ANTES DE LEER.

La escena del destierro de Lucifer la saque de mi otro libro "Mother Nature" (la secuela de este) porque la tenía escrita desde hace mucho tiempo y no quise cambiarla.

Igual, por si tenían dudad: la protectora del bosque es la "madre naturaleza" que vendría siendo Cassiopeia (se menciona en el destierro de Lucifer, por eso lo aclaro).

Eso era todo, pueden continuar leyendo.

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En los días que siguieron a la toma del mando de Lucifer los demonios habían recorrido la tierra y el infierno mismo en su totalidad, incluso los "más valientes" se atrevieron a explorar los lugares más oscuros del infierno aún cuando sabían que no regresarían. Por más que buscaban sin descanso, nadie había dado con la ubicación de la dichosa espada, la tensión en el infierno iba en aumento cada vez que un grupo de demonios regresaba con las manos vacías, cada grupo desapareciendo apenas un segundo después de su llegada.

Los arcángeles estaban comenzando a inquietarse, no encontrar la espada significaba un retraso en sus planes y el retraso solo aumentaba el malhumor de ambos, y ese malhumor era lo que tenía a los demonios temblando de miedo.

—Señor, tenemos una respuesta positiva del último grupo de demonios que llegó—el demonio que tuvo la, trágica, tarea de informarles del nuevo descubrimiento estaba temblando—, es sobre los Winchester.

Ah, casi se habían olvidado de los hermanos y su ángel.

—¿Qué puede ser positivo sobre los juguetes favoritos de padre?—la rubia observo al demonio con aburrimiento.

—Los Winchester están buscándola—hizo una pausa cuando ambos hermanos pusieron toda su atención en él—, también están buscando la espada.

Lucifer llevó su mirada hasta la rubia y juraría que podía ver los engranajes en su cerebro moviéndose, buscando una salida para quitarse a los Winchester de encima.

—Lleven al nefilim de regreso—ordenó finalmente—, eso los va a distraer lo suficiente.

Con un movimiento de mano el demonio realizó una reverencia antes de huir sin mirar atrás. Lucifer miró a su hermana un par de segundos más antes de fijar su mirada en la puerta cerrada, no estaba del todo de acuerdo con la orden de la rubia, pero sabía que no era bueno contradecirla cuando estaba irritada así que lo dejó pasar y siguió con su rutina de intimidar demonios.

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Las cosas en el búnker de los Winchester no estaba lejos de parecerse al infierno, la desesperación de querer encontrar a Jack y acabar con Aurora había desatado distintas peleas sin sentido entre los tres habitantes del lugar, los tres sentían que se ahogaban pero ninguno pensaba rendirse ante esta amenaza. Castiel era el único que salía del búnker constantemente, visitando en cielo con frecuencia para verificar que todo estuviese en orden y preguntar si habían obtenido alguna información que pudiera ayudarles. Tristemente el cielo se encontraba con las manos atadas, nadie sabía cómo interpretar ciertas palabras en los escritos del templo.

Sam y Dean estaban en la biblioteca cuando la alarma del bunker comenzó a sonar tomándolos por sorpresa, algunos papeles vuelan y unos cuantos libros se deslizan por la mesa hasta caer en el suelo cuando ambos se levantan tan rápido como sus adormecidas piernas les permiten. Castiel aparece por el pasillo que lleva a la cocina con la confusión pura escrita en su rostro, el ángel es el primero en subir las escaleras hacía la puerta, los hermanos lo siguen de cerca con sus armas listas para atacar de ser necesario.

Sin necesidad de pensarlo dos veces, antes de que Sam o Dean puedan decir algo, el ángel tira de la puerta exponiéndolos a cualquier peligro. En cualquier otro momento Dean habría hecho algún comentario sobre la imprudencia de su amigo, pero al ver lo que esperaba por ellos todo comentario se quedó atascado en su garganta. En las escaleras que llevaban al exterior del bunker se encontraba Jack, el nefilim daba la impresión de estar sin vida y de no ser por Castiel lo hubieran dado por muerto.

—Está vivo—anunció el ángel tras acercarse a revisar a su hijo adoptivo—, solo esta inconsciente.

—¿Puedes despertarlo?—preguntó Sam guardando su arma—¿Se pondrá bien?

Dean simplemente se quedó en silencio esperando la respuesta del ángel, la preocupación que había estado creciendo en su interior desde que Jack había desaparecido no disminuyo ahora que tenían al nefilim con ellos. Ahora se sentía peor, ver al niño que se había ganado su corazón en poco tiempo tendido en las escaleras como si no estuviera con vida lo hacía sentir culpable. Tal vez si lo hubiera cuidado mejor.

Tal vez.

—No puedo despertarlo—la voz de Castiel está llena de preocupación, sus ojos no dejan de mirar al que quería como un hijo—, no se que le está pasando.

