Capítulo 8:

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OGMIOS_KNOCK_OUT




(8 de Mayo. Ciudad de Turku, región de Varsinais-Eiyuu. República de Eiyuu)

Vappu había sucedido hace una semana, y la sociedad en Eiyuu había vuelto a su rutina normal: Levantarse temprano, ir al trabajo, ver constantemente reportes de desmanes causados por grupos radicales simpatizantes de la Chiórnye Sotni en las noticias... Ya nada era tan extraño para la gente de Eiyuu.

Excepto, lo que sucedía en Turku.

Turku, la ciudad más antigua de Eiyuu, fundada hace más de ocho siglos y fue por una gran cantidad de tiempo la capital de la nación, hasta la primera ocupación de Rossiya hace casi doscientos años atrás, en donde se estableció Helsinki como la nueva capital. Puede que, a simple vista se vea esta ciudad como la cuna de la historia de Eiyuu, mas para Helsinki y el país en general, Turku no es más que una zona conflictiva a causa de su gente, al ser considerada la más barbárica, tosca, arrogante e imprudente de la nación. Sin embargo, los habitantes de Turku fueron los primeros en demostrar manifestaciones concretas en contra de los terroristas que atemorizaban sus calles y centros importantes. Por lo tanto, aburridos de ser víctimas de los atentados realizados por aquellos grupos de encapuchados, decidieron salir a las calles a contrarrestarlos.

- Barra, ¿Por qué causa tanto revuelo que en Turku estén tomando la justicia por sus manos? – Alexander Fraser, un guerrero de Alba que luchó por la independencia de su patria lo encontraba de lo más natural. – ¡De hecho, debían haberlo hecho desde hace tiempo!

- Tengo entendido que les afectó de sobremanera los atentados sufridos al Cuartel General de Holopainen, a principio de año y al no sentirse resguardados por la política militar ni la del gobierno, decidieron cuidarse a ellos mismos.

- Oh Jings. – Respondió el capitán. – ¡Deberían aprender de esto las demás ciudades, barra!

- Sí, deberían... - Comentó con un dejo de diversión Zero Zaoldyeck. – Pero sería peligroso, Capitán. Estos grupos podrían tomar medidas más extremas para dominar Turku.

- Me pregunto por qué necesitan dominar Turku. – Musitó pensativa Anais Sandringham.

- De hecho, creo que sé la respuesta. – Quien habló no fue otra que Sahada Chirau. Y los demás pilotos de CRAWLSPACE le prestaron atención mientras llevaban sus equipos por la carretera principal, hacia la ciudad mencionada con tanto interés.

- Ilumínanos, Chirau. – Habló galantemente el capitán pelirrojo.

- Ahem... Tengo entendido que Turku es el centro de negocios más importante de la región, moviendo más de 43 millones de toneladas netas, y cerca de 3,1 millones de personas al año - Sahada parecía una enciclopedia andante recitando aquella información con una precisión envidiable hasta para Zero. - Por ello, si tal como nos dijo la Directora, los ÉLAN serán vendidos por Holopainen en cuanto estén listos, él necesitaría de la logística marítima que Turku podría ofrecer.

- Sería mucha coincidencia, entonces, si nos encontramos con cierto sujeto repugnante... - Ayün-Ray no olvidaba el rostro petulante de Pål Vikernes, y juró que si lo veía nuevamente le partiría algo más que su cara.

- Simmer, bonnie burd. – Apaciguó Fraser. – Aunque queramos, no podemos skelpearlo. Las órdenes de Madam Speedwagon fueron claras: Si los ÉLAN nos atacan, atacamos.

- Lo sé, Capitán – Frunció sus labios la muchacha, gesticulando un puchero. – ¡Pero lo que le hizo a Superior Zero no se lo perdonaré jamás!

- Y nosotros tampoco, Señorita Ayi – Agregó Anais Sandringham a la conversación con una sonrisa complacida en su lozano rostro. – ¡Zero, no te dejes golpear tanto la próxima vez!

- ¿De qué hablas, Sandringham? Por si no lo recuerdas, quien estaba más magullado era Vikernes. – Espetó ofendido el muchacho. - Además, "lo que sucede en Vappu, se queda en Vappu"...

- ¡No se diga más! BUWAAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAA.

A los oídos de Sandringham y Chirau, la risa estrepitosa del Capitán Alexander Fraser era una burla constante a lo que ellas pasaron en el famoso Vappu. Preferían, tal como dijo Zero, olvidar la bochornosa situación, aunque no era algo reprochable y menos en Eiyuu: Emborracharse y perder la cordura era pan de cada día.

Llegando a Turku, la ayuda de Zero no fue tan necesaria, ya que Alexander Fraser sabía el camino a tomar hasta el sector donde se reportaron los principales desmanes. Después de todo, cuando Holopainen aún dirigía el proyecto CRAWLSPACE el capitán del bloque debía ir constantemente hacia el cuartel militar a reportar sus hallazgos y husmear en los interrogatorios. No era algo del todo divertido, pero debía hacerlo.

- ¡Arite, burds, barra, hoy síganme a mí! – Ordenó con verdadera emoción el capitán.

- Está bien, Capitán. – Respetó Zero. – Lo seguiremos.

- Qué sorpresa... - Fue Anais quien se burló del muchacho pelirrojo. – ¿Capitán, sabes andar por una ciudad sin perderte?

- Yo no me pierdo, Sandringham. Yo solo descubro nuevos caminos para llegar a mi destino.

- Lo que sea. – Con un sarcástico movimiento de cejas la damita de Britania le siguió el juego a Alexander. – Pero Capitán, según mi radar estamos yendo en dirección contraria.

- ¿De qué hablas? Si vamos hacia el Oeste.

- No, estamos regresando...

De pronto, una especie de derrumbe cayó sobre sus cabezas, y tratándose de escabullir para no recibir daños serios, los cinco CRAWSLPACE se separaron levemente quedando OGMIOS y JOUTSEN en dirección a Tampere, y DRUSTANUS02, HACHI-U y YU hacia el centro de Turku. Desde arriba del edificio dañado, un equipo de similares características a los CRAWLSPACE pero con un diseño más primitivo se lanzó sobre los escombros osadamente, sin importarle quedar rodeado por el bloque.

- Nos volvemos a encontrar, bloque Fraser.

- No podría ser otro. – Se mofó Sahada Chirau, Piloto de HACHI-U.

- Esta ciudad ya ha sido rescatada por los ÉLAN. Váyanse a casa. – Se adjudicó el recién llegado Pål Vikernes, todo el crédito de la operación.

- Eso lo veremos, wallaper... - Masculló el piloto de OGMIOS. – ¡Burds! Diríjanse al lugar acordado, ¡Y sigan a Sandringham!

- ¡Déjemelo a mí, Capitán! – Y HACHI-U junto con YU siguieron a DRUSTANUS02, perdiéndose entre las calles de Turku y saliendo de este modo de la línea de fuego de Vikernes.

- Nosotros nos encargaremos de ti, glaikit wallaper. – gruñó el capitán, adelantándose a Vikernes y bloqueándole el paso.

- Debo admitir que no creía que superarías tu cobardía, Fraser. Estás enfrentándome, muy bien.

- No te creas tan importante, bastardo. – Respondió molesto el aludido, mas no atacó primero, esperó a que Vikernes se adelantara por su cuenta. Y no pasó mucho para que lo hiciera.

El ÉLAN que manejaba el hombre de Nynorsk no tenía una estética elegante, pero su fuerza bruta era mucho más potente que lo que podía soportar OGMIOS, el CRAWLSPACE de Alexander Fraser. Sin embargo, gracias al soporte que hacía JOUTSEN, la neutralización de los ataques de Vikernes se podía llevar a cabo tranquilamente. Entre ambos CRAWLSPACE, los daños recibidos por el ÉLAN enemigo eran los mínimos, y por un largo tiempo soportaron los golpes ocasionados por aquella, la verdadera amenaza.

Viéndose desde una perspectiva general, dos CRAWLSPACE contra un solo ÉLAN no se veía algo muy leal, pero, si se tomaba en cuenta quién en realidad estaba batallando por los CRAWLSPACE, algo no andaba del todo bien... Los controles de Alexander Fraser no estaban respondiendo a los comandos que él ejecutaba a pesar de las amenazas de convertir su equipo en chatarra, aunque ciertamente no era la primera vez que ocurría. Todo empezó hace unas semanas cuando las misiones no paraban de llegar, y su equipo de ingenieros no alcanzaba a realizar todas las mantenciones necesarias para un CRAWLSPACE de su modelo, CRAWLSPACE057.

