Treinta y dos: Inseguridades

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Habíamos logrado encontrar nuestra habitación despues de casi diez minutos abriendo y cerrando puertas. El lugar era bonito, una sola cama matrimonial, un armario de dos puertas y una televisión plasma. Había una gran ventana con unas cortinas blancas que tenían una linda vista a la playa. Era lindo.

Sunghoon había estado embobado con la vista, diciendo que las olas se veían tranquilas y que deseaba meterse ansiosamente. Yo me reí, me había parado a su lado y le dejé un pequeño beso en la mejilla para decirle que me ayudara a desempacar.

Park no había dicho nada de lo sucedido con Jena, tal parecía que no le importaba demasiado o simplemente no quería hablar de eso, sinceramente me daba lo mismo, mientras menos hablemos de Jena y Hana, mejor.

───¿Crees que podamos desayunar en la playa? ───Sunghoon me había preguntado, guardando su última prenda en el armario───. Aunque ya van a ser las once, quizás debamos esperar para almorzar.

Dejé los dos bolsos vacíos en uno de los cajones del armario y miré a Sunghoon. Él había dicho desde hace días que quería desayunar en la playa y yo quería que él lo hiciera.

───Podremos almorzar más tarde, vayamos a desayunar.

Sunghoon me sonrió, una linda sonrisa que me hizo derretirme totalmente. ¿Por qué ese chico provocaba tantas cosas con sólo una sonrisa?

───¿Sabes? Ahora quiero besarte.

Parpadie un par de veces confundido. Normalmente yo era quien siempre decía que quería besarlo, se había vuelto como una costumbre, yo siempre le pedía un beso y él se me pegaba hasta dejarme sin oxígeno.

───Bien, besame.

Sunghoon sonrió de lado y se acercó, apoyó sus manos en mis caderas y su frente sobre la mía. Debía admitir que esos pequeños lunares en su rostro comenzaban a gustarme demasiado.

Sunghoon sólo miraba mis labios, podía sentir la presión de sus dedos cada vez más fuertes pero en ningún momento hizo algún movimiento para iniciar el beso y yo, ansioso, estaba por quejarme pero entonces cuando abrí la boca para hablar, él me besó y sí que me derreti en sus brazos.

Los chasquidos no tardaron en escucharse en la habitación, sus manos comenzaron a subir hasta mi cintura y yo me aferre a sus hombros como siempre lo hacía. Él me hizo retroceder hasta chocar con la cama, provocando que ambos caigamos en la cama, él encima mío y yo aguantando el peso de Park.

Me estaba incomodando un poco la posición así que tuve que abrir mis piernas para que él pudiera acomodarse mejor y así lo hizo, provocando un hormigueo que comenzó de la punta de mis pies extendiéndose por todo mi cuerpo hasta llegar a los dedos de mi mano.

Cuando Sunghoon dejó mi cintura y llevó sus manos a mis piernas para moverlas y hacer que yo envuelva sus caderas, no pude evitar jadear por el pequeño roce.

¿No se supone que íbamos a desayunar en la playa? ¿cómo llegamos a eso?

Llevé una de mis manos a su cabello y lo aleje de mi boca, cerrando los ojos con fuerza cuando un movimiento de su cadera me hizo temblar por completo.

───¿Es mucho? ───él me preguntó. Sus labios estaban hinchados, un lindo tono rojizo los hacia más llamativos, sus ojitos brillaban y sus mejillas estaban sonrojadas.

¿Lo era? ¿realmente era mucho? No era como si no lo estuviera disfrutando sin embargo nunca había estado con un chico, era la primera vez que estaba intentando algo con alguien que también tenía un pene y no sabía qué rol tomar en todo eso.

¿Qué se suponía que debía hacer? No tenía la experiencia suficiente para hacerle una mamada y complacerlo. Yo simplemente no entendía cómo podría gustarle en ese ambiente.

No quería hacerlo mal, para mí era un gran avance el poder comenzar algo con él, ¿pero debía llevarlo a ese otro nivel? ¿no era muy rápido?

Yo.... yo por primera vez tenía miedo, muchas dudas rondaban por mi cabeza causando demasiada inseguridad.

¿Y si al final no le gustaba lo suficiente?

───¿Jake? ───el susurro de su voz me hizo volver a la realidad, una donde tenía a un chico caliente encima mío presionando su erección con la mía───. Puedo parar si eso quieres, si no estás seguro sólo dime.

Dios, ¿por qué él era tan lindo? Me hacía sentir como un pequeño niño mimado y bien cuidando.

Al final decidí tomar fuerzas y darle una respuesta.

───No es que no quiera.

───¿Entonces?

───Tengo miedo de hacerlo mal.

Y también tenía miedo de parecer un maldito chico desesperado por sexo. Por Dios, sólo había pasado una semana desde que decidimos ver seriamente qué podría pasar con nosotros, eso que estábamos haciendo era casi tan malo como besar en la primera cita.

Vi a Park sonreír, esa hermosa sonrisa que en ese momento me hizo relajar un poco más el cuerpo.

───Puedo guiarte ───si lo decía así...───, o puedo llevarte a desayunar a esa hermosa playa. Es tu decisión.

Claro, me estaba dejando elegir a mí, que estaba lleno de dudas e inseguridades. Que brillante, Park Sunghoon.

¿Sí notaron el sarcasmo?

Miré hacia nuestro alrededor, estábamos solos como era de esperarse, Jena no iba a molestar por un buen rato, mi padre seguramente estaba durmiendo y Hana podría estar presumiendo en sus redes la hermosa cabaña en la que estaba. Nadie iba a interrumpir.

Volví a ver a Sunghoon, él ya se había alejado un poco más, seguramente esperando a que le dijera que lo mejor era ir a desayunar y seguramente esa era la mejor decisión.

Pero yo tenía una erección, podía sentir fácilmente que él también y no, no iba a salir con un problema en los pantalones y tampoco iba a dejar que Park lo hiciera así que, tomando toda mi valentía, tomé el cuello de la camiseta de Park y lo acerqué nuevamente. Él sonrió.

───No creo estar listo para ir hasta el final, pero seguro tienes buenas ideas para nosotros.

Y esa pequeña sonrisa de lado me hizo saber que estaba en lo correcto.

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