CAPÍTULO XXII Rompiste tu promesa

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Esto será más largo de lo previsto...

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Sí, lo será.

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Narra Rockin

Empecé a despertar y enseguida sentí que la cabeza me dolía y, aunque lo intentaba, no recordaba mucho más de muy poco, aún seguía malhumorado por lo de Chris y lo injusto que fue, me despidió sin ninguna excusa aceptable, lo demandaría... si supiera cómo hacerlo.
Lo primero que vi al despertar fue, lógicamente, el techo de mi habitación, sentí un pésimo sabor de boca y pensé que bebí demasiado el día de ayer, además me acosté encima de mi cama, ni siquiera dentro.
Intenté levantarme con algo de esfuerzo por mi estado para luego sentarme en un costado a tratar de recordar cosas, pero sentí que algo me faltaba en el cuello y estuve seguro de eso cuando me lo toqué con las manos/patas y no sentí mi bufanda.
Entré en pánico al pensar en que quizá la había perdido en algún lado y me culpé pensándolo, pero después supe que no la perdí porque recordé que llegué con ella el día anterior.
Me levanté de la cama para ir a la habitación de mi hijo porque creía que él la tenía y pensaba que tal vez se la di.
Pero la puerta de su habitación estaba un poco abierta, me pareció raro porque Rass nunca dejaba la puerta de su cuarto abierta, solo raras veces.
La abrí y entré a su habitación pero las cosas que vi me dejaron más asustado que confundido, Rass estaba acostado de lado en su cama, sin camiseta y... tenía algo extraño en su hombro derecho, parecía ser una herida, una camiseta suya estaba tirada en el suelo... rota.
Después de ver ese escenario, pude ser capaz de recordar ciertas cosas... que estaba muchísimo mejor sin recordar.
Me acerqué a mi hijo lentamente para tratar de hablar con él de la mejor manera posible y de manera suave.

Rockin:Rassi, no sé que pasó ayer pe-

Pero él reaccionó de mala manera, gritándome e insultándome.

Rass:¡No me llames Rassi! ¡Mi nombre es Rass, maldito animal salvaje!

Yo... después de que me dijo algo tan hiriente, solo pude permanecer inmóvil mirando cómo él se levantaba de la cama y venía hacia mí a la vez que seguía gritándome con furia.

Rass:¡Mi nombre es Rass asqueroso degenerado!

Mientras él venía hablándome con ira y sin controlar sus emociones, yo no podía hacer nada más que retroceder y oír todo lo que tenía que decirme.

Rass:¡No quiero que vuelvas a decirme hijo! ¡Ya me hiciste suficiente daño! ¡Por tu culpa me duele el hombro por tu repugnante mordida! ¡Me arrebataste mi primer beso!
¡TE ODIO ROCKIN!

En toda mi vida, jamás había oído algo tan doloroso, era demasiado para mí como para poder soportarlo, fue como una profunda punzada en el corazón tan dolorosa que mis emociones comenzaron a manifestarse aunque trataba de no hacerlo.
Mis ojos se humedecían a cada segundo y más pensando en que nunca esperé que escucharía esa frase viniendo de él, de verdad nunca.

Rockin:Rass...

Me vió fijamente a los ojos para decirme una última cosa con mucha más tristeza y melancolía que enojo e irá en si.

Rass:Quiero estar solo.

Frente a eso, salí lentamente de su cuarto, él cerró la puerta de su cuarto lentamente antes de que me diera la vuelta, todo quedó en silencio...
Y lloré en sin hacer ruido pensando en cuánto me odiaba por ser cómo soy.
Era una basura, una escoria, herí a mi propio hijo, jamás me perdonará y no dejará de odiarme.
No quería, ni siquiera se por qué pasó o por qué pude haberlo hecho, fui un animal imbécil, le prometí que siempre sería feliz conmigo, que siempre lo protegería, se lo prometí a él y a Martha... y fallé.
Tal vez sea una amenaza para él... no quiero serlo, quiero seguir siendo su padre, quiero seguir estando con él, no quiero que de aleje de mí.

Me quedé pensando así por demasiado tiempo, repitiendo las mismas cosas en mi mente pero, después de unos cuantos pensamientos, me dí cuenta de que Rass no podría ir al colegio después de lo que pasó por unos cuántos días.

Tengo que ir a hablar con su maestro... y conseguir trabajo.
Iré en este preciso momento.

(07:48 AM)

Justo después de llegar al colegio de Rass, me dirigí a su salón para hablar con el maestro que le daría la clase hoy y por suerte me topé con quien buscaba y que estaba a punto de entrar a su salón, apenas recordaba que se llamaba Gonar.

Rockin:Disculpe.

Se dió la vuelta y se sorprendió de verme en el colegio de mi hijo para después hablarme con cordialidad.

Gonar:Oh, buenos días señor Rockin, hace mucho que no lo veo por aquí, ¿Qué se le ofrece?

Rockin:Rass no podrá venir hoy porque... no sé encuentra bien.

Eso despertó su curiosidad haciendo que pregunte sobre mi hijo.

Gonar:¿Qué le pasa?

No puedo decírselo, podría salir muy mal para mí.

Rockin:Él... está... fuertemente resfriado, no podrá venir por un tiempo pero le diré cuando podrá volver y también quería que se lo diga a sus otros maestros.

Por suerte, él no desconfió en mis palabras ni mostró ninguna sospecha.

Gonar:Está bien, informaré la situación de Rass a sus otros maestros, espero que mejore.

Rockin:Solo vine por eso, adiós.

Gonar:Hasta luego señor Rockin.

Los dos nos despedimos y seguidamente me alejé lentamente hacia la salida para ir a otro lugar importante.

Mierda, tengo que recoger mis documentos de mi antiguo trabajo.
Jodido Chris.

Narra Alfred

Lo que dijo el padre de Rass no encaja muy bien, suena un tanto sospechoso porque un resfrío llega poco a poco y no de la noche a la mañana.
A Rass le sucede algo más que un resfriado y su padre está ocultándolo, pero debe ser algo serio porque no creo que su padre le haya hecho algo.

Luego de pensar en lo que podría estar pasando con Rass, tomé un lápiz y un papel porque los necesitaría y me acerqué a mi maestro segundos después de que entrara.

Alfred:Maestro Gonar, ¿Puedo hablar con el padre de Rass un momento?

Tenía la seguridad de que no me lo impediría porque lo que quería no me llevaría mucho tiempo.

Gonar:No te tardes mucho.

Alfred:Gracias.

Salí justo después de que me dijera que lo hiciera rápido y corrí hacia su padre, quien estaba apunto de salir e irse del colegio, estaba por llamarlo pero no lo hice, olvidé su nombre aún después de haberlo oído decirlo por mi maestro.

Cómo era... ¡Ah sí! Rockin.

Alfred:¡Señor Rockin!

Él se detuvo al oírme y se dió la vuelta para mirarme.

Rockin:¿Sí?

Debo admitir que me sorprende que el padre de Rass sea un Incineroar, qué suerte tiene, ¡Ah! Concéntrate.

Alfred:No sé si su hijo le contó sobre mí pero yo soy su mejor amigo.

Fue confuso porque al escuchar eso, él puso una cara de... como si no le agradara.

Rockin:Tú eres Wálter, ¿Verdad?

¿Wálter? ¿Es en serio?

Alfred:Alfred, señor, ¿Podría darme su dirección?

Le ofrecí el papel y lápiz donde esperaba que dibujara la parte de la ciudad en la que vivían él y Rass...
Pero cruzó los brazos indicando que no lo haría para después hablar con seriedad... y algo de disgusto.

Rockin:Mira, ALFRED, no se que estás tramando pero Rass no puede recibir visitas.

¿Por qué dice eso? Ni siquiera me ha visto en la vida, ni yo a él.

Alfred:Por favor señor, no le hará daño estar con su único y mejor amigo.

Parece que decir que yo era el "único" dió resultado por la expresión pensativa que puso por un corto periodo de tiempo.

Rockin:Te la daré con una condición.

Aunque sí aceptó, no sabía por qué lo haría con una condición, pero debía aceptarla porque no había otra opción.

Alfred:¿Cuál?

Rockin:Si quieres a visitar a Rass que sea mañana.

Alfred:¿Por qué no hoy?

Por alguna razón, que quiera saberlo fue un motivo para que se molestara un poco.

Rockin:¿Quieres verlo o no?

Alfred:Lo siento.

Le ofrecí de nuevo el papel y lápiz y ésta vez sí los tomó para escribir cosas en él, aunque me los devolvió enseguida con su dirección.

Rockin:No lo olvides, hoy no.

Y después de recordarme cuando debía ir, Rockin cruzó la puerta principal del colegio para irse mientras yo seguía quieto, mirándolo hasta que se fue.

