TANIT

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Miro tus ojos y tú los míos. Te veo tan chiquitita, envuelta en mil mantas sobre mis brazos. Te acaricio la carita y tú sonríes ligeramente.

—Tanit —digo, pero enseguida me siento una tonta porque sé que no me escuchas.

Los ojos se me humedecen y los cierro. Te doy un beso en la frente y una lágrima rueda por mi mejilla. Al verla sacas una manita de entre las mantas y me la quitas. Yo sonrío y tú también.

Miro alrededor y me doy cuenta, por primera vez, de que nada está pensado para las personas como tú. Pero ni en esta casa, ni en la calle, ni en la sociedad en general. Todo funciona con sonido (o por lo menos todo lo involucra): la televisión, la música, la radio, el claxon de los coches, la voz anunciante de las paradas de transporte público, las películas...todo funciona con sonido, incluso los aparatos que nunca lo dirías, como la lavadora, el microondas o el lavavajillas. Y tú nunca escucharás nada de eso.

De repente entra papá en el comedor, diciendo:

—Elena, ya he podido inscribir a los dos en el curso de lengua de...¿qué te pasa?

Acto seguido se acerca y se sienta conmigo.

—El mundo no está pensado para alguien como ella —aporto —todo funciona con sonido.

—Y además ha nacido en el peor momento —contesta él, mirándote —ahora los sordos están totalmente aislados...estamos en plena pandemia y la gente lleva mascarillas opacas. FFP2 o quirúrgicas, da igual. Con ninguna se nos ve la boca.

Entonces te estrecho más contra mi. Pienso en lo que acaba de decir papá. Visualizo una escena en la que aparece mucha gente en la calle, con las bocas cubiertas mientras hablan entre ellos, riendo, pasándolo bien. Y tú ahí en medio de más mayor, sola, tratando de unirte a cualquier conversación pero sin poder hacerlo debido a las mascarillas que llevan los demás. Es injusto.

Tengo clara una cosa. Respiro y luego pronuncio, mirando a papá:

—Javier, Tanit lo tendrá complicado siendo sorda. No todos la incluirán, tendremos que ayudarla mucho más, sobretodo al principio. Ya sabes, para relacionarse con los otros niños y todo...pero estaremos ahí para ella siempre. Hasta el fin de nuestros días.

—Totalmente —contesta él —y también la ayudaremos cuando llegue el momento, a que ella pueda salir del nido, vivir sola y saber gestionarlo todo con su condición.

—Sí —contesto yo y, mirándolo, añado —vas a ser un muy buen padre.

—Y tú vas a ser la mejor madre del mundo —me contesta él.

Yo sonrío ligeramente y vuelvo a mirarte. Tus ojitos son tiernos, adorables, y transmiten toda la alegría que sientes de estar aquí con nosotros.

Te mostraremos el mundo, Tanit. La vida, los colores, las voces, las melodías...te mostraremos el sonido a través de la vibración y te enseñaremos a sentir cada una de las emociones que nos provoca. Te enseñaremos a percibirlo todo a través del tacto, el olfato, la vista y el gusto...una simple mascarilla no impedirá que tú seas feliz.

Te queremos, Tanit, nunca lo dudes. Y ahora sonríe pequeña, porque vas a comerte el mundo.

Lucía Collado Tomás

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¡Hola! Sé que hace mucho que no publico nada, pero ¡aquí estoy! ¡Sigo viva!

¿Cómo estáis? ¿Cómo os ha ido todo este tiempo? A mí bien...he acabado el bachillerato, he entrado en el módulo que quiero...muy bien la verdad.

Hoy como podéis ver os he traído aquí no la continuación de Aquella velada en el Támesis, la cual por cierto está bastante más avanzada de lo que tengo aquí publicado...sino un relato social que escribí hace unos meses por el cual gané el segundo premio de la categoría de relatos sociales del concurso para jóvenes de literatura 2022 de la asociación Tintablava, asociación de escritores de El Prat de Llobregat, Barcelona.

La verdad la gala fue muy bonita, hubieron 109 participantes en todo el concurso (todos residentes de El Prat o escolarizados allí, como es mi caso) pero en la gala solo estuvimos los miembros de la asociación, los ganadores de los tres premios de cada categoría (Microrelatos, poesía y relatos sociales) y público ajeno (familias de los participantes, amigos, profes...). Fue muy bonito. Fueron por categorías y nos hicieron ir de uno en uno a leer nuestros relatos antes de recibir el premio.

Y, ¿qué deciros de Tanit? Pues sinceramente estoy muy orgullosa de este relato. Sé que suena egocéntrico, pero es que es verdad. Pese a ser un personaje, Tanit es mi niña. Es un personaje que muestra la realidad social de muchísimas personas en el mundo, y es por eso por lo que la amo tanto y por lo que sentí la necesidad de escribir este relato. Espero que os haya gustado tanto como me gusta a mí.

También os invito a leer el material de los otros ganadores, son muy buenos:

Menyspreu ("Menosprecio") microrrelato de Ahinoa Ramos Navas, de 16 años, sobre el menosprecio sin razón aparente. Primer premio en la categoría de microrrelatos.

Actúa normal, microrrelato de Claudia Galán Márquez, de 16 años, sobre el pánico a hablar en público. Segundo premio en la categoría de microrrelatos.

Frontera, de Jana Vera Miguel, de 16 años, microrrelato que habla sobre la muerte por ahogamiento. Tercer premio en la categoría de microrrelatos.

Mención a Locus amoenus, microrrelato de Carla Gómez Túnez, de 17 años, sobre los sentimientos que produce una escena natural tan bonita como es una puesta de sol.

Epístoles a Pompeia ("Espístolas en Pompeya"), poema de Marc Toro Vega, de 17 años, que habla sobre las últimas palabras y los últimos sentimientos de un habitante de Pompeya hacia otro antes de que ambos sean engullidos por el famoso volcán. Primer premio de la categoría de poemas.

Groc i blau ("Amarillo y azul") poema de Claudia Galán Márquez (autora de Actúa normal), sobre los sentimientos de cariño, amor y ternura de un nieto hacia su abuelo. Segundo premio de la categoría de poemas.

Tu nombre, de Mª Ángeles López García, de 15 años, sobre los sentimientos de amor por una persona.

Un día qualsevol ("Un día cualquiera"), relato de Martina Romero Morillo, de 16 años, sobre la violencia de género y la inseguridad de las chicas en la calle. Primer premio de la categoría de relatos sociales.

El segundo premio de relatos sociales es el mío, Tanit.

Y el último, Metamorfosis, de Claudia Tierra Hickey, de 14 años. Relato que habla sobre como nos cambia la perspectiva de ver el mundo después de vivir una guerra. Tercer premio en la categoría de relatos sociales.

Estos son todos, los pueden leer en la página de facebook @tintablava o en la web www.tintablava.blogspot.com os gustarán mucho!

Próximamente publicaré otro relato mío llamado Simplemente...paz, por el que también gané otro premio. ¡Qué paséis un buen día!

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