ʚ🥀ɞ Capitulo 2.

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James nunca creyó que el sexo con su jefe lo dejaría ansiado y desesperado por más. Creyó que el dejarse anudar por Net calmaría sus ganas, la verdad es que no fue así.

El omega se encontró deseando tener más de aquel alfa de espalda ancha y ojos chocolate.

Porque Net era adictivo, aun recordaba su sabor en sus labios y las caricias en su cintura, los mordiscos en sus glúteos y las marcas en sus caderas.

James inconsciente deseaba sentir más, se encontró pensando en Net más de una vez en esos días.

Aun cuando el alfa lo evitaba.

Porque si, al parecer el imbécil de su jefe había decidido dejar pasar lo que sucedió en su oficina y comenzó a ignorar a James.

No es como si funcionara, trabajaban juntos y el castaño era su secretario. Pero el azabache no hablaba con él a menos de que ocupara algo.

Y el omega interno de James lloriqueaba por sentir de nuevo al alfa cerca, pero el orgullo de James era mucho más grande y si el alfa había decidido ignorarlo y hacer como si nada hubiese pasado, él haría lo mismo, porque podía hacerlo





.🥀.






Había pasado bastante tiempo desde que había llegado al trabajo. Últimamente no había dormido bien y se sentía cansado, se veía en sus movimientos, lentos y temblorosos. Le dolía la cabeza y lo único que quería era descansar y dejar de darle vueltas al asunto de su jefe.

Horas y horas sumido en papeles y James comenzaba a marearse, de repente las letras se veían borrosas y la oficina parecía más pequeña de lo que en realidad era.

El omega se pasó una mano por el rostro buscando despejarse y se levantó de la silla.

Se mareó de pronto y James buscó recargarse contra el escritorio

El ojimiel se quedó unos segundos en silencio, escuchando los teléfonos sonar y los tacones de las mujeres que pasaban cerca del lugar.

Tiró su cabeza hacia atrás, se sentía asfixiado ahí adentro y culpó el trabajo inmenso que había tenido esos días, sumándole al calor que sentía en su oficina.

Salió del lugar, estirando un poco el cuello de su camisa. Hasta que llegó con su compañero alto, el cual hablaba con un hombre mayor, First le explicaba atentamente y el desconocido asentía de acuerdo.

Cuando por fin se marchó, se acercó hasta el beta.

-Hola, First...¿podrías cubrirme un momento? No me siento bien- James masculló en voz baja.

El castaño lo miró preocupado.

-¿Te duele algo? ¿Llamo a alguien?— preguntó preocupado.

James negó rápidamente y le dio una sonrisa tranquila.

-No, está bien. Solo necesito aire fresco, no tardo.

Y dicho eso, el omega caminó apresurado hasta la salida del edificio, sentía cómo se ahogaba y su vista se nublaba hasta que avanzó torpemente, saliendo del edificio con aroma a medicamentos.

El aire lo golpeó en la cara y James se relajó al instante al respirar y llenar sus pulmones.

Era solo un omega parado en aquella acera, con las personas mirándolo extrañadas por verlo ahí, tan agobiado y en medio de todos.

James no le dio importancia, necesitaba esto porque estaba ahogándose y la única forma que encontró fue huir. Como siempre lo había hecho.

Después de un rato de caminar por las
calles, buscando despejar su mente del alfa de ojos oscuros, volvió al edificio. Ni muriéndose, James dejaba de pensar en él.

Perfecto.

Al entrar, todos lo miraron alarmado y el castaño se acomodó el cabello creyendo que se veía mal. Sintió las miradas de todos en su espalda y él no entendía nada hasta que abrió la puerta de su oficina y un fuerte olor a café y madera lo invadió.

James abrió los ojos cuando vio a Net sentado en su silla. El alfa olía a preocupación y James volvió a marearse.

-¿Qué haces aquí?- preguntó el castaño.

Net lo miró serio.

-A mi oficina, ahora- el alfa se levantó y le indicó a James que lo siguiera.

Alfas, betas y omegas asomaban sus cabezas buscando saber algo o escuchar porqué el alfa se había exaltado tanto al no ver a James. El omega los maldijo a todos y entrecerró sus ojos. Que se metieran en sus asuntos.

Cuando llegaron, Net abrió la puerta y entró, pero James se quedó quieto en la entrada, el azabache lo miró.

-Puedes entrar, James. Tienes mi permiso siempre que quieras venir aquí― mencionó Net con voz grave, al mismo tiempo que se deshacía de su saco.

El omega caminó despacio y admiró todo con ojos curiosos, el lugar lucía diferente, o era el hecho de que su lubricante había estado por todas partes y las paredes encerraban los más profundos gemidos de James.

De repente se sintió mareado de nuevo de solo recordar lo que había pasado y como había rogado para tener sexo con el alfa.

-Pero creo que no pediste permiso para salir- Net volvió a hablar.

-Me sentía mal y tuve que salir a tomar aire fresco -el omega se encogió en su lugar al sentir la mirada de Net.

Era la primera vez en días que no hablaban directamente y se sentía extraño.

-Puitrakul me lo dijo. Tuviste que avisarme.

El omega lo miró indignado.

-Disculpa, ¿qué? Me sentía mal y lo único que hice fue salir unos minutos. Podría ser algo grave y tú solo te molestas porque no avisé- James hablaba fuertemente y el alfa lo miraba serio, parecía estar a punto de hablar cuando el castaño lo interrumpió. — Sinceramente, ¿qué carajos, Net? Puedes ser mi jefe, pero no eres nadie más para pedir permiso por cualquier cosa.

-James, tranquilízate, empiezo a olerte- exclamó el alfa frunciendo su nariz.

-Genial, primero decides ignorarme y luego te enojas porque salí un momento, yo no... - James se cortó cuando sintió como si su cabeza diera vueltas y cerró los ojos

Net lo miró alarmado al notar el cambio brusco en el omega frente a él, se levantó en seguida al ver como James temblaba y hacía un esfuerzo por mantenerse de pie.

Llegó hasta él, sujetándolo por los hombros y obligándolo a verlo. Cuando James abrió los ojos, el alfa se tensó al ver esos hermosos miel  derramar lágrimas, como un día de lluvia.

-Omega...¿qué pasa?— llamó Net, sintiéndose cada vez más angustiado al percibir que James rehuía la mirada. -James. Dime lo que ocurre.

-No me siento bien. No sé que es- habló bajito. Sollozando en silencio y queriendo guardar el aroma de Net en su mente, llenarse de él hasta que su omega se cansara y sus sentidos se vieran nublados por el delicioso aroma del alfa.

Net tragó saliva y lo abrazó por los hombros. Ocultando a James del mundo y refugiándolo para ser solo él quien tuviera la suerte de presenciar la belleza de un ser tan delicado como James.

Dichoso de haberlo hecho suyo por lo menos una noche.

El alfa acarició su cabello y James sollozó más fuerte, lo que hizo a Net ponerse alerta, tenía a un omega lastimado entre sus brazos y no sabía que hacer porque jamás había sentido interés en cuidar a nadie más.

-¿Alguien te hizo daño?- Net preguntó en un murmuro y soltó un gruñido cuando James asintió. -¿Quién fue?

Net estaría seguro de que mataría a cualquiera que hubiera dañado al menor. Y se sentía aterrado de desear protegerlo de repente, de cualquiera que quisiera ponerle un dedo encima. Nunca había tenido esa sensación. Y todo era tan diferente con el castaño de ojos miel. Ni siquiera se llevaban bien.

Pero su alfa le exigía cuidarlo, hasta que su llanto cesara y no sintiera más esa angustia, como si pudiera sentir físicamente el dolor de James.

-Tú- afirmó, haciendo que el alfa quedara perplejo -P-primero me alejas como s-si lo que hubiésemos hecho fuera el peor crimen y ahora estás aquí consolándome -habló entre lágrimas- Te odio, Net Manithikhun

El alfa no quiso reconocer que había estado mal en ignorarlo y poner sobre sus hombros una gran carga solo porque estaba frustrado al no saber que había significado aquella noche.

-Lo siento, James. Nunca fue mi intención hacerte sentir de esta forma, perdóname por favor.

Lo obligó a mirarlo, levantando el mentón del omega, Net acarició su mejilla y lamió las lágrimas saladas como un alfa lo hubiera hecho con su pareja, la diferencia era que James no era su omega, pero ambos se sintieron internamente en paz con ese momento.

El alfa de Net le exigía cuidar a James. Y el omega de James se sentía calmado y atento.

-No me siento bien, Net -dijo James, tallando sus ojos. El alfa asintió de inmediato y lo llevó con cuidado hasta el sofá en la habitación.

El mismo donde James lo había montado.

-¿Necesitas algo?

-No, estoy bien― respondió recostándose. Acariciando la tela del sofá, sintiendo los recuerdos como si estuvieran vivos y enmarcados.

El mareo desapareció cuando Net besó su frente y luego su cuello, besando debajo de la oreja mientras acariciaba la cintura de James, sin ningún otro tipo de intención.

Su omega se relajó al instante, ya no había mareos, ni dolor, ni agobio. Se sentía tranquilo, aunque un poco cansado.

Cuando intentó levantarse, Net se lo impidió, haciendo que se recostara de nuevo, el alfa lo miraba atentamente, con mirada preocupada y aroma a bosque.

-Tengo...tengo que ir a trabajar- James exclamó.

-No, quédate aquí. No te sientes bien, quédate aquí -la voz grave de Net lo hizo entrar en un trance donde solo quería dormir y descansar, olvidarse de todo.

El alfa observó a James con los hombros tensos y las ojeras debajo de sus ojos, sintió una punzada en el pecho al verlo tan frágil.

James cerró los ojos, dispuesto a dormir en la oficina de Net, hasta que dejó de sentir la leve presión en su cadera y despertó.

-Alfa...-se quejó.

—Shh, omega. Estaré justo ahí— Net apuntó el escritorio. -Descansa, duerme un rato, prometo que no me iré hasta que despiertes.

James asintió no muy convencido, pero el cansancio lo venció en unos minutos y durmió rodeado del olor de Net. Sintiendo que en unas horas descansaba lo que no había podido en días.




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Cuando despertó, el sol se había ocultado, y la habitación estaba a oscuras, a excepción de unas lámparas que el azabache tenía. Que, por cierto, no vio al despertar, así que se levantó con cuidado, mirando a todos lados, en busca del alto alfa con ojos chocolate.

Se asustó un poco al no verlo por ahí, pero estaban sus cosas todavía.

-Net- llamó angustiado. El alfa apareció por la puerta en unos segundos.

-Estoy aquí- mencionó llegando hasta donde estaba James.

-¿En dónde estabas?-preguntó James,
bostezando.

-Ordenaba tus cosas, no me mires así. Es mi deber hacer lo que te pedí.

James rodó los ojos y Net sonrió al saber que el verdadero James estaba de vuelta.

-¿Te sientes bien?- cuestionó, acariciando su hombro y observando como su rostro parecía brillar bajo la luz de la luna.

-Mejor, realmente no sé qué pasó. Lo siento.

-No te disculpes. Me alegra que ya estás bien- Net pasó su mano por su nuca y lo atrajo hasta su pecho.

James soltó pequeñas risitas.

-Mierda, ¿quién eres y qué hiciste con mi espantoso jefe?- preguntó bromeando. Escondía su rostro entre el hombro y la cabeza de Net, pasando su nariz por el cuello del alfa.

-Estaba preocupado. ¿Qué ocurrió? Debió ser el trabajo excesivo, lo siento mucho, omega. No debí desquitarme contigo- Net acarició las hebras castañas de su cabello, sintiendo la suavidad de este.

-Fue eso o es que estoy embarazado.

El alfa paró sus toques cuando lo escuchó y se tensó de inmediato. James salió de su escondite y lo miró, Net se mantenía serio, lo cual hacía que fuera imposible identificar alguna emoción.

-No lo creo, estás tomando supresores y yo también― negó rápidamente moviendo su cabeza.

James se carcajeó y Net suspiró rodando los ojos, se levantó del sofá, pasando las manos por su rostro, la camisa blanca se pegó más a su torso y brazos. James lo siguió y lo abrazó por la espalda, acariciando la tela de su traje. Pegando su mejilla a la espalda del mayor.

-Estoy bromeando, eso no pasará. ¿O enserio creíste que llevo un cachorro tuyo en el vientre?- preguntó el omega cerca de Net. El alfa dio la vuelta para luego bajar la vista hasta su estómago, el castaño tomó la mano de Net para posarla en su vientre plano.

-Justo aquí estaría si hubiera uno— explicó el ojimiel en voz baja.

-Es que eres idiota, James.

-Aww, alfa. Quieres que lleve a tu hijo dentro- afirmó el omega sonriendo mientras acariciaba sus mejillas como si fuera un bebé. Net lo apartó y James siguió riendo.

-No, no llevarás a nadie en el vientre, vamos a seguir cuidándonos y punto- dijo exasperado. No se había dado cuenta de lo que había dicho hasta que el rostro de James pareció iluminarse.

—¿Habrá próxima, Net? Estoy ansioso.

El alfa bufó de nuevo, se acercó hasta su silla, donde se sentó y se dispuso a teclear algo en su computadora mientras James lo veía impasible. Esperó por una respuesta, que no llegó.

Así que el ojimiel se acercó hasta donde estaba, interponiéndose entre Net y el monitor, el alfa lo veía molesto, pero solo lo ignoró y se sentó encima de él. Con su espalda recargada en su pecho. El alfa pasó un brazo por su torso y el otro lo utilizó para seguir escribiendo.

-Eres insoportable- masculló Net.

-¿En serio? Te veo muy cómodo- apuntó James -¿Todavía quieres que te acompañe a Italia?-preguntó dudoso.

-No -respondió firme. James frunció el entrecejo y el alfa besó su nuca. -Te sientes mal y no quiero que viajes así.

El castaño hizo el intento por levantarse, pero Net lo sujetó más fuerte, obligándolo a quedarse sentado encima de él y olisqueó su cabello. Llenó sus fosas nasales del delicioso aroma del omega, almendras y coco. Dulce, pero sin llegar a ser empalagoso.

-Oye, Net. Estaba bromeando sobre estar embarazado. No lo estoy y ya no me siento mal, quiero ir- explicó James, removiéndose en el lugar. Empezó a sentir incómoda su ropa interior al tener al alfa besando la parte posterior de su cuello y acariciando su estómago.

-Ya lo sé, pero no quiero arriesgarme, debes estar en reposo y dormir- dijo Net con la voz ronca.

-Que lastima, porque justo ahora estaba pensando en salir y ahogarme en pollas- contratacó el omega, sonriendo cuando el alfa gruñó y lo apretó más contra sí.

-No lo harás- su aroma se volvió más concentrado.

-Si lo haré, dejaré que algunos alfas me anuden hasta que olvide quien soy- respondió tranquilo. Net mordió el lóbulo de su oreja y suspiró en rendición.

-Bien, vendrás conmigo, iremos juntos a Italia- afirmó cerrando los ojos. James festejó internamente y se levantó del regazo de Net.

-Perfecto, pero de todos modos iré a follar- James se inclinó hasta el rostro de Net y dejó un beso en la comisura de sus labios

Net aprovechó para propinarle un azote en su culo, perfectamente enmarcado por el pantalón oscuro. El omega se quejó.

-Deja de provocarme, James -lamió su mandíbula. -Si quiero, puedo hacer que la única polla que desees dentro sea la mía.

-No tienes que esforzarte mucho- aclaró mordiendo su labio inferior. -Eres el único que deseo, alfa.

Y con eso, el omega dio la vuelta para caminar hasta la salida, Net lo siguió con la vista, admirando su cuerpo y sonriendo ante el maravilloso olor que sentía a su alrededor.





.🥀.






Dos días después, ambos iban en un avión privado, algo pequeño.

James miraba atento todo a su alrededor y saludando a todos aquellos que estrechaban la mano con el omega. Net se controlaba para no bufar cada que alguien se acercaba de más al secretario. Quienes usualmente eran las alfas azafatas y dos betas de la misma compañía.

Se sentía estúpido por su manera de actuar, James no era su omega, no era su pareja pero aún así sentía que le hervía la sangre cuando alguien lo miraba de más o sobrepasaba su espacio personal.

Solo irían tres días, era un viaje rápido de negocios y luego regresarían, así que Net pidió que llevara exclusivamente las cosas que necesitaría.

Ambos iban sentados en los asientos más alejados, observando el cielo de noche, Net leía un libro, bastante inmerso como para notar que James se quitaba sus audífonos y levantaba su cabeza para mirar sobre los asientos.

Al notar que los betas dormían, James deslizó su mano hasta el muslo de Net, y por supuesto el alfa lo notó, bajando la vista hasta los dedos delgados del omega.

-James...

-Sigue leyendo Net- demandó el castaño, pero le pareció muy difícil prestar atención a la lectura al tener la mano de James muy cerca de su entrepierna.

El omega se acercó más hasta el azabache, acariciando con la palma de su mano su miembro que parecía despertar. Net bajó el libro y cerró los ojos al sentir las caricias en su entrepierna. Soltaba suspiros extasiado, pero igual se sentía traicionado por su propio pene. No podía reaccionar de esa manera con las caricias de James.

El castaño sonrió al ver el rostro de Net, así que desabotonó el pantalón del alfa y llevó la mano adentro, para sentir más directamente al alfa. Metió la mano dentro del bóxer y tomó la polla del alfa entre sus dedos, sintiéndola grande y dura

Comenzó con un vaivén lento, tirando de arriba abajo, repasando con su pulgar las venas del alfa. Se le estaba haciendo agua la boca al pensar de nuevo en Net dentro de él, follándolo como aquella vez.

El alfa comenzó a soltar bufidos bajos y gemidos ahogados. Así que James se acercó hasta su rostro y lo tomó de la mejilla para besarlo.

Lento y delicioso, tragando los gemidos del alfa y ahogándolos en su garganta, acallando los sonidos que soltaba debido al vaivén en su miembro erecto.

Al principio, el alfa se encontraba sorprendido, pero luego se dejó llevar y devolvió el beso, lamiendo los labios del omega y chupando. Bajando los besos por su mandíbula y luego su cuello blanquecino.

-Alfa, q-quiero...quiero, ah- un jadeo al sentir una succión en su clavícula, aún moviendo su mano más rápido que antes.

-¿Qué quieres, amor? Dímelo- pidió el
alfa.

-Dijiste que querías tener sexo en un avión -recordó- Y quiero cumplirlo, quiero sentirte ahora.

El azabache asintió y bajó su mano para detener los movimientos de James. Aunque lo estaba llevando al borde, el alfa no quería terminar en los dedos del omega.

-Vamos al baño. Sal con cuidado- el azabache desabrochó el cinturón del ojimiel y este se levantó con cuidado, intentando no hacer ruido hasta llegar al baño del avión.

Después de unos segundos, el alfa entró, cerrando la puerta detrás de él.

No era el lugar más espacioso, pero no importaba porque lo único que querían era sentirse, acariciar sus cuerpos y compartir gemidos.

En cuanto estuvieron juntos, el omega se abalanzó hasta Net, pasando los brazos por su cuello y besando sus labios desesperado.

Net levantó su camisa hasta que pudo introducir sus manos y acariciar la cintura de James, cuanto había extrañado esa piel tan suave y delicada. Esos besos dulces y los sonidos más maravillosos producto de sus toques.

Devolvió el beso, ladeando su cabeza para tener mejor acceso. Tomó los cabellos castaños de James e introdujo su lengua en la cavidad bucal de este.

Se frotaban juntos y el aroma a excitación y lubricante pronto inundó el pequeño espacio, haciendo que todo se volviera mucho más caliente.

Como pudo, Net bajó el pantalón del omega, revelando unas bragas blancas demasiado húmedas. El alfa gimió de solo verlo y quitó su propio pantalón, haciendo que su erección saliera gustosa por enterrarse en ese bello culo.

-Te necesito ahora, alfa. Por favor― pidió James con la voz entrecortada. Cuando Net hizo a un lado la tela para poder tocar su mojada entrada, James se quejó- No tenemos mucho tiempo, Net. Hazlo ya, puedo tomar todo.

Así que el alfa lo empujó a la pared, haciendo que su espalda quedara inclinada, pasó los dedos por su agujero y se lo llevó a los labios para degustar de nuevo ese sabor dulce.

Maldita sea, como le encantaba el sabor de James. Lo iba a volver loco.

Se colocó detrás y bañó su polla con el lubricante del castaño, hizo a un lado su ropa interior y se enterró de golpe.

-Ah...sí, ¡sí!-gimió el omega.

Net volvió a salir y se impulsó para entrar de nuevo en James. Mordisqueaba su cuello y acariciaba su espalda baja hasta que sintió que era más fácil deslizarse dentro del omega. Lo estaba follando tan bien.

-Eres hermoso, James. Tu culo es maravilloso, me tomas muy bien -habló excitado, tomando sus caderas con fuerza.

Primero fueron estocadas lentas pero duras, hasta que los movimientos se volvieron más rítmicos y James sentía como la polla de Net salía y entraba en él.

Estaba follando su agujero tan bien que se le hizo imposible no gemir agudo hasta que el alfa tapó su boca, amortiguando sus jadeos.

-Me encanta escucharte, bebé. Pero ahora tienes que ser silencioso- empujó más fuerte.

Net impulsaba sus caderas hacia adelante, chocando contra el trasero del omega, lo tomaba de las caderas y obligaba a James a restregarse contra él.

-Ah, justo ahí, justo ahí -gimió el castaño -Más rápido, alfa.

Sentía la cabeza del miembro de Net chocando una y otra vez contra su próstata, abriendo sus paredes y haciendo que el lubricante resbalara por sus muslos.

Net golpeó una mejilla de su trasero.

—Guarda silencio, omega. Nadie más puede escucharte.

Siguieron durante unos minutos, con Net follándolo fuertemente y James tirando su cabeza hacia atrás, llorando de placer al no poder gemir en voz alta.

El movimiento del avión y la adrenalina de ser descubiertos hacían que todo fuera mucho más excitante. A James le temblaban las piernas y solo las manos de Net lo ayudaban a mantenerse de pie.

Sentía que estaba cerca, así que llevó una mano hasta su propio miembro, rojizo y necesitado de atención. Bastaron pocas sacudidas para que el omega se corriera en la pared del baño.

Net sentía su nudo cerca, pero no podría anudar a James, no podría arriesgarse a que los descubrieran, era mucho tiempo.

Así que salió del abusado agujero de James y lo hizo voltearse. Comenzó a bombear su propio miembro y el omega captó la indirecta, así que se colocó en sus rodillas, quedando frente al gran pene del alfa.

Sacó su lengua y cerró los ojos, esperando por la venida de Net. No bastó mucho para que el azabache acabara, mirando la carita roja del omega y sus labios hinchados.

Tiras y tiras de semen cayeron en su boca, algunas gotas en su cuello. El omega tragó todo, degustando el sabor salado del alfa, chupó el glande, haciendo que Net se estremeciera.

Net gruñó al sentir el tan ansiado orgasmo, su nudo creció y se sintió incómodo de no haberlo hecho dentro del chico de rodillas, pero ya tendrían tiempo para eso.

Cuando terminó, James le dio una sonrisa cansada a Net desde el piso y el alfa limpió con su pulgar la comisura de los labios de James, lo pasó hasta su boca. El omega lamió su pulgar y lo miró con los ojos acuosos.

-Precioso- exclamó el alfa. Ayudando a James a levantarse. Acomodó sus bragas y lo vistió, peinó su cabello y el omega se dejó gustoso.

Cuando terminaron de vestirse, el alfa dejó un beso en sus labios, sencillo y rápido antes de salir del baño del avión.

Cerraron la puerta y se quedaron quietos cuando vieron a una alfa frente a ellos. Net pasó su brazo por la cintura del menor y entrecerró los ojos como si la azafata fuera una amenaza.

-¿Está todo bien, señores?— preguntó con rostro amable.

Net quiso ocultar a James detras de él, pues acababan de tener sexo y el alfa se sentía mucho más posesivo. Joder, es que ni siquiera tenía que sentirse así. Maldijo todo.

-Sí, mi omega- respondió Net señalando a James con su cabeza -Se mareó un poco y lo acompañé- el castaño se mantenía en silencio, frotando su rostro en el pecho del mayor.

-Estoy cansado, alfa. Quiero dormir- bostezó, tallando sus ojitos. Net asintió de inmediato.

-Claro le dio una mirada a la alfa de cabello negro -Con permiso.

Ella se hizo a un lado, dejando que la pareja pasara.

Alfa y omega se sentaron y no pasó mucho tiempo hasta que se quedaron dormidos, con Net abrazando los hombros de James y James enterrando su rostro en el cuello del alfa, durmió sintiéndose seguro.

















Que calor 👁️👄👁️














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