Capítulo 23

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—¿Cedric?—Susan jalo el brazo del muchacho—¿Qué está pasando? —.

—No tengo idea, pero todos debemos ir a la sala común y quedarnos allí—.

—Menos conversación y más movimiento—Llamó la Profesora Sprout.

—¡Nunca la he visto lucir tan fiera!—Le susurró Hannah a Susan.

Confundidos estudiantes siguieron a sus profesores hacia sus dormitorios. Los Hufflepuffs en la biblioteca recogieron sus cosas, silenciando sus preguntas ante la seriedad de la profesora Sprout. Los prefectos tenían instrucciones estrictas de que nadie dejara su Casa por ninguna razón.

Los Slytherins querían saber dónde estaba el Profesor Snape y nos les dijeron nada más que "estaba lidiando con una situación junto al Director". La Profesora Sinistra fue con ellos a la sala común de Slytherin y chequeo la lista, asegurándose de que no faltara nadie.

En cada Casa, faltaba un estudiante. Pero en cada caso le aseguraron a los estudiantes que tal alumno estaba bien.

—¡Granger va a estar en muchos problemas!—Mandy Brocklehurst le siseo a las demás chicas con ojos brillantes.

La Profesora Vector levantó un poco la voz—La Señorita Granger se encuentra bien, les aseguro. Y no está en problemas—Vector había oído que Hermione Granger era una muy buena estudiante y recordaba lo desagradable que podían ser algunas chicas de sus días de escuela en la casa Ravenclaw. El resto de la historia que le habían dicho que contara no la dijo, ya que obviamente alegraría mucho a este grupo.

Pansy se quejó en voz alta—Draco prometió volver a las ocho...—.

—El Sr. Malfoy tuvo un pequeño accidente y está siendo atendido por Madame Pomfrey—Le dijo Sinistra su rostro en perfecta calma.

—¡Harry no está aquí!—Protesto Justin—¡Esta en una reunión con la Profesora Burbage! —.

—Si, lo sé—Le aseguró la Profesora Sprout—Hubo un pequeño accidente. Él pasará la noche en la enfermería, pero está bien—.

—¿Pero qué le paso a Neville?—Ron Weasley le preguntó a su hermano—¿Por qué estamos siendo encerrados todos? ¿Qué sucede? —.

Percy fue cortante con él—Nos quedaremos en la Torre de Gryffindor porque es lo que ordenó la Profesora McGonagall. Ella dijo que Neville está bien. Solo pasará la noche en la enfermería. Algún juego tonto debió salir mal en la reunión suya, me atrevería a decir—

George y Fred se retiraron a una esquina, observando la confusión en la sala Común con algo de escepticismo.

—Cierto—Susurró Fred—Aquí está... la enfermería. Allí está Madame Pomfrey... y allí están Neville, Malfoy y Granger. Y la Profesora Burbage...—.

—...¡Pero Harry no está allí!—Añadió George sus ojos recorriendo el mapa—...¡él está con ellos!—Dijo con un susurro triunfal, apuntando a una pila de puntos en el primer piso.

—Compañía distinguida para un simple chico de primero—Dijo Fred levantando sus cejas asombrado—Dumbledore, Snape, Flitwick, Lupin, McGonagall, Kettleburn... ¡caracoles! —.

Fred miró a su hermano con rostro incrédulo—¿Nicholas Flamel? ¿Perenelle Flamel? ¿En qué tipo de aventura ha caído nuestro Harry esta vez? —.

"Ella solo está petrificada", se repitió Snape. "Solo está petrificada".

Ver a Charity yaciendo inmóvil en el piso de la habitación del club casi lo destrozó. Los ojos de ella miraban hacia la pared abiertos y en blanco, y por un espantoso e indescriptible momento pensó que ella estaba muerta. Pero era petrificación, no muerte, y se dejó caer de rodillas a su lado, chequeándola por otras maldiciones y hechizos. Los niños estaban frenéticos, chillando como aves, moviéndose de un lado al otro, balbuceando tonterías. Snape no pudo reunir las fuerzas para gritar por silencio.

En cosa de momentos, Dumbledore y los Flamel respondieron a la alarma y llegaron, preocupados pero tranquilos, confirmando de que sí, de alguna manera, Charity había sido petrificada en vez de ser asesinada cuando miro al basilisco.

—Ella estaba mirando por la mirilla que yo hice, Profesores—Balbuceó Harry—Ven, es un ojo de Finn. Lo aprendí de la Profesora McGonagall...—.

Minerva había salido del fuego—...y eso significa que Charity vio la mirada del basilisco a través de un filtro mágico—.

Un grupo se reunió alrededor del pequeño diagrama en la pared, admirando el producto de la magia familiar de McGonagall.

Snape, sin embargo, aun en el piso, suspiro aliviado ante esta confirmación, su mente repasando las posibilidades.

"Poción de mandrágora, poción de mandrágora... ¿están maduras las mandrágoras en el invernadero?... si no lo están los Longbottoms podrían tener algunas..."

Dumbledore interrumpió la conversación sobre el ojo de Finn diciendo—Debemos adelantar nuestros planes para confrontar al basilisco. No podemos perder tiempo en dominar a la criatura—.

Le pidieron a Sprout que se encargará de encerrar a los estudiantes. Snape llevaría a Charity y a los niños a la enfermería. Los niños descansarían allí esta noche, mientras Poppy cuidaba de la petrificada Profesora.

Excepto por Harry, claro está. Él era esencial para sus planes. Apenas Snape volviera, pondrían en marcha esos planes cuidadosamente diseñados.

Todos tenían espejos para mirar por las esquinas. Los espejos los protegerían de la muerte aunque no de la petrificación. Harry avanzaba con el grupo y en cosa de momentos, pudo oír al basilisco quejándose por falta de comida.

—No va a subir—Le susurro a Snape—No le gustan mucho las escaleras—.

—Mucho mejor—Le dijo con brevedad Snape—Será más fácil de encontrar así—.

Kettleburn bufo—En especial si la bestia se va tras nosotros. Movámonos al lugar donde creen está la entrada. Quizás podemos convencerla de volver a su guarida—.

Se le advirtió a los elfos domésticos de no andar por ahí, y también se les pidió una gran cantidad de carne sin procesar o cocinar como carnada.

Para cuando llegaron al baño de Myrtle, la trampa estaba casi completa.

Harry susurro que podía oír al basilisco quejándose al otro lado del pasillo.

—Entonces entremos—Indicó Dumbledore.

Myrtle chillo cuando los vio, sentada desde su lugar en la ventana alta y comenzó a temblar.

—Hola, Myrtle—La saludó Harry—¿Estás bien? —.

—¿Si estoy bien?—Chilló ella—¿Si estoy bien? ¡Una serpiente gigante se deslizaba por mi baño! ¿Y me preguntas si estoy bien? —.

—Era un basilisco—Le dijo Harry—Es quien te mato. Estamos intentando atraparlo para que no lastime a nadie más—.

—¡Para lo mucho que me va a servir a mí!—Sollozó ella.

Snape sacó su varita mientras pensaba en un exorcismo por lo menos, pero Perenelle Flamel le dio a la fantasma una amable pero sería mirada, mientras movía su muñeca. Myrtle salió volando al techo, precavida pero impresionada.

Perenelle dijo—Mi niña, no queremos lastimarte, pero debes mantener silencio para que podamos trabajar. No tardaremos—

Todos esperaban que eso fuera cierto, todos habían mirado alrededor del baño cuando entraron y aún no había señales de la entrada a la Cámara de los Secretos. Los ojos de Harry recorrieron la habitación desesperado.

"¡Salió de este lugar! ¡Tiene que estar aquí!"

Con rapidez, Flamel le mostró un bosquejo de una forma curva—¿Qué es eso, Harry?—Preguntó.

—Es una serpiente—Harry respondió de inmediato.

Flamel levantó sus cejas, intrigado y miró a Snape—¿No es una letra "S"? —.

—No—Harry negó con la cabeza—Es una serpiente—.

—Harry, esa marca está allí—Flamel lo llevó al lavabo malo. ¿Crees que podrías usar algo de Pársel? ¿Quizás podrías decirle algo como "Ábrete"?—.

—¿Ábrete?—Dijo Harry—Lo siento. Quizás si miro a la serpiente—Estudió el dibujo de nuevo.

>> Ábrete—Ordenó.

Todos dieron un paso atrás y algunos jadearon, cuando el piso se abrió y un oscuro agujero fue revelado bajo sus pies.

Dumbledore murmuró, casi encantado—La entrada a la Cámara de los Secretos. Al fin—.

—Entonces descendamos—Dijo Flamel, también intrigado.

Conjuraron escobas, algunas no muy buenas: pero lo suficientemente buenas para permitir que los profesores descendieron a la Cámara.

—Esta es sin duda la guarida—Dijo Kettleburn—¡Que olor más curioso! Debo mencionarlo en mi investigación—.

Huesos crujían bajo sus pies y una extraña luz brillaba más adelante. Otra puerta ya estaba abierta delante de ellos y una vasta cámara fue revelada.

—Salazar Slytherin, supongo—Dijo Dumbledore apuntando a una gran estatua—Ese es el lugar ideal para la trampa, ¿no es así, Sylvanus? —.

—No podría ser mejor—Confirmo Kettleburn.

—Entonces convoquemos a los elfos domésticos—Dijo Flamel—Y pongamos la trampa—.

Con un movimiento de la mano de Dumbledore los elfos domésticos de Hogwarts arribaron, trayendo carnes frescas procedentes de los vastos alrededores de Hogwarts: fresca y sangrienta como había sido ordenada: pollos, patos y gansos; lomos de cerdo y ternera, dos corderos recién sacrificados. Los elfos domésticos se marcharon y los cazadores se pusieron a esperar.

El olor lleno la Cámara. Algunos arrugaron la nariz; otros esperaron impasiblemente. Todos volaron al techo de la cámara, lejos del alcance de los colmillos del basilisco. Todos menos Snape y Harry, que volaron sobre la sangrienta ofrenda. Snape lanzó una jarra completa del Filtro de los Muertos en Vida.

—Será lento en una criatura de este tamaño, pero con seguridad funcionará—Murmuró Snape, más para sí mismo que para los demás.

—Llámalo, Harry—Ordenó Dumbledore.

—Tendré que mirar el dibujo otra vez—Respondió Harry. Estaba molesto porque Snape había exigido que volará en la escoba con Snape. ¡No era un bebé y podía volar mejor que cualquiera en la habitación! Sin embargo, coopero sin problemas cuando Flamel voló a su lado. Miro la pequeña serpiente y se concentró.

¡Hola, Basilisco! —Llamo—Tenemos harta comida para ti. ¡Deberías volver a la cámara! —.

Se detuvo y luego se oyó un ruido como una inundación que se aproximaba—¡Un hablante! ¿Me has traído comida al fin? —.

¡Sí! ¡Mucha! ¡Mejor vienes pronto si la quieres! —Harry miró a Flamel, para recordarse como hablar como humano y le gritó a todos—¡Ya viene! —.

—¡Hablale, Harry!—Rogó Kettleburn—¡Hablale! —.

Todos oyeron al basilisco cuando salió como una explosión por el túnel, huesos crujiendo y baba salpicando en su codicia. Le dieron la espalda a la bestia, solo mirando a través de espejos. Solo Snape y Harry no tenían espejos, confiando en que los demás les avisarían del peligro, Snape sabía que no podía arriesgarse a ser petrificado, no cuando Charity necesitaba que la rescatara de ese estado.

Harry intentó hablar, pero el basilisco no vio nada más que la comida frente a él, y sus pocas palabras consistían sólo en "¡Carne, Sabroso!" y "¡Huesos Crujientes!" que Harry relató obedientemente. Realmente no era una serpiente muy interesante desde el punto de vista de la conversación.

Eres una criatura asombrosa—Intento de nuevo Harry—¿Cuánto tiempo has vivido aquí? —.

Siempre—Gruño la criatura entre bocados—Siempre y siempre—.

Instado por Snape, Harry preguntó—¿Has visto a un niño aquí antes? —.

Estaba el Lord. Él no fue el primer hablante. Él era bueno y traía comida—.

¿Cuándo fue esto? —.

Antes. Él traía rica comida—Se estaba poniendo letárgico, cayendo bajo la influencia de la poción y la gran comida.

¿Dijo su nombre? —.

Primero fue el Hablante y después estuvo el Lord—Respondió el basilisco un poco irritado—Deseo dormir ahora. Tanta carne en mi barriga se siente bien

Las palabras del basilisco eran somnolientas ahora.

>> Dulce carne—Gruño—Dulce carne...—.

Con urgencia, Kettleburn le rogó a Harry que le hiciera una lista de preguntas. El basilisco respondió con lentitud y sin mucho interés. Le gustaba la carne. La que mata el mismo era mejor, pero está también estaba buena. No conocía a otros de su especie y no le interesaba conocerlos. Si, recuerda al primer Hablante. Él le ordenó que cuidara el lugar de peligros.

>> Cuidar por peligro...y luego dormir...dormir...—.

Kettleburn le hizo un gesto a Lupin, quien se coló por atrás, como había sido planeado. Y miro sobre su masiva cabeza.

—Los párpados están abajo...—Murmuró, con precaución usando un espejo—¡Abajo... si! Los parpados están abajo... ¡Los ojos están cubiertos!—Dijo con un susurro urgente.

Los magos y brujas se movieron al mismo tiempo, bajando desde el techo de la Cámara, descendiendo con varios grados de dignidad. Flitwick y McGonagall se pusieron sobre el basilisco, sus varitas listas para petrificar a la bestia si despertaba. Nicholas y Perenelle comenzaron a extraer el veneno del basilisco de las presas que no había alcanzado a comer. Kettleburn y Lupin recogieron la piel desechada del animal e incluso encontraron algunos dientes entre la desagradable basura en el piso.

Dumbledore y Snape revisaron la Cámara en busca del Diario. Estaban atentos por cualquier artefacto mágico, esperando más secretos por descubrir. Snape creía que podría haber un alijo escondido de sabiduría antigua, pero la habitación parecía no ser más que un escondite para el propio basilisco. Mantuvo a Harry a su lado todo el tiempo, no dejando que el niño se alejara ni siquiera por un momento.

—¡Aquí!—Llamo Dumbledore.

En un pequeño nicho al lado de la estatua había pruebas de que un humano había estado allí: algunas cajas, ropa tirada. En una de las cajas había platos limpios y una botella cerrada de cidra. No había migas o desechos, ni siquiera platos sucios: un mago apropiado limpiaría todo y se desharía de hasta el más mínimo desecho.

>> Nuestro estudiante misterioso estuvo aquí—Dijo Dumbledore—Después que estuvo seguro de que habíamos encontrado su otro escondite. Ahora sabemos que debe de hablar pársel. Quizás el don no es tan raro como pensábamos...—.

—Él no se quedó mucho tiempo—Accedió Snape—¿Posiblemente el basilisco fue liberado para crear una distracción? —.

Harry estaba cansado de ser llevado por el Profesor Snape, aunque fuera por su propio bien. Miro a los demás, curioso por lo que estaban haciendo los Flamels. Sabía que el veneno de Basilisco era raro y valioso. Podías hacer todo tipo de cosas con el...

Tras el borde de la túnica purpura del Profesor Dumbledore, se veía una esquina oscura y polvorienta. Algo blanco revoloteo allí...

—¡Ese es!—Dijo jalando la manga de Snape—¡Ese es el diario! —.

Su voz clara hizo eco en la gran cámara de piedra. Las cabezas se giraron para mirarlo.

Había sido desechado, cayendo abierto de tal manera que a primera vista ni siquiera parecía un libro. Snape agarró el hombro de Harry alejándolo. Dumbledore se movió de manera curiosa, listo para tomarlo con el doblez de su manga.

Los demás se acercaron, menos McGonagall y Flitwick, que aún vigilaban al adormilado basilisco.

—Harry—Dijo Snape—¿Estás seguro de que este es el diario? —.

—Absolutamente...—Dijo ansioso Harry—Miren adentro—.

Dumbledore abrió el libro—"Propiedad de T.M. Ryddle"—Leyó—Un libro en blanco como dijiste, Harry—Dijo frunciendo el ceño—Pero aun así...—.

Flamel lanzo un breve hechizo al diario y también frunció el ceño. Levantó una ceja en dirección a Perenelle.

>> Severus—Dijo Dumbledore—No me agrada pedirte esto, ¿pero podrías tocar este libro? —.

Apretando los dientes, Snape estiro la mano y tocó el libro...

Y no sintió nada.

Bueno, eso era una simplificación excesiva. Sintió un libro. Un simple libro muggle en blanco, apto para un diario. Cartón y papel. Lo tomo de las manos de Dumbledore y lo reviso.

>> Nada—Dijo—No hay nada aquí. Es solo un libro en blanco. Harry, ¿estás seguro de que es el mismo? —.

—¡Seguro, estoy seguro! Miren en la parte de atrás. ¡Es de ese lugar en Vauxhall Road! ¡Yo escribí en él y me respondió, y me mostró esas visiones! —.

Con rapidez, Flamel conjuro una pluma—Ya tiene tinta, Harry—Explicó—Escribe en el libro—.

Snape respiro profundo, Pero no objetó. Harry miró a los adultos que contenían el aliento y escribió "Hola" en una página blanca.

"Hola" seguía escrito allí en el papel blanco.

—Esto es extraño—Protesto, sacudiendo la cabeza y entregándole la pluma a Flamel—Esto no es lo que pasó antes. Antes la tinta desapareció en el papel. Ahora solo está... ahí. Es el mismo libro, pero no está funcionando de la misma manera—.

—Así parece—Accedió Flamel suspirando—Lo encantamientos que estaban en este libro ya no están. Puedo detectar rastros de magia, pero este objeto encantado ha sido desencantado. Ahora ya no es nada más que un libro muggle—.

Hubo reclamos generales y mucha conversación.

—¿Como puede ser posible?—Preguntó Lupin muy alarmado—¿Como un horrocrux puede dejar de ser un horrocrux sin ser destruido como la diadema? —.

Dumbledore observó el libro—Quizás nunca fue un horrocrux. Quizás estuvimos equivocados de su naturaleza. Quizás estaba encantado de la misma manera que un pensadero, pero sus memorias ahora han sido borradas—.

Flamel estaba inquieto pero estuvo medio de acuerdo—Ahora es imposible decir si era solo un libro encantado o un horrocrux que ha sido usado. Y nadie en esta habitación tiene la menor idea de cómo luce un horrocrux usado—.

Mas partes del basilisco fueron recolectadas en silencio, y el basilisco en si fue regresado a su sueño encantado, con los esfuerzos conjuntos de Dumbledore, Kettleburn, Flitwick y los Flamel. Los restos espantosos del festín del basilisco fueron desaparecidos. Todos volvieron por el túnel y a Harry le dijeron que cerrara las puertas con pársel.

Era un grupo sombrío el que estuvo sentado en la oficina del Director por un tiempo.

Dumbledore habló—Me pondré a trabajar de inmediato en Protecciones para la Cámara de los Secretos. Es importante que deje de estar disponible con el solo uso de la lengua pársel. Quien haya estado usando la Cámara ya no está y creo que todos estamos de acuerdo que no queremos que nadie más interfiera con el basilisco—.

Todos estuvieron de acuerdo. Flitwick dijo—Quién estuviera allí, puede haberse ido hace días. ¿Quién sabe a dónde se fue? —.

Dumbledore lucia acosado y cansado—En todo caso hay muy poco que podemos hacer al respecto. Ahora espero que me disculpen, pero debo dormir un par de horas si voy a hablar en el juicio de Peter Pettigrew mañana—.

—Iré contigo—Dijo de inmediato Minerva.

—Y yo—Accedió Lupin—Ahora que nos hemos encargado del asunto del basilisco, el juicio de Peter y luego el de Sirius deben ser nuestra primera preocupación—.

Harry bostezo y Snape estuvo agradecido por la interrupción.

—Harry está cansado—Snape le dijo a todos—Lo voy a llevar a la enfermería y veré a Charity. Pomona, ¿tenemos mandrágoras maduras? —.

Sprout le dio una gran sonrisa—¡Por supuesto que sí! En el invernadero tres. Deberíamos trabajar en eso—.

Snape casi se derritió por el alivio—Si. Iré luego al invernadero, creo que cosecharé dos. Eso debería ser suficiente—.

Mon enfant—Dijo Flamel con amabilidad—Consideraría un honor que nos permitieras a mí y a Perenelle ayudarte en la preparación de la poción—.

Snape asintió anonadado, sabiendo que él no estaba en un óptimo estado para un óptimo resultado—Estaré en mi laboratorio en una hora—.

Kettleburn se puso de pie de buen ánimo pese a todo—Yo también estaré en mi laboratorio, escribiendo mis notas. ¡Una entrevista con un basilisco! Un momento único, mis amigos: un momento único—.

Traductor: Fadamaja

Nota del Autor: Sí, soy consciente de que las membranas nictitantes de las serpientes son translúcidas y no exactamente como los párpados, pero los basiliscos son criaturas extrañas y maravillosas con plumas en sus cabezas, y para los propósitos de esta historia tienen párpados para proteger esos enormes ojos amarillos.

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