7

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

Tuve mucha pena cuando me acerque y le dije que tenía que comenzar mi horario de trabajo ¡Ah! Hant y sus tres días.

Hant:

Hola peque peque ;)
Vendrás hoy a trabajar ¿Cierto?

Apenas terminaba mi clase y ya tenía que ir a trabajar, le había prometido a Adrián que podría acompañarme luego de clases, pero si estaba trabajando se me iba a dificultar un poco más.

Llegué al centro comercial y me detuve justo en la puerta estaba sudado y no buscaba algún tipo de parálisis, estuve saltando delante de esta durante lo que seria, 15 segundo y entre corriendo. «Como me agarren por andar de apurado, te denunció» tampoco tenía dinero para una denuncia así que, eso no iba a suceder.

Cuando llegue estaba mucho más diferente de hace días atrás.

Music and Coffee

Era el nombre que ahora estaba en medio de los dos pisos, el girasol ya no estaba en la entrada, por dentro todo era de madera con mesas un puesto de dulces caseros y café. Había una maquina de discos en una esquina algo retro. Se había formado una gran fila en cuanto al café y demas.

Tenía planeado acercarme a Hant antes de que esté me localizara.

–¡Tom! –me saludo alegremente desde la caja–. ¡Tom, tienes que subir y atender arriba! ¡Aún no está abierto! –comence a asentir, un poco avergonzado teniendo en cuenta que las personas nos miraban de vez en cuando–. ¿Ok? ¡No te preocupes por mí! ¡Algunos primos me van a ayudar aquí abajo así que...

–Si, si, si. Te escuché –dije mientras subía rápidamente las escaleras en donde antes no habia alguna puerta.

Salon de música.

No se por qué eso me hizo sentir un poco nervioso, pero habían personas abajo, y no tenía tiempo para estar nervioso. Tomé la llave que había a un lado y entre.

A diferencia de unos días: habían luces led de un color morado estético, más sofás, estanterías, y un escenario algo pequeño en una esquina, allí donde estaba el piano y un micrófono, discos decorando las paredes con una estantería más con posters de diferentes bandas, solistas, etc.

Camine despacio por el lugar fijándome en varios de los instrumentos musicales del lugar, era, simplemente...

–Hermoso. –tome el gafete que colgaba de la pared y me lo puse en el cuello, guardé las llaves en mi bolsillo.

Acomode algunas cosas y abrí las puertas.

Y, en unos minutos comenzaron a entrar las personas curiosas y emocionadas. Algunos se acercaron para examinar desde la entrada y otros simplemente, fueron directos a las partes que más les llamaba la atención.

Tuve que hacer mi mayor esfuerzo para no perder la paciencia cuando cada persona, se acercaba a mi y no dejaba hablar a los demás, o preguntaba cosas sin sentido. Estuve casi media hora ayudando a algunas personas de secundaria a tocar la guitarra (aunque no sabía cómo hacerlo) me había fijado en un manual de internet.

Aunque, la mayor parte también fue un poco reconfortante, aún si me negaba a admitirlo. Ver personas sentarse y platicar sobre bandas o sus canciones favoritas, era algo que, de cierto modo, me daba felicidad. Tal vez por el hecho de que siempre quise compartir parte del tiempo con ese tipo de cosas. O bueno, si lo hice. Pero era un tema algo superado.

Hant subió buscándome entre la multitud y acercándose a mi con alegría.

–¡Tom! –corrio hasta estar a mi lado–. Jajaja ¡Hay demasiadas personas! –chillo de felicidad–. Papá se pondrá muy contento cuando le muestre todas las fotos, ven aquí, hay que tomarnos una.

–Tal vez luego –sonrió amablemente–. Hay muchas personas, cuando esté menos lleno, me tomaré la foto contigo ¿Vale?

–Claro, tengo que seguir atendiendo abajo. ¡Te veo luego!

A veces me preguntaba de dónde sacaba tanta energía ¿Sería así de positivo siempre?
Negué con una pequeña sonrisa entre labios, comenzando a barrer. Las personas eran silenciosas pero la mayoría también hacia mucho ruido, me causó curiosidad una pequeña niña al otro lado del salón, sentada en el asiento del piano.

Lucia nerviosa así que me acerque, inclinándose frente a ella con una pequeña sonrisa entre labios.

–¿Todo bien amiguita?

–¡Ah-ah, sí! Es solo que... ––miro el piano nerviosa, luego a mí, bajo la cabeza con timidez negando––... No sé muy bien cómo tocarlo...

–¿Quieres que te ayude? Te contaré un secreto, de pequeño viaje por todo el mundo tocando una de mis canciones favoritas, de piano ¿Quieres que te la enseñe?

–¡Sí!

Me senté a su lado dándole algunos consejos de estiramiento antes de ponernos en marcha. Ella en verdad parecía muy concentrada.

–Pon tus manos así, eso es, ahora sube los hombros pero no mucho. Eso. Ahora respira profundo –inhale y exhale con profundidad para que ella me imitará–, ¿ves esa tecla de allí? Tócala, luego la que está a su lado luego está de acá y así un par de veces.

La niña hizo lo que le pedí con algo de nerviosismo, me asegure de que inhalara y exhalara para calmarla.

Note la emoción en su mirada cuando comenzó a notar que las notas que tocaban tenían sentido. Aplaudió un par de veces hasta hacerlo seguido, sonreí mirando su felicidad.

Me preguntó si alguna vez me miraba así mientras tocaba el piano.

–¡Eres muy buena! Deberías tener clases de piano.

–¿Eso que crees?

–¡Por supuesto! Oye, seguiré trabajando aquí, invitame cuando seas famosa ¿Está bien?

–¡Lo prometo, muchas gracias...! –bajo la mirada hasta mi gafete, analizando mi nombre––. ¡Tomas!

–Asi me gusta, ahora me iré a trabajar, sigue así.

Había vuelto a atender a los clientes que preguntaban por algunos discos, pero mi mirada se centraba en la felicidad de aquella niña con el piano. Sobre todo en el piano. Sentí miedo de tocarlo de nuevo.

No pude sacarme el pensamiento de como seria volver a tocar una vez que todos se fueron, había estado mirando el suelo mientras barría, pensando.

–¿En qué tanto piensas Tom? –pregunto quitándose la gorra y dejándola a un lado.

–¿Tú crees que es posible enamorarse de un objeto? ––al ver la mirada de espanto de Hant, supe que no me había expresado bien–. ¡Me refiero a la música! ––suspire. 

–Deberias explicarte mejor –dejo escapar el aire retenido sentándose en el sofá–, todos nos enamoramos de lo que más nos apasiona. ¿A ti que te apasiona?

Me pregunté si sería correcto responder esa pregunta, el piano era lo que más me apasionaba, pero ¿De que servía de si había nada que contar a través de las teclas?

–Hant ¿Qué me cuentas de tu familia?

–Oh, bueno, mis padres viven juntos y felices en mi ciudad natal, mis primos estan abajo recogiendo y yo soy hijo único.

¿Eso era todo?

–¿Eso es todo? Pensé que tendrías un trasfondo oscuro y macabro.

Hant simplemente rió y me golpeó en el hombro antes de acariciar mi cabello.

–No todos tenemos un pasado horrible, ni duro. El pasado es pasado.

–Suenas taaaaan poético.

–¿Y que me cuentas tú de tu "amigo"? –frunci el ceño cuando en sus ojos se iluminaba una pequeña chispa.

–Se lo que piensas. Y no, no me gusta. Para tu desfortuna no soy gay, no me interesan los hombres.

–No necesariamente tienes que ser gay ¿Lo sabes? –enarco una ceja–. También te pueden gustar las mujeres. Se llama bisexualidad.

–Pues tampoco soy bisexual. Hant, no porque hablé siempre con un chico significa que me guste. –finalice.

Me dirigí a las mesas para limpiarlas a pesar de que estaban muy limpias. ¿¡Por qué siento que aún me está mirando!? Me moví a otra mesa y aún podía sentir su mirada... ¿¡NO SE RENDIRÁ HASTA QUE ADMITA QUE ME GUSTAN LOS SABLES DE LUZ, EH!?

–¡Me incomodas! –Hant corrió hasta el otro lado con una sonrisa entre labios, para ocultarse del trapo que le había tirado. Suspiré–. Sí me llegará a gustar un chico...

–Te gusta uno.

–Si me llegará a gustar uno... –continue–... Serás el primero en enterarte. Te lo prometo.

–Suena tentador, pero no gracias. Ya me daré cuenta yo.

¡Hijo de puta!

Tome el trapo una vez más y lo pegué tantas veces que mi mano se cansó, él solo reía y reía. Para tener 21 años aún se comportaba como un niño. Tengo 17 y ya pienso como un anciano ¡Genial! ¡Me converti en lo que siempre jure destruir! Soy un anciano de 80 años.

[***]

¡Si sigo pensando en eso jamás me concentraré!

Estúpido Hant y su habilidad para dejarme pensando. No me gusta Adrián. ¡Ni siquiera soy gay o bisexual! ¡O algo por el estilo! Y de serlo jamás me gustaría alguien como él. ¿Un chico animado tal vez? Adrián es muy reservado. Pero me cae bien.

Mire el techo con las luces colgantes. ¿Por qué una cafetería? Es muy cliché si me lo preguntan. Hant recibió una llamada y salió de la tienda, me dirigí con él porque quería comprar algo. Sople un poco hacia arriba quitando mechones de mi cabello, creo que lo cortaré pronto.

Una vez más me dirigí en una tienda de caramelos, escogí unos cuantos y los guarde en mi bolsillo. Uff, el dulce de café era lo mejor que había probado en mi vida.

Si tan solo Emma y Ben supieran de lo que se pierden al no probarlos, ambos son haters del café, unos completos ignorantes si me lo preguntan.

No he recibido mensajes de Adrián... No es que me afecte, simplemente pensé que diría algo por haberlo dejado plantado. Él es un poco extraño, no, no es extraño, solo es Adrián. Lo había conocido hace casi unas semanas y era un chico muy cerrado. ¡Tiene demasiado dinero! Siempre pensé que los niños riquillos eran más mimados (sin ofender).

Pero Adrián solo existe.

Y eso está bien, me agrada, me causa mucha curiosidad y quizás en el fondo es un chico cariñoso.

Hant se situó a mí lado, colgando el teléfono.

–Eran los chicos de la mercancía. Dicen que vendrán en una semana a traer lo que falta –tomo mi teléfono de mis manos para que tuviera la atención sobre él–, ¿esperas algun mensaje de tu amigo?

–Algo así –me encogí entre hombros restándole importancia ¿Qué si lo hacía?–. ¿Qué hay de tu padre?

Hant ladeo la cabeza, trataba de restarle importancia.

–Es un hombre ocupado, creo que no vera los mensajes que le envié en un buen tiempo.

–¿Y eso no te afecta? –Hant negó devolviéndome mi teléfono luego de examinar más a detalle el forro.

A mí me gustaría saber sobre la vida de mi padre ¿Saben? Tengo años sin verlo. Él y mi  madre no se quieren ver ni en pintura, no sé exactamente por qué se divorciaron, pero sé que aquella mujer lo quiere asesinar. Ben se niega a verlo, vivió más años a su lado que nosotros.

–¿Alguna vez has tocado el piano de arriba? –pregunte con algo de curiosidad–. Es muy lindo.

–Parece que a tí te parece más que lindo –sonrío–, nunca he tocado el piano, ¿y tú?

Asentí sin pensarlo dos veces.

–Lo amo.

–¿Qué tanto?

–Lo suficiente para aceptar este trabajo por él. –admití negándome a escuchar los quejidos de Hant.

–Estoy herido, Tom, te perdonaré si no dejas de trabajar aquí.

–Me agrada este lugar –confesé–. Así que puedes estar tranquilo, no me ire.

____________________________________________________________________________________________

Holiholita.

Tengo una razón justificable por la cual no esté actualizado: estuve muy concentrada en mi otro libro; Dos semanas y media. Con el cuál, me hizo tener un pequeño odio hacia Wattpad ya que no me hizo un desastre en cuanto a la separación de los capítulos, sobre todo en los párrafos.

Pero está bien, no hay problema, nada que no se pueda resolver.

Se me hizo muy extraño volver a la narración en primera persona ¡Tuve que borrar muchas cosas! ¿Desde cuándo no actualizo?

Acabo de ver ¡¡DESDE FEBRERO!! ¡Ya casi es fin de año! No puedo creer que me haya centrado tanto en un libro, y pensar que siento que aún hay muchas cosas que debo cambiar. Creo que esto es lo que pasa cuando tienes mucho amor hacia tu obra.

¿Les gustaría leerla? Está en mi perfil, pueden leer el borrador o el trabajo final (o los dos si quieren (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠))

Tengan en cuenta que sigo tendiendo que arreglar muchas cosas. En cuanto a este libro, me di cuenta que tengo muchos errores que corregir, pero es lo de menos. No estoy segura de actualizar muy seguido, pero haré lo que pueda.

¿Galleta 🍪?

Los amo, adiós.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro