Introducción

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Arturo, su hermano Kay, y el amigo de ambos, Lancelot, caminaban despreocupados por las calles de Londinium.

Los tres llevaban apenas unos días en la ciudad después de salir de la isla de Avalon donde se habían criado, junto con sus respectivos padres, para asistir al torneo de justas que obispo de Glastonbury había convocado para elegir al sucesor del difunto rey Uther Pendragon en el Trono de Inglaterra, que llevaba vacío ya demasiados años desde que el monarca falleciera sin dejar herederos tras de sí.

Todo el mundo andaba expectante y nervioso ante tal acontecimiento. Como no, al torneo se habían presentado numerosos caballeros, todos deseosos de ganar.... Entre los que estaba Kay.

Su hermano Arturo era su escudero.

-Tranquilo, Kay, lo harás bien

-Si, la cuestión es que no creo que me baste solo con hacerlo bien. Y ahora si no te importa,creo que ya es hora de que me entregues mi espada.

Arturo alargo el brazo para entregarsela....solo para darse cuenta entonces de que en realidad no había nada que entregar. Se había olvidado la espada.

-Kay....Yo....Lo siento, pero me olvide la espada en la taberna.

Su hermano al principio se quedo mudo por la conmoción.

-¿Qué..? ¿Cómo has podido olvidarte - replico finalmente entre molesto y decepcionado

Arturo ya no sabía como disculparse más que de la siguiente manera:

-No te preocupes, lo arreglare enseguida.

Antes de que su hermano tuviera tiempo a replicar, el adolescente se fue corriendo de regreso a la taberna, de veras pensaba volver con la espalda pero para su desgracia la taberna estaba cerrada. Intento llamar a gritos a alguien pero pronto se dio cuenta de que la taberna estaba también vacía por completo.

Desesperado, se puso a pensar rápidamente en otra solución....

Fue entonces cuando su mirada se topo con el prodigio que necesitaba, y que cambiaría inesperadamente toda su existencia:

La reluciente espada clavada en la piedra. Su brillo etéreo parecía llamarle y él no dudo en responder. Salto la valla que rodeaba la piedra y fue directo hacia ella. Solo duro una vez, justo antes de sacar la espada, pero aquel momento duro solo unos segundos pues su hermano necesitaba urgentemente una espada pensó mientras la arrancaba. Aunque cuando lo hizo, se sintió diferente, de algún modo que no logro explicar, al menos en aquel momento.

Intento rehuir ese sentimiento mientras se alejaba.

Decadas después Arturo rememoraría ese momento con sentimientos encontrados, llegando incluso a preguntarse si toda la desolación y el dolor habrían realmente valido la pena.

Después de hacerse con Excalibur, era cuando se había enterado de la profecía que iba ligada a la espada. No solo eso sino que había descubierto asimismo que en realidad era hijo biológico del Rey Uther y la Reina Igraine, y también tenía una hermana menor, Morgana Pendragon que además era discípula de la Dama del Lago quién también era la madre adoptiva de Lancelot.

Tan solo un par de años después de su coronación, durante la celebración de su decimoséptimo cumpleaños, conoció al mago Merlin quién pronto se convertiría en su mas leal y querido consejero.

Después de casarse con la princesa Guinevere, había fundado la Orden de la Mesa Redonda. Que tiempos más felices habían sido aquellos; su hija Primrose nació al poco tiempo y el reino florecía como nunca lo había hecho y él era feliz con toda su familia y amigos.

Pero eso demostró ser solamente ser una ilusión: La dulce y benévola Morgana se convirtió en una hechicera nigromante que solo pensaba en el poder y rompió su compromiso nupcial con Lancelot y años después este iniciaría un intenso romance con Guinevere; una antigua amante suya llamada Morgause se presento en Camelot con su hijo pequeño de ocho años clamando que este era hijo de Arturo.

Pasarían varios meses hasta que ella se atreviera a decirle toda la verdad, y es que ella era hija ilegítima de Uther, y por ende su hermanastra.

Aún así ninguna tormenta pendía sobre Camelot, especialmente cuando Primrose Pendragon estaba cerca, la joven heredera al trono era querida y admirada por todos los que la conocían, y ni Guinevere ni Arturo lamentaban que fuera hija única, así de orgullosos estaban de ella. Y cuando se convirtió en una mujer adulta se prometió con Tor, uno de los caballeros de su padre.

Pero entonces fue cuando la primera tormenta llegó: La imagen de Primrose tendida encima de su propia sangre en su lecho nupcial.

Su asesino estaba ahí mismo, al lado de la cama.

Y se trataba de Kay. Había asesinado a su sobrina por meros celos.

De aquello hacía dos años; durante la persecución contra Kay después de que este huyera Guinevere se había fugado con Lancelot. La muerte de Primrose le había quitado todas las ganas de permanecer en Camelot y todo ello para seguir viviendo una mentira, dijo ella en su carta. No esperaba su perdón pero sí que no le guardara rencor a Lancelot pues según ella no se lo merecía.

La súplica fue en vano; para aquel punto el resentimiento y la desgana se arremolinaba en su interior.

Para cuando él mismo se quiso dar cuenta, Mordred, su único hijo superviviente, se había convertido en su segundo consejero pese al disgusto de Merlin.

Poco tiempo después, sucedió la segunda tragedia: Morgause y todos los hermanos de Mordred murieron en un incendio.

Mandó que los enterraran al lado de Primrose, era ya lo mínimo que pudo hacer.

Poco después Merlin abandonó Camelot sin avisar a nadie. Posteriormente se preguntaría seriamente si su amigo ya había vislumbrado el futuro que le aguardaba y que por eso se había marchado, para no ser testigo de la tragedia final.

Llegado un momento, él y todos sus caballeros tuvieron que abandonar Camelot durante meses y dejo a su hijo al cargo de su reino como senescal. Grave error

Pues fue ahí cuando las verdaderas intenciones de Mordred se hicieron públicas: Se proclamo rey y le declaro la guerra a su propio padre. Además se había aliado con su tía Morgana.

El enfrentamiento fue inevitable.....y mortal.

Así terminaron las vidas de Arturo y Mordred Pendragon. Sir Bediviere, uno de los pocos caballeros de Arturo supervivientes, ayudo a llevar el cuerpo del rey a la mágica isla de Avalon, para que durmiera en paz hasta que Inglaterra le necesitara de nuevo.

Mientras Bedivere arrojaba la espada Excalibur al lago, una figura contemplaba con tristeza la escena.

-Volverá . Yo mismo me aseguraré de ello. Lo prometo - dijo en voz baja antes de irse.

"¿En que demonios estaba pensando Red Skull"? pensaba profundamente furiosa la célebre Capitana Carter mientras concentraba todos sus esfuerzos en derrotar al monstruo interdimensional que el ya difunto líder nazi había invocado.

Su amigo Howard, por su parte, se esforzaba desesperadamente por cerrar el portal por el que había entrado el ser.

-¡¡Howard, date prisa, por favor!! - grito desesperada después de haber estado a punto de ser aplastada.

-¡¡Eso intento!!

Peggy reprimió un suspiro de resignación mientras se preparaba para combatir de nuevo.

Fue entonces cuando algo paso volando encima de ellos, en un inicio se alarmo por instinto hasta que se dio cuenta de qué era.

El aplastahydra.

-¡¡Steve!!

-¡¡Peggy!! - resono la voz de su novio desde el interior de la armadura.

Los ojos de ella se llenaron de lágrimas, hace apenas media hora que creía que él había muerto en la emboscada que Red Skull les tendiera...

Y ahora sin embargo le tenía delante suya.

