OCHO

Màu nền
Font chữ
Font size
Chiều cao dòng


Salió un poco más tarde de la oficina, antes de regresar al departamento fue a buscar a Hoseok, entro sin tocar, pero el menor no estaba.

—¿A dónde ha ido? — preguntó a Jungkook, el menor despego la vista de los papeles que tenía en su mano y lo miro sin interés.

—Fue a medirse el traje de boda.

—¿Enserio?— Taehyung hizo puchero —no me dijo nada me hubiera gustado acompañarlo de todos modos también tengo que medirme el mío.

Jungkook negó —No creo que le hubiera gustado verte ahí ya sabes, es de mala suerte.

Taehyung sonrió en modo de burla. —¿Qué es, una mujer virgen e ilusionada?, no creo en esas cosas.

Jungkook frunció el entrecejo —Sus personalidades son totalmente distintas eso es todo, por cierto, ¿Qué prefieres brochetas de fresa con chocolate o de bombones con chocolate?

—Ninguna, el dulce me hace daño— respondió sin ganas. —¿Por qué?

—Sólo curiosidad, ¿Por cierto que servirán en la boda?

—Hoseok se encarga de eso puedes preguntarle.

Jungkook golpeó la mesa con el paquete de papeles que tenía en su mano. —Oh mierda, olvide que tenía que verme con Namjoon, me voy— Jungkook tomó su saco —puedes esperar a Hoseok aquí o puedes irte como siempre haces— dijo en un susurro.

Taehyung lo miró sin entender. —Tenemos una visita en casa, no quiero ser grosero dile a Hoseok que vine y que me llame cuando tenga tiempo.

—Le diré, ahora me voy.

Taehyung se alborotó el cabello y decidió volver al departamento en el coche.

No tardó mucho en llegar a casa, Soyeon cocinaba la cena y él se asomó sólo para meter el dedo en el kimchi y probar, sonrió cuando la muchacha me dio un pellizco en el brazo. —Tentón.

Después fue a buscar a Jimin, lo encontró descansando en el sillón con un libro en su mano y los ojos cerrados, recorrió su cuerpo con la mirada, seguía teniendo músculos no sólo en su abdomen también en sus piernas, que pudo observar gracias a que Jimin vestía solamente un pequeño short gris y una playera negra que se había corrido mostrando sus clavículas y descubierto un hombro.

Jimin seguía siendo igual de hermoso que en su adolescencia e incluso más, su rostro se había vuelto más fino y su cuerpo un poco más delgado.

Lo tomó entre sus brazos y lo llevo hasta la habitación de visitas que le había asignado, cuando llegó con delicadeza lo acomodó en la cama y lo cubrió con una sábana delgada porque no estaba haciendo precisamente frío.

Y quiso abandonar la habitación, pero no pudo, no podía dejar de verlo, de admirar su belleza, de recordar cuan feliz lo había hecho Jimin.



Bạn đang đọc truyện trên: Truyen2U.Pro