━━DIEZ;

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DAOMING SI
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La brisa fresca de la noche soplo con suavidad, moviendo algunos mechones de la larga cabellera pelinegra de Yang Mi. Sus pequeños y carnosos labios se curvaron en una sonrisa.

Mi mano reposa sobre mi pecho, sintiendo los acelerados latidos de mi corazón. Sentí todo detenerse. Y, extrañamente solo éramos nosotros dos.

Yang Mi giró su rostro en mi dirección. Logrando apreciar el color avellana de sus ojos, llenos de un brillo encantador. Y, su mirada me resultaba extrañamente familiar, tan familiar que hizo doler mi corazón. Mis piernas comenzaron a moverse en su dirección. Y, conformé me acerqué a ella en su rostro se formó una mueca de desagradó.

Yang Mi se levantó en cuanto me detuve aún par de pasos de ella, quedando frente a frente, haciéndose más notoria la diferencia de altura entre ambos.

—Pero mira a quien tenemos aquí, nada más y nada menos que al idiota cabeza de piña —su suave voz salió llena de diversión y desagrado.

—Mira quien es, la chica loca de Mingde —sonreí de lado.

La molestia se hizo notable en su rostro. Y, me causo ternura al ver la forma en que arruga su nariz.

—¿Qué haces aquí Daoming Si? —cruzó sus brazos sobre su pecho.

—Sali a tomar —¡hip!—. Aire, ¿acaso no puedo hacer eso?

El hipo se hizo presente gracias a la gran cantidad de alcohol que he consumido.

—Claro... ¿Desde cuando consumir alcohol es tomar aire fresco? —me miró con disgustó.

—¡¿Alcohol?! —¡hip!—. ¡¿Quién ha consumido alcohol?!

—Obviamente el que apesta a alcohol —giró su rostro, cubriendo su nariz—. Debes estar demasiado alcoholizado

Me miró de arriba a abajo.

—¡Es mentira! —la señalé acercándome más a ella.

—¿Seguro? —elevó una de sus perfectas cejas.

—Totalmente —¡hip!.

—Bien, entonces camina por el borde de la acera sin caerte —sonrió, y reconocí esa sonrisa, es una sonrisa burlesca, me está retando y claro que no me dejaré, aunque realmente este demasiado borracho.

Miré la pequeña acera y caí en cuenta que realmente no podré hacerlo sin romperme mi hermoso rostro.

—¡Bien!, ¡Si, estoy ebrio! —admití—. Y, todo por culpa de tu —¡hip!—. Patética prima

—¿Por culpa de Shancai? —dijo incrédula—. Ella tan dolo se defendió de todas las idioteces que le dijiste

—Pero no debió ser tan cruel... —recordé las palabras de Shancai—. No sé tratar con chicas, me es difícil saber como comportarme con ellas

Tomé asiento en la banca aún costados de nosotros. Y, Yang Mi me observó por unos cuantos segundos, para finalmente tomar asiento a mi lado.

—Solo no seas un idiota —me miró—. Se honesto y di lo que sientas

—Quiero orinar...

—¡No tan honesto cabeza de piña! —dijo con asco.

Mis ojos me comenzaron a pesar.

—Ese es... Un buen consejo... Gracias chica loca —sentí mis ojos cerrarse.













#













YANG MI

Sentí la cabeza de Daoming Si caer contra mi hombro. Haciendo que mi cuerpo se tense y mis manos comiencen a sudar. Y, el calor comenzó a subir a mis mejillas.

¿Qué me sucede?. ¿Por qué estoy tan nerviosa?. No es la primera vez que estoy tan cerca de un chico.

—Concéntrate Yang Mi, no hay porque ponernos nerviosas, solamente es el idiota cabeza de piña.

Tragué grueso, tomando una profunda respiración.

Miré el rostro de Daoming Si. Observé cada detalle de su rostro, tan tranquilo, tan lindo, tan perfecto. Si, movió su mano, quedando encima de la mía sobre la banca. Sentí mi corazón comenzar a golpetear rápidamente y mi garganta secarse.

