dieciséis

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16

     EL ROSTRO DE AMARA ME HABIA DEJADO HELADA. Había pocas veces en las que la había visto con tal seriedad, por lo que un nerviosismo se desató dentro de mi. Anakin volvió su vista hacia mí, como si se hubiera dado cuenta.

     —¿Qué has hecho ahora?—inquirió Anakin con curiosidad, pero luego su expresión se relajó. Parecía estar mitad burlándose y mitad preocupado. Mi boca se abrió, con confusión y sin saber qué responder. Noté además como subía el calor a mis mejillas y me giré un poco para que no lo viera.

     —¡No he hecho nada esta vez!

     —¿Entonces por qué Amara nos esta mirando así?—preguntó, luego dijo más bajo—. Tiene una cara como si quisiera asesinarnos.

     —No lo sé...eso iré a averiguar ahora. Nos vemos luego—me despedí de Anakin rápidamente, sin volver a mirarlo. El murmuró "buena suerte" y se dio la vuelta. Traté de tranquilizarme en el camino hasta que llegué donde estaba Amara.

     —Hola...¿qué sucede?—pregunté, sonriendo con inocencia. Al menos si había ocurrido algo, actuaría como si no supiera.

     —Debo hablarte de algo muy importante—comenzó a caminar y yo le seguí el ritmo—. El Maestro Yoda...—comenzó a decir. Sus ojos se clavaron en los míos—me ha contado unas cosas inquietantes sobre Anakin, y estoy preocupada por el tema.

     La miré sorprendida, sin comprender. ¿Algo le había ocurrido a Anakin en estos días y no me había enterado? No lo había notado diferente a como actúa siempre. Después de unos segundos, conseguí volver a hablar.

     —¿Qué cosas te ha dicho?

     —No puedo decírtelo—respondió ella, luego agregó al ver mi rostro de decepción—. El Maestro me ha pedido que no le dijera a nadie, solo debo pedirte que mantengas la distancia con Anakin, por el momento

     —Pero... ¿por qué no podría...?

     —Venus—me interrumpió ella, me detuve de golpe ante su seriedad al decir mi nombre—. Podrás verlo únicamente durante las reuniones y luego te irás por tu lado y él por el suyo. Esto no es una sugerencia. Es una orden, y no querrás poner al Consejo en tu contra.

     —Yo soy parte del Consejo—repliqué.

     —Dependerá de tus acciones si continuas en él.

     —Esto...no es para nada justo—conseguí decir—. Anakin es mi compañero, así como el resto de Jedi. Lo que haya hecho o no él, no me involucra a mí. Además, él creerá que yo no quiero hablarle o...

     —Obi-Wan hablará con él. Lo siento, pero ya entenderás que es lo mejor—habló ella. Me tomó de los hombros con suavidad—. Todo lo que hago es pensando en ti, y nunca haría algo para perjudicarte, Venus.

     —Pues lo estás haciendo.

* * *

     —¿Quiere que haga qué cosa?—preguntó con confusión Anakin a su maestro.

     Obi-Wan miró hacia ambos lados del pasillo, para confirmar que no viniera nadie por allí.

     —Necesito que mantengas distancia con Storm—habló Kenobi.

     —Su nombre es Venus—habló Anakin—. Y no entiendo a qué se debe que me pidas eso. Además, nos pusieron juntos en el Consejo.

     —Allí si puedes verla, pero no afuera. Solo será tu compañera dentro del Consejo, pero nada más.

     —¿Por qué?

     —Porque te lo estoy pidiendo, no necesito darte explicaciones, recuerda que sigo siendo tu maestro.

     —No me está pidiendo algo razonable, maestro—contestó Anakin—. Lo siento.

     Anakin iba a irse pero Obi-Wan le colocó una mano en el hombro para impedirlo.

     —Sé que si no te lo explico no entraras en razón, así que lo haré. El Consejo...—Obi-Wan se aclaró la voz—. El Consejo ha notado...una sensación extraña de ti hacía Venus.

     —¿De qué estás hablando?

     —Una especie de... atracción—dijo—. Por eso pensamos que sería lo mejor, que estuvieran separados durante un tiempo, al menos hasta confirmar que no sea nada.

     Anakin lo miró enojado.

     —No puedo creerlo—murmuró para sí mismo—. Usted, maestro...—dijo poniéndole un dedo sobre el pecho a su maestro—no es el más indicado para hablar de atracción.

     —¿De qué estás hablando?

      —Sabes muy bien de lo que hablo—habló Anakin—¿Vas a decirme que no hay nada entre Amara y tu?

     —Estás confundido, Anakin.

     —No, no lo estoy—respondió—. Confundido es lo único que no estoy, maestro. Sabes, hay algo que me parece curioso. Nadie parece notarlos, pero si algo me sucediera con Venus, algo estaría mal. No me parece muy justo.

     —Nada pasa entre Amara y yo—aclaró Kenobi—. Y si, si pasara, estaría mal. Así como si ocurriera entre ustedes. No están siendo acusados de nada, solo es una advertencia para que no suceda. ¿Te quedó claro, Anakin? No puedes tener apegos. No puedes tener nada que puedas tener miedo a perder.

     —Sí, Maestro, me quedó claro—contestó Skywalker. Luego agregó—. Igualmente, tiene que admitir que es difícil no sentirse atraído por una mujer como ella.

     Obi-Wan suspiró. Este chico iba a matarlo algún día.

     —Anakin...

     —Estoy bromeando, Maestro.

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