Sam y Dean comparten una mirada llena de preocupación, si tan solo hubieran tenido más cuidado.

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*Destierro de Lucifer, bosque encantado.

Todo estaba silencioso, la noche había caído y todos estaban descansando, el cielo era oscuro y tenía pequeñas manchas doradas brillando, haciéndolo lucir más hermoso de lo que ya era, o eso pensaba Cassiopeia. Su rubia cabellera brillaba bajo la luz de la luna mientras admiraba el campo de rosas que apenas hace unos minutos había creado, ella siempre había amado las rosas por sobre todas sus creaciones y era por eso siempre las hacía crecer en la mayor parte de los jardines.

Podía escuchar el pequeño murmullo de las ninfas a lo lejos, observándola con admiración. Todos admiraban a Cassiopeia, no solo por el gran poder que poseía, era por el aura que tenía, a donde sea que iba desprendía un aura de paz, tranquilidad, amor. Ella nunca se consideró una persona de admirar pues no tenía conocimiento de lo que su aura era capaz de causar, lo único que sabía era lo que Dios le había dicho cuando la creó, tenía que luchar por la tierra, protegerla y eso era lo que haría hasta el fin de sus días.

Levantó la mirada esperando encontrarse con el cielo estrellado pero en lugar de eso había una enorme bola de fuego cruzando por el cielo, Cassiopeia se levantó sintiendo la necesidad repentina de proteger su tierra de aquella amenaza pero mientras caminaba al lugar donde había impactado aquella cosa toda preocupación desapareció siendo reemplazada por la tristeza al ver a Lucifer en medio de un enorme agujero en la tierra.

—Lucifer—la dulce voz de la rubia llamó la atención del arcángel—¿Qué te ha pasado?—sin importarle ensuciar su vestido entró en el enorme agujero—, ¿Estás bien?

—Cassiopeia—una voz detrás de la rubia llamó la atención de los presentes—, aléjate de Lucifer, es peligroso.

—¿Qué está pasando, Miguel?—la rubia se alarmó al ver a los ángeles armados.

—Lucifer fue desterrado del cielo, desde ahora ya no es parte de la familia.

Cassiopeia quería llorar al escuchar lo que Miguel había dicho, ella conocía a Lucifer y sabía que él no era malo, de hecho, él fue quien le enseñó sobre el mundo que Dios había creado. Ella sabía que Lucifer era el favorito de Dios y por eso le había permitido ser el primero en hablarle. Pero ahora estaba confundida y dolida pues conocía las reglas, aun podía escuchar la voz de Dios diciéndole la última regla antes de enviarla a la tierra.

"Si un ángel es desterrado se considera como amenaza, tienes prohibido hablar con aquel ángel."*

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Apenas unos minutos después de dejar a Jack en su habitación, y asegurarse que estuviese cómodo, Sam y Dean retomaron su lectura, esta vez con Castiel uniéndose a ellos. Los tres se sumergieron en un silencio sepulcral mientras pasaban las páginas de los libros que habían adquirido en varios de sus viajes fuera del búnker, ninguno tenía ganas de hablar sobre la situación en la que se encontraban en esos momentos.

El sonido de las páginas siendo cambiadas y los libros siendo cerrados con frustración tras no encontrar nada importante en ellos lleno la biblioteca por horas hasta que, con una exclamación que hizo sobresaltar a los otros dos, Sam se levantó de su silla tirando algunos papeles en el proceso.

—Lo encontré—anunció con emoción el menor de los Winchester.

—¿Qué encontraste?

—La solución a nuestros problemas—con una sonrisa triunfante empuja el libro que estaba leyendo hacía los otros dos—, este libro dice cómo cerrar el templo de las gracias.

Castiel y Dean compartieron una mirada de alivio, ahora solo necesitaban encontrar los ingredientes y encerrar a Aurora para siempre.

Claro que no todo era tan fácil como parecía, pero eso era algo que, otra vez, ellos ignoraron por completo.

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NOTA DE AUTOR.

Primero que nada, feliz navidad atrasada y feliz año nuevo.

Segundo, quise actualizar un capitulo todos los días (si lo notaron, actualice dos días seguidos), pero me distraje viendo daredevil (otra vez) y viendo películas de marvel (otra vez), perdonenme.

Tercero, con este episodio se puede decir que oficialmente The First Archangel está a ocho capítulos de terminarse y me da miedo que el final no me guste.

Tengo toda la historia planeada y me gusta lo que escribí para el final porque deja la puerta abierta para el siguiente libro, pero no se si cuando lo escriba me guste y me aterra que a ustedes tampoco les guste, pero ya veremos dijo el ciego.

En fin, que pasen un feliz año nuevo, gracias por todo lo que esperaron este 2021 por las actualizaciones y espero que en el 2022 sigamos encontrándonos en otras historias.

Los aprecio demasiado.