-Si pudiera, iría a abrazarte - exclamó en voz alta antes siquiera de darse cuenta.

-Oh, después lo haremos, no te preocupes - contesto él de manera cálida, aunque su voz se torno seria enseguida:

-Algo me dice que si no lo regresamos pronto a su lugar de origen, lo pagaremos caro - dijo señalando al monstruo.

-Si, eso mismo me temo yo. Howard está intentando cerrar el portal.

-¿Y lo estás consiguiendo?

-No - confeso el moreno devastado - Pero tal vez con unos minutos más.....

Un estruendo retumbo en todo el lugar. Uno de los tentáculos del ser había destrozado todo el puesto de mando.

-¡¡Mierda!! - El grito de Howard era una mezcla de enojo e impotencia.

Sentimientos que compartía Peggy. Se giro hacia Steve sin saber más que hacer, sólo para encontrarse con que esta miraba fijamente el portal.

-Peggy.....Tengo una idea.

Si luchamos ambos contra el monstruo, juntando la potencia del aplastahidra y el suero del supersoldado.....Tal vez logramos arrastrarlo de vuelta a su mundo.

-Steve.....Eso es realmente muy peligroso.

-Lo sé. Pero para eso somos un equipo, ¿no?

Por eso Peggy se había enamorado de él. Y si todo salía bien, pronto serían algo más que una pareja de enamorados.....

-Eso espero. Porque después de esto te necesitaré para otro trabajo en equipo.

-Cielos, me tienes esclavizado - replico él con un falso tono lastimero.

Ella sonrío mientras empuñaba con fiereza su espada.

La batalla fue ardua pero ya casi lo habían logrado, solo faltaba un tentáculo por vencer. La victoria ya estaba al alcance de la mano.....Hasta que de repente otro tentáculo volvió, pillándolos por sorpresa y agarro a Peggy por el cuello, arrastrándola adentro del portal, en un último arrebato de furia.

Fue la última vez que Margaret Carter oyó la voz de Stephen Rogers.

Un golpe, la confusión al levantarse. Eso fue lo que sintió al regresar.

-Cielo santo.....¿Capitana Carter, de verás es usted? - exclamaba una voz masculina grave y totalmente desconocida para ella.

-¿Qué...? ¿Quién es usted?

"¿Y donde está Steve?" se preguntó para sí.

-Soy Nick Furia, director de SHIELD -contestó en un tono que se dio cuenta que era compasivo.

-¿SHIELD? No me suena....- replico desconfiada

-Lo sé.

Ella miro fijamente detrás de Furia, resulta que solo le acompañaba un hombre rubio vestido de morado y con un carcaj lleno de flechas.

"¿Flechas. Quién utiliza flechas en este siglo?" pensó al verle y antes de sentir las nauseas.

-¿Dónde.....donde está mi equipo?

Furia guardo silencio antes de responder:

-Capitana.....¿Cuánto tiempo cree que ha pasado?

Ella se irguió confundida.

-¿Por qué pregunta eso?

Furia no respondió de inmediato sino que se movió imperceptiblemente mientras la miraba con pena.....Como alguien acostumbrado a dar malas noticias.

-Capitana, siento mucho tener que decirle esto.....Pero han pasado ya casi 70 años. La guerra termino apenas dos meses después de su secuestro.

El shock la golpeo como una ola de aire frío. No, eso no era cierto, no podía serlo.....No cuando ella estaba segura de que ,a lo sumo, habría estado unas semanas en aquel maldito espacio interdimensional.

Pero entonces pasó la mirada por todo la estancia. Estaba llena de tecnología totalmente desconocida para ella.

También ayudo la actitud firme y tranquila de Furia.

-De nuevo, lo siento. ¿Se encuentra bien?

-Si.

Una mentira absoluta. Pero no tenía ánimos para decir la verdad, aún no.

"Steve.....No encontré el momento adecuado para decírtelo. Pero estoy embarazada"

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