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YANG MI

La alarma de mi móvil comiendo a sonar por toda mi habitación. Estiré mi brazo sobre mi cama para poder apagarla, tras varios intentos  fallidos, lo conseguí. Me senté sobre mi cama aún somnolienta, frotando con suavidad mis ojos. A los minutos me dispongo a ponerme de pie. Caminando en dirección al baño de mi habitación. Al entrar en este realice mis necesidades, y tome una relajante ducha.

Envolví mi cuerpo en mi toalla de baño, y con una más pequeña, mi cabello. Salí del baño dirigiéndome a mi armario, para escoger que ponerme.

Revisé los gabinetes y los percheros. Y, opté por unos jeans negros, un suéter de cuello alto blanco, un abrigó largo café y unos tenis blancos. Comencé a vestirme y a colocarme mis lociones corporales. Tomé asiento en mi tocador, para comenzar a cepillar mi pelinegra cabellera. Y, al terminar, me apliqué un poco de rubor en las mejillas, máscara de pestañas y un brilló labial.

Al estar lista, entre nuevamente en mi habitación. Terminando de guardar en mis maletas, la bolsa del maquillaje que acabo de utilizar, al igual que las lociones. Y, en mi bolso de mano, guardé mi móvil, mis auriculares, mi cartera y mi pasaporte.

Unos toques en la puerta de mi habitación se hicieron presentes y seguido la puerta se abrió, dejando ver a mi papá del otro lado.

—¿Estás lista? —inquirió, entrando en la habitación, observando mis maletas y jugando con sus manos.

—Si, ya tengo todo —sonreí.

—Estupendo... Entonces.... Andando —su voz se quebró, trato de ocultar su rostro.

—Papá... ¿Estás llorando? —lo miré, sorprendida.

—¿Yo? —se señaló a sí mismo—. Para nada... Solo me entró una pelusa al ojo

Papá seco las lágrimas que descienden por sus mejillas. Sonreí con ternura al verlo.

Papá podría lucir y actuar de manera ruda y seria. Pero en el fondo es todo lo contrario, es sensible y afectuoso. Se esfuerza por ser un buen padre, y lo adoro por ello. Por esforzarse en ser mejor cada día.

Camine en su dirección, dándole un abrazo, tomándolo por sorpresa, pero el cual acepto gustoso. Acarició mi cabellera.

—Te voy a extrañar papá —afirmó contra su pecho.

—Igual yo princesa —admite, sin dejar de acariciar mi cabellera.

El flash de una camara nos ilumina por unos segundos.

Ambos miramos en la dirección de la que provino el flash, encontrando a una mamá sonriente con su móvil en manos.

—La pondré de fondo de pantalla —nos mostró la imagen.

—Tienes que enviarmela... Salgo muy bien —el ego de papá salio a flote, mientras aprecia la imagen.

Mamá río, —. Bien... Hay que irnos o se hará tarde y Yang Mi perderá su vuelo

—¿No quieren ir a comer algo por unos treinta minutos? —nos miró papá.

Yo solo me límite a reír.

—Andando —mamá me tomó con suavidad por los hombros—. Baja las maletas, padre sentimental

Mamá y yo salimos de la habitación, sumergidas en una animada plática, mientras escuchamos los reproches de papá en la habitación.

Bajamos por la escalera. Y, al llegar a la primera planta observé a todas las empleadas domésticas, y a los guardias de seguridad. Todos en una ordenada fila, frente la escalera.

—¡Que tenga un buen viaje Señorita Yang Mi! —vociferaron al mismo tiempo.

—Muchas gracias —hice una reverencia—. Esperó y todos cuiden de su salud

—Así será Señorita Yang Mi —afirmó, la Señora Ji—. Usted también debe cuidar de su salud y regresar sana y salva

—Lo haré Señora Ji —le sonreí.

Al despedirme de todos, salimos de casa. Los guardias ayudaron a papá a bajar mis maletas. Y, a subirlas al maletero del auto. Mis padres entraron al auto y seguido yo. Esperaba que mi hermano viniera, pero no lo hizo. Tal vez, y solo tal vez, vaya al aeropuerto para despedirse de mi.

Tras varios minutos en la transitadas autopistas de Seúl. Llegamos a el aeropuerto. Donde ya nos esperaban mis tíos y mis amigos. Sehun, Sungjae y Chanyeol también parten hoy a Inglaterra. Sus vuelos salen un par de minutos después del mío. Joy y Haneul se encuentran con sus ojos rojos y llorosos. Al verme corrieron a abrazarme, al separarnos los chicos también me abrazaron.

—Se ha llegado el momento —nos miró con notable tristeza Joohyuk.

—Si —dijo en un hilo de voz Chanyeol.

—Pronto nos volveremos a ver —animó, Joy—. Solo serán unos años

Nos quedamos en silencio.

—Los echaré de menos... —Sehun nos miró.

—Nosotros también —Sungjae y Chanyeol dijeron al unísono.

—Y nosotros... —dijeron ahora, Joy, Haneul y Joohyuk.

Los siete nos dimos un abrazó.

—Creo que voy a llorar —escuchamos decir a nuestros padres, mientras nuestras madres solo los miran con diversión.

Al separarnos miro por todo el aeropuerto, en busca de mi hermano, pero no hay señal de él por ninguna parte.

—Oppa no vino —suspiré.

—Tal vez... Tuvo algo que hacer —Haneul, me animó.

Forzó una débil sonrisa.

—¡Pasajeros con destino a Shanghái, China, favor de abordar por la puerta tres!.

Anunciaron los altavoces.

—Es hora... —miré con nervios a los chicos—. Hasta pronto

—Hasta pronto —me abrasaron.

—Ten cuidado cariño —mamá se acercó a mí, acariciando mi mejilla—. Mamá te extrañará

—Lo tendré mamá —le sonreí—. Yo también te extrañaré

—Hasta pronto princesa —papá se colocó aún lado de mamá—. No hagas nada que deshonre el apellido de nuestra familia, ¿de acuerdo?

—Seung Gi —reprendió con severidad mamá.

Papá elevó las manos en señal de paz.

—Descuida papá. Tendré cuidado.

Ellos me dieron un cálido abrazó.

Mis tíos se acercaron y se despidieron, dándome fuertes abrazos cada uno.

Me despedí con un movimiento de mano para alejarme de ellos. Camine hasta la puerta tres, donde una mujer se encuentra recibiendo los boletos de cada pasajero. Hice fila hasta que me tocó pasar. Entregué mi boleto y entre por el pasillo hasta el avión.

Una vez dentro, tome asiento en mi lugar asignado. Mi felicidad y tristeza se mezclan al ver por la ventanilla del avión. Me siento triste por alejarme de mis padres, por alejarme de mis mejores amigos y por el hecho que mi hermano no vino a despedirse de mí.

Pero me siento feliz por que en un par de horas estaré con mis abuelos maternos, con mis tíos y con mi única prima. Shancai. Realmente estoy feliz de verlos, hace ya once años que no los veo en persona. Y, me hace feliz saber que estaré viviendo con ellos por un tiempo.




#




Todo el vuelo la pase dormida. No soy buena al tener que levantarme temprano. Así que decidí reponer mis horas de sueño durante el vuelo.

—¡Pasajeros favor de abrochar sus cinturones, estamos por aterrizar en Shanghái, China!.

Anunció una azafata por los altavoces del avión.

Abroche mi cinturón. Observado la ciudad por ls ventanilla del avión. Una opresión de nervios se apoderó en mi estómago. Estoy a nada de estar con mis abuelos.

Tras un par de minutos el avión aterrizó. Tome mi bolso y baje del avión. Me adentre en el aeropuerto para recoger mis maletas, y una vez las tuve comencé a caminar a la puerta de salida del aeropuerto. Con mi miradas busqué entre todas las personas a mis abuelos. Hasta que varios gritos llamaron mi atención.

—¡Yang Mi!.

—¡Yang Mi!.

—¡Hey, Yang Mi!.

Mire en la dirección de la que provienen tales gritos. Encontrando a mis abuelos, tíos, y a mi prima, gritando eufóricos. Sonreí. Y, camine lo más rápido que me permiten las maletas hasta ellos. Al llegar a ellos, solté mis maletas y abracé a mis abuelos y seguido a mis tíos.

—¡Mira cuanto a crecido mi pequeña nieta! —la abuela pellizco mis mejillas emocionada.

—¡Mi sobrina es demasiado hermosa! —la tía me volvió a dar un fuerte abrazo—. No por nada las Jin somos hermosas

Sonreí.

—¡Shancai! —grite al ver a mi prima.

La abracé con fuerzas. Abrazo el cual ella aceptó más que gustosa.

—Te eché mucho de menos Yang Mi —dijo una vez nos separamos, Shancai.

—Y yo a ti —la miré con una sonrisa.

Mire sobre el hombro de Shancai, observando a  Qinghe —el mejor amigo de Shancai y un buen amigo mío también—.

—¿Qinghe? —lo miré con emoción.

—El mismo en persona —sonrió.

