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     —NO TENEMOS RASTROS DE STORM—dijo con voz grave Mace Windu, mirando al joven Jedi Anakin Skywalker, que se encontraba en la enfermería. Había pasado toda la noche allí y ya era de día de nuevo. A su lado se encontraba Amara y Obi-Wan.

     —¿Por qué no fueron a buscarla cuando me encontraron?

     —Estabas en el suelo, desmayado, pero Grievous ya se había ido de Geonosis. No hemos encontrado su cuerpo, pero tampoco sabemos si la asesinó o si la tiene con vida.

     Anakin miró hacia un costado, para que Windu no viera su expresión.

     —Debería haber sido yo—fue lo único que dijo el joven—Tenía que haber dejado que me atraparan para que pudiera escapar.

     —Conozco a Venus desde los 10 años—interrumpió Amara—No iba a dejar que nadie se sacrificara por ella, pero ella lo haría por alguien más sin dudarlo.

     —Ella va a estar bien, la vamos a encontrar—le dijo Obi-Wan a Anakin, Amara y Windu se retiraron de la habitación. Anakin no emitió ninguna palabra—Deberías tratar de descansar.

     —Ya he descansado suficiente—murmuró el joven Jedi tratando de levantarse de la cama. Tenía los miembros entumecidos por no haberse movido en tantas horas.

     Apenas habían tocado el suelo sus pies cuando Obi-Wan lo tomó de los hombros para que se volviera a sentar.

     —Te conozco, Anakin—le dijo su Maestro—No quiero que hagas nada estúpido.

     —¿Cómo qué?—le preguntó .

     —Como tratar de ir a buscarla, con tus heridas todavía curándose. Entiendo que estés preocupada por ella, pero no ayudaras a ninguno de los dos si lo haces.

     —No planeaba hacerlo, de todas formas—dijo él, aunque Obi-Wan no le creyó— pero, ¿sabes qué es lo más gracioso de esto?—habló en voz alta, sonriéndole a su Maestro y mirando su sable, que se encontraba sobre una mesa—Me preocupa más la seguridad de Grievous que la de Venus.

* * *

     Anakin ya había salido de la enfermería después del mediodía. Caminaba por los pasillos, merodeando buscando a su Maestro, que no se encontraba donde estaba el Consejo.

    Se detuvo delante de Amara cuando la vio y le preguntó por Obi-Wan. Ella le contó que su Maestro había salido hacía una hora, en uno de los grupos que estaban buscando a Venus.

     —¿Por qué no me han avisado?

     —Hoy has salido de la enfermería, el Consejo ha decidido que no te asignarán a ninguna misión por ahora—Amara continuó caminando, por lo que Anakin tuvo que acelerar el paso.

     —Pero...

     —Anakin—habló la Maestra Blair, y él se calló—Si quieres ser de ayuda, trata de pensar donde pudieron haberla llevado. Cualquier detalle ayudará.

     —Si, Maestra, trataré de hacer memoria por si recuerdo algo.—respondió Skywalker, y tomó aire—¿Y si mañana estoy mejor podría salir?

     —Eso lo decidirá el Consejo—a Anakin se le formó una sonrisa triste—Oh, cariño. Vamos a encontrarla—dijo Amara, palmeando su hombro—Oye, Anakin...

     —¿Si?

     —Ten cuidado con tus sentimientos—le advirtió—Puede que el resto no se de cuenta, pero nosotros sí. Espero que ustedes hagan lo correcto.

     —No se de lo que estás hablando—dijo Anakin, sin mirarla a los ojos.— Gracias por su ayuda, Maestra.

     Amara sonrió mientras el joven Skywalker se iba.

     Anakin trató de recordar como le había dicho Amara, pero no logró encontrar nada que ayudara. Además, le dolía en parte pensar en lo ocurrido. Saber que ella se había sacrificado para que pudiera escapar y él no pudo hacer nada al respecto. Le debía su vida y no podía ayudarla, mientras el Consejo no lo autorice para salir.

     Durante un par de días, Anakin entrenó y recobró su fuerza casi por completo. Se dirigió hacia Obi-Wan la mañana siguiente, para tratar de persuadir al Consejo de su decisión.

     —Anakin—habló murmurando su Maestro—Sientes miedo por ella, y mientras así sea el Consejo no autorizará su salida del Templo. Tienes que entenderlo.

     —¿Cómo puedes juzgarme?—le espetó a Obi-Wan—¿Quieres saber porque nunca he tenido miedo antes? Porque nunca tuve nada que pudiera perder.

     —Anakin...

     —Déjame solo.

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