Técnicamente dentro del bloque FRASER este equipo era el más antiguo: el primer CRAWLSPACE como tal que aprobó todos los testeos por el Centro de Investigación de la República de Eiyuu. Al proyecto, y a todos los miembros involucrados originalmente les llevó cincuenta y seis intentos el crear al modelo pacificador adecuado, y era el joven del Reino de Alba el elegido para pilotearlo oficialmente.

- No me puedes fallar ahora, OGMIOS... - las pantallas del equipo resaltaban mensajes amarillos, los cuales indicaban el estado crítico de los motores centrales al ser forzados por el piloto, todo para mantener acorralado a Vikernes. – Demonios, barra, tu JOUTSEN es demasiado fuerte...

- ¿Capitán? – La línea común que compartían ambos CRAWLSPACE se sentía con problemas, y Zero no lograba comprender muy bien el mensaje de Alexander.

Pero otro sujeto, sin tener siquiera contacto alguno con ambos equipos como en los viejos tiempos, advirtió perfectamente el problema, y disparó a discreción en la base de OGMIOS, de donde estaban saliendo chispas.

Y el OGMIOS del Capitán Alexander Fraser, se desmoronó.

- ¡JA! Ahora los quiero ver, pilotos de CRAWLSPACE, ¿Qué harán sin su Capitán?







  (10 de Mayo. Hospital CMB. Ciudad de Tampere, República de Eiyuu) 



La vocera del proyecto CRAWLSPACE, María Conchita Hernández se encontraba tomando café, sentada tranquilamente en la cafetería del hospital donde tenían internado a Alexander Fraser, luego del brutal ataque de Pål Vikernes destrozando por completo a OGMIOS. Mientras la mujer con su cabello trenzado ojeaba unos papeles que tenía que entregar a la Directora para aprobar los nuevos cambios, a propósito de lo sucedido con el actual capitán del bloque FRASER, unos pasos estrepitosos se acercaron vertiginosamente, llamando la atención de enfermeras y visitantes del recinto hospitalario y se detuvieron en seco frente a la vocera. Esta levantó su mirada pesadamente, había dormido poquísimo en esos días.

- Señoritas. – Saludó cortésmente la mujer a Anais Sandringham, Sahada Chirau y Ayün-Ray Freecss. - ¿Qué puedo hacer po...

- ¿POR QUÉ NO NOS HABÍAN DEJADO VISITAR AL CAPITÁN, SEÑORITA VOCERA? – Anais Sandringham fue la primera en estallar, roja de ira.

- ¡Sí, señorita vocera! – Sahada Chirau se acomodó sus lentes nerviosamente y prosiguió a descargarse. – Si tan solo nos hubieran informado antes que el Capitán se encontraba aquí, no la habríamos perseguido por dos días.

Era verdad. María Conchita sabía perfectamente que los tres miembros femeninos del bloque FRASER se encontraban buscándola, puesto que para variar, ella era la única que sabía dónde se encontraba hospitalizado el joven pelirrojo. Pero como misteriosamente la agenda de la vocera estaba ajetreada, yendo y viniendo de reuniones y conferencias dando la cara en pleno revuelo mediático sobre el accidente de OGMIOS, no estaba presente en el Centro de Investigaciones, y tampoco en otro lugar estable que no fuera por un par de horas.

- ¿POR QUÉ SE ESCONDÍA DE NOSOTRAS, SEÑORITA VOCERA? – Ayün-Ray estaba tan molesta como las otras dos muchachas. Era su Superior Fresa quién estaba delicado de salud, ¡Y no podía dejarlo solo en un hospital desconocido, sin comida decente!

- Yo no me escondía de nadie, Señorita Freecss. – Jamás interrumpan el único sustento de María Conchita Hernández. NUNCA. – Además, si estaban tan desesperadas en saber dónde estaba internado Fraser, deberían haberle preguntado a la Directora, o a Zaoldyeck, después de todo es su hijo...

Automáticamente las tres miraron hacia atrás, y vieron como un muchacho de cabello blanco y sujetado en una media cola se llevaba una manzana firme y colorada a la boca. Tres pares de ojos brillaron con furia, resoplando como yeguas endiabladas.

- ¡ZEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEROOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO!

El muchacho sabía cuándo tenía que idear una escapada dramática, y en ese instante, solo abrió sus ojos sorprendidos y corrió lo más rápido que pudo para salvarse de la ira de tres féminas desesperadas. Corrió por toda la primera planta del hospital, hasta llegar a un ascensor y lo tomó sin importarle la gente o los pacientes que esperaban por subir. En cuanto vio que rápidamente se acercaban las integrantes de su bloque, no dudó en apretar las veces que fueran necesarias el botón para cerrar las puertas del ascensor lo antes posible, pero unas manos pequeñas alcanzaron a interrumpirlas y las abrió con una fuerza sobrehumana.

- Su-pe-rior Ze-e-e-ro ~... - Canturreó una voz, dulce y peligrosa, mostrando su cara de pocos amigos. - ¿Nos lleva con el Capitán Fresa?

Y entraron las tres muchachas al ascensor, dejando que las puertas se cerraran con naturalidad.

Tras abrirse nuevamente, dos muchachas refrescantes salieron del ascensor en dirección a la habitación 309, donde descansaba Alexander Fraser, y por último, saltó animosamente una alegre joven comiendo de una manzana previamente mordida por otra persona, pero que sin importarle se la apropió. Zero, con el rostro magullado y el cabello despeinado solo pensaba en qué fue lo que hizo para merecer aquello.

- Permiso... - Musitó con educación Anais Sandringham, entrando a la habitación donde estaba recuperándose el capitán del bloque FRASER.

- Disculpe la intromisión... - Susurró tímidamente Sahada Chirau.

- ¡Oh! ¡Visitas! – Una muchachita casi tan alta como Alexander y con los mismos risueños ojos azules se paró del lecho del capitán, quien se encontraba felizmente atendido.

- ¡Heeey! – Saludó animadamente Alexander, vendado y con un brazo inmovilizado por un cabestrillo.

- Capi... tán – Ambas muchachas quedaron pasmadas al ver a la joven, quien tranquilamente se acercó a ellas, dejando mecer su abundante cabellera rojiza y rizada, la cual le llegaba debajo de sus caderas.

- Ustedes deben ser Anais y Sahada, ¿No? Es un gusto por fin conocerlas. – Sonrió la muchacha con amabilidad. – Mi nombre es Geillis Fraser, y soy la hermana menor de Alexander.

- ¡No... se presentó... con algún modismo de Alba! – Quedó perpleja Anais. No podía creer que un Fraser pudiera hablar tan elegantemente.

- ¡Eres la famosa hermanita pequeña! – Se sorprendió Ayün-Ray cuando apareció por la puerta de la habitación, solo con el corazón de la manzana que robó. - ¡Pero eres más bonita de lo que Superior Fresa mencionó!

- La palabras no son suficientes para describir lo braw que es Geillis.

- ¡Hermano! – La muchacha solo se ruborizaba y para tranquilizarse golpeó el hombro de su hermano quien chilló de dolor. - ¡No me avergüences de este modo!

- ¡Solo digo la verdad, Geillis! ¿Oh, por cierto, y barra? – Fraser vio como las expresiones de Anais y Sahada cambiaron de sorpresa a furia absoluta.

- No nos nombres a ese bastardo.

- Awee... - Suspiró nervioso Fraser.

- ¡Jings! ¿Pasó algo con Zero? – La naturalidad con la que nombró a Zero, hizo que las tres muchachas pestañearan al mismo tiempo.

- ¿Lo... conoces? – Inquirió Sahada.

- Por supuesto, él me escoltó hasta el hospital.

- Konoyarou... - musitó enojadísima y empuñando sus manos Sahada Chirau. Alrededor de Alexander Fraser de repente todos recordaban modismos de sus tierras.

- Creo que hay suficiente gente aquí, y yo mejor me vo... - Zero estaba detrás de las muchachas fuera de la habitación, dispuesto a irse pero Sahada, Anais y Ayün-Ray lo empujaron hacia dentro.

- ¿Así que te pasaste estos dos días escoltando a la hermana del Capitán, eh, Zero? – Sahada lo tenía agarrado del cuello y por debajo del hombro derecho, y Anais le apretaba las mejillas. Ayün-Ray solo sonreía, en estado de shock. - ¡Pudiste habernos avisado primero, idiota!

- ¡Lo iba a hacer! Pero nunca las encontraba cuando estaba en el Centro, ¿Dónde demonios se meten?

- No nos cambies el tema, muchacho. – Sahada le apretaba el cuello, evitando que el joven respirara sin su consentimiento. - ¡¿Por qué no nos llamaste?!

- Ustedes podían hacer lo mismo, ¿No tienen mi núme... ¡¡¡AAUUCHH!!! – Ayün-Ray, con una sonrisa en el rostro todavía, soltó su puño sobre la cabeza blanca y enmarañada de Zero.

- Hey, burds, está bien, está bien... Después de todo, hoy es el primer día que podía recibir visitas...

- No nos interesas, Capitán, piérdete... - Anais estaba completamente concentrada en hacer sentir miserable a Zero, al igual que Sahada y posiblemente Ayün-Ray también.

- Geillis, has algo o si no nuestro barra no volverá a ser el mismo... - Geillis asintió con su cabeza, tan roja como la de Alexander, y acercándose a las muchachas del bloque FRASER, trató de calmar la situación.

- Chicas, por favor... Zero solo estaba ayudándome con Alexander. Me avisaron cuando estaba de turno de lo que estaba sucediendo, y vine sin saber nada sobre Eiyuu. – Las tres féminas dieron vuelta su rostro para mirar a Geillis Fraser, compungida y con sus brazos escondidos tras ella. Era adorable. – Él me fue a buscar al aeropuerto y me trajo directamente hasta acá.

- Ya veo... - Musitó Anais, volviendo a ser la damita tranquila de siempre. – La jugaste bien, Sankari. – Bromeó codeando a Zero.

- De todas formas, - asintió Sahada, acomodándose sus lentes – debiste haber avisado.

- Lo siento, Chieru, la próxima vez te diré hasta cuando vaya al baño.

- ¿Quieres que siga? – La mirada obscura de la muchacha de Kakin se escondió tras el puño que le ofrecía al albino.

- No, gracias. – Desviando su mirada, se encontró de frente a Ayün-Ray Freecss, y ella, mostrando unos ojos muy abiertos y una sonrisa falsa, dibujó una línea imaginaria en su cuello con su pulgar derecho.

Zero solo tragó saliva.

"Ahora entiendo cuando Papá decía que debía tener especial cuidado de las mujeres con sonrisas lindas". Pensó el muchacho, imaginando la mueca burlona de su padre al verlo en esa situación.

- ¿Y cómo te has sentido, Alexander? – Preguntó Anais acercándose al herido.

- Como si me hubiera aplastado una vaca. – Bromeó, haciendo que todos lo miraran extrañado, y su hermana rompió a carcajadas.

- JA, JA, JA, JA, JA, JA, ¡Hermano! A pesar de todo no has perdido tu sentido del humor.

- Superior Fresa... - Ayün-Ray estaba atónita, las vendas y parches no opacaban las facciones alegres del capitán. – Casi murió siendo aplastado por OGMIOS...

- ¿Eh? ¿De verdad? – Pestañeó inocente el aludido. – Naw, ese pedazo de chatarra no me iba a matar, solo me castigó por clartearlo demasiado.

- ¿Clartearlo?

- Que lo usó demasiado – Explicó la hermana de Alexander, suspirando. – Hombre, tú sabes mejor que nadie que no debes abusar de tu buena suerte, ¡Debías parar cuanto antes esa pobre máquina!

- ¡Pero no podía dejar a ese wallaper! Por cierto, ¿Cómo terminó la misión?

- La señorita Ayi neutralizó a los terroristas y nosotras contuvimos a la gente. Fue complicado, pero la señorita Anais los puso en su lugar. – Comentó Sahada. – Y Vikernes escapó luego de que OGMIOS colapsara... De hecho, fue Zero quien te rescató de los escombros de OGMIOS y te acompañó hasta que llegaron emergencias.

Los hermanos Fraser miraron a Zero, y le agradecieron por lo que hizo.

- Ye numpty barra! – Murmuró Fraser, emocionado. – Gracias por salvarme, muchacho, y lo siento por causarte tantos problemas – Pero su hermana le golpeó arriba de la nuca, molesta.

- No es para tanto, cap...

- ¿Y solo con él te disculparás, dunderheed bastart? – A Geillis Fraser se le salía lo de Alba cuando estaba enojada, y su tono de voz cambiaba totalmente. - ¿Qué hay de las lassies, ovee' theere?

- Arite, arite! – Masculló avergonzado el hermano mayor. – Burds, lo siento por preocuparlas tanto, ¡Me hace muy feliz que vinieran a verme! – Las tres muchachas sonrieron aliviadas por verlo mejor a lo que temían. – Además, por favor quédense un rato más, ya no aguanto a esta radge poli que echa a todas las chicas que quieren venir a saludar...

- ye scunner malagradecido... - Geillis Fraser estaba a punto de dejar a su hermano en coma, ¡Cómo se atrevía a decirle policía loco, después de quedarse a su lado por dos días seguidos en aquel hospital!

- Ok, ok, al parecer nuestro querido capitán necesita de nuestros encantos, chicas. – El tono sarcástico de Sandringham hizo que Zero agradeciera el no estar en el lugar de Alexander. – Señorita Geillis, ¿Por qué no aprovecha de comer algo fuera del hospital? Nosotras atenderemos con mucho amor al buen Capitán...

- Eso me encantaría, Anais. – Arqueó una ceja la muchacha pelirroja, entendiendo perfectamente el mensaje. - ¡Pero con Geillis está bien!

- Yo te acompaño, Señorita Geillis. – Habló Zero, puesto que cierta muchachita de trenza castaña le robó su desayuno.

- Muchas gracias, Zero.

- ¡Y yo también! – Levantó su mano animada Ayün-Ray. Si había comida, ella iría. - ¡Y Superior Zero invita!

- ¡¿QUÉ?! – Zero se dio vuelta para encarar a la muchachita insensata, pero ella se llevó del brazo a Geillis y a él.

- ¡Nos vemos, Capitán Fresa!

- ¿Eh? – Alexander los miraba sin entender la situación, pero al sentir las penetrantes miradas de Sahada Chirau y Anais Sandringham frente a él, captó que ellas no lo perdonarían por el comentario sobre sus admiradoras. - ¡Barra! ¡Bonnie Burd! ¡¡¡Llévenme con usteeeeedeeees!!!



(10 de Mayo. Restaurant Viikinkiravintola Harald. Ciudad de Tampere, República de Eiyuu)

"Ayün-Ray Freecss era la muchacha más exasperante de la faz de la Tierra", refunfuñaba Zero en su interior.

Se había ido junto con él y la hermana de Alexander Fraser, cuando todo lo que quería era estar lejos de ella.

En el ascensor fue la única que no lo golpeó ni le tiró el cabello como lo habían hecho Anais Sandrinham y Sahada Chirau, solo se limitó a tomarlo del cuello y le quitó su desayuno, guiñándole un ojo y susurrando que la próxima vez que escondiera al Capitán de ella, lo pagaría peor.

¡¿Qué diablos le pasaba a esa niña?!

Y para peor, caminando por las calles de Tampere mientras conversaba animosamente con Geillis Fraser se metió en un restaurant temático, interesada por el olor de la comida y la fachada original del lugar. Ahora, los tres terminaron en un mesón de casi dos metros de largo de madera rústica y usando graciosamente cascos de fantasía de una antigua tribu de la zona.

La cosa no podía estar peor.

- ¡Esto es muy divertido! – Exclamaba con lágrimas de risa Geillis Fraser. – Definitivamente a mi hermano le encantaría estar acá... ¡Es como la casa de Papá!

- Debe ser divertido entonces cenar con ustedes en familia. – Bromeó Ayün-Ray, acomodándose el casco con cuernos en su mata incontrolable de cabello. Le era gracioso que los otros dos comensales de la mesa tuvieran el mismo problema que ella.

- ¡Por supuesto! – Afirmó alegremente la pelirroja. – Las navidades y fiestas de los Fraser siempre tienen historias divertidas que contar: Una vez nuestra Madre se accidentó en plena navidad y Papá, borracho y todo fue por ella al campo abierto... ¡Pero fue mamá quien lo traía completamente malkied!