Lo abracé.

—Mi hermosa sobrina tiene la belleza de mi hermanita y mía —la tía limpió unas lágrimas que caen por sus mejillas.

Un golpe de la abuela se posicionó en la cabeza de la tía.

—¡Mamá! —reprochó la tía—. No me pegues

—¡Como te atreves a decir que heredo la belleza tuya y de tú hermana!. ¡Cuando es evidente que ustedes la heredaron de mí! —la abuela afirmó molesta—. ¡Por lo tanto Yang Mi y Shancai también heredaron su belleza de mí!

Shancai y yo nos miramos —claramente divertidas con la escena— e inevitablemente, nos echamos a reír a carcajadas. A las cuales el abuelo, el tío y Qinghe se unieron.

—Es bueno tenerte aquí pequeña —el abuelo acarició mi cabellera—. Me alegra que estes con nosotros

—Gracias abuelo.

Le sonreí. Mientras permanezco con mi brazo cruzado al de Shancai.

—¿Se te antoja algo en especial para comer Yang Mi? —el tío me miró emocionado, mientras carga mis maletas con ayuda de Qinghe y el abuelo.

—Hmm... —lo pienso por un momento—. ¡La comida de la tía!, ¡muero por comerla!

—¡Entonces no se diga más!, ¡Vamos a casa! —la tía sonrió emocionada.

Todos salimos del aeropuerto. Subimos al auto del tío y este emprendió camino a casa. Durante todo el camino mis tíos y abuelos se sumergieron en una animada conversación sobre que platillos prepararían. Por otro lado Shancai, Qinghe y Yo nos limitamos a contarnos todo lo que nos ha pasado.

Tras varios minutos el tío entro aún barrio anticuado pero muy hermoso. Y, mi emoción no se hizo esperar, comenzando a apoderarse de mí.

—Abuela. ¿A un siguen viviendo frente los tíos? —pregunte emocionada.

—Por supuesto mi niña —respondió la abuela.

—¡Shancai!. ¡Podemos hacer pijamadas juntas!.

Me gire nuevamente a Shancai.

—¡Si!. ¡Y también te puedo te puedo mostrar Shanghái! —propuso—. Además que estaremos juntas en el mismo salón en la universidad

—¡Siii! —ambas chillamos emocionadas.

—¿Por qué me siento excluido? —Qinghe hizo un puchero, cruzando sus brazos.

—¡Ven aquí pequeña banana! —bromeé, abrazándolo.

Shancai rió.

Los tres comenzamos a bromear. Las risas por parte de todos invadieron todo el interior del auto.

Al cabo de unos minutos llegamos a la casa de los abuelos. La cual es una casa bastante tradicional. Todos bajamos y entramos en ella. Por dentro es pequeña pero muy acogedora. Una pequeña sala se encuentra del lado derecho, del lado izquierdo de la casa está la cocina y el pequeño comedor. Al fondo de la casa, frente la puerta principal, hay tres puertas.

—Vamos para que conozcas la que será tu nueva habitación pequeña —la abuela me dirigió al fondo de la casa, abriendo la única puerta que se encuentra del lado izquierdo.

El interior de la habitación es pequeño pero muy hermoso. Toda la habitación es de color blanco. Hay una pequeña ventana en la pared de enfrente la cual da vista a la calle, unas cortinas blancas adornan sus costados impidiendo que entre demasiada luz a la habitación.

Frente la venta se encuentra un pequeño escritorio blanco, con su silla la cual es de un tono rosado. A el costado del escritorio hay un vanity con algunas decoraciones en el. Y, a unos pasos de ellos —justo en el centro— se encuentra la cama, siendo decorada por varios cojines de color café y rosado. Las mantas son color blancas a excepción de una pequeña cobija rosada. Del lado derecho de la cama está un mueble de noche, igualmente blanco. Decorando la pared hay tres cuadros sobre la cama.

—Esperamos te guste —la abuela me mira con dulzura—. Tú tía, Shancai y yo la arreglamos para que te sintieras cómoda

—Es hermoso —las miré a las tres—. Muchas gracias

El abuelo y el tío dejaron mis maletas dentro de la habitación. Y seguido todos fuimos al comedor a comer la deliciosa comida de la tía. La tarde se fue entre risas y bromas por parte de todos. Al caer la noche Qinghe se fue, y seguido mis tíos. Shancai decidió quedarse y pasar la noche conmigo.

No está demás decir que permanecimos despierta un par de horas más platicando y riendo. Pero en cuanto el sueño se apodero de nosotras, caímos rendidas en los brazos de morfeo.

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