si esto sucede, Sparta es consciente de Dios lo vigilaba desde que se manifestó su espíritu dentro de este cuerpo, no podía quitarle los ojos de encima, tal vez, solo tal vez, si el ve que Sparta había reencarnado en la versión mas "perfecta" de si mismo, podría devolverle sus alas y aro, volver al cielo, cerrar la maldición, entonces, cuando Sparta fuera lo suficientemente poderoso, podría volver con Raptor, sin importar las leyes, reglas, lo que sea, volver a donde su amado.

Pero, para esto, necesitaba también alejar a Raptor, aunque le duela, es lo mejor, necesitaba concentrarse en si mismo, el principal problema era su relacion, si ellos se alejan entonces, todo seria mas fácil, mientras mas lejos estén la maldición no se concretara.

Si la maldición se hace realidad actualmente, Sparta toma el control total del cuerpo de Andrés, este no resistiría aun es muy débil, este muerte, tendría que esperar a que otra reencarnación naciera y su paciencia se agotaba, estaba cansado de todo esto, entonces, para el, era ahora o nunca, haría lo que fuera para todo acabara en esta vida.

Era la oportunidad que estaba esperando, no podía desaprovecharla.

Ambos se concentraron, cuando en el cuerpo de chico volvió a abrir los ojos, estos tenían un destello adorado, el cual desvaneció, había funcionado.

- Bien, esto es así, no voy a estar mas de 20 o 15 minutos en tu cuerpo, si me quedo demasiado podría tu cuerpo perder mas rápido, tu conciencia y recuerdos - Explico a su versión fantasmal la cual ahora era Andrés.

- Ah, hay algo pequeño que no te conté, cada que cambiemos, cuando regreses a tu cuerpo, podría ser que sientas un pequeño mareo pero, mas adelante puede que sean desmayos - Menciono sentadose en el banco del jardín.

-" Supongo que es por que estaré perdiendo mi cuerpo... para cambiar de dueño, el anterior debe irse "- dijo con una mirada perdida Andrés.

Sparta quería decirle algo mas pero, un portal se abrió detrás de el, una figura salió de el, con solo sentir su presencia sabia de quien se trataba.

Ambos se miraron, el chico mas bajo se sintió extrañado, normalmente este apenas llegase saldría corriendo a abrazarlo pero, hoy su mirada se veía triste, apagada, decidió ser el que diera el paso.

- ¿Paso algo, raptor? - Pregunto acercándose, no obtuvo respuesta.

Cuando intento tocarlo, este de pronto lo abrazo, lo estaba abrazando tan fuerte como si tuviera miedo que desapareciera, Sparta acaricio su cabello suavemente, ambos se dejaron caer en el suelo, aun abrazados.

- No importa, cuanto tiempo tome, cuantos de ti debo conocer, no importa si Dios nos vuelve a separar, donde quieras que estés , yo te encontrare otra vez - dijo separándose del abrazo Raptor, acariciando el rostro del contrario.

- Yo lo se pero, déjame luchar por nosotros esta vez, no fallare - Menciono Sparta el cual sabia hacer que esto fuera exitoso, por ellos, por su amor, por el mismo.

Ambos juntaron sus frentes y cerraron los ojos, cuando lo volvieron a abrir se miraron por unos segundos hasta que de los labios del chico mas bajo salió.

- Me gustas, Raptor -















































DIOS MIO, os juro que no recortaba casi nada de esto, tuve que re-leermelo para poder recordar, pero siento que por fin estamos avanzando.

JAJA espero actualiza y terminar este fic este año, ya han esperado mucho.

Palabras: 1665

Nos vemos, Gracias por esperar, os adoro con el corazón. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro