12

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng

:・*Perdón*・:

Jimin se consideraba a sí mismo una persona con muchas habilidades, palabra que había logrado aprender con su psicóloga, sabiendo que significaba que podía hacer varias cosas.

Sabía que sus habilidades no debían ser desperdiciadas, por lo que, cuando llegó a casa después del día tan conflictivo y después de haber llorado en el hombro de sus padres como un bebé por lo sucedido, decidió que era momento de crear otro plan.

Un plan que no fuera repentino y no involucrara que Sungwon se metiera en problemas nuevamente.

―Mh, cariño ¿Podrías compartirme lo que estás planeando? ―dijo la madre mientras veía el cuaderno de su hijo, no logrando comprender mucho de lo que decía ahí, especialmente porque el menor había utilizado dibujos, ya que no sabía escribir oraciones.

Garabatos y dibujos de colores se encontraban por las páginas con rayas de color azul opaco, pero no lograba darles un significado.

―Es plan y los planes son secretos―dijo en medio de su concentración, comenzando a dibujar círculos de color naranja por toda la página.

―Pero me gustaría saber que no estás planeando el dañar a otro niño, Jiminie. Ya hablamos de que planes en donde niños sufran no es una buena idea, como lo que hicieron con tu nuevo amiguito―intentó hacerlo entrar en razón, especialmente porque Jimin le había contado todo lo sucedido, además de que el padre de Taehyung los había llamado para saber un poco más, ya que su hijo le había comentado de la pelea con Jimin.

―No mami, no voy a lastimar a nadie, solo necesito de mucho...mucho dinero―explicó brevemente, haciendo que los ojos de su madre se abrieran un poco más, sorprendida ante lo solicitado.

―O-Oh ¿Solamente eso? ―preguntó con gracia mientras soltaba una risita nerviosa―Pero para ayudarte necesito que me comentes qué tienes planeado hacer, no puedo darte dinero si no sé para qué lo usarás.

Jimin asintió, dejando el color naranja a un lado, dando por terminada su ilustración.

―Sí, pero quiero que papá escuche también, así que no puedo contar hasta que papi esté aquí.

La mujer suspiró y asintió, levantándose del sofá para poder encaminarse hasta la oficina de su pareja, ya que ella no tenía paciencia para los secretos y tenía muchas ganas de saber lo que su bebé había estado planeando por tantas horas.

Se asomó por la puerta, viendo al hombre ocupado en su computadora.

―Cariño ¿Estás ocupado? ―preguntó con voz suave, el hombre viéndola a través de sus lentes.

―Un poco ¿Por qué? ―le sonrió.

―Porque Jiminie nos quiere contar su plan y sinceramente, yo quiero saberlo―levantó las cejas, haciendo que el adulto comprendiera, comenzando a guardar los avances que había tenido en sus documentos.

―Yo también quiero saber, vamos.

Ambos adultos se presentaron a la sala y Jimin les pidió que se sentaran en el sofá largo, para que pudieran escucharlo correctamente.

Se colocó frente a los adultos con su cuaderno entre sus manos, para que pudieran ver sus dibujos, los cuales eran un poco inexactos, hasta que Jimin se movió a la primera página que había utilizado ese día.

―Voy a enseñar mi plan―comenzó Jimin, viendo al frente―Mis dibujos son muy buenos, pero debo explicar.

Ambos padres soltaron una pequeña risa ante el comentario, contentos con que Jimin se halagara a sí mismo de esa forma.

―Yoonie hyungie está triste conmigo porque fui malo y me alejé, por eso hubo pelea, aunque Yoongi hyung no peleó porque él es muy lindo―comenzó, señalando el primer dibujo, el cual era más claro―Somos hyungie y yo.

Dos círculos de color durazno se encontraban en medio de la página, uno rubio y otro con cabello negro, siendo ellos claramente.

―Hyung tiene una lágrima porque estaba triste―señaló la mencionada.

―Ay, cariño―suspiró la mujer.

―Entonces, el plan es hacer que la tristeza se vaya y que haya una sonrisa, entonces hice las caritas de nuevo, pero con hyung feliz, porque eso es lo que quiero―señaló el otro dibujo, haciendo que los adultos sonrieran enternecidos―Pero necesito dinero, unos millones de wones, creo.

El hombre comenzó a toser cuando escuchó la cantidad que Jimin dijo, claramente él no teniendo ni idea de lo que era realmente el dinero, pero no dejó de sorprenderlos igualmente el monto.

― ¿M-Millones? ¿Y qué quieres comprar? ―soltó una risa la madre, comenzando a dar palmadas en la espalda contraria, pero manteniendo su vista sobre Jimin.

―Es que vamos a preparar muchas cosas y necesito millones de madilinas, muchas―explicó, pasando a la página en donde había dibujado muchos círculos naranjas―Quiero darle regalos de madilina a hyung, pero no solo madilina fruta, sino como postre.

El siguiente dibujo eran un pastel.

―Pastel de madilina, jugo de madilina, dulce de madilina―nombró, claramente no había dibujado todo, pero sí algunos―Waffles de madilina y cosas ricas con madilina, para darle en disculpas.

La página pasó y unos pequeños Yoongi y Jimin se encontraban nuevamente en la página, sonriendo en grande.

―Y después somos felices y mejores amigos de madilinas de nuevo.

Ahí terminó su plan, por lo que cerró su cuaderno y lo dejó sobre la mesita del centro, viendo a sus padres con esperanza.

―Yo ayudaré con cocina, puedo quitar la cáscara de la madilina―ofreció, porque realmente él no tenía muchos talentos en la cocina, además de que era peligroso.

Ambos adultos se vieron entre ellos con algo de duda, no pensaban que fuera una mala idea o algo similar, pero sí era algo demasiado elaborado como para que Jimin pidiera disculpas a otro niño.

― ¿No crees que sería mejor hablar con Yoongi y después darle un postre que le guste? Creo que será un poco difícil hacer un postre diferente al día, cariño―dijo la madre con una sonrisa pequeña, nerviosa ante las ideas de Jimin.

―Es que así me va a perdonar mucho, porque son muchos regalos―explicó, siendo una lógica comprensible.

―Estoy seguro de que Yoongi te perdonará aunque no le des regalos o que solo le des uno, pero recuerda que hablar es importante y debes decirle a Yoongi que lamentas el haberlo dejado de lado.

Jimin suspiró, porque sabía lo importante que era el hablar, pero le daba algo de pena el hablar con Yoongi cuando estaba así, porque sabía que se pondría a llorar si Yoongi no lo perdonaba.

―Podemos hacer el postre que quieres, pero solo uno ¿Sí? Y que otro día venga a casa a comer y le damos otros ¿Te parece bien? ―preguntó la madre, no queriendo que su niño se sintiera mal, pero también buscando un plan un poco más realista.

Jimin lo pensó, creía que era una buena idea.

―También tengo que pedir perdón a los otros amigos, pero primero Yoongi.

Los padres asintieron orgullosos.

―Y tenemos que darle una bolsa con dulces a TaeTae.

Jimin se sentía más decidido, por lo que al día siguiente por la mañana, tomó su lonchera, la cual llevaba también el postre que le habían hecho a Yoongi y respiró hondo para poder comenzar su plan de disculpas, sabiendo que llegaría temprano y Yoongi también, por lo que había tiempo para hablar.

No habían hablado el día anterior por la noche, los padres del rubio llamaron al padre de Yoongi, pero este confesó con una mueca que Yoongi no quería tomar la llamada, por lo que claramente él no iba a obligarlo a hacerlo, por lo que Jimin tuvo que quedarse sin llamada ese día.

Se había sentido triste, pero entendió que había sido por haberlo dejado de lado.

Cuando llegó al jardín, se encaminó rápidamente hasta su salón, teniendo cuidado de no caerse, porque no quería que el postre de Yoongi se echara a perder por su torpeza.

Al llegar al salón, pudo ver que había algunos niños, entre ellos Yoongi.

― ¡Hyung! ―chilló en alto y contento, haciendo que todos los presentes lo vieran, algunos molestos por haber sido asustados con el chillido agudo.

Yoongi levantó la vista al escuchar a Jimin, incluso mirando hacia atrás, para saber si le estaba hablando a él realmente.

―Hola, Jimin―lo saludó de vuelta, haciendo que el rubio suspirara, al escuchar su nombre normal y no su apodo.

―Te traje un regalo, uno que hicimos con mi mami―dijo rápidamente, cambiando totalmente sus planes, ya que primeramente habían planeado que se lo diera después de las disculpas―Espero que te guste.

Jimin dejó caer su mochila al suelo y colocó su lonchera sobre la mesa, abriéndola para poder colocar el postre frente a Yoongi, quien lo vio con sorpresa.

―Mh, no tienes que darme regalos―dijo Yoongi mientras tragaba, demasiado antojado por el postre que se había colocado frente a él.

―Sí es necesario, porque quiero hablar―aclaró mientras cerraba su lonchera nuevamente, dejándola en el suelo para poder sentarse junto a Yoongi― ¿Puedes escucharme?

Yoongi suspiró y asintió, porque tampoco iba a escapar de Jimin siempre.

―Sí.

Jimin asintió, preparándose para lo que había practicado.

―Yo quiero decir lo siento, yo no quiero ser un mal amigo, yo quiero ser bueno y que siempre seamos amigos de madilinas―comenzó a hablar, manteniendo su vista sobre sus propias manos, apenado―Yo fui malo y no hablé con Yoonie hyung, pero era porque me distraigo y el tiempo se acaba y ya no podemos hablar.

Yoongi asintió, serio.

―Quiero que tengamos llamadas para buenas noches de nuevo, quiero que seamos muy amigos de madilinas de nuevo y quiero que me hables y me llames Jiminie, no Jimin―apretó los labios, sus ojos llenándose ligeramente de lágrimas, para después ver a Yoongi―Y quiero...

En ese momento, sus ojos se colocaron sobre las manos de Yoongi, las cuales estaban sobre la mesa. Pero lo que más le llamó la atención, no fueron las manos como tal, sino lo que no había en la muñeca de Yoongi.

― ¿Dónde está la pulsera? ―preguntó, dejando totalmente de lado la continuidad de su discurso.

Yoongi movió las manos, nervioso.

―En casa, está en mi casa―miró su muñeca al contestar, la cual se encontraba claramente desnuda.

Jimin sintió las lágrimas volver a acumularse en sus ojos, apretando los labios.

― ¡Ya no me quieres tú! ―chilló indignado, señalando a Yoongi con su dedo índice, haciendo que el pálido se asustara ante el chillido― ¡Prometimos no quitarla!

Yoongi se alertó ante aquellas palabras, dejando la pasividad que había tenido desde un inicio.

― ¡No me grites! ―exigió en medio de un grito, perturbado.

Jimin jadeó sorprendido, pero se mantuvo en silencio.

―Papá la lavó porque ayer me sentía mal y vomité―explicó―Por eso no quise tener la llamada, porque tenía miedo de vomitar mientras nos veíamos por el celular.

Aquello hizo que Jimin se sorprendiera, porque no pensó que había sido por eso, sino porque ya no quería escucharlo o porque ya no quería verlo.

Yoongi suspiró y comenzó a bajarse de la silla, haciendo que Jimin se asustara, pensando que se iría a otro lado o saldría del salón.

―Hyung...

Yoongi se encaminó hasta el escritorio de la maestra y tomó la caja de toallas de papel, sacando algunas para poder regresar a la mesa, solamente que no sentándose sobre su silla, sino que quedando parado al lado de Jimin, quien lo veía con atención.

―No llores, porque te salen moquitos―explicó mientras tomaba una de las toallas de papel, para comenzar a limpiar el rostro de Jimin―Yo te quiero mucho y te perdono, siempre eres mi amigo de madilinas, no importa que tengas más amigos.

Jimin suspiró ante eso, una sonrisa colocándose sobre su rostro de forma inevitable.

―Pero tu amigo es malo, hizo que Tae llorara y nadie puede hacer llorar a Tae―se quejó, porque claramente Taehyung había sido su mayor punto de apoyo en aquellos días, por lo que fue inevitable para él encariñarse mucho más con él―Así que tu amigo no me gusta por eso, a nadie de nosotros los que somos amigos.

―Es que quería ayudarme a que la maestra dos no me viera entrar al salón para hablar...contigo―tuvo que tomar una pequeña pausa cuando la toalla de papel pasó por sus labios―No es malo.

―No importa, sigue siendo malo―le restó importancia, terminando con su tarea de limpiar el rostro de Jimin.

Yoongi dejó lo utilizado sobre la mesa, para después sentarse nuevamente.

Jimin se sentía tranquilo al saber que Yoongi lo había perdonado, pero aún no estaba del todo seguro de si seguían siendo mejores amigos de mandarinas o si las cosas eran diferentes, no le había quedado muy claro, por lo que necesitaba explicaciones.

― ¿Entonces somos amigos de nuevo? ―indagó, haciendo que Yoongi asintiera con una sonrisa.

―Siempre seremos amigos de madilinas, Jiminie. Eres mi persona favorita―aquello hizo que la sonrisa de Jimin se extendiera por completo en su rostro, agitándose sobre la silla mientras se bajaba de la silla, para poder corretear hasta el puesto de Yoongi y abrazarlo.

― ¡Tú eres mi persona favorita también, el mejor! ―chilló nuevamente, pero en ese momento de felicidad, manteniendo el abrazo alrededor del cuerpo del pálido, quien correspondió el gesto con gusto―Taehyung no es tu persona favorita ¿Verdad?

Se separó con los labios apretados, viendo a Yoongi atentamente.

―Uh, no. Taehyung es la persona favorita de Jungkook. Me dijeron que arañó a tu amigo malo y le tiró del cabello, claro que es su persona favorita y solo de él―aclaró, haciendo que el rubio sonriera nuevamente, contento con la respuesta.

― ¡Bien! Ahora a comer postre porque después del perdón va postre.

Yoongi se sentía contento, mucho más feliz de lo que había estado en toda la semana, por lo que incluso llegó a aceptar que Jimin le diera de comer como a un bebé. Se sentía muy feliz de que su amigo le haya pedido disculpas, porque no solía escucharlas a menudo cuando lo hacían sentir mal.

Halagó lo delicioso que estaba el postre helado de mandarinas y Jimin le prometió que le llevaría otro trozo al día siguiente, para que pudiera comerlo nuevamente.

―Jin hyung me dijo que pelearon y que ya no son amigos―habló Yoongi al terminar de comer, Jimin encargándose de guardar lo utilizado en su lonchera.

―Ellos no quieren ser mis amigos, entonces yo tampoco―dijo con orgullo, desviando la mirada.

―Puedes pedir perdón también, ellos quieren ser tu amigo―intentó convencerlo Yoongi, sabiendo que ellos eran muy buenos amigos desde antes que él llegara al jardín―Y deben pedir perdón a Tae.

Yoongi seguía resentido por el incidente del dulce.

―Pero ellos dirán que no, no me van a perdonar―hizo un pequeño puchero, haciendo que Yoongi sonriera sin poder evitarlo.

―Sí van a perdonar, verás que sí.

Por lo que, a pesar de que aquello no estuvo en el plan inicial de Jimin, se dispusieron a buscar el perdón de los cinco chicos.

Yoongi le había dicho que, lo mejor, era el disculparse con ellos por separado, porque si lo hacían de forma grupal iba a ser malo y no iban a ganar el perdón como querían.

Por lo que idearon un plan en la clase de artes y la llevaron a cabo cuando inició el recreo.

Sungwon había llegado un poco tarde al salón y cuando llegó, Jimin lo saludó a la distancia, por lo que al llegar el recreo, tomó la mano de Yoongi para poder ir con él.

―Jimin, creo que el plan funcionó―admiró Sungwon con una sonrisa, algunos arañazos leves manteniéndose en su frente.

― ¡Sí! Perdón por lo que pasó, espero que tus papás no se enojaran contigo―hizo una pequeña mueca, Yoongi manteniéndose serio.

―Regañaron, pero estoy feliz―asintió con seguridad, pero sintiéndose asustado por la mirada de Yoongi―Los ojos del niño me asustan.

Jimin vio a Yoongi, quien tenía el ceño fruncido y los ojos entrecerrados, viéndose realmente intimidante.

Jimin sintió envidia por un momento, porque él quería verse así de intimidante a veces.

―Hyungie, no mires así a Sungwon, se va a hacer pipí.

El pelinegro menor se avergonzó al escuchar aquello.

―Tienes que pedir perdón a Tae y darle un dulce, porque lo hiciste llorar―lo señaló con el dedo índice, haciendo que el contrario se asustara más―Malvado.

― ¡No es malvado, es bueno! ―lo regañó Jimin.

― ¡Discúlpate!

Por lo que, después de esa casi amenaza, Sungwon se agregó al grupo de las disculpas.

Primero pasaron por Taehyung, porque querían aprovechar que Jungkook estaba en el baño y no podía meterse en la conversación.

El castaño los vio con algo de desconfianza, pero Yoongi le garantizó que no pasaría nada malo, por lo que estuvo dispuesto a escuchar.

―Perdón por haber roto tu caramelo, te traje unos―dijo Sungwon mientras le tendía una bolsa con varios dulces, haciendo que los ojos del castaño se iluminaran, emocionado―No quería ser malo, solo quería ayudar a Jiminie.

Taehyung levantó una ceja, colocando sus manos sobre su cintura.

― ¿De qué sabor son los dulces?

―Hay de varios sabores, fresa, mango y otros―explicó, mostrándole la bolsa.

―Bien, te perdono―aceptó al escuchar los sabores, tomando la bolsa y admirando los caramelos que se encontraban dentro, sacando ligeramente su lengua de entre los labios― ¿Ya puedo ir a jugar?

―No, yo también quiero pedir perdón―dijo Jimin rápidamente, haciendo que el castaño se interesara, viéndolo ahora con ambas cejas alzadas.

―Ajá.

―Perdón por no hablar, eres mi mejor amigo y te quiero, no quiero que te enojes, porque eres mi amigo―se disculpó sinceramente.

Taehyung sonrió en grande y soltó una risotada, dejando de lado su mueca seria.

― ¡Claro que perdono a Jiminie!

Taehyung se lanzó sobre el rubio en un abrazo, haciendo que Jimin se carcajeara en alto, correspondiendo el gesto.

Todo iba bien, hasta que Jungkook salió del baño y vio a Sungwon cerca de Taehyung.

― ¡Aléjate de Taehyungie! ―gritó mientras comenzaba a correr, haciendo que Sungwon gritara del miedo y comenzara a correr, escapando del furioso Jungkook.

Debido al acontecimiento, el siguiente en la lista fue Jungkook.

―Perdón por ser mal amigo, también eres de mis mejores amigos―dijo Jimin, manteniendo la mano de Yoongi entre la suya y a Sungwon escondido detrás de su cuerpo, aunque él era más pequeño en estatura.

―Sí, no importa, yo no estaba enojado contigo, Jiminie―se encogió de hombros, manteniéndose al lado de Taehyung.

― ¿Entonces por qué dijiste que ya no eras mi amigo? ―preguntó confundido el rubio.

―Porque es divertido pelear―confesó en medio de una carcajada, la cual se eliminó cuando sus redondos ojos se enfocaron en Sungwon―Pero tú no puedes pelear con Taehyung.

El amenazado negó rápidamente con la cabeza.

El siguiente fue Hoseok, quien estaba demasiado enfocado en pintarse las uñas con un plumón de color rojo, que se asustó cuando Yoongi y Jimin se acercaron a él, ya que finalmente Sungwon se había quedado en los columpios, al haber cumplido con su misión.

―Qué bonitas tus uñas, Hobi―halagó Yoongi, haciendo que el mencionado sonriera en grande.

― ¡Gracias!

―Perdón por ser malo―dijo rápidamente Jimin, haciendo que la mirada de Hoseok se enfocara en él―Yo quiero que seas mi amigo y que nos pintemos las uñas con el plumón juntos.

Hoseok inclinó su cabeza ligeramente.

―Te perdono si me dejas darte un beso en la mejilla―ofreció, haciendo que Jimin asintiera sin pensarlo.

― ¡No! Besos no―se quejó Yoongi, poniéndose serio―No.

Hoseok se rio en alto, encogiéndose de hombros.

―Te perdono, Jiminie. Somos mejores amigos de nuevo.

El siguiente fue Jin, quien se encontraba atándole los cordones a Namjoon, por lo que los tomaron juntos.

― ¿Namjoon no puede atarse los cordones solo? ―preguntó Yoongi confundido.

―No, no sé―confesó sin pena el mencionado―Una vez lo intenté, pero quedó un nudo muy grande y mamá tuvo que cortar el cordón.

Yoongi se rio de eso, pensando en que era gracioso.

―Quiero pedir perdón y que seamos amigos de nuevo, porque son de mis mejores amigos y quiero que sean mis mejores amigos―intervino Jimin, haciendo que la vista de ambos se colocara sobre él.

―Solo pides perdón porque Yoongi te dijo que pidieras perdón―levantó las cejas Jin, para terminar de atar las agujetas.

―No, yo quería pedir perdón hoy, porque quiero que seamos amigos todos de nuevo―se quejó, siendo sincero.

Jin se mantuvo serio por algunos segundos, retando indirectamente a que Jimin no le quitara la mirada, quien aceptó el reto con las manos temblorosas.

―Uh ¿Ya terminaron? El recreo va a terminar―se quejó Namjoon, por lo que Jin separó su mirada de Jimin.

―Te perdono, pero si eres malo de nuevo, me enojaré por muchos años―advirtió, haciendo que Jimin se aliviara, sonriendo en grande.

― ¡Todos somos amigos de nuevo! ―celebró Jimin en alto, sintiéndose muy contento.

Ese día pudieron recuperar las amistades que habían perdido y al mismo tiempo, Sungwon había logrado encontrar más amigos en los columpios, por lo que ya no estaría solo todo el tiempo y Jimin podía estar con sus demás amigos.

Las llamadas nocturnas regresaron y era notable el cambio emocional en los niños, los cuales se encontraban mucho más contentos y portando felizmente sus pulseras de amor.

mxyoongx

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro