CAPÍTULO 8: CITA (PARTE 2).

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Disfrútenlo muchas gracias!!.

Continuamos en dónde nos quedamos, y ahora nos vamos a ver a Lincoln y a Maggie los cuales habían llegado a la biblioteca después de haber caminado algunos minutos, mientras estos dos eran seguidos por dos chicos muy de cerca, y una vez que estos dos ingresaron a las biblioteca, los dos jóvenes se quedaron afuera ocultos en los arbustos.

-¿Y por qué rayos una chica como Maggie entraría a la biblioteca?. No lo entiendo, no lo entiendo para nada -se preguntaba está chica con binoculares.

-¿De dónde rayos sacaste esos binoculares, Katty? -preguntó nuestro amigo Dj mirando los binoculares que Katty cargaba.

-No es momento de hacer preguntas tontas Dj, nuestra prioridad es tratar de averiguar por qué Maggie y ese chico ingresaron a la biblioteca -dijo está chica guardándose sus binoculares.

-¡No lo sé Katty! Por favor, ¿Ya me puedo ir a mi casa?, Quiero jugar Free Fire -dijo este chico con una cara triste.

-¿Ese juego de niños rata que te come las neuronas?. ¡Por favor Dj! Esto es mejor que ese estúpido juego, es más divertido espiar a una persona que jugar -dijo está chica con una sonrisa algo malvada.

-Katty espiar a una persona es ilegal. Eso es un delito y yo no quiero ir a la cárcel, aún soy muy jóven, primero debo llegar a heroico antes de ir a prisión -mencionó este chico levantándose.

-¿A dónde vas? -preguntó Katty.

-Pues a mi casa, no tengo tiempo para hacer estas tonterías, yo me largo -dijo Dj con la intención de irse, actuando como todo un hombre, sin embargo.

En ese momento Dj se dió la vuelta con la intención de irse pero es detenido por Katty, que lo tomó por el cuello de la camisa, y lo sentó a la fuerza en el suelo, y con una mirada asesina y voz siniestra le dice...

-¡Tú te quedas aquí! O si no tendré que publicar esa foto tuya con la cara de la chica que te guste pegada en un osito de peluche, ¿Entendiste pedazo de friki? -preguntó muy enojada la chica abusiva.

-S-Si Katty, sí lo que tú digas, pero no hagas eso por favor -suplicó este chico prácticamente con miedo al ver los ojos de Katty.

-Está bien, ahora tendremos que esperar a que esos dos salgan de la biblioteca -dijo Katty volviéndose a sentar detrás de los arbustos para esperar a que Maggie y Lincoln salgan).

Y así estos dos quedaron afuera de la biblioteca esperando que nuestros protagonistas salgan para comenzar a seguirlos otra vez. Ahora nos vamos a ver a Maggie y a Lincoln los cuales están adentro de la biblioteca, puesto que Maggie quería ver si el libro que ella quería leer ya había llegado o no. Mientras el albino sigue dando vueltas por toda la biblioteca mirando con asombro la cantidad de libros que tenían ahí adentro, Maggie se acercó a la señorita encargada de la biblioteca y le pregunta.

-Hola buenos días, disculpe, ¿El libro mil días de sueño oscuro no ha llegado aún? -preguntó Maggie.

-No jovencita, lastimosamente ese libro aún no lo tenemos, lo siento, creo que tendrás que esperar unos días más -dijo la señorita bibliotecaria.

-Rayos -suspiró-, está bien, aunque he esperado algunos días y me sorprende que no haya llegado todavía ese libro, de todos modos muchas gracias.

Así Maggie se alejó de la ella y caminó hasta donde estaba el albino para decirle...

-Es una lastima, el libro que quiero leer aún no ha llegado aquí. Tendré que esperar unos días más hasta que lo tengan -mencionó Maggie.

-¿Y cuál es ese libro que quieres leer? -preguntó Lincoln.

-Es de mi autora y poetisa favorita pero, no ha llegado todavía, ese libro contiene los nuevos poemas que ella ha escrito y que quiero leer completamente -explicó la jóven pelinegra.

-¿Pero por qué no los buscas por internet?, Creo que sería algo más sencillo leerlo por internet, existen páginas que suben los libros, eso sería mejor que esperar a que llegue el libro que tú quieres leer.

-Podrías hacer eso, aunque si lo hago siento que pierdo un poco la emoción de leer un libro nuevo, ya te dije me gusta la literatura y la poesía -dijo Maggie colocando sus manos por detrás de su cintura.

-Ok, como tú gustes, aunque sigo pensando que mejor sería.... ¡¿Qué es eso?! -preguntó Lincoln de la nada, señalando un libro que tenía la biblioteca.

-¿He? -no entendió Maggie la actitud del peliblanco.

Lincoln en ese momento se acercó a un libro que el conocía a la perfección, un libro que él había leído años atrás y que le traía muchos recuerdos del pasado...

-Wow, es increíble que aún tengan este libro, recuerdo que me encantaba leer este libro por las tardes, y es una sorpresa que resulte ser el mismo -dijo Lincoln mirando el libro por todas partes recordando las cosas que había hecho con el en el pasado.

-No sabía que te gustaba leer Lincoln, me dijiste que no leías mucho -comentó Maggie, mirando como el albino sostenía el libro en sus manos.

-Bueno, me gusta leer más cómics que estás cosas, pero este libro era especial ya que fue uno de los primeros que tuve... -comentó el albino con una sutil sonrisa.

Lincoln en ese momento comenzó a olfatear el libro únicamente para decir lo siguiente...

-¿Hueles eso?....-olfatea de nuevo-, ¡Huele a historia! -dijo el albino claramente haciendo una referencia sobre eso.

-Hum, bueno eso me causó un poco de gracia, pero deja las referencias a un lado y mejor salgamos de aquí, ¿No vamos a tener nuestra cita en una biblioteca, verdad?.

-Claro, tienes razón, vámonos.

Así el albino dejó el libro en su lugar y junto con Maggie salieron de la biblioteca con rumbo a otro lugar. Una vez que estos dos salieron los dos chicos que los estaban esperando afuera comenzaron a seguirlos nuevamente con la esperanza de saber que estaban tramando.

-Muy bien Maggie, ¿A dónde te gustaría ir??

-Ya te dije que no tengo idea, es la primera vez que tengo una cita, no sé... ¿Caminamos por ahí?. Vamos al parque si gustas.

-Vamos al parque entonces, yo te llevo a dónde tú querías ir Maggie. Créeme es un honor salir con una chica como tú.

-¿Con una chica como yo? -preguntó Maggie.

-Sí,con una chica linda como tú -dijo el albino colocando sus manos en sus bolsillos, con un pequeño sonrojo, todo fachero.

-Ha, yo... supongo que gracias, por ese cumplido, muy bien continuemos Lincoln -dijo Maggie, cada vez más su corazón latía con fuerza cuando el peliblanco le decía esas cosas.

Así estos dos se decidieron caminar por ahí hasta llegar al parque más grande de todo Royal Woods, el parque central, y ahí empezaron a caminar por todo los alrededores de este mismo. Con su recorrido por el parque, en una ocasión las manos de estos dos se tocaron levemente como si estuvieran agarrados de las manos siendo una pareja, una escena tan cliché pero linda al fin y al cabo. Al pasar eso, estos dos cruzaron miradas, para después desviarla en plan: me dió vergüenza. Mientras caminaban, Maggie miraba de momento al albino y mientras lo hacía no podía evitar pensar.

-¿Entonces estoy sintiendo algo por él?, Este sentimiento, no lo había sentido antes, Lincoln es el primero que me hace sentir de esta forma - pensó Maggie, recordando las cosas que su madre le había dicho, sobre el amor a primera vista, mariposas en su estómago, y que era inevitable enamorarse de alguien-. ¿Entonces me estoy enamorando de él?.

Por su lado Lincoln también pensaba las mismas cosas.

-¿Por qué me siento extraño? Siento algo en el estómago, la última vez que sentí esto fué con Ronnie-anne, y ahora vuelvo a sentir lo mismo -pensó el peliblanco, recordando las palabras de su padre.

Así estos dos en pocos segundos más llegaron a un lugar del parque en dónde habían muchas rosas de color rojo. Maggie quedó maravillada con la cantidad de rosas rojas que había en ese lugar ya que la rosas rojas se veían de esta manera.

-Vaya, no me había dado cuenta que aquí habían sembrado tantas rosas -dijo Maggie, mirando toda las rosas del lugar con una pequeña sonrisa en su rostro.

-¿Te gustan las rosas Maggie? -preguntó el peliblanco.

-Más o menos, prefiero más las rosas negras, aunque nunca antes había visto tantas rosas juntas -respondió Maggie.

-Ya veo -susurró el albino mirando a Maggie.

Lincoln al ver cómo Maggie miraba las rosas, con mucho cuidado de no cortarse o hincarse con las espinas, estiró su mano y logró arrancar una rosa y se la puso en frente de Maggie. Lincoln logró cortar una rosa bastante bonita.

-Muy bien, no es una rosa negra, pero aquí tiene señorita -dijo con tono caballeroso.

-Lincoln aquí dice que no podemos cortar o dañar las rosas, está prohibido -dijo Maggie, señalando un pequeño cartel que decía que estaba estrictamente prohibido arrancar o dañar las rosas.

-Jaja vamos, no hay nada de malo en romper las reglas de vez en cuando, no siempre hay que seguir las cosas al pie de letra, hay que divertirse -dijo Lincoln-. Una rosa, para otra rosa.

-Jaja, que frase tan cursi, pero... -sonrió-, gracias, me hizo felíz escuchar eso.

Nuestro peliblanco le regaló esa rosa a Maggie, en plan todo romántico puesto que el ambiente lo era; y estos dos se quedaron mirándose a los ojos unos segundos, pero su momento romántico se vió arruinado por el guardia del parque, que observó como Lincoln había arrancado esa rosa, cuando estaba estrictamente prohibido hacerlo.

-¡Oigan mocosos está prohibido cortar las rosas!...¡Vengan acá ahora mismo! -dijo el guardia acercándose a los dos, muy molesto.

-¡Ho no, estamos en problemas! -dijo Maggie, temerosa por como el guardia se acercaba.

-¿Eso crees? -Lincoln en ese momento tomó la mano de Maggie y le dijo-, ¡Ven Maggie, vámonos!.

-Pero nosotros... -Maggie fué interrumpida por el peliblanco.

-¡Vamos Maggie, vamos corre! -dijo el albino, jalando la mano de Maggie para empezar a correr y escapar del guardia, mientras se reía de la situación.

Así estos dos empezaron a escapar del guardia del parque a toda prisa mientras eran perseguidos por este último. Cómo el guardia era un sujeto gordo y para nada atlético -me pregunto cómo un parque puede contratar a alguien así- no pudo seguirles el paso a los dos, y se perdieron de vista muy rápido. Mientras escapaban, Maggie de repente empezó a reír también, gracias a la adrenalina de huir de alguien como un guardia.

Así este guardia continúo hasta el lugar donde Lincoln y Maggie se le perdieron de vista, un lugar rodeado de árboles, no lo pudo encontrar con la vista.

-Rayos, ¿A dónde se habrán ido esos dos mocosos? -preguntó este guardia, cansado de tanto correr.

Este guardia continúo su camino, sin darse cuenta que Lincoln y Maggie estaban arriba en la rama de un árbol esperando a que se fuera.

-Jajaja, lo logramos, ¿Qué tonto es ese guardia verdad Maggie? -preguntó el albino sentado en una de las ramas del lugar, muerto de la risa por lo que había hecho.

-Lincoln no debimos de hacer eso, pudimos meternos en graves problemas -dijo Maggie sentada a lado del albino.

-Maggie ya te lo dije, no tiene nada de malo romper las reglas de vez en cuando, sino, la vida sería aburrida, vamos admite que te divertiste huyendo del guardia porque te escuché reír también -comentó el peliblanco con una sonrisa.

-Bueno sí, sí fué divertido, pero por favor no hagamos eso de nuevo ¿Si? -preguntó Maggie, empezando a bajar del árbol.

-Está bien Maggie,como tú gustes -el albino rodó sus ojos, y empezó a bajar del árbol también.

Estos dos bajaron del árbol, limpiaron sus ropas y cuando estuvieron a punto de irse, escucharon una voz que les decía...

-¿Así que escondidos en este lugar, he?, Ya me imagino las cosas que estuvieron haciendo mientras ese guardia se iba, no imaginé que una rarita como tú Maggie haría cosas como estas -dijo una voz femenina.

Maggie y Lincoln se voltearon para ver quién estaba hablando y en ese momento Maggie dijo.

-Ay no, no puede ser -dijo Maggie, mirando como estaban dos chicos detrás de ellos, y precisamente esa chica era la que la molestaba en la secundaria.

-¿Qué?, ¿Rarita? -preguntó Lincoln, mirando a Maggie y después mirando a esa chica.

Fin del capitulo.

CONTINUARÁ....

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