Pero, cuando ya no lo vi, decidí volver a mi salón antes de que mi maestro me lo dijera.

Espero que no sea nada grave y que Rass regrese pronto.

.
.
.

Narra Rass

No sé por cuánto tiempo estuve acostado, quizá horas mirando un punto fijo en el techo y pensando demasiado.
Para comprobar cuanto tiempo pasé en mi cama, ví el reloj... eran las nueve y cincuenta y uno.

No me dolía nada aparte del hombro, nada físico pero no me sentía bien anímicamente.
A pesar de eso, intenté levantarme de donde estaba, no me llevó mucho y terminé sentado en un costado de mi cama mirando y examinando varias cosas sin pronunciar ninguna palabra.

La mordida en mi hombro que aún me dolía, es grande, tardará un tiempo en cicatrizar.
Mi camiseta rota y tirada en el suelo, está irreparable, ya no podré usarla.

Y la roja y larga bufanda que le hice a Rockin cuando era un niño... fui a tomarla del suelo para frotarla en mi cara y sentir su textura, me acosté con ella para recordar como la hice con tanto afecto hacia él hace cinco años...

Flashback

El cuarto de la señorita Lucila se ve muy ordenado, tiene muchas cosas y creo que tiene más de un cuarto.
Ésta no será la primera vez que me quedaré con ella, ya estoy acostumbrado a estar con ella.

Lucila:¿Qué quieres hacer Rass? Podemos salir a un parque para que juegues con niños de tu edad.

Nunca me divertí mucho con otros niños, ni siquiera tenía amigos porque no me interesaba mucho.

Rass:No tengo ganas de jugar con otros niños, no me gusta.

Lucila:¿Podrías recordarme qué te gusta?

No pude evitar sonreír al decir que era lo que me gustaba.

Rass:Me gusta estar con mi papá, se llama Rockin y es un Incineroar.

Lucila:Lo sé, tienes un papá muy singular.

Rass:Si, pero yo le digo, papi inci.

Lucila:Y suena muy lindo, le tienes mucho afecto, ¿Cierto Rass?

Rass:Mucho, él es lo único que tengo.

Lucila:¿Si lo quieres mucho por qué no le das algo esta vez? Yo puedo ayudarte con eso.

La señorita Lucila fue a un lado para empezar a buscar algo dentro de una caja grande.

Lucila:Yo estaba tejiendo esto para mí pero voy a dártelo.

Se dió la vuelta y tenía bufanda de color rojo en sus manos, aún estaba sin terminar y unida a un hilo grueso del mismo color.

Lucila:¿Por qué no terminas de tejer ésto? Como tu papá es un Incineroar, el rojo le quedará muy bien.

Hacerlo me emocionaba mucho y tenía muchas ganas de hacerlo pero no podía porque nunca lo hice, lo que me desanimó y me quitó mis ganas de hacerlo.

Rass:Pero no se tejer.

Lucila:Yo te ayudaré.

Cuando empecé era díficil pero iba progresando bien y, como era de esperarse, me equivocaba con cierta frecuencia.

Siempre que me quedaba con ella, aprovechaba para coser la bufanda por un rato antes de hacer otra cosa y con los días y semanas logré terminarla, la bufanda terminó siendo muy larga y suave.

Lucila:Está preciosa, seguro le gustará mucho.

Rass:Estoy ansioso por dársela.

Tanto que hasta podía imaginar la reacción que tendría al ver lo que yo hice.

Rass:Gracias señorita Lucila.

Lucila:No tienes porqué agradecer Rass, esa bufanda te servirá a ti y a tu padre, estoy muy segura de eso.

Comenzaba a pensar en que me diría Rockin, si le gustaría o se emocionaría tanto como yo.
Pero... ¿Si no le gusta y me grita?
No creo que él reaccione de mala manera, él prometió que jamás me haría daño y que siempre me protegería.

Realidad

Prometió que jamás me haría daño.
El recuerdo de cómo hice la bufanda de Rockin hace años pudo haber sido un hermoso recuerdo, pero ahora solo me causa tristeza y dolor recordar la promesa de Rockin.

Rockin... rompiste tu promesa.

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Parece que todo va de mal en peor...
Pero...

Adiós...

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El hecho de que las cosas vayan mal no quiere decir que siempre mejorarán.
No sería malo olvidarlo.

Adiós.

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