- ¡Oh, cielos!

- ¡Y Alexander no se queda atrás!

- Algo me dice que el Capitán ha seguido los pasos de su padre de cerca – Bromeó Zero.

- Sí, es verdad. – Se encogió de hombros la hermana de Alexander Fraser. – Pero mi hermano es de la clase de borracho que canta y baila... Y no es nada inusual en él después de todo.

Ambos pilotos de CRAWLSPACE rieron divertidos, memorando el Vappu y al Capitán Fraser bailando al compás de la canción de Anais con otros asistentes alrededor.

- Aunque... - Mencionó Geillis luego de comer su tercer plato de comida. Estaba hambrienta, y los bocadillos del Viikinkiravintola Harald le recordaban mucho a su hogar. – No siempre fue así.

- ¿A qué te refieres, Geillis? – Preguntó Ayün-Ray, terminando la misma ración que la pelirroja.

- Saben que en Alba hubo una rebelión, ¿Verdad? – Ambos oyentes asintieron con su cabeza. – Alexander, nuestro padre y muchos otros familiares y amigos participaron, para emancipar nuestra tierra de Britania y a duras penas lo consiguieron... y fue en esa época donde él apenas sonreía, y no se veía como el mismo de siempre.

- La guerra cambia a las personas – Musitó Zero, tomando siima de una copa de madera.

- Yo también quiero, Superior Zero.

- No, esta siima es muy fuerte para ti. Sigue con tu refresco.

- Sí, puede ser... - Siguió Geillis, mirando su copa de madera. Ella tenía la edad suficiente para soportar cualquier bebida alcohólica, al igual que Zero. – Pero es agradable verlo sonreír otra vez. Se nota que la pasa bien con ustedes, chicos.

- Y nosotros la pasamos bien con Superior Fresa, ¿No Superior Zero? – Sonrió de vuelta Ayün-Ray, tratando de quitarle la copa de las manos a Zero, pero él más la apretaba.

- Exactamente. El Capitán... no, Alexander es el mejor piloto y amigo que podía haber deseado tener acá. – Sonrió también Zero.

Geillis se sentía agradecida de que ese pelirrojo burlón sea tan valorado en el proyecto, y que jóvenes tan afectuosos como Anais, Sahada, Ayün-Ray y Zero sean quienes acompañen en todo momento a Alexander, su hermano mayor por tres años. Ayün-Ray, por su parte estaba embelesada por la historia de su Superior Fresa y su familia, y deseaba secretamente seguir conversando con su hermana, ¡Era tan genial como se la había descrito Alexander! Y Zero, solo estaba nervioso por la noticia que le dio en la mañana María Conchita Hernández: Al estar el Capitán Alexander Fraser internado en el hospital recuperándose de sus heridas, y tener a OGMIOS completamente fuera de servicio, era necesario que por un tiempo existiera un líder provisorio, y a pedido del pelirrojo de Alba, Zero fue elegido como tal.

Y por otro lado, la cuenta del restaurant que involuntariamente se había ofrecido a pagar sobrepasaba el presupuesto que guardaba en su billetera. Tendría que pedirle ayuda a cierto albino progenitor, que no haría más que burlarse de su situación actual.

Ser un Sankari de bajo perfil no le ayudaba aconseguir descuentos. 









No me odien :'v

Yo no le quería hacer daño a Fraser, ¡De hecho apareció su hermana! ¡Y es adorable!




Bueno, por otro lado... ¡Volví! ¡Sí! Y casi se me olvida que hoy era miércoles (Gracias AyiZoldyck por acordarme xd). Como tengo que trabajar este fin de semana en la Anime Expo que se hará en Estación Mapocho, en Santiago de Chile y me encargaron la misión de realizar el uniforme para mí y mis compañeras de stand, me encuentro realizando los últimos detalles >->. Mi vida de MADAO está ajetreada ¡Y eso es bueno! ¡Significa dinero! ¡Dinero! :'D

¿Qué les parece la historia? ¿Irán a hacerle cariñitos a Alexander que está en el hospital? Yo iría :c

¡Besos y gracias por esperarme!

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