¿Qué me está sucediendo?.

—H-hey, S-si... D-daoming Si —toqué su cabeza con la punta de mi dedo índice—. Q-quita tu cabeza de piña de mi hombro

Tartamudeo.

—Hum —se quejó.

—Hey —sacudí con delicadeza mi hombro—. Despierta

Los ronquidos de Si comenzaron a hacer acto de presencia.

¿Cómo puede dormir tan plácidamente en medio de un parque público?. Sin duda el alcohol es peligroso. Pero sus palabras sonaron tan reales. Realmente le afecto lo sucedido con Shancai.

—Bueno... Te doy permiso de dejar tu cabeza sobre mi hombro... Pero solo por unos minutos...

Los minutos comenzaron a pasar, las personas que pasean por el parque nos observan como si fuésemos bichos raros. Sin darme cuenta las horas transcurrieron, mis párpados comenzaron a pesar y mi trasero comenzó a doler.

Sentí mis ojos cerrarse y los abrí de golpe, —. ¿Qué hora es? —miré a mi alrededor dándome cuenta que no hay ninguna persona, más que Si y yo—. Este cabeza de piña no puede despertar

Fulminé con la mirada a Si.

Metí mi majo dentro de mi bolso, tomando mi celular. Lo saqué y presioné el botón de encendido, pero nada, presioné otra vez más y nuevamente nada.

—No, no, no —negué, tratando de encender mi celular—. No puedes quedarte sin carga ahora

Traté de encenderlo, pero nada.

—Lo que me hacía falta —suspiré resignada—. Me he quedado sin batería

El timbre de un celular sonar me sobresalto. Observé uno de los bolsillos del saco de Si, viendo como una tenue luz traspasa la tela. Miré a Si dormir cómodamente sobre mi hombro y miré nuevamente el bolsillo de su abrigo, el cual vibra.

Dudosa estiré mi mano hasta el bolsillo de su abrigo, tomando su celular. En la pantalla principal se encuentra una llamada entrante y el nombre de Lei abarca la parte superior de la pantalla.

¿Debería de contestar?.

Si lo hago sabrán que me encuentro con el cabeza de piña. Además lo último que me apetece es tener que estar cerca de otro F4.

La llamada finalizó.

—¡Agh!. ¡Esto me pasa por dejarte dormir en mi hombro, Daoming Si! —le miré enojada.

Bufé al verlo dormir tan tranquilo.

Miré la hora en la pantalla del celular de Si. Las 11:30 p.m, mis abuelos deben estar preocupados por mí. ¿Qué hago ahora?.

Estaría mintiendo si dijera que no tengo miedo, porque realmente lo tengo, y mucho. Además tengo demasiado frío y hambre. Y, todo por culpa del idiota de Daoming Si.

—Daoming Si, ya despierta... —moví mi hombro, tratando de despertarlo.

—Hum... Un rato más... —murmuró, moviendo su cabeza sobre mi hombro.

—Sabes, normalmente está acción es viceversa, la chica es la que se queda dormida en el hombro del chico —dije, estresada.

Tengo que irme, pero no puedo dejar a este cabeza de piña aquí solo, mi conciencia no me lo permitiría.

—Agh, realmente no tengo opción.

Tomé el brazo de Si y lo pase sobre mis hombros. Con todas mis fuerzas me levanté de la banca, sosteniendo el peso del cuerpo de Si, tratando de no caer.

Comencé a caminar con dificultad. Daoming Si es delgado pero pesa demasiado. Logró escuchar los quejidos y murmullos enredados de Si. Y, el celular de este no para de sonar, las llamadas entran una tras otra y los mensajes igual.

Mis piernas duelen y los quejidos desprenden de mi boca. Sin duda alguna mi cuerpo dolerá mañana, todo por culpa de Daoming Si.

—Estúpido cabeza de piña, juró me pagarás esto —le miré con molestia.

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Traté de mantener el equilibrio al caminar pues lo último que quiero es irme de cara contra el frío y duro pavimento. Caminé durante varios minutos, minutos que me parecieron eternos.

Llegamos a una parada de autobús y el alivió me invadió. Traté de sentar a Si en la banca de la parada, pero mi poca y ya casi inexistente fuerza no me sirvió de mucha ayuda. Ambos caímos contra el pavimento, provocando que un sonoro quejido saliera de la boca de Si.

Quedé perpleja ante la situación en la que me encuentro. El cuerpo de Si yace bajó el mío, nuestros rostros permanecen a escasos centímetros, tanto así que puedo sentir su respiración chocar contra la mía.

El calor comenzó a subir a mis mejillas. Mi garganta se seco y mis latidos comenzaron a acelerarse. Observé el rostro de Daoming Si y una necesidad por acariciarlo me invadió. Me lo pensé por unos segundos, hasta que me decidí. Llevé mi temblorosa mano hasta el rostro de Si, y justo antes de tocarlo la retiré.

—¿Qué estaba por hacer?, esto está mal, muy mal —dije, exaltada.

Traté de ponerme de pie pero el brazo de Si me lo impidió. Este rodeo mi cintura con su brazo, haciendo que permanezca pegada a su torso. Y, puedo jurar mi rostro está totalmente rojo.

¡Esto está mal, Lee Yang Mi!. ¿No sientes vergüenza que las personas puedan ver está escena?.

Me aparté de golpe de Daoming Si, poniéndome de pie, arreglando mi ropa y cabello. Si solamente movió su brazo, siguiendo dormido.

¡Andando hay que huir!. ¡Es ahora o nunca!.

Giré sobre mi para emprender camino y alejarme de ese cabeza de piña. Pero me detuve en seco, y el debate en mi cabeza comenzó, ¿irme o ayudar a ese engreído?. Y, jodidamente mi conciencia no me permitiría dejar a ese cabeza de piña en medio de la vía pública ebrio, por más idiota que fuese.

—Maldita conciencia...

Me giré resignada.

Caminé hasta la acera y detuve un taxi. El conductor me ayudó a subir al vehículo a la ebria cabeza de piña de Daoming Si. Y, gracias a las indicaciones que me dio Shancai está mañana el chófer supo donde ir. En cuestión de minutos se estacionó en la entrada de una enorme mansión y las luces de está se encuentran encendidas, tal vez aún están esperando a Daoming Si.

—Es aquí señorita —indicó el chófer.

—Gracias —agradecí.

Miré dudosa la enorme casa por la ventanilla del taxi. ¿Llevó a Daoming Si hasta la puerta de su casa o simplemente lo dejo aquí tirado?. La segundo opción no me parece mala idea, después de todo ya está en su casa.

Suspiré resignada.

Lo lamentaré, no tengo dudas de eso.

—Señor, ¿podría esperarme en lo que lleve a este... chico a su casa?

—Porsupuesto señorita, ¿necesita que le ayude? —preguntó, amablemente.

—Por favor.

El chófer me ayudo a bajar a Daoming Si y llevarlo hasta la entrada de la enorme casa, para seguido volver a el taxi a esperarme, dejándome sola junto a Si.

Miré dudosa la puerta, —. No sirvió de nada ignorar las llamadas de los F4.

Toqué el timbre y varios segundos después la puerta fue abierta dejando ver del otro lado aún señor algo mayor y detrás de él el resto de los F4.

—¿Chica linda? —me miró confundido a quien reconozco como Meizuo.

—Hey, es Daoming Si —Ximen señaló a Si, quien está todo torcido sobre las escaleras del pequeño pórtico.

—¡Joven Daoming Si! —le miró aliviado y emocionado el hombre mayor.

—¡Vaya! —se cubrió las narices Meizuo—. Daoming Si apesta a alcohol

—¿Lo has traído tu sola? —preguntó, incrédulo Ximen.

—Si no fuese así, ¿crees qué estaría aquí a esta hora? —dije con obviedad.

Él asintió con la cabeza.

—Chicos ayúdenme a llevar dentro de la casa al Joven Si —ordenó el hombre mayor.

Ximen, Meizuo y Lei cargaron a Daoming Si, llevándolo al interior de la casa. Dejándome a solas con el hombre mayor.

—Muchas gracias por traer a casa al Joven Si, señorita —agradeció el hombre.

—Fue un placer —le sonreí.

¡Claro que no!.

—Estamos en deuda con usted por traer sano y salvo al Joven Si.

—Solo hice lo correcto, no es necesario que estén en deuda conmigo —dije, nerviosa.

—Igualmente si necesita algo no dude en acudir a nosotros, con gusto la ayudaremos —me dedicó una suave sonrisa.

—Gracias, ahora, tengo que irme —señalé el taxi en la entrada.

—Vaya con cuidado señorita.

—Lo haré —sonreí.

Me giré dispuesta a irme hasta que la voz de Lei me detuvo.

—¿Por qué no entras a tomar una tasa de té?, debes tener frío —ofreció, Lei.

—No me gustaría molestarlos —dije, con notables nervios.

—No sería ninguna molestia señorita —habló ahora el señor—. Andando, le prepararé un té verde

El señor entró a la casa. Tan solo me límite a observar a Lei, quien me mira fijamente.

—Le diré al taxista que te esperé, entra a calentarte un poco —Lei indicó con indiferencia.

Entre en el interior de la casa y realmente es hermosa. La estructura es bastante elegante y amplia. Ximen y Meizuo bajaron por las escaleras frente a mí.

—Ven, toma asiento en la sala —Meizuo sonrió.

Sin duda de los F4, Meizuo es a quien he visto sonreír más, y tener un sentido del humor más abierto.

Los seguí hasta la sala y tome asiento en uno de los blancos sofás. Las miradas de ambos cayeron sobre mí.

—¿Cómo terminaste trayendo a Daoming Si? —cuestionó Meizuo.

—Nos encontramos en el parque y se quedó dormido gracias al alto nivel de alcohol en su cuerpo —respondí.

El señor de momentos atrás entro a la sala y me entregó una tasa de té. Comencé a tomar del contenido de la tasa, entre más rápido lo terminé más rápido podré irme.

—Gracias por traerlo —agradeció, Lei.

Asentí con la cabeza, tomando el último trago de té.

—Ya es tarde, ya debería irme —me levanté del sofá.

Lei imitó mi acción, recibiendo una mirada de confusión por parte de Ximen y Meizuo.

—Andando —Lei, tomó su abrigo.

—¿Disculpa? —le miré confundida.

—Lo acabas de decir, es tarde y es peligroso que vayas sola a tu casa, así que te acompañaré —caminó hasta mí—. Vamos

Lei salió de la sala bajó las miradas de confusión de Ximen, Meizuo y mía.

¿Qué es lo que acaba de pasar?.

—A-adiós —me despedí con un movimiento de mano.

—Adiós.

—Adiós.

Dijeron al unísono Ximen y Meizuo, igual de confundidos y extrañados que yo.

Salí de la sala. Y, me dirigí a la entrada principal donde me espera Lei.

—No es necesario que me acompañes —dije, una vez quede frente a él.

—Trajiste a Daoming Si a casa, es lo mínimo que puedo hacer —explicó—. Además no estaría conforme al saber que deje ir a una chica sola a mitad de la noche

Lo miré en silencio.

—El taxi espera —y sin más abrió la enorme puerta.

Resignada salí de la casa con Lei siguiendo mis pasos. El frío viento de la noche golpea contra mí, haciendo que me abracé a mí misma para calentarme. Caminé en dirección al taxi en silencio, con Lei detrás mío.

Sentí como colocaron un abrigo sobre mis hombros. Giré a ver a Lei quien me ha colocado su abrigo.

—Hace frío —dijo, al ver mi rostro de confusión.

No dije nada.

Ambos subimos al taxi una vez llegamos a el. Le dije la dirección al chofer y este emprendió caminó.

Gran parte del caminó estuvo en completo silencio. Nadie pronunció palabra alguna y una tensión incómoda se formó. Abrí mi bolso para buscar el dinero y poder pagarle al chofer, pero encontré en celular de Daoming Si dentro de mi bolso. Y, recordé guardarlo momentos atrás.

Lo saqué y cerré mi bolso.

—Lei —le llamé.

Él me miró fijamente.

—¿Si?.

Entendí el celular de Si, y él lo miró confundido.

—Es el celular de Daoming Si —expliqué—. Momentos atrás lo guardé en mi bolso para que no se fuese a perder

Lei lo tomó en silenció. Y, nuevamente el trayecto restante permaneció en silenció está vez uno cómodo.

El taxi se detuvo frente la casa de mis abuelos. Y, ambos bajamos del taxi. Las luces de la casa están aún encendidas al igual que las de la casa de mis tíos. Seguramente deben estar preocupados.

Me giré hacía Lei.

—Gracias por acompañarme —le agradecí.

Él asintió con la cabeza. Me giré y comencé a subir los pequeños escalones, pero sentí a Lei subirlos también.

—¿Qué haces? —le miré confundida.

—Te entregaré a tus padres y les explicaré la razón del porque llegas a está hora, así no te regañaran —respondió.

—No es necesario, Lei.

—Para mí lo es —me miró—. Llevaste a Si a casa, no mereces ser regañada por la irresponsabilidad de él

Lo miré sorprendida. Tal vez he juzgado mal a los F4.

Lei toco el timbre de la casa. Y, en cuestión de segundos la puerta fue abierta por mi tía. Su rostro de preocupación cambio rápidamente a uno de alivio y me abrazó fuertemente.

—¡Es Yang Mi! —avisó la tía—. Pequeña no tienes idea de lo preocupados que estábamos, ¿dónde estabas?

Estaba por responder pero la voz de la abuela me interrumpió.

—¡Niña tonta! —la voz de la abuela se quebró—. ¿Dónde has estado?, Tienes idea de lo preocupados que estábamos todos

Detrás de ella se encuentran el abuelo, el tío y Shancai.

La miré avergonzada.

—Lo siento abuela —me disculpé.

—Ven aquí —la abuela me abrazó—. Creímos que te había ocurrido algo malo

Nos separamos. Y, la abuela se percató de la presencia de Lei.

—¿Y este joven apuesto quién es? —la abuela arrugó sus cejas.

—Un gusto, soy Huaze Lei —se presentó—. Y, he acompañado a Yang Mi hasta aquí para explicarles la razón del porque ha llegado a está hora —explicó—. Yang Mi llevo hasta su casa a mi amigo quien se embriagó demasiado, espero y no la regañen por culpa del irresponsable de mi amigo

La tía y la abuela sonrieron.

—Muchas gracias por tomarte la molestia de venir a explicarnos, Lei —la abuela sonrió.

—No fue ninguna molestia —Lei sonrió.

Vaya. Es la primera vez que le veo sonreír.

—Linda entra, debes tener frío —la tía me tomó por los hombros y recordé que traigo el abrigo de Lei.

—Tu abrigo... —me giré a verlo.

—Quédatelo, se te ve a ti —me miró fijamente.

Asentí lentamente con la cabeza. Y, entre a la casa junto a la tía y Shancai.

—Gracias por traer a mi sobrina.. —mi tío hizo una pausa, esperando a que Lei le dijera su nombre.

—Lei. Huaze Lei —alcancé a escuchar antes de entrar a la cocina.

Fue un día bastante largo. Nunca imagine vivir la escena de un mismísimo drama en la vida real, solo que con papeles invertidos. Fue divertido, aunque en el momento no lo fuese tanto.

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